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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 21 de diciembre de 2012

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Pedro Canisio
«El más importante e intrépido defensor de la religión»

Santa Sede

El gozo en el dolor, la gran aportación de Cristo a la humanidad
Tercera predicación de Adviento: ''Evangelizar a través de la alegría''

VENTANA AL MUNDO

Religiosas escalabrinianas terminan un año más de servicio con los migrantes
Cerca de 70 extranjeros han recibido alfabetización, idiomas, capacitación al trabajo y consejería

La Comunidad Judía de Madrid solidaria con los golpeados por la crisis a través de Caritas
Entregó un generoso donativo a la agencia humanitaria de la Iglesia

¿Hacia un modelo europeo de economía social de mercado?
Seminario de diálogo Iglesias-Comisión en Bruselas

CULTURA Y EDUCACIÓN

Si no usamos la poesía mística para acercarnos a Dios, la vida carece de sentido y de trascendencia
Coloquio con Yhamile Narváez, ecuatoriana, ganadora del XXXII Premio Mundial Fernando Rielo de poesía mística (II)

MÚSICA Y ARTE

Navidad: la música, también en familia, abre el corazón y el alma a Dios
Declaraciones del maestro de ceremonias del papa: ayuda a asimilar la Palabra de Dios

RELIGIONES

''Caminos de Sefarad'', un recorrido virtual por las juderías de España
Siguiendo los pasos de los sefardíes a través de los vestigios dejados en sus barrios

ADVIENTO Y NAVIDAD

Donde Navidad está de rebajas
En Japón, sucede lo que puede llegar dentro de poco a nuestras ciudades

''Les anuncio una gran alegría''
Tercera predicación de Adviento: ''Evangelizar a través de la alegría''

SANTOS PARA EL SIGLO XXI

Futuros nuevos santos y beatos en la Iglesia, entre ellos Pablo VI
Varios hispanoamericanos, españoles, y 33 mártires de la guerra de 1936-39

Córdoba: el padre Cristóbal será beatificado
Primeros pasos hacia la santidad de otros cordobeses

Comentario al Evangelio

Servicio humano y relación salvífica
Comentario al evangelio del Domingo 4° de Adviento/C

Mensaje a nuestros lectores

¡Felices Pascuas a nuestros lectores!
''Buena Navidad de esperanza''


SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Pedro Canisio
«El más importante e intrépido defensor de la religión»
MADRID, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Así fue conceptuada la excepcional labor de este egregio jesuita, incansable apóstol y apologeta, que no se concedió ni un instante para sí, haciendo de su vida un permanente acto de ofrenda a Cristo.

Por Isabel Orellana Vilches

Este insigne apóstol de Alemania, que siguió los pasos de san Bonifacio en la evangelización germana, nació el 8 de mayo de 1521 en la localidad holandesa de Nimega. Su influyente familia pertenecía a la nobleza. Fue el primogénito de dos hermanos, y de ocho vástagos más que nacieron del segundo matrimonio de su progenitor, quien contrajo nuevas nupcias al enviudar. Todos los hijos fueron educados en la fe tanto por el padre como por sus dos esposas. En 1536 Pedro inició sus estudios en la universidad de Colonia. Y fue allí donde la eficaz labor apostólica de dos sacerdotes le fueron conduciendo hacia una vida espiritual intensa. El segundo, P. Nicolás van Esche, que fue su confesor, le sugirió leer el Evangelio todos los días y le proporcionó las pautas elementales de la oración. Fue un alumno excepcional; en 1540 obtuvo el Magister en Teología. Entonces vivía en un estado de búsqueda, y se hallaba a la espera de que Dios le mostrara el camino mientras barajaba la opción sacerdotal.

Todo se concretó al conocer al jesuita Pedro Fabro en 1543; le había puesto en contacto con él otro jesuita compañero de estudios. Se trasladó a Maguncia expresamente para hablar con el beato, y quedó bajo su amparo. Después, hizo los ejercicios espirituales, y en mayo de ese año ingresó en la Compañía de Jesús. El noviciado coincidió con la muerte de su padre y decidió distribuir los cuantiosos bienes que le legaron entre los pobres, estudiantes sin recursos y también entre los jesuitas. En el noviciado le encomendaron la delicada misión de dirigir como vicesuperior a la reducida comunidad que quedó en Colonia tratando de esquivar el decreto de expulsión que pendía sobre los conventos. Y en 1544 comenzó a dedicarse a la predicación, acción apostólica que le distinguiría y en la que obtuvo grandes conversiones.

Profesó en mayo de 1545. Le avalaba su prestigio en la Universidad cuando le designaron para participar en la Dieta de Worms donde se dirimían los conflictos entre protestantes y católicos. Otra de sus actuaciones se produjo en el ámbito de la diplomacia. Trabajaba arduamente, consciente de que no tenía ni un instante para sí, como expresaba al P. Fabro en sus cartas. Fue ordenado en junio de 1546 y en agosto de este año moría el beato, noticia que Pedro acogió con incontenible emoción ya que se había formado bajo su tutela. La situación eclesial era gravísima porque el arzobispoMax Hermannvon Wied se había involucrado en la herejía y lo habían excomulgado. Las misiones diplomáticas que Pedro llevó a cabo fueron esenciales para el mantenimiento de la fe en Colonia; por ellas se le califica como «el más importante e intrépido defensor de la religión». Se distinguió por su celo apostólico, la oración, la meditación y la caridad que mostraba hacia todos. Fue un apologeta de la fe, cuya defensa efectuó con rigor y respeto, imbatible en su manera de refutar los errores.

Participó en el Concilio de Trento, y después se trasladó a Roma por indicación de san Ignacio de Loyola, que se ocupó personalmente de completar su formación. Humilde, obediente y dispuesto a todo por Cristo, partió a Mesina para trabajar en un colegio infantil. Reconoció: «Me apego a la obediencia, con el corazón. Obligo al espíritu a no inclinarse». Con esta magnánima resolución transcurrió el resto de su vida entre Alemania, Austria y Holanda, siendo incansable apóstol, insigne profesor, ardiente predicador y reconciliador que supo tocar la fibra íntima de los apartados de la fe. Pacificador y mediador en graves conflictos, hombre de gran visión y sabio gobierno, por donde pasaba surgían vocaciones y, con ellas, el incremento de sacerdotes. Fue fundador de colegios, vice gran canciller y rector universitario, administrador de la diócesis de Viena, a su pesar, por expresa indicación del papa Julio III, y reputado autor.

Entre sus obras se halla el famoso compendio de doctrina cristiana, luego convertido en catecismo, que sería objeto de numerosas traducciones y reediciones. En 1556 san Ignacio lo designó provincial de Alemania hallándose bajo su jurisdicción Austria, Bohemia, Baviera y el Tirol. En tres décadas recorrió miles de kilómetros evangelizando a las gentes. «Descansaremos en el cielo», decía. Todos, fueran o no creyentes, le estimaban. Fue designado nuncio por Pío IV, y Pío V le encomendó asistir a la Dieta de Augsburgo. Los últimos 17 años de su vida los pasó en Friburgo, animando, consolando, estudiando, escribiendo e impulsando las fundaciones. Murió el 21 de diciembre de 1597 contemplando a María. Fue canonizado y declarado doctor de la Iglesia el día 21 de mayo de 1925 por el papa Pío XI.

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Santa Sede


El gozo en el dolor, la gran aportación de Cristo a la humanidad
Tercera predicación de Adviento: ''Evangelizar a través de la alegría''
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Después de reflexionar sobre la gracia del Año de la Fe y sobre el aniversario del Vaticano II, el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, dedicó hoy su última meditación de Adviento al tercer gran tema del año, la evangelización.

El papa ha invitado a la Iglesia a hacer de este año una oportunidad para redescubrir "la alegría del encuentro con Cristo", la alegría de ser cristianos. Haciéndode eco de esta exhortación, habló hoy de cómo evangelizar a través de la alegría. Lo hizo permaneciendo lo más posible en el tiempo litúrgico, de modo que sirva también como preparación a la Navidad.

En los "evangelios de la infancia", Lucas, "inspirado por el Espíritu Santo", ha conseguido no solo presentarnos los hechos y los personajes, sino también recrear la atmósfera y el estado de ánimo en que se vivieron esos acontecimientos. Uno de los elementos más evidentes de este mundo espiritual es la alegría. La piedad cristiana no se equivocó cuando llamó a los hechos de la infancia de Jesús, los «misterios gozosos», misterios de la alegría.

Tras comentar los evangelios, y sus referencias a la alegría, alegría calma y profunda, que se expresa sobre todo en el estupor y en la gratitud de los protagonistas, se centró en la figura de María. “Estamos ante el ejemplo más puro de la 'sobria embriaguez' del Espíritu”, subrayó.

En una segunda parte de su predicación, el predicador pontificio trató el pasar de la liturgia a la vida. Aseguró que los evangelios de la infancia tienen poco que decir “a quien busca en ellos sólo la historia y tienen en cambio tanto que decir a quien busca en ellos también el significado de la historia, como hace el santo padre en su último volumen sobre Jesús”.

¿De dónde nace la alegría?, se preguntó. Y respondió: “La fuente última de la alegría es Dios, la Trinidad”. “¿Cómo puede fluir la alegría entre estos dos planos así distantes? “De hecho, si escudriñamos mejor la Biblia, descubrimos que la fuente inmediata de la alegría está en el tiempo: es el actuar de Dios en la historia”, respondió.

