Roma
21 de diciembre del 2012

El Papa publica un artículo en Financial Times. La nueva estrategia de Greg Burke, asesor de comunicación de la Santa Sede, es que Roma entre en contacto con toda la sociedad

Aunque la Iglesia tiene sus tiempos, el tren de la modernidad -en el mejor sentido de la palabra- no espera. Y la Cátedra de San Pedro necesitaba un lavado de imagen y una nueva forma de tratar con la prensa y con un mundo donde todo se conoce al minuto. Por ello se escogió como asesor en esta materia a Greg Burke, experimentado periodista estadounidense que ya había trabajado en Roma como corresponsal de Time y Fox News. Ahora, este apuesta por la fluidez comunicativa con el entorno que rodea al Papa y con abrirse a nuevos campos.


 

"A time for Christians to engage with the world", un tiempo para comprometerse/relacionarse con el mundo. Con este título ha firmado Benedicto XVI un artículo en el diario económico británico Financial Times. Un verdadero hito, pues se trata de la primera vez que un pontífice escribe en un periódico no religioso. El hecho no resulta baladí ni aislado, se enmarca en la política de comunicación que Greg Burke, asesor personal del Papa desde junio, intenta implantar desde la Ciudad Eterna.

Un estilo fresco y desenfadado, pero conservador de un profundo equilibrio entre la cercanía y la carga de profundidad de sus mensajes. Algo que los miembros de la red social Twitter han percibido de primera mano cuando hace apenas una semana, comenzaba su actividad la cuenta @Pontifex en diversos idiomas. Actualmente, el número de seguidores del cabeza de la Iglesia asciende a más de dos millones y crece día a día.

Sin lugar a dudas, los escándalos de Vatileaks y la documentación que reveló el mayordomo papal han hecho caer en la cuenta de que la institución debe introducirse de lleno en los medios y formas más modernas sin perder un ápice de los principios que basan la fe de más de mil millones de personas en todo el globo. Poco a poco, con prudencia pero con decisión, Burke quiere dar un paso hacia adelante en la relación del Papa con la prensa y con muchos que no escucharían su voz si no fuera por estas vías. ¿Redundará en una mejor valoración de su figura, especialmente en los no creyentes?