5.03.13

Tontos de cuna, o “hacer” el tonto en la Iglesia de hoy

A las 7:56 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Durante una vida dedicada a la docencia se encuentra uno con esta realidad entre la variedad de alumnos: el tonto y el que hace el tonto. El primero es el que desde su concepción natural se desvía algún tornillo o hilo entre el cromosoma a o b, produciendo un retraso de calibre equis, naciendo y viviendo siempre con esa disminución. A este siempre se le debe atender con más servicio y caridad cristiana.

El que hace el tonto, por sistema, por vocación, por gracia, por llamar la atención, por sobresalir, por lo que sea, es una pobre persona a la que se debe centrar en su madurez psicológica, indicándole que el camino de la sensatez es el horizonte de su adultez.

Durante estos días previos a la elección del nuevo Pontífice, veo, oigo, leo, palpo, una atmósfera donde encuentro tontos de cuna, y los que hacen el tonto.

Entre los primeros está esa pobre mujer negra que sufre un “ataque” en la basílica de Santa María la Mayor, y en su mismidad deforme lanza el grito: un papa negro. O el cura italiano quien dentro de la misa dominical toma un retrato de Benedicto XVI y lo quema, acusándolo de no haber resistido hasta la muerte sin renunciar al cargo.

Entre los que hacen el tonto están dos tipos: los que “actúan” de tontos, y los que hacen el tonto de remate. Veamos a ambos.

Uno que “actuó” de tonto ayer, fue ese individuo que se vistió de obispo de carnaval gaditano caducado de fecha y se presentó a meterse dentro del recinto vaticano, tras escribir en su blog una sarta de tonterías que hacen sonreír a quien lo lee sin ánimo de condena, sino de ver que “actuar” de tonto es muy fácil en estos momentos en Roma, donde el supuesto obispo disfrazado ha demostrado que la vigilancia estos días en la Ciudad Eterna brilla por su absoluta ausencia.

El sector más dañino para la Iglesia Católica son los que hacen el tonto de remate sin remisión ni vuelta atrás.

Voy a citar a dos casos singulares:

1.- Los aprendices de los mal llamados “vaticanistas”. Son los fabuladores periodistas que estos días se pasan a descifrar los entresijos de dos iglesias inexistentes; de dos cardenales enfrentados en sus mentes calenturientas; en la supuesta manipulación de una masa cardenalicia borrega que no piensa con criterio propio, sino que se deja estabular por la opinión escrita de estos embusteros de tomo y lomo para que voten a los que ellos ya han señalado que, dicen, ha señalado Benedicto XVI con el mando a distancia.

2.- A este que hace el tonto de remate le pongo nombre y apellido: el jesuita Juan Masiá, que se atreve a firmar un artículo sobre la colegialidad democrática en la Iglesia atribuida a Benedicto XVI, cuyo final es para ver el grado de tontura sin vuelta atrás que el pobre padece cuando afirma:

“¿Lo conseguirá impulsar el Espíritu? Quizás, pero a condición de cambiar de vehículo. Ya no le valdrá la paloma. Necesitará alquilar de Obama un avión “drone” para atravesar con un misil las paredes de la capilla Sixtina. Perdón por lo bélico de la metáfora, poco apropiada para el Espíritu de Paz, pero es que esas paredes no caen tan fácilmente como el muro de Berlín…”

Conclusión

Seguiremos pintando la realidad de estos días, que sinceramente me hacen disfrutar, observando el gran teatro donde cada tipejo aparece deseando superar al anterior, pretendiendo hacer siempre lo más difícil dentro del circo mediático formado en torno al próximo Conclave.

Mientras, sigo el llamamiento de los pastores eclesiales, y lo extiendo a los amigos lectores: recemos al Señor que nos conceda el Papa que la Iglesia actual necesita.

¿No es esto mejor que hacer el tonto de cuna o el tonto irremediable?

Fuentes:

El artículo de Masiá está haciendo clic aquí.

Tomás de la Torre Lendínez