El padre Cantalamessa subrayó, en la tercera parte de su meditación, una relación diferente entre la alegría y el dolor. “Jesús ha obrado, en el plano de la alegría, una revolución de la que es difícil exagerar el alcance y que puede ser de gran ayuda en la evangelización”, explicó.

“Cristo ha invertido la relación entre el placer y el dolor. El "por el gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo" (Hb. 12,2). Ya no es un placer que termina en sufrimiento, sino un sufrimiento que lleva a la vida y a la alegría”.

En un cuarto punto de su meditación, el predicador franciscanos invitó a testimoniar la alegría. “El mundo busca la alegría”, dijo. "Todos queremos ser felices”. “Este anhelo de la alegría es el lado del corazón humano naturalmente abierto a recibir el 'mensaje alegre'". “Los jóvenes sobretodo buscan la alegría”. “La alegría es el único signo que incluso los no creyentes son capaces de percibir y que puede meterlos seriamente en crisis”, son afirmaciones del predicador pontificio.

“En medio de las pruebas y los desastres que afligen a la Iglesia, sobre todo en algunas partes del mundo, los pastores pueden repetir, incluso hoy en día, esas palabras que Nehemías, un día, después del exilio, dirigió al pueblo de Israel abatido y en llanto: 'No estén tristes ni lloren [...], porque la alegría de Yahvé es su fortaleza'". “Que la alegría del Señor, santo padre, venerables padres, hermanos y hermanas, sea realmente, nuestra fuerza, la fuerza de la Iglesia. ¡Feliz Navidad!”, concluyó el padre Raniero Cantalamessa.

Ver el texto completo de la prédica en: http://www.zenit.org/article-43931?l=spanish.

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VENTANA AL MUNDO


Religiosas escalabrinianas terminan un año más de servicio con los migrantes
Cerca de 70 extranjeros han recibido alfabetización, idiomas, capacitación al trabajo y consejería
Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- "Cristo les quiere, por eso la Iglesia les quiere". Con estas palabras se dirigió el celebrante de la misa de clausura de fin de año, a los asistentes al Centro intercultural para migrantes de las religiosas escalabrinianas en Roma.

Y los allí presentes lo comprendieron bien, porque así sean venidos del Bangladesh, Sri Lanka, República Dominicana o Colombia, han sido atendidos --y con ellos sus hijos--, tal como si estuvieran en casa, es decir, no como unos extranjeros que incomodan sino como hermanos que son, independientes de su origen y menos aún de su religión.

Servicio y caridad

¿Y qué apoyo se les ha dado? Durante lo que va del año, muchos de ellos han recibido clases gratuitas de italiano, e incluso de alfabetización para quienes no sabían leer ni escribir cuando llegaron a Italia.

Otros, más avanzados y curiosos, vienen siguiendo el recorrido de los cursos de informática, también de corte y confección o de comunicación intercultural, que no es otra cosa que aprender cómo comunicarse a través de los medios de comunicación y redes sociales con sus connacionales, así como hacer "advocacy" ante sus necesidades o promocionar sus eventos.

Para los más pequeños, las hermanas escalabrinianas y demás voluntarios han organizado grupos de estudio después de clases para nivelar y repasar las lecciones, mientras sus madres o padres terminan su jornada de trabajo diaria.

Migrantes con los migrantes

La directora del Centro, hermana Adriana Didon, no deja de acoger con entusiasmo a los que van llegando para el saludo navideño, donde se comerá panetón y se tomarán refrescos, todo compartido por ellas desde su pobreza.

Nos cuenta que han sido cerca de 70 los extranjeros beneficiados con los servicios del Centro, que no tiene otro objetivo que hacer vida el mensaje del beato Giovanni Battista Scalabrini: "Hacerse migrantes con los migrantes". Una motivación que comparte claramente el grupo de religiosas y laicos comprometidos con el desarrollo humano y social de los que acuden hasta ellos.

Otros servicios complementarios son la orientación, el apoyo psicológico, la capacitación para obtener la licencia de conducir --que abre puertas al trabajo--, y para quienes lo deseen, recuerda sor Adriana con la alegría de la esposa, "les presentamos a Cristo a través de la palabra de Dios".

Mañana sábado se cerrarán algunas actividades con la entrega de las constancias de participación del nivel A1 de italiano, que es un paso importante para los requisitos del permiso de residencia.

Otros serán certificados como comunicadores interculturales, dispuestos y preparados a difundir lo que hacen, lo que necesitan, sus sueños...

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La Comunidad Judía de Madrid solidaria con los golpeados por la crisis a través de Caritas
Entregó un generoso donativo a la agencia humanitaria de la Iglesia
MADRID, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Este miércoles, la comunidad judía de Madrid entregó un generoso donativo a Caritas Madrid.

El 19 de Octubre –informa el Centro de Estudios Judeo-Cristianos-Madrid- tuvo lugar en la sede de Caritas Madrid un acto en el que participaron Pablo González Díaz, delegado episcopal de Caritas Madrid; David Hatchwell, presidente de la Comunidad Judía de Madrid; Jacobo Bendahan, delegado de acción social de la Comunidad Judía de Madrid, para hacer entrega en nombre de dicha comunidad de un generoso donativo a favor de la organización de Caritas Madrid.

Según manifestó David Hatchwell, “conscientes de los momentos difíciles que atraviesa la sociedad, deseamos ser solidarios con este acto de justicia social, posibilitando con nuestro donativo una vida más digna para aquellos que más lo necesitan, a través de una de las instituciones que consideramos de mayor prestigio en nuestro país”.

En el transcurso de una animada charla entre ambos dirigentes, compartieron las preocupaciones y necesidades de ambas instituciones, y sentaron bases para una futura colaboración.
Pablo García expresó su agradecimiento en nombre de Caritas Madrid. El acto concluyó con un afectuoso abrazo entre los asistentes.

“Con este acto –concluye el comunicado- la Comunidad Judía de Madrid muestra una vez más su solidaridad con el pueblo de Madrid y con la Iglesia”. 

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¿Hacia un modelo europeo de economía social de mercado?
Seminario de diálogo Iglesias-Comisión en Bruselas
BRUSELAS, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- ¿Hacia un modelo europeo de economía social de mercado? Tal era el tema del seminario de diálogo organizado por el Consejo Europeo de las Iglesias (CEC) y la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), conjuntamente con la oficina europea de Consejeros de la Comisión Europea (BEPA), el 14 de diciembre de 2012 en Bruselas.

Por el Tratado de Lisboa, el término "economía social de mercado" ha sido introducido, entre otros numerosos objetivos, en el Tratado sobre la Unión Europea. El modelo de la economía social de mercado se convierte así en uno de los grandes objetivos de la Unión la cuál falta aún por cumplirse. ¿Pero cuáles son sus fundamentos? ¿Cómo européizar esta economía social de mercado? La crisis actual en la zona euro y las debilidades y desigualdades estructurales en el seno de la Unión Europea intensifican la urgencia de este debate.

En la apertura de la sesión, monseñor Ambrosio, vicepresidente de la COMECE, subrayó que la noción de economía social de mercado era una de las claves para recobrar la confianza de los ciudadanos a favor del proyecto europeo. "Es necesario valorar cada vez más el significado de la gratuidad, no sólo en el contexto de la actividad económica, sino también en el dominio social y político". El profesor Heinrich Bedford-Strohm, obispo de la Iglesia evangélica luterana de Baviera, insistió en el hecho de que "el éxito de la economía social de mercado es particularmente debido al hecho de que la responsabilidad social forma parte integrante del proceso económico y no es solamente una etapa que sigue a la prosperidad económica. Pero hoy, el mayor desafío de la economía social de mercado es hacer frente al cambio climático, que golpea sobre todo a los países pobres del sur".

En la segunda sesión, los expertos de las Iglesias de diferentes estados miembro fueron invitados a concretar sobre la convergencia de Europa hacia una economía social de mercado. Desde Polonia, Sarnacki SJ consideró que la economía social de mercado exige una economía orientada de modo racional, basada en la confianza social y consolidada por el contrato social. El ideal es un equilibrio entre productividad económica y responsabilidad social. "Esto implica transparencia, un marco jurídico justo y satisfactorio, así como la implementación de reglas de solidaridad y de participación. Tal modelo no existe en la actualidad",  concluyó. Por su parte, el profesor Heikki Hiilamo presentó la experiencia de Finlandia, que fue afectada por una gran depresión económica en los años 1990. Llas Iglesias contribuyen al esfuerzo público de lucha contra la pobreza y la exclusión social, complementando los servicios sociales proporcionados por el Estado. Por eso llamó a la Comisión Europea" a abrir, más de lo que hace hoy, los programas europeos de financiación a los actores de Iglesia".

La tercera sesión fue dedicada al paro juvenil, como desafío inmediato en toda la UE. Diferentes organizaciones de Iglesia presentaron los éxitos obtenidos en sus diferentes proyectos de lucha contra el paro juvenil. La inserción de los jóvenes trabajadores por Cáritas Diocesana de Segorbe Castellón, España; la campaña One in a Million, lanzada por Frontier Youth Trust, en Birmingham, Reino Unido; QuiK-Service, una iniciativa de calificación lanzada por el Kolping Akademie de Ingolstadt, Alemania.

