4.12.12

Wert, el mejor ministro de Rajoy

A las 12:38 PM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Sociedad siglo XXI

 

Obras son amores y no buenas razones. Eso cabe decir del actual ministro de Educación de España, José Ignacio Wert, que en mens de un año está poniendo patas arriba, en el buen sentido del término, la política educativa de este país. Lo último que acabamos de saber es que el Anteproyecto de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) elimina cualquier traza de asignatura de adoctrinamiento ético y moral estatal obligatorio. En otras palabras, adiós a la EpC.

No contento con eso, el ministro ha aceptado, por fin, ofrecer una asignatura alternativa a la de religión confesional, de tal manera que la religión deja de ser la paria del sistema educativo. En ese sentido, cabe recordar que en España no solo hay alumnos que cursan religión católica, sino también evangélica, musulmana y judía. Es decir, los padres eligen qué tipo de educación religiosa reciben sus hijos. Y ello sirve para que se cumpla lo que dictamina la Constitución en su artículo 27.3:

Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

La izquierda de este país no soporta ese mandato constitucional y, en su intento de cambiar los cimientos de la sociedad desde el sistema educativo, impuso una asignatura obligatoria que, en opinión de muchos padres, atentaba claramente contra ese artículo. Ello llevó a que se produjeran dos situaciones realmente interesantes. Por un lado, un buen número de padres optó por plantar cara a ese ataque a sus derechos mediante la objeción de conciencia. Por otra parte, la práctica totalidad de la patronal de enseñanza católica de este país decidió ejercer el papel de colaboracionista con el adoctrinamiento estatal, bajo la excusa de que su confesionalidad conseguiría embridar una asignatura que, sí o sí, chocaba precisamente en algunos puntos esenciales con los valores propios del catolicismo. Si de algo ha servido la EpC es para que nos demos cuenta de en qué se ha convertido la escuela católica concertada de este país.

La medida del ministro Wert viene además a cumplir, siquiera en parte, con uno de los puntos de los acuerdos de España con la Santa Sede, firmados en 1979. El artículo II de dichos acuerdos indicaba que los planes de educación “incluirán la enseñanza de la religión católica en todos los Centros de Educación, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales“. No sé todavía si la nueva legislación considerará la nota de religión como computable a la hora de hacer la media con el resto de asignaturas, pero la presencia de una asignatura alternativa supone una mejora considerable respecto a la situacion anterior.

Cuestiones éticas y religiosas aparte, la LOMCE quiere garantizar también algo tan elemental como el derecho de los alumnos a recibir las clases en su idioma materno, siempre que este sea oficial en la comunidad autónoma de residencia. A nuestros lectores no españoles les puede sorprender que España sea el único país del mundo donde, en varias regiones, los alumnos no pueden ser educados en el idioma oficial de todo el país. No tengo claro que el ministro vaya a lograr que esa barbaridad cambie, pero al menos lo va a intentar. La oposición del nacionalismo secesionista no deben hacernos olvidar que hay también comunidades gobernadas por el PP (Galicia, Baleares, Valencia) donde la política linguística-educativa es muy parecida a la que tiene lugar en Cataluña.

Ni que decir tiene que los cambios que ahora propone el gobierno serán echados abajo en cuanto el PSOE vuelva al poder. Me imagino que los socialistas sacarán toda su batería política y mediática contra la LOMCE. Doy por hecho que Rubalcaba acusará a Wert y a Rajoy de haberse plegado a los obispos y que amenazará con denunciar los acuerdos Estado-Iglesia en cuando regrese al gobierno. Los responsables del desastre educativo de esta nación -vía LOGSE- no estarán dispuestos a que un gobierno “de derechas” introduzca algo de sentido común en ese área tan sensible para el futuro de España. Pero por el momento tendremos dos cursos escolares por delante en los que se aplicará el nuevo proyecto de ley. Y luego, ya veremos quien gana las próximas elecciones.

Como ha dicho el presidente de Profesionales por la Ética, Jaime Urcelay, solo falta que a los hijos de los padres objetores de EpC se les regule su situación académica. Ellos, ayudados por diversos movimientos cívicos, han sido los verdaderos héroes en esta batalla por la libertad de educación en este país. Sin ellos no habría tenido lugar esta reforma. Al menos en los términos en que se plantea. Ha merecido la pena tanta lucha y tantos sinsabores. La guerra no está ganada y volveremos a vivir nuevos enfrentamientos en cuanto la izquierda toque poder. Pero mientras tanto, “que nos quiten lo bailao".

Luis Fernando Pérez Bustamante