28.02.13

 

Hoy voy a ser generoso, y hasta me voy a creer el número de “yayoflautas” que según Religión Digital acudieron a la sede del arzobispado para hacer tambalear los cimientos del cardenal de Madrid con una originalísima misiva en la que piden a la iglesia que renuncie a sus privilegios multiseculares y se implique más en estos momentos de crisis. Treinta yayoflautas, treinta, con la pretensión de poner colorado a Rouco Varela.

Yo creo que lo primero que hay que hacer para salir de la crisis es trabajar. A ver, por las fotos, deben andar todos por poco más de los sesenta, y parece que no trabajan, y eso que físicamente como robles, tanto que hasta bailaron y cantaron en la calle. El cardenal de Madrid, con 76 años, ahí sigue en la brecha. Un detalle sin importancia. Y no hay cura que se jubile antes de los 75. Hace unos días un amigo me hablaba de la iglesia, los pobres y la crisis. Eso sí, prejubilado de banca con 56 años. Así no hay quien resuelva nada.

Así que la iglesia madrileña pasa de la crisis. Con dos narices. Sin contrastar datos, sin informarse. No se hace nada y punto, que estas cosas se saben. Eso se llama andar por la vida con limpieza de mente, corazón e inteligencia.

Hace apenas unos días, sin ir más lejos, me ha llegado una carta de Cáritas en la que se nos anuncia la puesta en marcha de un PROGRAMA SOCIAL DE VIVIENDA INTEGRADORA PARA FAMILIAS FUNDAMENTALMENTE EN SITUACIÓN DE EJECUCIÓN HIPOTECARIA. Un dato más. Eso sí, ahora vendrán a decirnos que Cáritas no es la Iglesia, que es una tapadera y que Cáritas es una mafia proselitista (CC.OO. de Córdoba dixit). Pero claro, lo que sale en la prensa son treinta yayoflautas –admito el dato- bailando delante del arzobispado.

Desde que comenzó la crisis, son multitud los sacerdotes y obispos que están donando sus pagas extras y parte de su exiguo sueldo mensual para los pobres. Diócesis que están poniendo sus inmuebles a disposición de familias sin recursos. Documentos de la conferencia episcopal, cartas pastorales, declaraciones de denuncia de Cáritas. Nada. Por lo visto la Iglesia no hace nada.

No importa que desde Cáritas se atendieran el año pasado más de un millón ochocientas mil personas, ni que cuente con setenta mil voluntarios en España. Nada los más de siete mil voluntarios en Madrid, ni la red de SOIE para buscar empleo, ni los comedores, viviendas sociales o residencias que la Iglesia pone al servicio de los pobres. Nada.
Pues ya ven. Treinta yayoflautas (que así los denomina Religión Digital) dispuestos a sacar los colores a Rouco Varela, un señor que sigue trabajando a tope con sus 76 años. Tan contentos se pusieron por su hazaña (anda que no es fácil ir al arzobispado a entregar una carta sabiendo no solo que no te va a pasar nada, sino que te atenderán con educación) que acabaron bailando en la calle al ritmo de “dónde están los curas matarile-rile-ró".

Vergüenza ajena ver ese espectáculo. Pero miren por dónde han conseguido el más alto honor: salir en los papeles. ¿O el mayor de los ridículos?

PD.: A mis sobrinos. Si un día hago algo parecido, llevadme a casa, encerradme, y que no se entere nadie.