Católicos
Día de los Derechos Humanos

'Padre Nuestro de la deuda externa', la idea de la CONFER para el día de los DDHH

El Área de Justicia y Solidaridad de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) ha publicado una oración con motivo de la celebración del Día de los Derechos Humanos.


Según se indica en la motivación inicial, “la opción por los derechos humanos no nace de una teoría ni de una doctrina sino que se inicia en la contemplación de Jesús de Nazaret, que nos lleva a un auténtico, radical y duradero compromiso por los Derechos Humanos, emerge en la capacidad de oír el grito sufriente de las víctimas. Si nuestra sensibilidad es la de Jesús, nuestro comportamiento será el de Jesús. Si nuestra manera de ver las cosas, nuestros gustos, nuestro tacto, nuestra forma de escuchar, nuestras repugnancias, nuestro olfato, son los de Jesús, estará resuelto nuestro seguimiento a él (porque no es suficiente pensar como él). La misma Declaración de la ONU en 1948, provoca a la movilización de nuestras energías amorosas, a la compasión, a favor del sufriente y oprimido. Ciertamente conmemorar nos sigue diciendo que el reto continúa y nos llama a escuchar y actuar hoy en nuestra historia.”

Padre Nuestro, de todos nosotros, hombres y mujeres,
sabemos que sufre viendo desde el cielo
que aquí en nuestra tierra, el rico
ejerce su imperio, sobre el pobre.

Oye nuestras voces, oye nuestro ruego.
Tú estás caminado, de nuevo,
con los pueblos que, por el desierto,
caminan buscando que se haga tu Reino.
Sé tú nuestra fuerza y nuestro aliento.

Que no desfallezca nunca nuestro empeño en luchar buscando
ese mundo nuevo de tu voluntad
donde lo importante ya no sea el dinero,
con sabor a sangre, obtenido de los pobres pueblos,
sino el ser humano pleno en su dignidad.

Danos tú el aliento.
Mira que nos roban, cada día el pan de nuestros esfuerzos
diciendo que debemos lo que no debemos
pues son nuestros hermanos, tus hijos pequeños
los que sin arroz, sin casas, sin médicos,
crecen como árboles, carentes de riesgo,
en tierra agrietada con troncos resecos.

Nosotros queremos saber perdonar lo que ellos nos deben,
que ellos nos condonen lo que, según dicen, nosotros debemos.
Líbranos, Señor, de este mal que es cerco que aprieta y asfixia.
Que todos los pueblos te santifiquemos siendo solidarios
Este es nuestro anhelo y también el tuyo.

Amén, Padre Nuestro.