En Málaga los centros educativos diocesanos profundizan en su identidad católica


 

Antonio Moreno Ruiz – diocesismalaga.es

Los días 15 y 16 de febrero, el auditorio de la Diputación Provincial de Málaga se convertirá en un foro en el que expertos en la pedagogía de la fe y profesionales de la educación reflexionarán sobre la identidad de los centros católicos y compartirán experiencias bajo el lema “Vivimos la fe”. Estas primeras Jornadas de Pastoral organizadas por la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria han despertado ampliamente el interés de la comunidad educativa como demuestra el hecho de que las plazas se agotaran en apenas 10 días.

Llevan meses preparando este gran encuentro a nivel diocesano. Miguel Ángel Ruiz, director del Área Pedagógica de la Fundación y de las Jornadas y Francisco Lucas Carrasco, secretario de las mismas, confirman la necesidad de celebrar encuentros de este tipo para profundizar en la identidad católica de los centros diocesanos: »El presente y futuro de la Escuela Católica debe sustentarse en la defensa a ultranza de nuestra identidad, pues de ella deviene todo nuestro quehacer diario con las familias, alumnado, profesores, personal… Es una labor de convencimiento pleno en el proyecto de Fe y Esperanza por parte de toda la comunidad».

Por su parte, el Secretario Técnico de la Fundación, Francisco José González Díaz, en su carta de convocatoria para las I Jornadas de Pastoral, afirma que »estas jornadas quieren ser un momento privilegiado para celebrar juntos la Fe que vivimos y actualizar las razones instrumentales de nuestra vocación, como docentes comprometidos en la búsqueda de la verdad. En definitiva, una puesta al día con rigor académico y eclesial de nuestros conocimientos en la práctica pastoral, junto con el compromiso con la comunicación, la coordinación y la colaboración con y entre los centros educativos y la Iglesia diocesana».

Implicación

Para los organizadores, la rápida respuesta para completar las plazas refleja que »el interés es enorme. Es, además, prueba evidente de que el educador de la Fundación quiere implicarse más, conocer más a fondo las líneas de actuación pastoral de los centros, celebrarla de manera más cuidada y responsable y, sobre todo, vivirla día tras día, con los cinco sentidos, y en permanente contacto y coordinación con los responsables, delegados y equipos de Pastoral de cada centro».

Y es que toda la teoría de la transmisión de la fe es inútil si quien es el encargado de transmitirla, el educador, no es, a su vez, testigo. Como señalan Ruiz y Carrasco, »en la Fundación Diocesana cuidamos de este particular mediante diferentes líneas de actuación. Por ejemplo, procuramos una formación permanente del profesorado en la pastoral en general y para la asignatura de Religión en particular, mediante cursillos y formación específica para los Delegados de Pastoral.

Igualmente, fomentamos la participación del profesorado en congresos, en jornadas de estudio, ciclos de conferencias, etc. Finalmente, los retiros y convivencias de Adviento y Pascua, los ejercicios espirituales para profesores y el encuentro mensual de oración para el profesorado completan una actuación que, a nuestro parecer, cultiva la Fe del profesorado de manera significativa, máxime cuando estamos viviendo este momento tan especial que es el año de la Fe».

Los organizadores manifiestan, asimismo, su rechazo a quienes ven en la clara identidad católica de los centros un interés de adoctrinamiento: »Según nuestro ideario, uno de nuestros principios es la libertad de enseñanza, entendida primero como defensa de la identidad cristiana de nuestros centros y en segundo lugar, como libertad de opción de los padres respecto a la educación de sus hijos. Todo el mundo sabe lo que ofertamos en nuestros centros, y las familias que nos llegan no sólo aceptan nuestro ideario por cercanía o comodidad, sino que ya vienen buscando de antemano escuelas católicas que les ofrezcan aquello que la escuela laica no puede llegar a darles».

Esta opinión la corrobora el dato de que algunos de los centros de la Fundación que comparten zona con colegios de titularidad estatal tienen una demanda tan alta que se ven obligados a rechazar hasta un 25 por ciento de solicitudes de padres que desean matricular allí a sus hijos.