25.12.12

Otra, y santa vez, nace Cristo

A las 12:05 AM, por Eleuterio
Categorías : General

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Nace el Mesías porque Dios quiso que su semejanza se salvase. No empecemos, ya desde pequeño, a crucificarle.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Nace Cristo

Como cada año desde que en aquella primera Navidad, la Natividad se hiciera flor de Dios, traemos al recuerdo hecho presente, de ahora, de ahora mismo, el nacimiento de un niño que sería la salvación del mundo y que Dios entregó para se cumpliese su voluntad de ser fiel a su semejanza.

Cada año, este niño pequeño, recién venido al valle de lágrimas a tratar de que las mismas no cayesen en vano y para que los pobres y menesterosos del alma tuvieran fe en su propia salvación, será la alegría de muchos corazones que descubrirán que tenerlo como hermano y como Dios mismo hecho hombre no sólo es un gozo sino que es, además, garantía de salvación eterna.

Dios nace y, como nace el Creador, toda la creación vuelve a venir junta a adorar a Quien quiso y, como pudo hacerlo, hizo lo que quiso hacer. Y consideró que era bueno y con el hombre y mujer, muy bueno.

Por eso, cuando apenas un retoño en manos de José y en manos de María es más que cualquier otra criatura que en el mundo existe debemos preguntarnos por qué Dios fue tan bueno con nosotros que somos, tantas veces, olvidadizos con su Amor y con su Misericordia. Y, sabiendo la respuesta que no puede ser otra que las especiales entrañas que tiene el Padre hacia su descendencia, podemos mirar al mundo en el que vivimos, nos movemos y existimos con la seguridad de estar siempre en el corazón del Creador.

Nace un niño tan especial como es el Hijo de Dios. Y nosotros, que con humildad miramos su rostro y sus manos, no podemos por menos que creer que en Él todos estamos y que Él está en nosotros y, sin vivir ya para nosotros lo hacemos para El.

Y el niño, con una sonrisa divina seguro que nos da las gracias.

¡Feliz Navidad!

¡Ha nacido Dios hecho hombre!

¡Alabado sea el corazón generoso del Padre!

Amén.

Eleuterio Fernández Guzmán