Finalmente, el hecho de que el concepto de una "economía social europea de mercado" se ancle en los tratados europeos desde 2009 no es suficiente. Las Iglesias y sus organizaciones recuerdan hoy la necesidad de europeizar este concepto para permitirles a los estados miembro de la UE hacer frente a la competencia mundial, manteniendo una protección social eficaz a los más débiles pero también para convertirse en una economía sostenible de cara a las exigencias medioambientales y climáticas.

Traducido del francés por Raquel Anillo

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CULTURA Y EDUCACIÓN


Si no usamos la poesía mística para acercarnos a Dios, la vida carece de sentido y de trascendencia
Coloquio con Yhamile Narváez, ecuatoriana, ganadora del XXXII Premio Mundial Fernando Rielo de poesía mística (II)
Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, viernes 21 octubre 2012 (ZENIT.org).- En la primera parte de la entrevista a Yhamile Narváez Cárdenas, ganadora del XXXII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, conocimos algunas de sus motivaciones para escribir, así como su gran inspiradora, santa Teresa de Jesús. En esta segunda parte profundizamos con ella un poco más sobre los contenidos de sus poemas y planes a futuro.

¿Cuando se escribe poesía mística se piensa solo en la relación con Dios, o en lo que queremos que la gente lea?

--Yhamile Narváez: Yo volvería a la imagen de los enamorados, que expresan su amor independientemente de lo que pasa a su alrededor. Creo que en el camino de descubrir a Dios, el cómo los otros vean ese proceso, es poco importante. Osea, lo que digan los demás sobre nuestra relación con Dios, a menos que sea para ayudarnos a crecer en esa relación, dificilmente será una opinión cabal.

¿Cree que la poesía mística puede ayudar al hombre contemporáneo a acercarse a Dios?

--Yhamile Narváez: Yo estoy de acuerdo con lo que dijo el cardenal Cañizares el día de la ceremonia de premiación, de que el día que desaparezca la poesía mística, va a desaparecer el hombre. Porque la poesía mística es la manera más dúctil de la oración, en la que el hombre puede ir expresando lo que quiere, lo que desea, lo que aspira, lo que ama de Dios y cómo esa búsqueda de alguna manera se retribuye. Si no usamos esta poesía para acercarnos a Dios, entonces la vida carece de sentido y de trascendencia.

Quizás pueda explicarnos algunos versos de uno de sus poemas. Leemos por ejemplo, “Brillan las constelaciones, como un libro de cuentos que no cierras nunca”

--Yhamile Narváez: Siempre he sido consciente de lo que Dios ha hecho en mi vida, aunque no haya sido agradecida, siempre he sido consciente que ha estado allí. Siempre me gusta ver el cielo de Quito y el de mi ciudad que es un cielo con estrellas, y cuando busqué respuestas a las cosas que me complicaban la existencia, me bastaba con levantar la cabeza y saber que muchas de esas cosas están para mi, y así es como me siento amada. Es como los hijos únicos que obtienen absolutamente todo de sus padres y que tienen alrededor de ellos el afecto, el cariño y todos lo que hacen por ellos sus padres. Por eso es un libro de cuentos que no se cierra nunca, es mi libro de cuentos, es el libro que se hizo para mi.

Otro verso, “Tengo que levantarme, tú me esperas”...

--Yhamile Narváez: Esa parte describe mi jornada de mamá y de profesora que termina muy tarde. Y levantarse temprano cuando uno se ha acostado tarde a veces cuesta. Pero yo pensaba más que en mí, en la novia del Cantar de los Cantares, en que él le dice ‘mira vengo con la cabeza cubierta de rocío, ábreme la puerta’, y ese momento de duda hace que cuando finalmente ella abra la puerta, él ya se ha ido. Hay que contestar ahora, porque si esperamos…, no es que Él nos abandona, pero este encuentro se pierde.

No ha crecido el día lo suficiente y Tú ya lo tienes todo listo”…

--Yhamile Narváez: El padre es sumamente providente y todo lo que él quiere que se haga, se hace. Y él no conoce la palabra imposible, yo todos los días veo cosas muy pequeñas que parecieran respuestas a lo que yo voy pidiendo, a las cosas que yo veo que se necesitan y que no puedo resolver pero que él va resolviéndolas por mi, sin que yo tenga siquiera que hacer esfuerzo. Porque es el padre preocupado que está allí y está diciendo "deja que eso me toca a mi, yo lo resolveré, como yo vea que sea conveniente, en el momento que sea conveniente". Es dejarse llevar, dejar que Dios sea Dios y lo que se pueda resolver se resuelve, más como ocupación que como preocupación. Lo demás hay que dejárselo a Él, su tiempo es su tiempo, su ritmo de hacer las cosas es el suyo, él sabe por qué las cosas antes o después. Él tiene muy claro el cómo y el por qué de las cosas, así es que Él lo tiene todo listo.

"La aventura de vivir en tu Presencia..."

--Yhamile Narváez: La aventura supone muchas cosas. Primero supone el ser convocado, ya que los héroes no salen de aventura porque quieren, sino porque son convocados, en esa medida hay un llamado. Además quien sale a una aventura busca algo y ese que se busca es Dios. Pero está también lo otro, los peligros que hay que afrontar, los riesgos que hay que tomar o la posibilidad de quedarse en el camino, por eso es una aventura.

"Yo quiero ofrecerte otra vez mi vida", ¿Qué entender por “otra vez”?

--Yhamile Narváez: Es como los enamorados que no se cansan de decir te amo, te amo. Y es eso, decir aquí estoy, otra vez, tú sabes que todo el tiempo soy para ti. Pero hoy que amanece, en este día que soy consciente de que estoy aquí y que estoy viva y que es un día que debo vivir, este día quiero ofrecértelo, por completo, todo, lo que se pueda, lo que tenga, lo que se haga, absolutamente todo, hoy, en el presente. El pasado fue, y queda ya para la misericordia del Señor y el futuro es algo con lo que no necesariamente hay que contar. Solo queda el presente que sé que puedo darte, este es el que tienes, gracias, aquí lo tienes...

¿Va a seguir escribiendo poesía mística?

--Yhamile Narváez: Sí, tengo necesidad de escribir. Un profesor mío decía que hay que sacar fuera lo que uno tiene para que brille o para que no nos haga daño. En el caso de la poesía mística es la necesidad de decirle al Otro “yo te amo, quiero amarte, quiero aprender a amarte, quiero aprender a vivir como tú quieres que yo viva, quiero ser lo que tú sueñas de mi”. Sí, porque es la necesidad de quien está enamorado y está dispuesto a hacer lo que sea necesario --no por conquistar el corazón del Otro, porque es un corazón que ya está conquistado--, sino para no traicionar ese amor, para no pasar por encima de ese amor, que es lo que los seres humanos hacemos todo el tiempo. Es esa búsqueda de quererle decir eso todo el tiempo, a través de las cosas sencillas de mi vida, de ama de casa, de profe de colegio, con niños, con esposo, con alumnas y compañeras de trabajo, con la vida normal que el Señor me ha dado y la que debo hacer florecer, porque no conozco de otra vida.

¿Qué les diría a los que quieren escribir poesía mística?

--Yhamile Narváez: Les diría dos cosas. Primero, que en la medida que uno escribe, expresa. Y el derecho a expresarse es un derecho que tenemos todos los seres humanos. Creo que nadie, humanamente, le prohibiría a un niño dejar de hablarle a su padre o a su madre. Así es que si alguien tiene la necesidad, la inquietud de escribir para contar su experiencia de Dios, debe hacerlo. Porque mientras más lo haga, le saldrá mejor y ahondará en el camino; y mientras más ahonde, la poesía –y la relación--, será mucho mejor.

Ver primera parte de la entrevista en:www.zenit.org/article-43913?l=spanish.

Para acceder a fragmentos de los poemarios premiados: http://www.rielo.com/.

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MÚSICA Y ARTE


Navidad: la música, también en familia, abre el corazón y el alma a Dios
Declaraciones del maestro de ceremonias del papa: ayuda a asimilar la Palabra de Dios
Por H. Sergio Mora

ROMA, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Monseñor Guido Marini es el maestro de las celebraciones litúrgicas de Benedicto XVI. Muchas veces es visto por el gran público en televisión al lado del pontífice durante las celebraciones litúrgicas. En esta entrevista explica el sentido de la música en la liturgia y también la familia.

Después del concierto de Navidad, realizado el 15 de diciembre pasado por el coro de la Capilla Musical Pontifica Sixtina, en la iglesia romana de San Agustín, ZENIT pidió unas declaraciones a monseñor Guido Marini sobre la música sacra, y también en familia, que proponemos a continuación.

¿La música en familia puede ser importante durante la Navidad?

--Mons. Guido Marini: Esta noche con el coro de la Capilla Sixtina hemos tenido un nivel muy alto, si bien la música mismo con un nivel más abordable, en ambiente familiar, seguramente es siempre educativa, porque educa a la belleza, a lo espiritual y abre el corazón al anima y a Dios.

¿Los papás en la medida de lo posible la tienen que incentivar, particularmente delante del pesebre?

--Mons. Guido Marini: Desde este punto de vista si la música, y la música bella tuviera un lugar significativo, sería una ayuda para abrir mayormente el corazón al Señor en Navidad, para su venida. En la medida en que las vivimos como instrumentos que nos abren el corazón son una gran ayuda.

El concierto de esta noche tuvo, sea gregoriano que polifónico.

