19.11.12

Colombia, El Vaticano y un anhelo de paz

A las 7:07 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América

“El Vaticano aceptaría con mucho gusto mediar en el diálogo para la paz en Colombia”. Con esas palabras el arzobispo de Bogotá y futuro cardenal, Rubén Salazar, hace unos días introdujo un elemento más en una ecuación ya de por sí complicada. Lo hizo en una larga entrevista al diario sudamericano “El Tiempo” que ya provocó reacciones, tanto en Roma como en su país. Y es que el presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana sabe bien del alto interés con el cual se siguen en la Santa Sede las conversaciones que tienen lugar estos días en La Habana, Cuba.

Pero el presidente Juan Manuel Santos no extendió, al menos por ahora, invitación alguna a la Sede Apostólica. Es más, la Iglesia católica no está involucrada en el proceso ni siquiera como organismo veedor. Todo por decisión del mandatario, determinación que apoya el arzobispo Salazar, su amigo de vieja data. Por ello el diálogo entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) despierta suspicacias e interrogantes.

De este y otros temas habló con Sacro&Profano el nuevo embajador colombiano ante la Santa Sede, Germán Cardona Gutiérrez, en una entrevista que a continuación presentamos:

El 5 de noviembre presentó cartas credenciales ante Benedicto XVI, ¿qué le dijo el Papa?

En lo personal fue un momento sublime de mi vida, me encontré con un Santo Padre muy cálido, afectuoso, muy consciente de lo que sucede en Colombia. Le entregué un mensaje del presidente Juan Manuel Santos, sobre todo de agradecimiento a sus referencias con respecto este proceso de paz en Colombia con los grupos al margen de la ley. Me sorprendió gratamente que está muy enterado de la situación de Colombia; al presidente y a los colombianos les mandó a decir que él mantiene sus oraciones por el país.

En una reciente entrevista el futuro cardenal de Bogotá, Rubén Salazar, afirmó que la Santa Sede no sería contraria a intermediar en el proceso de paz. ¿Es esto posible?

En eso, por instrucciones del presidente Santos, soy muy respetuoso de las decisiones de la Iglesia y de la persona del cardenal. Yo dejaría a la Iglesia la decisión sobre cuál será su participación, pero estoy absolutamente seguro de una cosa: Colombia es un país donde la inmensa mayoría de los ciudadanos seguimos siendo católicos y tenemos una fe verdadera, incluso las personas que están al margen de la ley. Creo que la Iglesia puede cumplir un papel maravilloso en el post-conflicto, porque ninguna otra institución genera más confianza. Pensaría que esos temas se están hablando al más alto nivel, pero el cardenal es el más indicado para dar las opiniones al respecto.

Pero usted es el responsable de la relación diplomática entre el Estado colombiano y la Santa Sede. ¿El gobierno de su país ha considerado involucrar al Vaticano en la mediación?

Lo que yo puedo decir es lo siguiente: el presidente Santos ha sido demasiado cauteloso con este asunto. Él no quiere que el país vuelva a ser engañado, por eso él ha manejado esto personalmente y ha manifestado que asume el 100 por ciento de la responsabilidad de la negociación, aunque espera en el éxito del proceso. Pero no quiere que las instituciones sean burladas. Yo pensaría que él, en su momento, va a ir dando las pautas necesarias para que diferentes actores apoyen un diálogo que queremos todos los colombianos.

¿Cuál es la posibilidad real del éxito de este diálogo?

La verdad la respuesta a esa pregunta está en manos de Dios. La voluntad del gobierno es porque sea un éxito, al 100 por ciento. Desde el presidente, pasando por el jefe de las negociaciones Humberto de la Calle, por todo su equipo, el gobierno y la mayoría de los colombianos. Pero hay otro actor, que son los señores al margen de la ley y ellos deberán decirnos si este diálogo es verdadero, en serio o el tiempo nos irá mostrando la realidad.

La reserva sobre las conversaciones en diversos sectores es producto de algunos gestos concretos, por ejemplo las declaraciones de las FARC que ya anunciaron su negativa a desmovilizarse o los episodios de violencia que han enrarecido el ambiente. ¿Cómo lee usted estos hechos?

Como diplomáticos debemos ser muy prudentes sobre las opiniones respecto a este tema. Tenemos la fe que este proceso salga bien, que los grupos al margen de la ley actúen en ese mismo sentido y veo una voluntad de los gobiernos amigos que han colaborado para que el resultado sea el mejor posible.

También se ha manejado, con insistencia, la posibilidad de un viaje del Papa Benedicto XVI a tierras colombianas. Los obispos lo quieren, el gobierno lo quiere, los fieles lo quieren. ¿Qué ocurrirá?

Él nos ha dicho que deja esa posibilidad en manos de Dios. Entiendo que la agenda del Santo Padre es muy difícil, tiene demasiados compromisos porque finalmente debe pensar en mil 200 millones de fieles y yo no puedo decir otra cosa sino que dejamos eso en manos de Dios. Así se lo manifesté al presidente. Colombia tiene la inmensa voluntad de que el presidente pise nuestra tierra y ojalá nos pueda dar una bendición. Igualmente somos profundamente respetuosos de su agenda y la posibilidad de poder pasar por el país.

Así como el gobierno desea una visita del Papa, también El Vaticano quisiera recibir al presidente, ¿no es así?

Si existe un interés, ya me lo han manifestado algunas de las personas más allegadas al Santo Padre y ese mismo mensaje se lo transmití al presidente Santos. En nuestros países a veces la movilización de un presidente no es fácil. En mi opinión un mandatario debería estar viajando por el mundo para fortalecer las relaciones, pero también los presidentes son muy prudentes en sus salidas porque a veces la gente percibe que están viajando demasiado. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que pueda venir en cualquier momento al Vaticano.