22.02.13

Cardenal Dolan

Durante horas gran parte de la prensa en español ha hecho un ridículo espantoso. Buena muestra del tratamiento al que está siendo sometida la Iglesia y parte de sus fieles.

A rebufo de la renuncia del Santo Padre y del próximo Cónclave la carrera por las interpretaciones más absurdas y estúpidas parece no tener ni sentido del ridículo. La calidad de los «responsables» de las sección de religión de los diarios es lamentable.

Ayer The New York Times relataba la declaración del Cardenal Dolan en Milwaukee en un juicio sobre abusos. La noticia era lo de menos. Tenía los ingredientes adecuados: cardenal popular, papable, pastor fiel, abusos, juicio. Y también tenía los pinches oportunos.

El título del artículo no podía ser más descriptivo: Cardinal Dolan Is Deposed in Milwaukee Archidiocese Abuse Lawsuit. En la noticia aparece 8 veces el término «deposed/deposition», así que ni cortos ni perezosos, o más bien, cortos y perezosos, tradujeron al español el término como depuesto. A los que les pareció poco fueron más allá y lo sustituyeron por «destituido».

«Depose» se traduce por testificar/declarar, con las connotaciones de bajo juramento o legalmente en contexto judicial, no se traduce por destituir.

El cardenal acudió voluntariamente, lo esperaba hace tiempo, para hablar sobre la decisión que tomó hace nueve años de publicar los nombres de los sacerdotes involucrados en casos de abuso. Prestó toda su colaboración. No está acusado de nada.

Como los críos que sin saber inglés les gusta la melodía y canta wachi-wachi-waaaachi. Todo inventado.

Todavía hay rastro en internet de dos tipos de comportamientos (pongo algunos ejemplos salteados):

Primero los que no esperan que la realidad les estropee un titular:

Y segundo los que sin despeinarse, después de haber mentido, sustituyen la noticia y le echan la culpa a otros (la url de la noticia delata el titular original):

Parece que el error primario está en AP, pero la no comprobación y la titulación es responsabilidad de cada medio. Luego los periodistas se preguntan el motivo de la pérdida de prestigio de su profesión.

Siempre es mejor beber de fuentes y no de abrevaderos. De aquí a la «fumata blanca» tendremos más de estas, ya veréis.