--Mons. Guido Marini: Creo que hemos sentido cómo la música sacra destinada a la liturgia, sea gregoriana, sea polifónica, muestra una característica: no hay nada que sobre, todo está al servicio de la palabra.

En la música litúrgica grande --como la que hemos escuchado esta noche- no hay nada que pueda superarla en este servicio bellísimo que el canto le da a la palabra, porque es la palabra la que debe emerger, ser escuchada y ser asimilada a través del sonido del canto y de la música.

¿Cómo nos ayuda un concierto de música sacra?

--Mons. Guido Marini: Este concierto nos ha ayudado a ir a lo esencial. En este tiempo tenemos que vivir lo que la música nos ha hecho sentir en esta noche: la centralidad de la palabra de Dios, de Jesús el Salvador. Durante el concierto hemos escuchado una hermosa Ave María del maestro Luigi Molfino, en la cual la Virgen es llamada 'aurora', porque la aurora promete el nacimiento del sol. Para nosotros, dirigirnos a María quiere decir justamente obtener las indicaciones para ir hacia lo esencial, hacia el sol que viene a visitarnos y a salvarnos, Jesús el Salvador.

¿Cómo prepararnos en esta Navidad?

--Mons. Guido Marini: Entregando a la Virgen María estos días que aún nos quedan antes de Navidad, para que las muchas cosas en las cuales estamos sumergidos no nos hagan perder de vista lo esencial: Jesús. Como la Virgen nos indica, y como la Capilla Sixtina esta noche nos ha enseñado a través de las interpretaciones que hemos escuchado.

¿No perder de vista lo esencial y por lo tanto?

--Mons. Guido Marini: Creo que a la luz de la invitación que la Navidad nos hace, cada uno debe quitar lo superfluo, lo inútil de nuestra vida, especialmente lo que distrae de lo esencial.

Vivimos con tantas preocupaciones y cosas para hacer. No tenemos que eliminar todo, sino restituir el significado de lo que hacemos, por quién lo hacemos, quién es el motivo de todo esto.

Si logramos poner en foco lo que nos lleva al Señor, entonces habremos encontrado lo esencial y tendremos el coraje de eliminar lo superfluo y de vivir todo según esta lógica, que es encontrar a Jesús.

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RELIGIONES


''Caminos de Sefarad'', un recorrido virtual por las juderías de España
Siguiendo los pasos de los sefardíes a través de los vestigios dejados en sus barrios
TOLEDO, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- El patrimonio judío de las ciudades con más patrimonio judío, podrá verse a partir de ahora en todo el mundo gracias al proyecto "Caminos de Sefarad", presentado ayer en Madrid, y que permite conocer la Red de Juderías de España a través de Internet.

El proyecto, diseñado por la Red de Juderías y Google, permitirá a todos los usuarios del mundo visitar y recorrer virtualmente las veinticuatro ciudades de la Red, pasear por sus calles, descubrir los elementos patrimoniales y culturales destacados, además de conocer la historia que hay detrás de ellos desde una misma plataforma.

La Red de Juderías ha incorporado la tecnología de Google Maps, lo que supone geoposicionar los distintos puntos de interés y acompañarlos de documentación histórica, que se despliega en el momento en el que el internauta pincha sobre cada uno de los lugares señalados en el mapa.

La tecnología aportada permite organizar todos los contenidos con mapas y cronogramas, en distintos niveles de información. En total, 523 enclaves, 910 entradas cronológicas, 1.674 imágenes, 67 textos complementarios, y 138 voces léxicas comentadas, a los que el usuario puede acceder en un entorno web que almacena información del siglo III a la actualidad.

En la presentación, participaron el presidente de la Red de Juderías de España y alcalde de Tudela, Luis Casado, la directora de Políticas Públicas y Asuntos Institucionales de Google España, Italia, Portugal y Grecia, Bárbara Navarro y el director general del Centro Sefarad-Israel, Florentino Portero. El director de la Oficina del Alto Comisionado del Gobierno para la marca España del Ministerio de Asuntos Exteriores, José Ángel López Jorrín, clausuró el acto.

En la presentación del proyecto, el alcalde de Tudela aseguró que esta iniciativa servirá para "poner en valor la cultura y herencia judía" en España.

El proyecto realizado en español e inglés, ha contado con la colaboración de los ayuntamientos de Ávila, Barcelona, Besalú, Cáceres, Calahorra, Castelló d'Empúries, Córdoba, Estella-Lizarra, Gerona, Hervás, Jaén, León, Lucena, Monforte de Lemos, Oviedo, Palma, Plasencia, Ribadavia, Segovia, Sevilla, Tarazona, Toledo, Tortosa y Tudela.

La Red de Juderías de España es una asociación pública sin ánimo de lucro, fundada en 1995, que cuenta actualmente con veinticuatro ciudades miembro. Su objetivo es la defensa del patrimonio urbanístico, arquitectónico, histórico, artístico y cultural del legado judío en España.

Para saber más: www.redjuderias.org.

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ADVIENTO Y NAVIDAD


Donde Navidad está de rebajas
En Japón, sucede lo que puede llegar dentro de poco a nuestras ciudades
MADRID, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- De la otra esquina del mundo, en todos los sentidos, nos llega esta reflexión de un misionero italiano en Japón.

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Don Antonello Iapicca*

Será porque en esta parte avanzada del mundo el sol aparece antes que en los demás lugares, y todo corre a la velocidad de los trenes que van como misiles, pero en Japón la Navidad está de rebajas, ya antes de ser celebrada.

Sí, porque quien quiera conocer la suerte que le espera a Europa, solo tiene que venir por esta parte, donde la Navidad siempre ha sido solo X'mas y Santa Klaus. Ciertamente, en la Nochebuena, las Iglesias se llenan de curiosos, y alguno cruza el vado y decide convertirse en cristiano, pero para la gran mayoría de los japoneses el 25 de diciembre es un día como cualquier otro, se trabaja, y las iglesias están incluso menos llenas que el domingo.

Sin embargo la Navidad en un mundo pagano tiene sus ventajas, las de la Gracia especial que te desviste del sentimentalismo y de las vanidades con las cuales la revisten en las sociedades de la "antigua cristiandad". Y te encuentras como en Belén, siguiendo las huellas de la Sagrada Familia, en busca de un lugar donde dar a la luz la vida que sientes tener dentro y que nunca has podido experimentar de veras.

Estás solo contigo mismo, entre las falsas luces que iluminan, idénticas en Roma, Nueva York y París, los escaparates llenos de cosas efímeras, donde se reflejan, como emersos de un sueño prisionero de un acuario, los rostros demacrados de esperanzas vanas y decepcionadas. Y una pregunta sube prepotente, coágulo de todas aquéllas que te han agitado hasta el día de hoy, desvelando sin piedad la auténtica soledad que te ha acompañado: "¿cuál es mi lugar?".

En la familia, en la escuela, en el trabajo, donde sea buscamos un lugar donde ser. Pero no sabemos contestar, porque somos extranjeros en cada lugar, a cada instante mendigando una concha donde descansar y ser amados. ¿Quizás mi lugar son mi marido, mi mujer, mi novio, mis hijos, mis amigos? ¿O el trabajo, la política, el estudio, el deporte, la diversión, los proyectos, la casa, el dinero? No, todo fluye y se muestra efímero, aunque intenso y atractivo, mientras dentro queda un sentimiento de insatisfacción. Así jadeamos imaginando un camino para realizarnos y que nos conduzca a un lugar que sea y no pase jamás.

Pero, cuando nos paramos y miramos a nuestro alrededor, sólo tocamos la noche. Es de noche para Japón y para el mundo, oprimido por los engaños y el olor a muerte. Está oscuro alrededor y dentro de nosotros. Pero si hoy mantas oscuras no nos envolvieran haciéndonos pequeños, incapaces y débiles, no sería Navidad. La luz, en efecto, brilla en la noche, y es la nuestra, la de quien no tiene un lugar donde descansar y encontrar verdadera felicidad y consistencia y sentido a su propia vida. Como fue aquella noche de hace dos mil años, que acogió los pasos de una Familia santa que mendigaba un lugar en su propia aldea, y dolores de una Madre y ansiedades de un padre, y ningún lugar más que un establo, una gruta sucia, fría, anónima, el último lugar de este mundo. El último lugar, el único donde es Navidad.

Esta es la alegría que hemos aprendido a experimentar en Takamatsu, Osaka y Tokio, la misma anunciada por los ángeles a los pastores: la Gloria de Dios baja sobre el último lugar de la tierra, el nuestro aquí en Japón y el de cada uno; así nos encontramos en familia, abrazados a la Palabra que nos ha salvado, celebrando en casa o en la iglesia la Eucaristía que desata la gratitud en los padres y en los hijos, misioneros o japoneses, porque lo que fue un depósito de fracasos y dolores, miedos y fugas, locuras y pecados, se ha convertido en el lugar de la Gloria de Dios.

En esta noche de nuestra existencia, rehén de crisis mucho más graves y profundas que las económicas, baja el amor de Dios para hacerse carne en un Niño acostado en el sucio pesebre donde no hemos podido saciarnos.

No existe otro sitio para nosotros, porque nuestro lugar es este último lugar, este rechazo, esta angustia, este temor, este vacío que nos viste los días, santificado, hecho precioso, hermoso y dulce, que brota alegría y paz, al ser rozado por los miembros santos del Niño Jesús.

