3.12.13

Te nombro "encargao"

A las 2:05 PM, por Jorge
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En las parroquias aparecen de cuando en cuando personajes, normalmente ociosos, pero con ganas de que trabajen los demás en cosas que básicamente sirven para poco, pero entretienen.

Te encuentras con Manuela, prejubilada desde los cincuenta y siete, soltera y sin más tarea que pasear a Fifí, que de repente un día aparece por la parroquia y te suelta: “aquí lo que vendría bien sería un centro para señoras de mi edad, que pudiéramos acudir alguna mañana, hablar de nuestras cosas, leer el periódico y tomar café”. Otro día es Paco, que ha pensado que podría estar bien que en la parroquia hubiera un equipo que se encargara de organizar eventos deportivos y campeonatos de mus, dominó, oca o parchís. Infinita la bondad y la solidaridad de Paulita, acercándose a los setenta, y muy preocupada por los niños, y que ahora, cercanas las fiestas de Navidad, piensa en los pobrecitos que no tienen juguetes y sugiere organizar una recogida masiva. También se agradece la sugerencia de Pablo, que tiene en casa a su madre con ochenta y seis tacos, y propone un centro de mayores y que haya gente que vaya a buscar a su casa a los que no pueden salir por sus propios medios.

Pues no están mal las ideas. ¿Quién dice lo contrario? Son tan buenas que he nombrado “encargaos” para cada una de ellas. Por ejemplo, Manuela, tan sensible con lo de las señoras de su edad, pues nada, que vaya preparando todo, hablando con vecinos, mirando cómo adecentar una sala, y, claro, buscar algo de financiación. Pero… eso no puede, aunque está segura de que habría alguien. Le he sugerido que busque a ese alguien. Imposible. Fifí está delicado y ella lleva una temporada que no deja de toser y, como es natural, no puede comprometerse, pero si se hace algo, que le avisemos, que vendrá algún día.
Paco anda mal de tiempo. Otro que no puede responsabilizarse. Pero si alguien hace un campeonato de mus, lo mismo se apunta con un amiguete. Más confiaba yo en la buena voluntad de Paulita que siempre ha estado muy preocupada por los niños. Pero es que justo ahora no le viene bien. En Navidad se juntan en su casa sus hijos y nietos y anda muy liada. Sugiere que lo hagan los jóvenes, que seguramente tendrán tiempo y ganas. Y el pobre Pablo, con su madre de ochenta y seis años, bastante tiene con cuidar de ella como para meterse e más berenjenales, aunque sigue pensando que la parroquia podría hacer algo.

Cada vez que alguien me sugiere una cosa de este estilo, respondo lo mismo: me parece bien. Te nombre “encargao”, y ya me irás contando cómo lo llevas. Pues oigan, les entran temblores como si estuvieran posesos: “ ¿yo, yo encargado, pero si no sé, si no tengo tiempo, si no puedo, si no conozco a nadie…?” Que lo hagan otros…

Qué ricos. Así tiene ideas cualquiera.