Roma
24 de febrero del 2013

Benedicto XVI se despide en su último Ángelus desde San Pedro: seguirá sirviendo a la Iglesia con la oración

Si aún quedaba alguien capaz de poner en duda los motivos que han llevado a Benedicto XVI a renunciar a la Sede de San Pedro, los ha dejado extraordinariamente claros en su último Angelus público antes de recluirse a rezar en un convento. "El Señor me llama a dedicarme todavía más a la plegaria y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia". Las dos frases muestran, por un lado, que en ningún momento ha tenido crisis alguna de fe, sino que, muy al contrario, quiere dedicarse "todavía más a la plegaria y a la meditación". Y, por otro lado, que renunciar a la Sede de San Pedro en manos más fuertes que las suyas no significa abandonar a la Iglesia, sino seguir dentro de la Iglesia en otra posición.


 

El Evangelio del día, la Transfiguración en el Monte Tabor, ha invitado a Benedicto XVI a reflexionar sobre esa petición de Cristo de que hagamos oración. Benedicto XVI que acaba de regresar de una semana de intensos Ejercicios Espirituales en los que el cardenal Ravasi, precisamente, ha profundizado en el valor de la oración, ha explicado cómo la oración es ahora el "modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas" para seguir sirviendo a la Iglesia.

"Si Dios me pide esto es precisamente para que yo pueda continuar sirviendo a la Iglesia con la misma dedicación y el mismo amor con que lo he hecho hasta ahora, pero de un modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas", ha explicado el Santo Padre ante una abarrotada Plaza de San Pedro, envuelta estos días en lluvia pero que hoy ha amanecido con un sol radiante, como si hstas la belleza de la luz quisiera despedir al Papa.

El Santo Padre ha recurrido a la imagen del Evangelio con el Señor camino del Monte Tabor que llama a sus discípulos más amados para explicar que él también se siente llamado por el Señor, y que esa vida de retiro y oración que dará comienzo a partir del 28 de febrero, "no significa aislarse del mundo y de sus contradicciones".

Muy aplaudidas han sido las palabras en español que el Santo Padre ha pronunciado terminado ya el rezo del Ángelus en latín. No solo se ha referido de manera expresa a los muchos peregrinos presentes en San Pedro, sino que también ha mencionado específicamente a los que siguen el rezo a través de los medios de comunicación social, y les ha agradecido "también tantos testimonios de cercanía y oraciones que me han llegado en estos días". Se da la circunstancia de que desde España e Hispanoamérica se han organizado en las redes sociales diversas iniciativas para despedir al Santo Padre, como un vídeo con el que se le quiere dar el abrazo más largo o una gran quedada digital que convirtió la despedida del Papa en trending topic o tema del que más se habalba en Twitter.

Concluyó con una profunda reflexión sobre la oración: "Jesús, nos dice el Evangelio de hoy, subió al monte a orar, y entonces se trasfiguró, se llenó de luz y de gloria. Manifestaba así quién era él verdaderamente, su íntima relación con Dios Padre. En el camino cuaresmal, la Transfiguración es una muestra esperanzadora del destino final al que lleva el misterio pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Y también un signo de la luz que nos inunda y transforma cuando rezamos con corazón sincero".

Después se despidió en otros idiomas y desapareció tras la ventana en la que tantas veces ha rezado con los fieles, con gesto sereno, sin derramar lágrimas.