23.11.12

Colombia: el neo cardenal en aprietos

A las 1:15 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América, El Vaticano

Del Vatican Insider

“Cuando el aborto se despenalizó en tres casos yo dije: está bien”. Pocas palabras que, en cuestión de horas, se convirtieron en una verdadera loza sobre las espaldas del nuevo cardenal Rubén Salazar Gómez. El arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana las pronunció durante una larga entrevista a un periódico de su país, publicada el 13 de noviembre. Tal polémica provocaron -también en Roma-, que el clérigo fue obligado a desdecirse públicamente por “órdenes superiores”.

“El aborto es un crimen abominable y su despenalización no es aceptable en ningún caso, tampoco es posible considerarlo un derecho”. Con esa frase, seca y sin ambigüedades, Salazar respondió al llamado de atención que le llegó directamente de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Así lo publicó apenas ésta semana El Tiempo, el mismo diario que había difundido su entrevista anterior.

Sus declaraciones llegaron en un momento por demás inoportuno. No sólo porque en Colombia se debate, a nivel parlamentario, una posible “despenalización mucho más amplia” de la interrupción voluntaria de los embarazos sino también porque, a pocos días de ser creado cardenal por el Papa y siendo el máximo representante de los obispos de su país, los dichos del arzobispo han sido tomados como la posición oficial de la Iglesia.

Gracias a la sentencia C-355 de la Corte Constitucional colombiana del 10 de mayo de 2006 el aborto está despenalizado en tres casos: “Cuando la continuación del embarazo constituye peligro para la vida o la salud de la mujer”, “cuando existe grave malformación del feto que haga inviable su vida” y “cuando el embarazo sea el resultado de acceso carnal sin consentimiento o de inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentidas, o de incesto”.

A esas situaciones se refirió el neo cardenal. Pero sus dichos provocaron desconcierto en varios obispos de su país, en asociaciones pro-vida de América Latina y en no pocos oficiales de la Curia Romana. Aunque la Iglesia católica prefiere siempre distinguir entre condena moral y sentencia penal, resulta claro que grupos de presión han impulsado –en los últimos años en Colombia- una campaña cuyo objetivo es consagrar al aborto como un “derecho” por vía de la despenalización.

En este contexto una declaración como la de Salazar Gómez resulta, cuanto menos, poco inteligente. De ahí el llamado al orden del Vaticano. A horas que Benedicto XVI le imponga el anillo cardenalicio, este sábado 24 de noviembre en la Basílica de San Pedro.

No es la primera vez que las opiniones del arzobispo le ponen en aprietos. En abril pasado se pronunció a favor de la despenalización de la droga en una entrevista de radio, sorprendiendo a propios y extraños. “Hay una gran diferencia entre despenalizar y legalizar. Pienso que nosotros como Iglesia no nos oponemos a la despenalización, pero sí tendríamos reparos frente a la legalización”, dijo. Y abrió la caja de Pandora. En aquella ocasión Roma dejó correr, esta vez no.

Serafines susurran.- Que este día finalmente se anunció de manera oficial el nombramiento del ex prefecto de la Casa Pontificia, James Michael Harvey, como nuevo arcipreste de la Basílica de San Pablo Extramuros de Roma. Un día antes que el Papa Benedicto XVI le imponga el birrete colorado y lo eleve a la categoría de cardenal.

Como ya señalamos en este espacio, el traslado de Harvey no es casual. Todo parece indicar que su designación responde a un “ajuste de cuentas” después del escándalo “vatileaks”, el robo y la filtración a la prensa de cientos de documentos personales del pontífice. Todo el mundo sabe que Harvey fue quien recomendó la persona de Paolo Gabriele al secretario personal de Joseph Ratzinger, Georg Gaenswein, como el candidato ideal para convertirse en mayordomo papal en 2006.

El entonces prefecto avaló personalmente a quien se convirtió en contumáz ladrón. Y ese apoyo le aseguró la obtención del puesto. Visto que Gabriele resultó ser un amigo íntimo de los secretos ajenos durante toda su estancia laboral en los aposentos pontificios, su procesamiento en la justicia vaticana obligó a mover a su “recomendador” de tan clave puesto.

Empero, ¿por qué dejar a Harvey en Roma y no mandarlo como obispo a Estados Unidos? Y, sobre todo, ¿por qué concederle la purpura? Son preguntas que aún carecen de respuesta, así como la interrogante sobre quien sucederá al prelado norteamericano en la Casa Pontificia. Ya se filtró, desde los pasillos vaticanos, que el Papa estaría dispuesto a realizar un enroque y “sacrificar” un alfil para mantener el equilibrio en la Curia. Para ello designaría a su secretario Gaenswein como prefecto en lugar de Harvey y lo sacaría así de la primera línea de fuego. Aunque todavía se maneja sólo como una hipótesis, resulta plausible. De todas maneras este nudo deberá desatarse a breve. Veremos.

Se recomienda:

Cardenal precisa puntos sobre el aborto, la vida humana y la eutanasia