5.03.13

La señora Rafaela y el nuevo papa

A las 11:57 AM, por Jorge
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No estaba la tarde para paseos, así que decidieron que mejor se quedaban en casa con el café y las cartas. Un buen julepe entretiene y a 5 céntimos nunca se gana o se pierde demasiado.

Salió lo del papa, y todo fueron comentarios y deseos. Carmen muy interesada, con la lista de los cardenales y además marcando en cada nombre los que según ella eran más modernos y por consiguiente más adecuados como papas para este mundo cambiante.

Agustina quiere un papa como los de antes, de silla gestatoria, armiño y vuelta a la tiara, que no sabe muy bien cómo se llama, pero ella quiere un gorro de esos altos como antes, con no sé cuántas coronas.

Fidela dice que más le valdría al papa irse a vivir con los pobres y cerrar el Vaticano, que parece mentira que mientras hay gente muriéndose de hambre ellos tengan esos palacios.

Rafaela escuchaba y jugaba: tres partidas dando julepe, que no tiene que ver escuchar con saber mover las cartas. Eso sí, cuando hicieron la pausa para el café aprovechó para explicar cómo veía ella lo del papa.

A ver, Carmen, ¿pero tú qué diferencias te crees que va a haber entre un papa de esos que llamas modernos y uno que no lo sea tanto? ¿Qué va a cambiar? ¿La Biblia, el credo, el catecismo, los mandamientos? ¿Va a quitar lo de confesarse o la misa de los domingos? Sea el que sea la inmensa mayoría de las cosas seguirán igual. Así que lo que cambie será poco en cualquier caso.

Y qué quieres que te diga, Agustina, hay cosas a las que ya no se puede volver, ni falta que hace. Y el Vaticano ni lo va a vender nadie ni puede hacerse, porque es patrimonio de la humanidad y hay que cuidarlo. Bastante desgracia tiene el pobre que no puede estar tranquilo en otro sitio.

¿Cuántos papas hemos conocido nosotras? ¿Ocho o diez? ¿Y qué, tanto han cambiado las cosas? Lo más raro que hemos visto fue a D. Manuel sin sotana y que las misas se celebran en español y el sacerdote de cara al pueblo. Lo demás ahí sigue igual. Y si hemos tenido que aguantar alguna barbaridad, que nos ha tocado, no es por culpa del papa, sino del cura que se le ocurrió, y de nosotras por aguantárselo.

Además, ¿no nos han explicado siempre que es el Espíritu Santo el que guía a la Iglesia? Pues hale, tranquilas, que lo que sea será lo mejor.

Sí, sí, respondió Carmen, pero yo creo que van a salir Ravasi o Scola, y si no Madariaga, o un negro. Anda que no aciertas la quiniela del fútbol ni a tiros y te vas a meter a adivinar al papa. ¿Queda más café? Y a seguir con las cartas, que hoy estoy en racha.