15.02.13

¿En la antesala de un cisma?

A las 3:43 PM, por Luis Fernando
Categorías : Papado, Actualidad

 

Aunque uno de nuestros cavernícolas de referencia ha mostrado ya su parecer ante las graves cuestiones suscitadas por una luminaria de la información religiosa, creo oportuno compartir con nuestros lectores las siguientes consideraciones.

Dice el lucero matutino de RD:

Tras su renuncia, Celestino V (y de eso hace más de siete siglos) regresó a su vida de ermitaño, aunque algunas leyendas apuntan que su sucesor, Bonifacio VIII, ordenó su captura y su ingreso en una prisión hasta su muerte. Esto no sucederá hoy…

Una vez consultado con el jefe de la Guardia Suiza, puedo asegurar que, efectivamente, no está entre sus planes acatar una orden de captura, detención y encarcelamiento de Benedicto XVI, por mucho que el futuro Papa se lo pida. “Llegado el caso, dimitiría antes que hacer algo así“, me ha dicho con voz potente y segura.

Continua el astro fulgurante del periodismo religioso:

Benedicto-Ratzinger quiere seguir escribiendo. De hecho, tiene una encíclica sobre la fe a medio terminar, que ahora se podría publicar en forma de libro. ¿Pero hasta qué punto un texto que iba a ser magisterial puede editarse únicamente como la opinión de un hombre? Las dudas sobre la infalibilidad papal, pues, vuelven a mostrarse. ¿Deja Ratzinger de ser infalible al abandonar el solio pontificio?

Por más que el equipo de investigación de InfoCatólica ha buceado en las noticias de los últimos días, no ha encontrado muchos indicios de que Benedicto XVI piense seguir escribiendo libros tras su retiro. De hecho, me comunican que ha comunicado su intención de dedicarse a la oración y que, para más inri, va a desaparecer de los ojos del mundo. Pero aunque escribiera, no habría mayor problema. Un Papa que ha escrito libros sobre Jesús advirtiendo que lo ha hecho en su condición de teólogo y sin pretender que el texto fuera magisterial, no tendría la ocurrencia de reclamar que se acepte como magisterio papal lo que pueda escribir una vez que ha renunciado.

Aun así, nuestros asesores teológicos nos han asegurado que el dogma de la infalibilidad papal rige solo, valga la tautología, para los Papas. Y solo bajo las condiciones indicadas por el dogma. A saber:

El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables.
Pastor Aeternus

Y:

Esta infalibilidad que el divino Redentor quiso que tuviese su Iglesia cuando define la doctrina de fe y costumbres, se extiende tanto cuanto abarca el depósito de la Revelación, que debe ser custodiado santamente y expresado con fidelidad. El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta misma infalibilidad en razón de su oficio cuando, como supremo pastor y doctor de todos los fieles, que confirma en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22,32), proclama de una forma definitiva la doctrina de fe y costumbres. Por esto se afirma, con razón, que sus definiciones son irreformables por sí mismas y no por el consentimiento de la Iglesia, por haber sido proclamadas bajo la asistencia del Espíritu Santo, prometida a él en la persona de San Pedro, y no necesitar de ninguna aprobación de otros ni admitir tampoco apelación a otro tribunal. Porque en esos casos, el Romano Pontífice no da una sentencia como persona privada, sino que, en calidad de maestro supremo de la Iglesia universal, en quien singularmente reside el carisma de la infalibilidad de la Iglesia misma, expone o defiende la doctrina de la fe católica.
Lumen Gentium 25

A eso se une que el equipo de canonistas que prestan sus servicios en InfoCatólica nos comunican que es de todo punto imposible que haya dos papas legítimos que compartan conjuntamente el ministerio petrino. En otras palabras, una vez que se haga efectiva la renuncia de Benedicto XVI y se produzca la situación de sede vacante, no hay marcha atrás. Benedicto XVI deja de ser papa y el que llegue será el único y legítimo Obispo de Roma. Por tanto, no tendremos dos papas infalibles que jueguen a contradecirse entre sí. Habrá solo uno.

Angustiado por el temor, el insigne periodista de RD se pregunta:

En caso de que no sea así, ¿podría contradecir las decisiones de su sucesor si no está de acuerdo con ellas? Si se diera este caso, estaríamos, sin duda alguna, en la antesala de un cisma.

Bromas aparte, estamos, sin duda alguna, ante una elaboración intelectual fruto de la ignorancia más supina sobre lo que es el papado y sobre cómo funcionan las cosas en la Iglesia Católica. Y de hecho, es una falta de respeto hacia el propio Benedicto XVI. Porque, siendo que nuestro Papa ha renunciado por las razones que ha explicado, y siendo que ha afirmado su intención de retirarse de la vida pública, ¿a cuento de qué se puede siquiera sugerir que va a dedicarse a contradecir a su sucesor? ¿en qué cabeza sensata cabe semejante teoría?

Pregunta también el señor Bastante:

¿De qué vivirá el ex Papa Benedicto? “Nos aseguraremos de que tenga una existencia digna", apuntó el portavoz Lombardi, sin acertar a definir si se le dará una dotación como emérito, una pensión o algo similar.

Estoy convencido de que, como mínimo, le van a dar de comer y de beber. Es más, seguramente le seguirán dando las medicinas necesarias para tratar sus achaques. No parece probable que nos encontremos a Joseph Ratzinger en la cola de un comedor de Cáritas de Roma.

Como escribí hace unos días, conviene tener calma y sosiego ante este momento de la historia de la Iglesia. El histerismo es mal compañero de viaje para la salud mental y espiritual. La Iglesia de Cristo ha vivido etapas peores, con cismas reales, antipapas intentando usurpar la cátedra de San Pedro, papas de moralidad más que dudosa, etc. Y sin embargo, las puertas del Hades no han prevalecido. El Señor jamás lo permitirá. Confiemos en Él.

Luis Fernando Pérez Bustamante