7.01.13

A los celiacos, servidor con vino

A las 10:40 AM, por Jorge
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Cuando yo era niño o había menos enfermedades o, muy posiblemente, tampoco nos enterábamos demasiado. No recuerdo amigos celiacos, por ejemplo. Tampoco alérgicos y menos al polen. Pero insisto, cosas de pueblo.

Tengo en la parroquia algunos celiacos. Como es natural su enfermedad suscita algunos problemas a la hora de administrarles la comunión, ya que los hay con intolerancia total al gluten y la imposibilidad lógica de que reciban la eucaristía bajo la especie de pan.

En estos casos yo lo que prefiero hacer es preparar un cáliz pequeñito con una gotas de vino y agua en el que no se roce por nada el pan. Cuando llega el momento de la comunión el celiaco se acerca al principio o al final para facilitar las cosas y bebe directamente del cáliz. Para mí es lo más sencillo y lo que no admite duda.

Esto plantea un problema sobre todo a los papás con ocasión de las primeras comuniones, y es que rápido te salen con la discriminación del niño y que por qué no puede comulgar con una forma hecha, en lugar de trigo, de arroz o maíz. Por más que se les explique que la materia de la Eucaristía es pan de trigo y no otra cosa, no entienden. Pobre niño discriminado que cuando todos comulgan con una forma él tiene que hacerlo con unas gotitas de vino, y eso que la mamá no te venga con que a quién se le ocurre dar a su niño alcohol, que eso está prohibido.

No hay discriminación que valga. El niño diabético cuando va a una fiesta de cumpleaños no puede comer pasteles y el que está en una silla de ruedas lo tiene crudo para jugar al fútbol. No es discriminación, es enseñar a los niños que tienen un problema y que han de saber convivir con él. Nada más.

No me fío mucho de las formas “especiales” que me traen algunos feligreses celiacos. Ayer mismo una señora me decía que si eran formas de arroz o que si llevaban maíz. ¿Y trigo? le pregunté. Trigo no, claro. Pues entonces no me sirven.

Facilito, facilito, el cáliz pequeño y unas gotitas de vino. Se acaban los problemas de si las formas especiales tienen más o menos gluten, son de arroz, maíz, o vaya usted a saber el qué. La discriminación no se evita porque en cualquier caso hay que ir a la iglesia antes a solicitar que se tenga en cuenta las circunstancias para la comunión. Y comulgar evidentemente que se comulga.

Sé que en algunos lugares se venden formas especiales autorizadas por la iglesia para la comunión de los celiacos. Pero menudo follón. Te las traen y a ver de dónde son y qué garantías tienen.

Así que servidor en la parroquia, para celiacos, comunión con vino.

Recomiendo la lectura de la nota de la conferencia episcopal española.