Nuestra vida en el último lugar es su morada, la "señal" ofrecida a los "pastores" que no conocen a Dios, en Japón y en todo el mundo. Un belén, un establo sucio y maloliente, salpicaduras de estiércol, paja y barro, no tiene nada bonito que exponer. Sin embargo, como nuestra vida, esta nada llena de amor, es el lugar más bonito de la tierra, conmueve y llama a conversión a quien quiera que habite en el mismo establo.

Es Jesús que santifica nuestra vida sembrando en ella su Cuerpo que vence a la muerte. Es aquí donde llega su Madre, la Iglesia, para anunciar a los japoneses que visitan nuestras casas, el acontecimiento que hace de cada último lugar el primero en el corazón de Dios. Así la Navidad ilumina esta Tierra, como también irradiará la Europa de mañana y cada rincón del mundo: nuestras vidas hechas regazos de la Vida que vence el pecado, acomodadas con Cristo en un pesebre, son transformadas en pan para cada hombre, en amor puro y crucificado, el lugar para el cual hemos nacido.

* Don Antonello Iapicca es misionero en Japón

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''Les anuncio una gran alegría''
Tercera predicación de Adviento: ''Evangelizar a través de la alegría''
Por P. Raniero Cantalamessa

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Después de reflexionar sobre la gracia del Año de la Fe y sobre el aniversario del Vaticano II, dedicamos esta última meditación de Adviento al tercer gran tema del año, la evangelización. El papa ha invitado a la Iglesia a hacer de este año una oportunidad para redescubrir "la alegría del encuentro con Cristo", la alegría de ser cristianos. Haciéndome eco de esta exhortación, voy a hablar de cómo evangelizar a través de la alegría. Lo hago permaneciendo lo más posible, en relación al tiempo litúrgico que vivimos, de modo que sirva también como preparación para la Navidad.

1. La alegría escatológica

En los "evangelios de la infancia", Lucas, "inspirado por el Espíritu Santo", ha conseguido no solo presentarnos los hechos y los personajes, sino también recrear la atmósfera y el estado de ánimo en que se vivieron esos acontecimientos. Uno de los elementos más evidentes de este mundo espiritual es la alegría. La piedad cristiana no se equivocó cuando llamó a los hechos de la infancia de Jesús, los «misterios gozosos», misterios de la alegría.

En Zacarías, el ángel promete que habrá "alegría y gozo" por el nacimiento de su hijo y que muchos "se alegrarán" por él (cf. Lc. 1, 14). Hay una palabra griega que, a partir de este momento, volverá a aparecer en la boca de varios personajes, como una especie de tono continuo y es el término agallìasis, que significa "la alegría escatológica por la irrupción del tiempo mesiánico." Ante el saludo de María, la criatura "exultó de alegría" en el vientre de Isabel (Lc. 1, 44), preanunciando, por lo tanto, la alegría del "amigo del esposo" por la presencia del novio (Jn. 3, 29s) . La nota alcanza un primer alto en el grito de María: "¡Mi espíritu se alegra (egallìasen) en Dios!" (Lc. 1, 47); se extiende a través de la alegría calma de los amigos y de los parientes en torno a la cuna del Precursor (cf. Lc. 1, 58), para finalmente explotar con toda su fuerza, en el nacimiento de Cristo, en el grito de los ángeles a los pastores: "Les anuncio una gran alegría" (Lc. 2, 10).

No se trata solo de algunas referencias dispersas de alegría, sino de un ímpetu de alegría calma y profunda que atraviesa los "evangelios de la infancia" de principio a fin, y se expresa de muchas y diferentes maneras: en el impulso con el que María se levanta para ir donde Isabel y de los pastores para ir a ver al Niño, en los gestos humildes y típicos de la alegría, que son las visitas, los augurios, los saludos, las felicitaciones, los regalos. Pero, sobre todo, se expresa en el estupor y en la gratitud conmovida de estos protagonistas: "¡Dios ha visitado a su pueblo! [...] ¡Se ha acordado de su santa alianza. Lo que todos los fieles habían pedido --que Dios recuerde sus promesas--, ¡ya sucedió! Los personajes de los "evangelios de la infancia" parecen moverse y hablar en la atmósfera del sueño cantado en el Salmo 126, el salmo de la vuelta del exilio:

"Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,

nos parecía que soñábamos:

nuestra boca se llenó de risas

y nuestros labios, de canciones.

Hasta los mismos paganos decían:

«¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!».

¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros

y estamos rebosantes de alegría! "

María hace suya la última expresión de este salmo, cuando exclama, "Ha hecho en mi favor cosas grandes, el Todopoderoso". Estamos ante el ejemplo más puro de la "sobria embriaguez" del Espíritu. La suya es una verdadera "embriaguez" espiritual, pero es "sobria". No se exaltan, no se preocupan en tener un puesto más o menos importante en el incipiente Reino de Dios. No se preocupan siquiera en ver el final; Simeón, de hecho, dice que el Señor ahora puede dejarlo incluso ir en paz, que desaparezca. Lo que importa es que la obra de Dios avance, no importa si con ellos o sin ellos.

2. De la liturgia a la vida

Pasemos ahora de la Biblia y de la liturgia a la vida, a la cual se dirige siempre la palabra de Dios. La intención del evangelista Lucas no es solo de narrar, sino también de involucrar a la audiencia y atraerla, como a los pastores, a una alegre procesión a Belén. "Quien lee estas líneas --dice un exegeta moderno--, está llamado a compartir la alegría; solo la comunidad concelebrante de los creyentes en Cristo, y de sus fieles, puede estar a la altura de estos textosi."

Esto explica por qué los evangelios de la infancia tienen tan poco que decir a quien busca en ellos sólo la historia y tienen en cambio tanto que decir a quien busca en ellos también el significado de la historia, como hace el santo padre en su último volumen sobre Jesús. Hay muchos hechos que acaecieron pero no son “históricos” en el sentido mas alto del término, porque no han dejado traza en la historia, no han creado nada. Los hechos relativos al nacimiento de Jesús son hechos históricos en el sentido más fuerte, porque no sólo acaecieron, sino que incidieron, y en modo determinante, en la historia del mundo.

Regresamos al tema de la alegría. ¿De dónde nace la alegría? La fuente última de la alegría es Dios, la Trinidad. Pero nosotros estamos en el tiempo y Dios está en la eternidad; ¿cómo puede fluir la alegría entre estos dos planos así distantes? De hecho, si escudriñamos mejor la Biblia, descubrimos que la fuente inmediata de la alegría está en el tiempo: es el actuar de Dios en la historia. ¡Dios que actúa! En el punto donde "cae" una acción divina, se produce como una vibración y una ola de alegría que se extiende, después, por generaciones, incluso --en el caso de las acciones dadas por la revelación--, para siempre.

La acción de Dios es, cada vez, un milagro que llena de maravilla el cielo y la tierra: "¡Alégrate cielo; Yahvé lo ha hecho! --dice el profeta--, ¡clamen , profundidades de la tierra!" (Is. 44, 23; 49, 13). La alegría que viene del corazón de María y de los otros testigos de los inicios de la salvación, se basa toda ella en este motivo: ¡Dios ha auxiliado a Israel! ¡Dios ha actuado! ¡Ha hecho cosas grandes!

¿Cómo puede, esta alegría por la acción de Dios, alcanzar a la Iglesia de hoy y contagiarla? Lo hace, en primer lugar, a través de la memoria, en el sentido de que la Iglesia "recuerda" las maravillas de Dios en su favor. La Iglesia está invitada a hacer suyas las palabras de la Virgen, "Ha hecho en mi favor cosas grandes, el Todopoderoso". El Magnificat es el cántico que María cantó primero, como corifea, y ha dejado a la Iglesia que la prolongue por los siglos. ¡Grandes cosas ha hecho, en realidad, el Señor por la Iglesia, en estos veinte siglos!

Tenemos, en cierto sentido, más razones objetivas para regocijarnos, de las que tenían Zacarías, Simeón, los pastores y, en general, toda la Iglesia primitiva. Esta comenzó "esparciendo la semillapara la siembra", como lo dice el Salmo 126 mencionado anteriormente; había recibido las promesas: "¡Yo estoy con ustedes!" y los encargos: "¡Vayan por todo el mundo!". Nosotros hemos visto el cumplimiento. La semilla creció, el árbol del Reino se ha hecho inmenso. La Iglesia de hoy es como el sembrador que "vuelve con alegría, trayendo sus gavillas".

¡Cuántas gracias, cuántos santos, cuánta sabiduría de doctrina y riqueza de instituciones, cuánta salvación obrada en ella y por ella! ¿Cuál palabra de Cristo no ha encontrado su perfecto cumplimiento? Ha encontrado cierto cumplimiento la palabra:"En el mundo tendrán tribulación" (Jn. 16, 33), pero también la ha encontrado las palabras: "Las puertas del infierno no prevalecerán" (Mt. 16, 18).

¿Con derecho puede la Iglesia hacer suyo, ante las filas sinnúmero de sus hijos, la maravilla de la antigua Sión y decir: “¿Quién me ha dado a luz a estos? Yo no tenía hijos y era estéril; ¿y a estos quién los crió?" (Is. 49, 21). ¿Quién, mirando hacia atrás con los ojos de la fe, no ve cumplidas perfectamente en la Iglesia las palabras proféticas dirigidas a la nueva Jerusalén, reconstruida después del exilio?: "Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos vienen de lejos [...]. Tus puertas, siempre abiertas, [...] para que entren a ti las riquezas de los pueblos" (Is. 60, 4.11).

