14.12.13

 

En víspera del domingo “gaudete” puede ser buen momento para hablar de esto. Porque tendrán que reconocerme que hay pasajes del evangelio que no es que saquen una sonrisa, es que te arrancan la carcajada. Voy a referirme a tres, empezando por el texto de mañana domingo.

Tiene su guasa el pasaje en el que los discípulos de Juan van a preguntar a Jesús si él es el mesías o si tienen que esperar a otro. Pero hombre, a estas alturas… Cuando hacen esta pregunta a Jesús, el Maestro lleva ya tiempo haciendo milagros, curando, anunciando la buena noticia a los pobres. Es como para que el Señor les dijera: “qué, ¿todavía es poco? ¿No le veis? Anda que andáis vosotros buenos… Así que si el Mesías soy yo…”

Y conste que sigue pasando: se anuncia el evangelio a los pobres, los abandonados encuentran un lugar privilegiado en Cáritas, misioneros en el último rincón del mundo. Miles de parroquias en todo el mundo manteniendo y avivando la llama del amor de Dios encarnado en Cristo. Pero es igual… porque el cura de mi pueblo…

Me encanta la historia de los endemoniados gerasenos. Recordamos cómo aquellos espíritus inmundos, al ser expulsados de los dos endemoniados, pidieron por favor poder entrar en los cerdos, con el resultado de que toda la piara se lanzó por un precipicio al mar. Imaginen la escena. Una piara de cerdos locos lanzándose al mar… No me digan que no tiene su gracia. ¿Y la cara que se les debió quedar a los porquerizos? A ver luego a quién le pedían la indemnización por las pérdidas… porque me imagino que Judas no estaría por la labor. Y digo yo, sin pretender por lo más mínimo enmendar la plana a Nuestro Señor, ¿qué culpa tenían los pobres cerdos?

Pero en el ranking de pasajes más que divertidos completamente surrealistas, es la escena de Jesús y la samaritana. Puro Tip y Coll. Jesús y la samaritana charlando cada cual en su onda. Jesús hablando del agua viva, de la fe, de llenar por dentro el corazón de esa mujer sedienta de vida eterna. La mujer, preocupada por el cubo, el agua, el pozo, la cuerda. Y ahí tienes a los dos, charlando aparentemente de lo mismo, pero cada cual a lo suyo. Jesús que si él es el agua vida… ella que si esto del pozo cómo va… Un auténtico diálogo de besugos.

Hay más pasajes. Seguro que no faltarán lectores que aporten pasajes evangélicos que les hayan sacado una sonrisa. A mí se me ocurren estos tres. Pero seguro que hay muchos más.

P.D. Aprovechando que hoy es el domingo gaudete, vamos a estrenar una bonita casulla rosa. Sé que Judas diría que mejor lo de la casulla dárselo a los pobres, pero eso lo decía no porque le importaran los pobres, sino porque era un ladrón y llevaba la bolsa.