20.01.13

Sin pulso o con pulso

A las 8:14 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Cuando la historia de España está zarandeada por vaivenes del oleaje y se nota que el barco se puede hundir. Sale a pasear el concepto del pulso, esa realidad humana que está hermanada con el funcionamiento del tic-tac del corazón que bombea la sangre para que siga fluyendo por todo el aparato circulatorio del cuerpo humano.

Cuando alguien encuentra a una persona tirada en el suelo, lo primero que le toma es el pulso, si nota algo, puede existir vida, llama rápido a la ambulancia. En caso contrario llama a la funeraria más próxima.

Silvela

El político don Francisco Silvela publicó en el diario El Tiempo, el 16 de agosto de 1898, un artículo con el título Sin pulso.

Toda España estaba medio muerta ante la pérdida de los últimos florones del viejo imperio colonial, Cuba y Filipinas. Aquellos días se les conoce como el Desastre del 98.

El artículo de Silvela es oportuno, claro y determinante. La parte final acaba de la siguiente forma:

“Si pronto no se cambia radicalmente de rumbo, el riesgo es infinitamente mayor, por lo mismo que es más hondo y de remedio imposible, si se acude tarde; el riesgo es el total
quebranto de los vínculos nacionales y la condenación, por nosotros mismos, de nuestro destino como pueblo europeo y tras de la propia condenación, claro es que no se hará esperar quien en su provecho y en nuestro daño la ejecute.”

Realmente España estaba sin pulso.

Franco

Estaba España en plena Guerra Civil. Era el 1 de octubre de 1936. Los componentes de la Junta de Defensa Nacional deciden encomendar la Jefatura del Estado al general don Francisco Franco Bahamonde.

En el acto, celebrado en Burgos, el general declara ante los presentes: “Ponéis a España en mis manos. No me temblará el pulso hasta llevar a España a la victoria total y levantar una gran nación.”

Ahora España necesitaba un único poder para alcanzar la victoria bélica. Lo consiguió.

Rajoy

Ayer el presidente del gobierno Mariano Rajoy, acosado y rodeado de informaciones de diarios en los que se afirma cómo en el partido popular la cúpula cobraba del extesorero sobres llenos de dinero negro en cantidades industriales, acudió a una reunión de representantes del partido en Almería, y dijo estas palabras:

“Si alguna vez tengo conocimiento de irregularidades o conductas impropias no me temblará la mano. Es una de mis responsabilidades y no menor".

Mientras la justicia actúa contra los casos de corrupción política, que está implantada en todos los partidos, el pueblo ve que España está sin pulso, otra vez más.

Conclusión

Son muchas las veces en las que el pulso de España se alicorta. Ahora mismo el no encontrarse el pulso a España está divorciando a los ciudadanos de los políticos.

La inmoralidad de no tener pulso para efectuar una regeneración de la vida nacional costará muy cara a la clase política. Las urnas lo dirán.

Tomás de la Torre Lendínez