¡Cuántas veces la Iglesia ha tenido que ampliar, en estos veinte siglos --aunque si no siempre, sí ha sucedido con prontitud y sin resistencia--, el "espacio de su tienda", es decir, la capacidad de acoger, para dejar entrar la riqueza humana y cultural de los diversos pueblos! Para nosotros, hijos de la Iglesia que nos nutrimos "por la abundancia de su pecho", se nos dirige la invitación del profeta a alegrarnos por la Iglesia, a "llenarnos de alegría por ella", después de haber asistido a su duelo (cf. Is. 66,10).

La alegría por la acción de Dios llega, por lo tanto a nosotros, los creyentes de hoy, a través de la memoria, porque vemos las grandes cosas que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. Pero nos llega también de otra manera no menos importante: a través de la presencia, ya que constatamos que incluso ahora, en el presente, Dios está obrando entre nosotros, en la Iglesia.

Si la Iglesia quiere encontrar, en medio de todas las angustias y las tribulaciones que la afligen, la vía del coraje y de la alegría, debe abrir bien los ojos sobre lo que Dios está haciendo hoy en ella. El dedo de Dios, que es el Espíritu Santo, está escribiendo todavía en la Iglesia y en las almas y está escribiendo historias maravillosas de santidad, de tal manera que un día --cuando desaparezca todo lo negativo y el pecado--, harán, tal vez, ver a nuestro tiempo con asombro y santa envidia.

¿Actuando así, cerramos quizá los ojos a los tantos males que afligen a la Iglesia y a las traiciones de tantos de sus ministros? No, pero desde el momento en que el mundo y sus medios de comunicación no destacan, de la Iglesia, sino estas cosas, es bueno por una vez elevar la mirada y ver también su lado luminoso, su santidad.

En cada época --incluso en la nuestra--, el Espíritu dice a la Iglesia, como en la época del Deuteroisaías: "Pues desde ahora te cuento novedades , secretos que no conocías; cosas creadas ahora, no antes, que hasta ahora no habías oído" (Is. 48, 6-7). ¿No es una "cosa nueva y secreta", este poderoso aliento del Espíritu que reanima el pueblo de Dios y despierta en medio de este, carismas de todo tipo, ordinarios y extraordinarios? ¿Este amor por la palabra de Dios? ¿Esta participación activa de los laicos en la vida de la Iglesia y en la evangelización? ¿El compromiso constante del magisterio y de tantas muchas organizaciones en favor de los pobres y de los que sufren, y el deseo de reparar la unidad rota del Cuerpo de Cristo? ¿En qué época pasada, la Iglesia ha tenido una serie de papas doctos y santos como desde hace un siglo y medio a hoy, y tantos mártires de la fe?

3. Una relación diferente entre la alegría y el dolor

Del plano eclesial pasamos al plano existencial y personal. Hace unos años hubo una campaña promovida por el ala del ateísmo militante, cuyo eslogan publicitario, publicado en el transporte público de Londres, decía: "Probablemente Dios no existe. Así que deja de atormentarte y disfruta de la vida": “There’s probably no God. Now stop worrying and enjoy your life”.

El elemento más insidioso de este slogan no es la premisa "Dios no existe" (que debe ser probado), sino la conclusión: "¡Disfruta de la vida!". El mensaje subyacente es que la fe en Dios impide disfrutar de la vida, es enemiga de la alegría. ¡Sin este habría más felicidad en el mundo! Tenemos que dar una respuesta a esta insinuación que mantiene alejados de la fe sobre todo a los jóvenes.

Jesús ha obrado, en el plano de la alegría, una revolución de la que es difícil exagerar el alcance y que puede ser de gran ayuda en la evangelización. Es una idea que creo ya haber dicho en este mismo lugar, pero el tema lo requiere. Hay una experiencia humana universal: en esta vida placer y dolor se suceden con la misma regularidad con la que, cuando al alzarse una ola en el mar, le sigue una disminución y un vacío que succiona al náufrago. "Un no sé qué de amargo --escribió el poeta pagano Lucrecio--, surge del íntimo mismo de cada placer y nos angustia en medio de las delicias"ii. El uso de drogas, el abuso del sexo, la violencia homicida, proporcionan la embriaguez del placer, pero conducen a la disolución moral, y a menudo también física, de la persona.

Cristo ha invertido la relación entre el placer y el dolor. El "por el gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo" (Hb. 12,2). Ya no es un placer que termina en sufrimiento, sino un sufrimiento que lleva a la vida y a la alegría. No se trata solo de una diferente sucesión de las dos cosas; es la alegría, de este modo, la que tiene la última palabra, no el sufrimiento, y una alegría que durará para siempre. "Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, y la muerte no tiene ya señorío sobre él" (Rm. 6,9). La cruz termina con el Viernes Santo, la dicha y la gloria del Domingo de Resurrección se extienden para siempre.

Esta nueva relación entre sufrimiento y placer se refleja incluso en la forma de referirse al tiempo en la Biblia. En el cálculo humano, el día empieza con la mañana y termina de noche; para la Biblia comienza con la noche y termina con el día: "Y fue la tarde y fue la mañana del primer día", dice el relato de la creación (Gn. 1,5). Incluso en la liturgia, la solemnidad comienza con las vísperas de la vigilia. ¿Qué quiere decir esto? Que sin Dios, la vida es un día que termina en la noche; con Dios, es una noche (a veces una "noche oscura"), pero termina en el día, y un día sin ocaso.

Pero hay que evitar una fácil objeción: ¿la alegría es por lo tanto solo después de la muerte? ¿Esta vida no es, para los cristianos, más que un "valle de lágrimas"? Al contrario, ninguno experimenta en esta vida la verdadera alegría como los verdaderos creyentes. Se dice que un día un santo clamó a Dios: "¡Basta con la alegría! Mi corazón no la puede contener más". Los creyentes, exhorta el Apóstol, son "spe gaudentes", gozosos en la esperanza (Rm. 12, 12), que no significa solo que "esperan ser felices" (por supuesto, en el más allá), sino también que "son felices de esperar", felices ya ahora, gracias a la esperanza.

La alegría cristiana es interior; no viene desde fuera, sino desde dentro, como algunos lagos alpinos que se alimentan, no por un río que fluye desde el exterior, sino a partir de una fuente de agua que brota desde su mismo fondo. Nace del actuar misterioso y presente de Dios en el corazón humano en gracia. Puede hacer por lo tanto, que se abunde de alegría incluso en los sufrimientos (cf. 2 Co. 7, 4). Es "fruto del Espíritu" (Ga. 5, 22; Rm. 14, 17) y se expresa en la paz del corazón, plenitud de sentido, capacidad de amar y de ser amado, y por encima de todo, en la esperanza, sin la cual no puede haber alegría.

En 1972, el Consejo de Europa, a propuesta de Herbert von Karajan, adoptó como himno oficial de la Europa unida el Himno a la Alegría que concluye la Novena Sinfonía de Beethoven. Este es sin duda uno de los picos de la música mundial, pero la alegría que allí se canta es una alegría deseada, no realizada; es un grito que se eleva desde el corazón humano, más que una respuesta a la misma.

En el himno de Schiller, que inspiró la letra del mismo, se leen palabras inquietantes: "Aquellos que han tenido la dicha de tener un amigo o una buena esposa, que ha conocido, aunque sea por una hora, qué cosa es el amor, estos se acerquen entonces; pero quien no ha sabido nada de todo esto, mejor que se aleje, llorando, de nuestro círculo". Como se puede ver, la alegría que los hombres "beben de los pechos de la naturaleza" no es para todos, sino solo para algunos privilegiados de la vida.

Estamos lejos del lenguaje de Jesús que dice: "Vengan a mí todos los que estan fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso" (Mt. 11, 28). El verdadero himno cristiano a la alegría es el Magnificat de María. Este habla de una exultanza (agalliasis) del espíritu por lo que Dios ha hecho en ella, y lo hace para todos los humildes y los hambrientos de la tierra.

4. Testimoniar la alegría

Esta es la alegría de la que tenemos que dar testimonio. El mundo busca la alegría. "Al solo escucharla nombrar --escribe san Agustín--, todos se alzan y te miran, por así decirlo, a las manos, para ver si eres capaz de dar algo a su necesidadiii". Todos queremos ser felices. Es lo que es común a todos, buenos y malos. Quien es bueno, es bueno para ser feliz; quién es malo no sería malo sino esperase del poder, para así, ser feliziv. Si todos amamos la alegría es porque, de alguna manera misteriosa, la hemos conocido; si en realidad no la hubiésemos conocido --si no fuésemos hechos por ella--, no la amaríamosv. Este anhelo de la alegría es el lado del corazón humano naturalmente abierto a recibir el "mensaje alegre".

Cuando el mundo llama a la puerta de la Iglesia --incluso cuando lo hace con violencia y con ira--, es porque busca la alegría. Los jóvenes sobretodo buscan la alegría. El mundo a su alrededor es triste. La tristeza, por así decirlo, nos toma de la garganta, en la Navidad más que en el resto del año. No es una tristeza que depende de la falta de bienes materiales, porque es mucho más evidente en los países ricos que en los pobres.

