9.12.12

Los curas no tenemos conciencia

A las 9:17 AM, por Jorge
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Era completamente previsible. Una campaña en la red defendiendo a Roy Bourgeois, ese sacerdote de la congragación de Maryknoll, excomulgado y suspendido a divinis por participar como concelebrante en su simulacro de ordenación sacerdotal de una mujer. Vamos, que el ex padre Roy Bourgeois estaba pidiendo dos bofetadas a gritos. No se puede enfrentar uno al Vaticano y encima con luz y taquígrafos, y encima en un tema tan serio y pretender que no pase nada.

Lo curioso de esta campaña, que flaco favor hace a cualquiera, es que “se trata de apoyar al padre Roy y defender el derecho de los sacerdotes a poder expresarse según su conciencia”.

Error. Grave error. Un sacerdote hará uso de su conciencia en aquello que afecte a su fuero interno y que en caso de duda resolverá con su confesor. Cuando se trata de apacentar al rebaño, y puede sonar la cosa muy rara, aquí no hay conciencia que valga. Porque los fieles tienen derecho a ser atendidos como pide la iglesia y decide el obispo, y los sacerdotes tenemos la obligación de pastorear como lo que somos: colaboradores del obispo, no reyezuelos del mambo.

Y si se diera el caso de que en conciencia no puedo decir lo que se me manda, pues puerta y fue un placer. Comprendo que hay cosas que nos cuestan más que otras. Es igual. Uno anuncia lo que tiene que anunciar porque es la doctrina de la Iglesia y es exactamente lo que los fieles tienen derecho a escuchar y vivir.

Los curas no tenemos conciencia que pueda justificar la oposición frontal a la doctrina de la Iglesia y menos en cuestiones definidas y cerradas. No tenemos conciencia que pueda oponerse a la moral de la Iglesia. No tenemos con ciencia que pueda negar el credo.
Nuestra conciencia es obedecer al obispo, servir a la gente como pide la Iglesia, gastarnos por la salvación de todos, no guardarnos un minuto de nuestra vida para nosotros mismos, atender a cada persona que acude a nosotros, orientar a los fieles.

Y si uno en conciencia no puede hacer esto, pues lo más honrado, por respeto a la Iglesia, por respeto a los fieles, pues le quedan dos opciones: o irse directamente, o acudir humildemente al obispo y pedirle un cargo más de tipo administrativo donde no se encuentre violentado. Y el obispo estas cosas las suele comprender.

Lo que no puede ser es enfrentarte a la iglesia en tema grave, hacerlo con luz y taquígrafos y luego decir que no pasa nada. Roy Bourgeois con esa acción estaba pidiendo las sanciones a gritos, y cuatro años se ha tardado esperando que rectificara. Al final ha pasado lo que tenía que pasar.

Lo de la conciencia no vale. Ni en la Iglesia, ni en can Barça, ni en la asociación de olivareros de Jaén. Uno está donde está y sabiendo lo que eso significa. Estar dentro y jugar con que hago lo que quiero por conciencia no vale. Y menos cuando de ti dependen los demás.