27.12.12

Indignación operativa. EsRadio, nunca más

A las 11:29 AM, por Jorge
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Me resisto a ese fatalista ¿y qué vamos a hacer? Sí. Nos indignamos un rato ante alguna injusticia, lloramos en solitario o en pandilla, y las cosas retornan a su ser y aquí no ha pasado nada.

Todas las viviendas de nueva construcción deberían contar obligatoriamente con “el cuarto de llorar”. Un habitáculo donde encerrarse, nunca más de quince minutos, dolerse, lamentarse, derramar lágrimas, soltar improperios y reconocer la cantidad de mal bichos que pueblan el planeta. Eso sí, después de esos quince minutos, a tomar decisiones, que es lo que nos suele faltar. Es lo que yo llamo pasar a la “indignación operativa".

¿Cuántas veces no nos hemos quejado de esos medios de comunicación que no pierden oportunidad de sacudirnos en los que más nos duele? Servidor, además de quejarse, que me quejo, hace tiempo que no veo determinadas cadenas de televisión –de hecho las he suprimido en mi tele-, no compro según qué prensa y hasta me abstengo de comprar los productos que se anuncian en esos programas.

Ya sé que soy uno solo. Pero un espectador o lector menos, y un comprador menos para algunos productos. Y resulta, claro que resulta. Acordémonos de cómo aquel famoso programa del corazón de Tele 5 murió porque se largaron los anunciantes.

Lo de Jiménez Losantos y Vidal con Luis Fernando es de una bajeza que tiene precisos nombres, desde mala leche, mala voluntad, inquina, odio, aversión, vileza, ignominia… y todo lo que queramos. Pues servidor lo tiene clarito. Si antes escuchaba poco es radio, desde ayer la he borrado de mi dial. Que se escuchen ellos.

Que sí, que uno solo no es nada. Pero quién sabe. A lo mejor hay otros cuantos que también lo deciden, por ejemplo amigos y lectores de Infocatólica. Y con menos oyentes, bajan las tarifas publicitarias, y se ingresa menos dinero.

Hay algo que no se puede perder, que es la dignidad y el saber estar. Losantos y Vidal han perdido los papeles lanzándose al cuello de Luis Fernando a base de descalificaciones personales, gravísimos insultos, y aireando los problemas de su esposa. Vergonzoso es poco. ¿Y luego nos van a venir exigiendo ética, responsabilidad y decencia?

Es radio tiene un oyente menos. Que no es nada, pero es uno menos.