En Isaías leemos estas palabras, dirigidas al pueblo de Dios: "Dicen sus hermanos que los odian, que los rechazan a causa de mi Nombre: que Yahvé muestre su gloria y participemos de su alegría" (Is. 66, 5). El mismo desafío enfrenta silenciosamente al pueblo de Dios, aún hoy. Una Iglesia melancólica y temerosa no estaría, por lo tanto, a la altura de su tarea; no podría responder a las expectativas de la humanidad y especialmente de los jóvenes.

La alegría es el único signo que incluso los no creyentes son capaces de percibir y que puede meterlos seriamente en crisis. No tanto los argumentos y los reproches. El testimonio más hermoso que una esposa puede dar a su marido es un rostro que muestre la alegría, porque eso dice, por sí mismo, que él ha sido capaz de llenar su vida, de hacerla feliz. Este es también el testimonio más hermoso que la Iglesia puede prestar a su Esposo divino.

San Pablo, dirigiéndole a los cristianos de Filipos aquella invitación a la alegría que da el tono a toda la tercera semana de Adviento: "Estén siempre alegres en el Señor; se los repito, estén alegres". explica también cómo se puede ser testigo, en la práctica, de esta alegría: "Que su afabilidad –dice--, sea conocida de todos los hombres" (Flp. 4, 4-5). La palabra "afabilidad" traduce aquí un término griego (epieikès), que indica todo un conjunto de actitudes conformado de misericordia, indulgencia, capacidad de saber ceder, de no ser obstinado. (¡Es la misma palabra de la que se deriva la palabra epicheia, usada en el derecho!).

Los cristianos dan testimonio, por lo tanto, de la alegría cuando ponen en práctica estas disposiciones; cuando, evitando cualquier amargura e inútil resentimiento en el diálogo con el mundo y con los demás, saben irradiar confianza, imitando de esta forma, a Dios, que hace llover su agua también sobre los injustos. Quien es feliz, por lo general, no es amargo, no siente la necesidad de puntualizar todo y siempre; sabe relativizar las cosas, porque conoce de algo que es aún más grande. Pablo VI, en su "Exhortación apostólica sobre la alegría", escrita en los últimos años de su pontificado, habla de una "visión positiva sobre las personas y sobre las cosas, fruto de un espíritu humano iluminado y del Espíritu Santo.vi"

Incluso dentro de la Iglesia, no solo hacia los que están fuera, existe una necesidad imperiosa del testimonio de la alegría. San Pablo dijo de sí mismo y de los demás apóstoles: "No es que pretendamos dominar por encima de su fe, sino que contribuimos a su gozo" (2 Co. 1, 24). ¡Qué maravillosa definición de la tarea de los pastores de la Iglesia! Colaboradores de la alegría: aquellos que infunden seguridad a las ovejas del rebaño de Cristo, los capitanes valientes, con su sola mirada tranquila, alientan a los soldados implicados en la lucha.

En medio de las pruebas y los desastres que afligen a la Iglesia, sobre todo en algunas partes del mundo, los pastores pueden repetir, incluso hoy en día, esas palabras que Nehemías, un día, después del exilio, dirigió al pueblo de Israel abatido y en llanto: "No estén tristes ni lloren [...], porque la alegría de Yahvé es su fortaleza" (Ne 8, 9-10).

Que la alegría del Señor, Santo Padre, venerables padres, hermanos y hermanas, sea realmente, nuestra fuerza, la fuerza de la Iglesia. ¡Feliz Navidad!

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

i H. Schürmann, Il Vangelo di Luca, , I, Paideia, Brescia 1983, p. 172.

ii Lucrezio, De rerum natura, IV, 1129 s.

iii Agostino, De ordine, I, 8, 24.

iv Cf Id., Sermone 150, 3, 4 (PL 38, 809).

v Cf Id., Confessioni, X, 20.

vi Paolo VI, Gaudete in Domino, in “L’Osservatore Romano”, 17 maggio 1975.

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SANTOS PARA EL SIGLO XXI


Futuros nuevos santos y beatos en la Iglesia, entre ellos Pablo VI
Varios hispanoamericanos, españoles, y 33 mártires de la guerra de 1936-39
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Ayer Benedicto XVI recibió en audiencia privada al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Durante la audiencia, el papa autorizó a la Congregación promulgar los decretos relativos a varios milagros y reconocimientos de martirio.

En la lista de milagros, están los atribuidos a la intercesión de:

-los beatos Antonio Primaldo y compañeros, mártires, asesinados el 13 de agosto de 1480, en Otranto, Italia.

-la beata Laura de Santa Catalina de Siena (María Laura de Jesús Montoya y Upegui), fundadora de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Bienaventurada Virgen María Immaculada y de Santa Catalina de Siena, nacida en Jericó, Colombia, el 26 de mayo de 1874 y fallecida en Belencito-Medellín, Colombia, el 21 de octubre de 1949.

-la beata María Guadalupe (Anastasia Guadalupe García Zavala), cofundadora de las Esclavas de Santa Margarita María y de los Pobres; nacida en Zapopan, México, el 27 de abril de 1878 y fallecida en Guadalajara, México, el 24 de junio de 1963.

-el venerable siervo de Dios Antonio Franco, prelado ordinario de Santa Lucia del Mela; nacido en Nápoles, Italia, el 26 de septiembre de 1585, y muerto en Santa Lucia del Mela, Italia, el 2 de septiembre de 1626.

-el venerable siervo de Dios José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote diocesano: nacido en Santa Rosa de Río Primero, Argentina, el 16 de marzo de 1840 y fallecido en Villa Tránsito, Córdoba, Argentina, el 26 de enero de 1914.

-el venerable siervo de Dios Cristóbal de Santa Catalina (Cristóbal Fernández Valladolid), sacerdote, fundador de la Congregación Hospitalaria de Jesús Nazareno en Córdoba; nacido en Mérida, España, el 25 de julio de 1638 y fallecido en Córdoba, España, el 24 de julio de 1690.

-la venerable sierva de Dios Sofia Czeska-Maciejowska, fundadora de la Congregación de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María, nacida cerca de Cracovia, Polonia, en 1584 y fallecida en Cracovia, Polonia, el 1 de abril de 1650.

-la venerable sierva de Dios Margarita Lucía Szewczyk, Fundadora de la Congregación de las Hijas de la Bienaventurada María Virgen Dolorosa, llamadas Serafitki; nacida en Szepetówka, Ucrania, en 1828, y fallecida en Nieszawa, Polonia, el 5 de junio de 1905.

-el martirio del siervo de Dios Miroslav Bulešić, sacerdote diocesano; nacido en Čabruniči, Croacia, el 13 de mayo de 1920, y asesinado en odio a la fe, en Lanišće, Croacia, el 24 de agosto de 1947.

-el martirio de los siervos de Dios José Javier Gorosterratzu y cinco compañeros, de la Congregación del Santísimos Redentor; asesinados en odio a la fe, en España entre 1936 y 1938.

-el martirio de los siervos de Dios Ricardo Gil Barcelón, sacerdote, y Antonio Arrué Peiró, postulante, de la Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia; asesinados en odio a la fe, en Valencia, España, en 1936.

-el martirio del siervo de Dios Manuel de la Sagrada Familia (Manuel Sanz Domínguez), monje profeso y reformador de la Orden de San Jerónimo; nacido en Sotodosos, España, el 31 de diciembre de 1887 y asesinado en odio a la fe, en Paracuellos del Jarama, España, entre el 6 y el 8 de noviembre de 1936.

-el martirio de las siervas de Dios María de Montserrat (Josefa Pilar García y Solanas) y ocho compañeras, religiosas profesas del Instituto de las Mínimas Descalzas de San Francisco de Paula, así como Lucrecia García y Solanas, laica, viuda; asesinadas en odio a la fe, en Barcelona, España, el 23 de julio de 1936.

-el martirio de las siervas de Dios Melchora de la Adoración Cortés Bueno y catorce compañeras, de la Sociedad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl; asesinadas en odio a la fe, en España entre 1936 y 1937.

-las virtudes heroicas del siervo de Dios Pablo VI (Juan Bautista Montini), sumo pontífice; nacido en Concesio, Italia, el 26de septiembre de 1897, fallecido en Castel Gandolfo, Italia, el 6 de agosto de 1978.

-las virtudes heroricas del siervo de Dios Francesco Saverio Petagna, obispo de Castellamare di Stabia, fundador de la Congregación de las Religiosas de los Sagrados Corazones; nacido en Nápoles, Italia, el 13 de diciembre de 1812, y fallecido en Castellamare di Stabia, Italia, el 18 de diciembre de 1878.

-las virtudes heroicas del siervo de Dios Juan José Bonal Cortada, sacerdote, fundador de la Congregación de las Religiosas de la Caridad de Santa Ana; nacido en Terrades, España, el 24 de agosto de 1769 y fallecido en Zaragoza, España, el 19 de agosto de 1829.

-las virtudes heroricas del siervo de Dios Ludovico Maria Baudouin, sacerdote, fundador de las Congregaciones de los Hijos de María Inmaculada así como las Religiosas Ursulinas de Jesús de Chavagnes; nacido en Montaigu, Francia, el 2 de agosto de 1765 y muerto en Chavagnes, Francia, el 12 de febrero de 1835.

-las virtudes heroicas de la sierva de Dios Giovannina Franchi, fundadora de las Religiosas Hospitalarias de María Dolorosa de Como; nacida en Como, Italia, el 24 de junio de 1807, fallecida allí el 23 de febrero de 1872.

