Día Internacional de la Beneficencia el 5 de septiembre, festividad de la Beata Teresa de Calcuta


 

La Asamblea General de la ONU ha designado en una resolución Día Internacional de la Beneficencia el 5 de septiembre, tras afirmar que “puede contribuir a la promoción del diálogo entre personas de diferentes civilizaciones, culturas y religiones, así como de la solidaridad y la comprensión mutua”. Y solicita al Secretario General, Ban Ki-moon, que señale la presente resolución “a la atención de todos los Estados Miembros y organizaciones del sistema de las Naciones Unidas”.

En su resolución A//67/L.45*, la Asamblea General expresa su reconocimiento a “los esfuerzos de las organizaciones de beneficencia y de particulares”, para mencionar a continuación expresamente “incluida la labor de la Madre Teresa”. La Asamblea General de la ONU proclama el Día Internacional de la Beneficencia al mismo día de septiembre en el que la Iglesia católica recuerda a la Beata Madre Teresa de Calcuta, religiosa fundadora de las congregaciones de Misioneros y Misioneras de la Caridad, para servir a los enfermos y abandonados.

En su escrito publicado el pasado 14 de diciembre de 2012, vinculado al sexagésimo séptimo período de sesiones, la Asamblea General de Naciones Unidas reconoce “el papel de la beneficencia a fin de mitigar las crisis humanitarias y el sufrimiento humano, dentro de los países y entre estos”, e invita a “celebrar de manera adecuada el Día Internacional de la Beneficencia, alentando a esta, por ejemplo, mediante actividades educativas y de concienciación”.

Madre Teresa de Calcuta (1910-1997)

Beatificada en octubre de 2003 por el Papa Juan Pablo II, la Madre Teresa fue albanesa de nacimiento y en el año 1948 adquirió la ciudadanía hindú, compartiendo su vida en las calles de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos.

La Madre Teresa fundó la congregación llamada las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de enseñar a leer a los niños pobres de la calle. En el año 1950, la Madre Teresa empezó a ayudar a las personas enfermas de lepra. En el año 1965, el Papa Pablo VI colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros países. Desde entonces, por todo el mundo se abrieron centros para atender leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados.