7.03.13

 

La teología nos habla de Dios, pues ese es su fin, es su especialización. Pero muchos teólogos al hablar de Dios parten de sus propias ideas o sus propias experiencias religiosas o espirituales, cuando la verdadera teología parte desde las fuentes de la propia Autorrevelación de Dios. Así, cuando la nueva teología habla de Dios, es preciso preguntar ¿Cuál Dios?

Desgraciadamente mucha de esa pseudo teología, continúa pervirtiendo el pensamiento cristiano, incluida la mariología. En el tiempo precedente a la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, 1978, circuló profusamente una cantidad de aportes teológicos, en los que se proponía que la imagen de María, profetisa y liberadora, emerge de la lectura teológica hecha en el trasfondo de nuestra situación.

Paralelamente en varios países latinoamericanos, especialmente en Brasil, Paraguay y Bolivia fue desenvolviéndose una resurrección artificial de las antiguas culturas paganas indígenas, incorporando estas creencias paganas a la fe cristiana reemplazando el culto de la Santísima Trinidad con el culto de los dioses paganos, bajo el pretexto de que estas creencias paganas no son otra cosa que los restos de la Revelación primitiva, siendo en realidad una consciente paganización de la fe cristiana.

Desconstruyen la prodigiosa inculturación que se da por ejemplo en el evento de Guadalupe, o en Copacabana. Entre el continente descubierto por Colón (o redescubierto) se produjo una interrelación religiosa, hecho que hoy la teología india afirma que fue una sustitución, y conduce a una sincresis.

Si no se tiene fe en la Pachamama ¿qué se puede decir teológicamente sobre ella?… O ¿qué se puede decir sobre la relación entre la comunidad humana y ella? Tal vez se pueda hacer un estudio fenomenológico sobre las relaciones de los y las indígenas con la ´Madre tierra´, pero no ir más allá. Este es uno de los vacíos que presentan las ´teologías andinas ´hechas por ´no creyentes, aunque ellos/as sean religiosos/as. Con esto no invalidamos su aporte, porque ya es un paso inicial y no nos podemos permitir juzgar su proceso de conversión”

afirma Abraham Colque en su escrito El caminar hacia las teologías andinas (Teología andina, tomo I). El mismo texto cita a los teólogos andinos: P. Xavier Albó, S.J, quien trata de mostrar el ´rostro indio´ de Dios en el mundo aymara, P. Diego Irarrázaval y Domingo Llanque (peruanos), que han procurado presentar una cultura y una religión andina (más aymara)  que se mueven entre lo ideal (Llanque) y en la confrontación de lo moderno (Irarrázaval), al sacerdote mexicano Eleazar López Hernández, y al P. Juan van Kessel, sacerdote holandés radicado en el Altiplano chileno.

Fe en la Pachamama que empalma con la desconstrucción de la mariología, de la figura de María, presentada a nuestros antepasados por los misioneros que correspondía a las características raciales de las etnias más legítimas:

El evangelio, encarnado en nuestros pueblos, los congrega en una originalidad histórica cultural que llamamos América Latina. Esta identidad se simboliza luminosamente en el rostro mestizo de María de Guadalupe, que se yergue al inicio de la evangelización” (Puebla, 446).  “La Virgen de Guadalupe, cuyo rostro mestizo expresa su maternidad espiritual que abraza a todos los mexicanos” y aun a todos los latinoamericanos (Juan Pablo II, Homilía en la canonización de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, 31-07-2002).

Ejemplos recientes: la revista Bolivia Misionera, de las Obras Misionales Pontificias, recoge un artículo titulado Virgen del Cerro, la Evangelizadora y Misionera. En él, su autora afirma que la Virgen del Cerro fue en su tiempo un gran instrumento catequético, en el que se aprecian símbolos y signos explícitos de la cosmovisión y la religiosidad; de costumbres y naturaleza de dos creencias, religiones que se encontraron al descubrirse el Nuevo Mundo.

Señala que el cuadro cuyo tema litúrgico es la coronación de María Santísima, también representa a la Pachamama o Madre Tierra. Esta simbiosis se presenta por parte del Cristianismo con la Virgen María bajo la advocación de la Virgen de la Candelaria, y a ella se une lo que es la costumbre del Ande representada por la Pachamama (Madre Tierra) (I.N.C., Puno, Manuel Paredes Izaguirre).

En la América primitiva fue muy importante la Gran Diosa Madre identificada con la tierra fecunda, con la vitalidad. La divinidad de algunas tribus aparece como femenina, madre, única soberana del universo, como personificación de la omnipresencia. Se trata de una madre de todo; y se le da una especial importancia a la tierra madre, a la fecundidad. El contacto con el mundo  sobrenatural se consigue por ceremonias y fiestas comunitarias, y sacrificios dedicados a la tierra (Pachamama) solemnizados con fiestas especiales.

Contrariamente los exponentes de la llamada teología india afirman que ésta

es el conjunto de experiencias y de conocimientos religiosos que los indios poseen y con los cuales explican, desde milenios hasta el día de hoy, su experiencia de fe, dentro del contexto de su visión global del mundo y de la visión que los demás tienen de estos pueblos. La teología india, es, por tanto, un acervo de prácticas religiosas y de sabiduría teológica popular,
del que echan mano los miembros de los pueblos indios para explicar los misterios nuevos y antiguos de la vida. Por eso no se trata de algo nuevo, ni de un producto propiamente eclesial; sino de una realidad muy antigua que ha sobrevivido a los embates de la historia” (P. Eleazar López Hernández, Teologías indias en la Iglesia, métodos y propuestas).

El P. Juan van Kessel, en su escrito Pachamama, la Virgina, la que creó el mundo y la que fundó el pueblo, al lamentarse de la despachamamización del campo constata que en todos los numerosos santuarios del sector andino peruano, chileno y boliviano

existen numerosos santuarios populares dedicados a la Virgen María… pero siempre con rostro de la Pachamama… es la Pachamama ´bautizada´ y representa la fuente de vida y abundancia originarias del oriente según la cosmovisión aymara regional”, pero que “contrario a la opinión explícita o las sugerencias implícitas de muchos autores, el aymara distingue claramente a la Virgen María, del panteón cristiano, de la Pachamama que es de origen andino y que es llamada también ´Virgina¨.”

María es la Estrella de la evangelización y la Madre de los pueblos de América Latina (Puebla, 168).El mensaje de Cristo, a través de su madre, tomó los elementos centrales de la cultura indígena, los purificó y les dio el definitivo sentido de salvación (Juan Pablo II, Homilía en la canonización de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, 31-07-2002).

Las pretensiones de la teología india buscan confundir nuestra religión revelada con espiritualismos naturalistas. La Pachamama es y será siempre una realidad creada.