-las virtudes heroicas de la sierva de Dios Marcelina de San José (Luisa Aveledo), fundadora de la Congregación de las Religiosas de los Pobres de San Pedro Claver; nacida en Caracas, Venezuela, el 18 de junio de 1874, y muerta en Barranquilla, Colombia, el 16 de noviembre de 1959.

-las virtudes heroicas de la sierva de Dios Claudia Russo, fundadora de las Congregación de las Religiosas Pobres Hijas de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María; nacida en Nápoles, Italia, el 18 de noviembre de 1889 y fallecida allí el 11 de marzo de 1964.

-las virtudes heroicas de la sierva de Dios María Francisca de las Llagas (Rosa Elena Cornejo), fundadora de la Congregación de las Religiosas Misioneras Franciscanas de la Inmaculada; nacida en Quito, Ecuador, el 11 de diciembre de 1874 y fallecida allí el 24 de octubre de 1964.

-las virtudes heroicas de la sierva de Dios Chiara Ludovica Szczęsna, cofundadora de la Congregación de las Esclavas del Santçisimo Corazón de Jesús; nacida en Cieszki, Polonia, el 18 de julio de 1863 y fallecida en Cracovia, Polonia, el 7 de febrero de 1916.

-las virtudes heroicas de la sierva de Dios Consuelo (Joaquina María Mercedes Barceló y Pagés), cofundadora de la Congregación de las Religiosas Agustinas de Nuestra Señora del Consuelo; nacida en Sarriá, España, el 24 de julio de 1857, y fallecida en Manila, Filipinas, el 4 de agosto de 1940.

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Córdoba: el padre Cristóbal será beatificado
Primeros pasos hacia la santidad de otros cordobeses
CÓRDOBA, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- El sacerdote español Cristóbal Fernández Valladolid, fundador de la Congregación Hospitalaria de Jesús Nazareno, de Córdoba, España, será beatificado después de que Benedicto XVI aprobara ayer el decreto por el que se reconoce un milagro por su intercesión.

Cristóbal Fernández Valladolid –informa la diócesis de Córdoba--, más conocido como Cristóbal de Santa Catalina, nació en Mérida, España, el 25 de julio de 1638, y falleció en esta ciudad el 24 de julio de 1690. Vivió sus primeros años mostrando gran preocupación por el hambre. Posteriormente actuó como monaguillo y sacristán hasta convertirse en capellán de un tercio de Castilla, en la guerra que mantenía la monarquía española contra Portugal.

Tras recuperarse de una grave enfermedad, decidió retirarse a las ermitas para meditar y dedicarse a la oración. En la sierra cordobesa, fundó el eremitorio de San Francisco y San Diego de Villaviciosa, en cuya iglesia ofrecía misa a diario. Su gran hito en la ciudad cordobesa fue la fundación del Hospital de Jesús Nazareno, bajo el lema "Mi providencia y tu fe tendrán esta casa en pie", para socorrer a un gran número de enfermos sin recursos y personas necesitadas que habitaban durante el último tercio del siglo XVII en la ciudad, azotada por una epidemia de cólera.

Su obra fue seguida por numerosos discípulos en varias ciudades españolas, por ello en 1773 se iniciaron los trabajos para conseguir su beatificación por parte de la Iglesia católica, interrumpidos por la muerte de su postulador.

En 2007, se presentaron en Roma las alegaciones correspondientes para reiniciar los trámites para su nombramiento como beato que han dado como resultado el reconocimiento de este cordobés de adopción.

Benedicto XVI también concedió el primer paso hacia la santidad del sacerdote Juan José Bonal Cortada, fundador de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, así como a la religiosa española Joaquina María Mercedes Barceló y Pagés, cofundadora de la Congregación de las Hermanas Agustinas de Nuestra Señora de la Consolación.

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Comentario al Evangelio


Servicio humano y relación salvífica
Comentario al evangelio del Domingo 4° de Adviento/C
ROMA, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el comentario al evangelio del próximo domingo, Cuarto Domingo de Adviento, del padre Jesús Álvarez, paulino.

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Por Jesús Álvarez SSP

Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: "¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!"”(Lc. 1, 39-45)

La visita de la Virgen María a Isabel, constituye la primera misión evangelizadora cristiana: María lleva a Cristo a la casa de Isabel.

No es fácil imaginar la grande y grata sorpresa de Isabel al oír el saludo de su joven prima María, y no solo por su presencia, sino sobre todo porque percibió en ella a la portadora de otra presencia más grata y más grande aún: el Mesías Salvador, reconocido primero por el niño –futuro Precursor de Jesús--, que Isabel llevaba en su seno y que saltó de gozo ante el Niño Dios.

Es sumamente consolador y admirable ver cómo Dios hace presente al Salvador a través de un servicio ordinario, humilde, hogareño. Sí: el máximo servicio que podemos hacer a las personas a quienes prestamos ayudas materiales, humanas, consiste en llevarles a la vez la salvación de Dios a través de nuestro servicio, testimonio, oración, alegría, sufrimiento, perdón, palabra, fe viva...

Ciertamente Isabel valoraba mucho más el servicio salvífico de María, portadora del Salvador, que sus servicios domésticos, que también agradecía de corazón, aunque se sentía indigna de ser servida por la Madre del Mesías.

¡Qué maravilloso ejemplo el de estas dos mujeres! En María y en Isabel todo gesto humano ordinario se convierte en acontecimiento de salvación, gracias a que ambas han creído que la salvación de Dios se concreta en acciones y en gestos ordinarios cuando estos se realizan con amor y fe.

Desde la caricia a un niño, la sonrisa a un anciano, la limosna a un pobre, la visita a un enfermo o encarcelado, el consuelo a un afligido, el sufrimiento ofrecido, la alegría, la evangelización, el testimonio, hasta la ternura total en el matrimonio, todo puede y debe ser cauce de salvación para quien da y para quien recibe.

Esos gestos realizados en unión con Cristo en la fe y el amor, nos hacen acreedores del elogio de Isabel a María: “Dichosa tú porque has creído”, y a la promesa de Jesús: “Quien está unido a mí, produce mucho fruto”.

El apostolado y el “sacerdocio” --mediación entre Dios y los hombres--, de María, superan con mucho al de todos los apóstoles, obispos, papas, misioneros y sacerdotes juntos. La mujer no tiene por qué envidiar el sacerdocio ministerial --pero tampoco infravalorarlo--, pues si con amor y fe ejerce su sacerdocio bautismal a imitación de la Madre de Jesús, comparte la eficacia salvadora del sacerdocio ministerial.

Este privilegio salvífico, hecho vida y obra en unión con Cristo, nos hace auténticos apóstoles de Jesús resucitado presente, más allá de los ritos y prácticas externas, que solo valen en cuanto están vivificadas por esa ansia de salvación propia y ajena.

Hacerte apóstol a imitación de María, está a tu alcance mediante estos seis formas de apostolado que ella realizó: vida interior de unión con Cristo, oración, sufrimiento ofrecido, testimonio, palabra y acción.

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Mensaje a nuestros lectores


¡Felices Pascuas a nuestros lectores!
''Buena Navidad de esperanza''
ROMA, viernes 21 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Queridos lectores, amigos, colaboradores, benefactores, simpatizantes y futuros miembros de la familia ZENIT. ¡Felices Pascuas! Ofrecemos los buenos augurios de nuestro coordinador editorial, Antonio Gaspari, y del CEO Alberto Ramírez.

''Buena Navidad de esperanza''

Hubo un tiempo en el que el universo era oscuro y frío. Y el Creador encendió las estrellas. La tierra estaba deshabitada y era hostil. Y el Señor trajo la vida. La humanidad era esclava de los ídolos y desesperaba, y Dios mandó a su Hijo.

El nacimiento de Jesús cambió el destino de la humanidad. Por este motivo festejamos la Navidad, un momento para recordar al mundo que ha nacido el Salvador, que se hizo hombre y que se sacrificó para hacernos vivir en la esperanza, para darnos la vida eterna que continúa con las nuevas generaciones.

Y ZENIT pretende dar a conocer al mundo la buena noticia que se renueva cada día.

Confiado en que la esperanza les sostenga y acompañe incluso frente a las pruebas más duras, les auguro a ustedes, familias y amigos una Santa Navidad y un nuevo año colmado de gracias.

En la alegría y en la paz

Antonio Gaspari

Coordinador editorial de ZENIT

Por su parte, Alberto Ramírez, CEO (director ejecutivo) de ZENIT ha deseado a todos los profesionales de la agencia y a sus familias una feliz Navidad y agradecido el trabajo de este año.

“Gracias por todo y por tanto”, dice en su felicitación, y comparte con todos el video del Ángelus de Benedicto XVI, el 16 de diciembre, en el que participó el equipo (el núcleo duro) de la agencia.

Pero la agencia está integrada también por tantos colaboradores y por sus lectores, desde el niño que usa nuestros textos para sus trabajos de catequesis, hasta el veterano que se pone las gafas y ha aprendido a usar internet para conectar con ZENIT, para no perderse vibrar con el corazón de la comunidad eclesial viva, a través de este medio de comunicación, que es más que una agencia.

Ese video es nuestro deseo de hacernos presentes y visibles a todos, a todos.

La Redacción en español

Aunque no se nos ve, ahí estábamos con nuestra pancarta y se puede ver en Facebook.

http://www.youtube.com/watch?v=grKOzKJc-Po

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