1.12.12

Serie Pensamientos de vida sobrenatural - 29.- Pequeños ante Dios

A las 12:02 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Serie Pensamientos de vida sobrenatural

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Si eres sacerdote, tus propósitos, como tal, son admirables. Si eres religioso o religiosa, tus propósitos, como especial entrega a Dios, son admirables. Si, por último, lo que eres es laico, tus propósitos, como tal, serán admirables, pues el pequeño trozo de cielo, aquí, en la tierra, hemos de ganarlo con el pulso de una fe que, para otros, ha sido, ya, probada.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación de la serie

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

29.- Pequeños ante Dios

Los creyentes que nos sabemos hijos de Dios sabemos con toda seguridad que ante el Creador no somos más que hijos y que no podemos pretender alcanzar algún tipo de situación que nos favorezca o algo por el estilo. Somos pequeños y así lo deberemos considerar.

Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, supone reconocerse pequeño, muy pequeño, ante Dios.

1 En realidad somos poca cosa ante Dios pero grandes ante nuestro Creador.

2 Pequeñez espiritual… es, como poco, una buena forma de saberse.

3 Piensa que eres poca cosa y, seguro, llegarás a ser algo más frente a Dios.

4 Decir Dios y decir Padre es, para nosotros, un buen ejemplo de lo que somos: tan sólo y nada menos, que hijos.

5 ¿Te has dado cuenta de cómo un hijo pequeño confía en su padre? Haz tú lo mismo con Dios. Y si no tienes hijos, seguro que conoces a alguien que los tenga.

6 Abandónate a la Providencia de Dios.

7 No olvides que infancia espiritual no es infantilismo espiritual.

8 La pobreza espiritual y la humildad son hermanas de la infancia espiritual.

9 Somos hijos pequeños ante Dios. Eso no lo deberías olvidar, y que el hijo pequeño siempre mira a su padre desde abajo, tampoco..

10 Déjate enseñar por Quien puede.

11 Debes conducirte con la prudencia de quien se siente poco ante Dios.

12 Sé sincero como un pequeño, que no tiene aún dobleces, lo es.

13 Como infante espiritual debes mantener, siempre, una curiosidad muy propia de quien quiere aprender.

14 Recuerda como siendo niños no te desalentabas ante nada. Tampoco lo
hagas, rogando, ante Dios.

15 Ser infante espiritual es ser un maduro cristiano.

16 Santa Teresa de Lisieux dijo que “La santidad consiste en una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños entre los
brazos de Dios, conscientes de nuestra debilidad y confiados hasta la audacia en su bondad de Padre". ¿No quieres tú ser, así, santo o santa?

17 Considerarse poco no es considerarse nada sino, más bien, saber qué se es.

18 !Baja de la nube en la que vives¡ De cara a Dios es mejor saberse en una posición más cercana a la parte terrestre de la que, a veces, no eres capaz de desligarte para acercarte al Creador.

19 No quieras ser mayor en espíritu hasta que no hayas sido capaz de ser pequeño. Crecer, aquí, es a veces, imposible.

20 Quien se haga pequeño será… grande en la eternidad.

Pidamos a Dios para que tenga en cuenta nuestra pequeñez.

Ruego, también, a quien quiera hacer su aportación a estos veinte puntos, que así lo haga. Seguramente podremos aprender mucho unos de otros.

Eleuterio Fernández Guzmán