20.02.13

 

Mons. Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, ha estado en Madrid para asistir a la asamblea de delegados de medios de las diócesis españolas. De la crónica de su intervención ofrecida por José Manuel Vidal, director de Religión Digital, me quedo con el siguiente párrafo:

-Me encantó su abierta censura de los “sitios católicos agresivos", que no dialogan ni, por supuesto, sirven a la verdad que dicen defender. ¡Que algunos se apliquen el cuento!

No sé cuáles habrán sido las palabras exactas de Mons. Celli, pero me hace mucha gracia que Vidal pide a algunos que se apliquen el cuento. Puede ser, claro, que él mismo descarte que el medio de comunicación que dirige sea católico. Porque de serlo, tendría que explicarnos si no cree que lo dicho por el arzobispo encaja como mano a guante a un “sitio” como el suyo, que ha dado portadas con los siguientes titulares:

José Mantero: “El obispo Reig es un homosexual reprimido”

John Shelby Spong: “Llegará un día en que la Iglesia se arrepentirá de su comportamiento con los homosexuales” (Subtítulo: El prelado episcopaliano sugiere que Pablo fue un “homosexual reprimido")

Gamo: “Los obispos de hoy son peores que los de Franco”

Carlos Escudero: “La jerarquía eclesiástica está incapacitada para entender el Evangelio”

“En la cúpula de la CEE tienen diarrea de miedo” (P. Juan Masiá, sj, dixit)

El problema no es el Papa… es el papado (José María Castillo dixit)

Podría seguir dando titulares de RD como esos hasta cansar al lector. Y podría escribir una novela con las obsesiones personales del director de ese “sitio” respecto a determinados obispos españoles, entre los que destaca el cardenal Rouco, de quien parece que le debe dinero cada vez que escribe sobre él. No se molesten ustedes en buscar algo parecido en los principales “sitios” católicos españoles -o de lengua española"-, que no encontrarán uno igual.

Ver al señor José Manuel Vidal usando las palabras de Mons. Celli para lanzar una indirecta a los medios católicos que no son de su agrado, es como ver a la simióloga Jane Goodall defendiendo las corridas de toros.

En lo que respecta a InfoCatólica, me limito a recordar que una de nuestras razones de existir es intentar servir a la Iglesia y a la sociedad partiendo de los principios marcados por Pío XII en su Discurso sobre la prensa católica y la opinión pública. Destaco del mismo estos párrafos (negritas y cursivas más):

Finalmente, Nos querríamos todavía añadir una palabra referente a la opinión pública en el seno mismo de la Iglesia (naturalmente, en las materias dejadas a la libre discusión). Se extrañarán de esto solamente quienes no conocen a la Iglesia o quienes la conocen mal. Porque la Iglesia, después de todo, es un cuerpo vivo y le faltaría algo a su vida si la opinión pública le faltase; falta cuya censura recaería sobre los pastores y sobre los fieles. Pero también aquí la prensa católica puede hacer un servicio muy útil. A este servicio, sin embargo, más que a cualquier otro, el periodista debe aportar aquel carácter del que Nos hemos hablado, y que está formado por un inalterable respeto y un amor profundo hacia el orden divino, es decir, en el caso presente, hacia la Iglesia tal como ella es, no solamente en los designios eternos, sino tal como vive concretamente aquí abajo en el espacio y en el tiempo, divina, sí, pero formada por miembros y por órganos humanos.

Si posee este carácter, el publicista católico sabrá evitar tanto un servilismo mudo como una crítica descontrolada. Ayudará con una firme claridad a la formación de una opinión católica en la Iglesia, precisamente cuando, como ahora, esta opinión oscila entre los dos polos, igualmente peligrosos, de un espiritualismo ilusorio e irreal y de un realismo derrotista y materializante. Alejada de estos dos extremos, la prensa católica deberá ejercer entre los fieles su influencia sobre la opinión pública en la Iglesia. Solamente así se podrán eludir todas las ideas falsas, por exceso o por defecto, sobre la misión y sobre las posibilidades de la Iglesia en el dominio temporal y, en nuestros días, sobre todo en la cuestión social y el problema de la paz.

Dudo que Mons. Celli, a quien tuve el placer de conocer en el congreso de blogueros católicos celebrado en Roma en mayo del 2011, tenga un parecer distinto del Papa Pío XII sobre esta cuestión.

Luis Fernando Pérez Bustamante