27.12.13

 

Ya quisiera yo tener como organista y maestro de capilla de la parroquia al mismo Bach, pero no tengo esa suerte. A falta de Bach, algún organista, un buen director de coro, una coral medio decente. La gran mayoría de las parroquias nos tenemos que apañar con lo que podemos.

En mi caso con un equipo de más que buena voluntad, acompañamiento de guitarra, ensayo constante y buenos conocimientos litúrgicos. Una suerte. Porque además de todo lo expuesto, una calidad aceptable y hacer que la asamblea cante con una cierta dignidad, nos mantenemos en constante diálogo, preparamos juntos las cosas y no tengo nada que objetar. Evidentemente para gustos se hicieron los colores y, siendo en los dos casos los textos estrictamente litúrgicos, unos prefieren la misa de angelis y otros la de Palazón. También hay gente firmemente partidaria de la langosta, el solomillo y el foie, mientras que otros, por gusto, o por imperativos económicos, disfrutan de su cocidito, que además tiene menos ácido úrico.

El gran problema de los coros parroquiales es cuando optan por la autodeterminación y, en consecuencia, en lugar de ser apoyo a la liturgia y facilitar el canto de la asamblea, deciden convertirse en grupo autónomo, cantar lo que les pide el cuerpo, hacer sus gorgoritos, meter canciones allá donde consideran oportuno y funcionar al margen de toda orientación o disciplina.

Y el caso es que suelen comenzar bastante bien. Pero… poco a poco van tomando sus propias decisiones que sobre todo consisten en que ensayan lo que les apetece y lo tienen que colocar en algún sitio. A partir de ahí el caos. Porque cuando dices que no puede ser… en ese momento, si tienes suerte, se largan por las buenas y si no se van lo mismo pero recogiendo firmas en contra de ese cura dictador que se cree que la parroquia es suya (por lo visto es del coro). Y como siempre hay gente chachi guay encantadísima con que el coro cante cosas monas sobre la hermandad y los pajaritos de colores, pues ya la hemos liado.

Hace poco un sacerdote amigo me contaba la última. Se le acaba de largar el coro, que incluso ahora va a misa a otra parroquia (puente de plata, ya se sabe) y por supuesto andan de recogida de formas. Qué suerte ha tenido. Eso le he dicho. Y si no hay un coro decente, pues se canta a pelo con el pueblo de Dios, y si no pues no se canta, que tampoco es obligatorio. Pero aguantar numeritos bajo ningún concepto.

Y ahora el añadido final.

Ayer ni parar. Sacó el diario ABC una amplia noticia sobre el economato de la parroquia y se dispararon las cosas. Ya se sabe que los medios acuden a los sitios siempre en manada. Porque a raíz de la página que publicó ABC se presentaron ayer en la parroquia Telemadrid, que por cierto emitió un bonito reportaje en su noticiario, Tele5, La 4, y hasta me llamaron de la Sexta. Por la tarde intervine en Es radio y ahora mismo estoy esperando una llamada de la COPE. Lo que hace andar escasos de noticias en navidades. En fin…

Y otra cosa. Ayer 34 años de sacerdote. Qué grande es Dios.