16.01.13

Lucian, el bebé discapacitado que salvó la vida sonriendo en 3D

No es de extrañar que los abortistas tengan terror a los avances científicos. Uno de los factores que más ha ayudado a salvar vidas del aborto es la visión del hijo en el seno materno.

Los casos son cada vez más numerosos. El Daily Mail nos cuenta la historia de Katyia Rowe, «desoladada cuando le dijeron que su hijo padecía tales malformaciones cerebrales que su vida sería muy corta». Le instaron a que considerase acabar con el bebé.

En una de las ecografías 3D –esas que odian tanto los abortistas– Katyia vio en tiempo real cómo su hijo sonreía, hacía globitos, pateaba y gesticulaba con los brazos. No pudo hacer otra cosa que lo que hizo, quererle y ponerle nombre: Lucian. Por encima de todas las dificultades que se le venían encima: sabía que no hablaría, no caminaría. Necesitaría cuidado 24x7.

Murió a los 9 meses, pero como dijo su madre:

Si podía sonreír, jugar y sentir, entonces, a pesar de su discapacidad merecía disfrutar de la vida que le quedaba. Por corta que fuese. Que su vida fuese más corta o diferente no quería decir que no mereciese la pena.

Mientras estuviese libre de dolor me prometí disfrutar de él, dentro o fuera de mi, todo el tiempo que fueses posible.

Para ello tuvo que sobreponerse a las terribles cosas que le decían durante el embarazo, a lo que siempre respondía, como si estuviese recordando su cara en el monitor 3D, que su vida era maravillosa y similar a la de cualquier otro bebé: una alegría.