5.01.13

El bozal socialista

A las 12:35 PM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Sociedad siglo XXI

 

Al portavoz del gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, no le gusta la libertad de expresión. Tampoco le gusta lo que la Iglesia enseña sobre la ideología de género, la sexualidad, la institución familiar, el aborto, la educación, etc. Y ya ha encontrado la forma de congeniar sus “disgustos". Lo ideal es poner un bozal a la Iglesia para que no hable, no opine y no diga una sola palabra sobre los temas que no encajan con la ideología socialista. Así lo pide en su blog.

Alguien dirá que el señor Vázquez solo pide un bozal para el obispo de Córdoba, pero es que lo dicho por Mons. Demetrio Fernández en su última carta dirigida a los fieles es ni más ni menos que lo que lleva diciendo la Iglesia sobre esos temas desde hace años. Es decir, a nadie deben sorprender las palabras del pastor cordobés.

El cargo que ocupa el señor Vázquez es además muy significativo, porque se responsabiliza de comunicar a la sociedad lo que hace el gobierno de la comunidad autónoma de Andalucía. Que un responsable de la comunicación gubernamental mande callar a quien no comulga con sus ideas es algo cuanto menos sintomático. Nos da una idea de la calidad democrática de los gobernantes andaluces. Gobernantes, dicho sea de paso, sobre los que recae una sospecha más que fundada de connivencia con la corrupción.

Cada vez está más claro en este país que vivimos bajo un régimen en el que los partidos políticos lo llenan todo. Muchos creen que la victoria en las urnas -en este caso ni eso, ya que el PSOE no ganó las últimas elecciones andaluzas- les legitima para imponer un modelo de sociedad en el que las minorías no conformes con el mismo, como es el caso de los católicos practicantes, deben ver, oír y callar. Si eso es democracia, me río yo de la democracia.

Además, el político socialista, siguiendo la estela tradicional de su formación política, aparte de soltar los típicos tópicos sobre el catolicismo que se dan siempre en los enemigos de la Iglesia -como les pasa a muchos liberales-, se dedica a mentir cuando señala la religión es obligatoria en la escuela. Dice este señor:

La religión obligatoria en los centros públicos supone la imposición de un adoctrinamiento no acorde a los tiempos que corren.

Se le debería caer la cara de vergüenza por mentir de esa manera. La asignatura de religión ha sido, es y será siempre optativa. Solo se da a los alumnos cuyos padres la hayan pedido. Por cierto, la inmensa mayoría lo pide. Y forma parte del derecho constitucional de esos padres. No está de más recordar el artículo 27 de la Constitución que los socialistas, a lo que se ve, odian con toda su alma:

3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

4. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.

Pero claro, ¿qué cabe esperar de alguien capaz de escribir un post que empieza con este párrafo?:

La religión desdeña a la mujer. Esa misoginia, que prima en los tres grandes credos monoteístas, se arrastra desde la noche de los tiempos.

Puede que todavía haya algún ingenuo que piense que con la deriva que está tomando el actual sistema político, la Iglesia va a poder vivir en libertad a medio largo-plazo. Es obvio que no. Antes o después, el socialismo, con un PP incapaz de defender un modelo de sociedad basado en los valores que se supone que profesa un sector importante de su electorado tradicional, impondrá aquello que siempre se le ha dado muy bien imponer allá donde ha gobernado, sea dictatorialmente o sea bajo el disfraz de la democracia: el laicismo radical y el anticlericalismo de baja estofa.

Los socialistas españoles son verdaderos hijos políticos y espirituales de quienes llevaron a España a un enfrentamiento civil el siglo pasado. Odian a la España católica. Les da igual que esa España sea cada vez más pequeña y con menos peso social. La quieren aniquilada del todo. Y si para eso tienen que ponernos un bozal, lo harán. Tiempo al tiempo.

Luis Fernando Pérez Bustamante