Para el Cardenal de Madrid “amar la verdad es un distintivo de un cristiano”


 

La Capilla del Seminario Conciliar de Madrid acogía ayer, martes 11 de diciembre, la celebración de una Eucaristía solemne, presidida por el Cardenal Arzobispo de Madrid y Gran Canciller de la Universidad San Dámaso, Antonio Mª Rouco Varela, y concelebrada por el Obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla, así como por el Rector de la Universidad, el del Seminario, profesores del centro académico, y vicarios episcopales.

En su homilía, el Cardenal ha recordado que el día de la festividad de San Dámaso, Patrono de la Universidad Eclesiástica, se celebra también la fiesta de santa Maravillas de Jesús, dos figuras que contribuyeron a “conocer mejor la verdad y ahondar mejor en la verdad”.

“La actualidad de este propósito y proyecto universitario -de San Dámaso- se le entiende bien si no olvidamos que ese es el gran objetivo nuestro, conocer la verdad en toda su hondura, plenitud, conocerla a través de un proceso de vida que avanza no sólo intelectualmente sino también desde la experiencia del corazón, del alma, de lo más íntimo y profundo del ser humano y que nos impulsa a saber donde están sus fuentes, las de la verdad”, destacó.

“Vivimos esta fiesta, dijo, con un ambiente de Navidad, o como Adviento, espera de la venida del Señor, de esa verdad que se hace Carne y habitó entre nosotros para siempre a través de la palabra de la Iglesia, de los sacramentos y del propio testimonio de la comunidad eclesial, de la gran comunidad cristiana”.

“Conocer la verdad es la especialidad del camino de docencia, investigación y también de formación de una universidad eclesiástica, de cualquier universidad, pero de la universidad eclesiástica en lo más profundo de sí misma, en el centro de sí misma, en quién es la verdad, que es Dios, y en la forma directísima en la que Dios se muestra al hombre, no sólo de lo que habla en el libro de la naturaleza sino en la revelación positiva en el libro y la tradición viva de la revelación y la palabra que la Iglesia transmite”, afirmó.

Recordó que san Dámaso “cuidó mucho que la verdad no fuese oscurecida en el seno de la Iglesia” y puso de manifiesto que “la ortodoxia es la regla que nos permite saber y conocer la verdad, vivirla, confesarla y profesarla dentro de la Iglesia. No es ninguna tarea que pase por épocas, que responda a épocas más o menos difíciles de la historia, es una tarea permanente. Mantener la ortodoxia, es decir, el conocimiento de la verdad, de la realidad revelada plenamente, en comunión con la palabra que nos revela y transmite la Iglesia y que garantiza el magisterio en su origen, autenticidad y en su profunda coincidencia con la palabra y revelación de Cristo es tarea permanente para la Iglesia, para una facultad de Teología, una universidad eclesiástica, muy en primer lugar. Y hay épocas en las que esa tarea se hace urgente, en la nuestra es muy urgente.”

Así, “lo sigue siendo y marca uno de los aspectos más importantes en la tarea de la enseñanza, de la promoción teológica de la Universidad de San Dámaso. Con ser un lugar, donde profesores y alumnos están en camino, unos para enseñarlo, para profundizar en él, otros para asimilarlo y también profundizando en ello el conocimiento de la verdad plena, la verdad que se ha revelado en la persona de Cristo, Dios vivo muerto y resucitado por nosotros”. En este sentido, afirmó que “el que no ama la verdad, no la busca, no la quiere, no la encontrará. Se puede uno apuntar a una versión de la vida fundada sobre la mentira de la relación con el mundo, con Dios, con uno mismo, se puede montar la vida sobre no tenerle miedo a la verdad, escurrirse sobre lo que ella exige, sobre lo que supone y ante lo que propone pero se debe edificar y construir la vida sobre el amor a la verdad”

En alusión a las palabras del Papa a los participantes en el III Sínodo de Madrid, el Cardenal dijo que “amar la verdad es un distintivo de un cristiano, sin el cual, no lo sería. Pero además es una exigencia de amor y caridad cristiana para el cristiano que sabe que tiene que ser testigo y servidor de la verdad, que sabe que el mayor bien que le puede hacer a su prójimo, personal e individualmente, al conjunto de la sociedad y de la cultura es, comunicarle, transmitirle, testimoniarle la verdad”.

Además, apuntó que “el Año de la Fe, la nueva evangelización, nos llama la atención de lo decisivo e importante que es para la vida de un cristiano, de un sacerdote, de un consagrado o consagrada, para la vida de una comunidad académica orientada y alentada por él, por la pasión teológica de él, como es el caso de san Dámaso, de tener conciencia de esa tarea como principal y fundamental en la vida y para la vida nuestra, de la Iglesia y del mundo. Y lo importante que es para los que tienen vocación de querer ser maestros y servidores de la verdad a través del sacerdocio que van a recibir un día a través del sacramento del orden, que en eso tienen que poner una gran parte de su corazón o su corazón sin más”.

“San Dámaso, prosiguió, fue también un gran testigo y servidor de la verdad, más allá de guardar la ortodoxia dentro de la Iglesia, siempre tratando de que la escritura, las fuentes de la revelación, la fuente primera que la Iglesia recibe la palabra de Dios, la entrega, palabra de Cristo y la entrega y quiere hacer accesible a todo el mundo a través de la traducción de la Sagrada Escritura a latín pero también es un ejemplo el sentido de que el mártir y en el mártir la forma más plena de haber encontrado la verdad, de amarla, de servirla y testimoniarla, subordinando el valor de la vida en este mundo al valor del amor a Cristo que no solo vale para la vida en este mundo sino para la gloria y el gozo eterno del hombre”. Y “santa Maravillas de Jesús ha sido una mujer que ha servido a la verdad apasionadamente porque amó a Cristo y vivió para Él y con Él”.

Concluyó pidiendo que este Año de la Fe profesores y alumnos puedan “ahondar en ese estilo de amarle a Él, que habría que designarle como apostólico, misionero, evangelizador y que no tiene miedo a dar la vida por Él”.