26.11.12

 

Porque lo que no hay duda es que hay que ponérselo.

Algo falla estrepitosamente en esta iglesia nuestra cuando te encuentras que en los bastante últimos años muchísimos cristianos no han recibido el sacramento de la confirmación, lo que hace que su iniciación cristiana haya quedado incompleta.

Se puede ver en cualquier parroquia. A pesar de todos los pesares, a pesar de que esto ya no es lo que era, seguimos bautizando niños en gran número. Y a pesar de todos los pesares tenemos primeras comuniones cada año hasta volvernos locos. Y casi ya. Porque confirmaciones poquitas y no todos los años, y con resultados bastante desalentadores.

Pues evidentemente que algo pasa. No se puede entender un pueblo cristiano que mayoritariamente tiene incompleta su iniciación cristiana que como todos sabemos comprende los sacramentos de bautismo, confirmación y eucaristía, y además por este orden.

Nosotros bautizamos sin problemas. Luego saltamos a la primera comunión con ocho, nueve o diez años según. Previamente, sacramento de la reconciliación porque a esa edad los niños ya tienen uso de razón y van comprendiendo lo que está bien y lo que está mal. Y ya. Porque la praxis pastoral ha sido un ideal que apenas nadie vivía: primera comunión, catequesis de post-comunión muchas veces convertida en jueguecitos sabatinos, catequesis de confirmación a partir de los catorce o quince para recibir el sacramento con diecisiete o dieciocho o…

Esto ha dado como fruto una enorme frustración porque esa catequesis de post-comunión muchas veces era nada con la asistencia de los cuatro o seis niños más aficionados, y en definitiva llegaban los mozalbetes a la catequesis de confirmación prácticamente sin desasnar –católicamente hablando- para tirarse dos o tres años, recibir el sacramento y nunca más.

Y esto aún hace años cuando eso de confirmarse era medio moda y cada año tenías un buen grupo. Ahora ya ni eso.

No puede ser que tengamos una enorme masa de bautizados sin recibir el sacramento de la confirmación. No puede ser de ninguna de las maneras. Algo nos está fallando: la praxis pastoral.

Pues no sé cómo vamos a resolverlo. Ni le toca a un servidor. Pero que algo falla y gordo lo sabemos todos.

El derecho canónico dice que “El sacramento de la confirmación se ha de administrar a los fieles en torno a la edad de la discreción, a no ser que la Conferencia Episcopal determine otra edad, o exista peligro de muerte o, a juicio del ministro, una causa grave aconseje otra cosa.” La conferencia episcopal española habla de en torno a los catorce años.

¿Habría que plantearse la confirmación antes de la primera comunión? Pues no sería ninguna barbaridad. Pero doctores y obispos tiene la santa madre iglesia que de esto sabrán más que un servidor.

Lo que es evidente es que así como estamos no podemos continuar.