8.03.13

Mali, ejemplo de guerra justa

A las 9:56 AM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad

 

Todo da a entender que la intervención militar de Francia en Mali ha servido para dar un escarmiento a las fuerzas yihadistas que había tomado el norte del país africano. Alguien tan poco sospechoso de connivencia con el mal como el secretario de la Conferencia Episcopal de dicha nación, el P. Edmon Dembele, ha valorado positivamente los resultados de dicha intervención.

Parece claro, por tanto, que estamos ante un ejemplo visible de lo que supone la guerra justa, que es descrita de la siguiente manera en el Catecismo de la Iglesia Católica, en su artículo 2.309:

Se han de considerar con rigor las condiciones estrictas de una legítima defensa mediante la fuerza militar. La gravedad de semejante decisión somete a esta a condiciones rigurosas de legitimidad moral. Es preciso a la vez:

— Que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y cierto.

— Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces.

— Que se reúnan las condiciones serias de éxito.

— Que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. El poder de los medios modernos de destrucción obliga a una prudencia extrema en la apreciación de esta condición.

Estos son los elementos tradicionales enumerados en la doctrina llamada de la “guerra justa”.

La apreciación de estas condiciones de legitimidad moral pertenece al juicio prudente de quienes están a cargo del bien común.

Dicho eso, me parece igual de evidente que en el caso de que hubiera sido EE.UU quien interviniera en Mali, la repercusión mediática habría sido muy diferente. Se habría acusado al país norteamericano de intervención imperialista en los asuntos internos de la nación africana. Posiblemente habríamos asistido a manifestaciones de protesta contra el gobierno norteamericano. Pero Francia, cuya intervención político-militar en los países africanos que en su día fueron colonia suya hace palidecer a la acción de cualquier otro país del mundo, tiene bula entre el establishment izquierdoso mundial.

Con esto no digo que los EE.UU sean un ejemplo de actuaciones que puedan caer bajo el calificativo de “guerra justa". Su intervención en Irak, por ejemplo, libró a ese país de la tiranía de Saddam Hussein pero supuso a su vez un cambio a peor de las condiciones de los cristianos iraquíes, que han emigrado en masa desde que el sátrapa fue desalojado del poder. Está por ver que Irak pueda verse libre de la acción del fundamentalismo islámico, que allá donde está presente hace las veces de “Atila” moderno.

Desde hace meses tenemos delante de nuestros ojos el conflicto civil en Siria. El apoyo occidental a los rebeldes contra el régimen no puede ser considerado, de ninguna de las maneras, como algo digno de elogio. Si cambiamos un régimen dictatorial laicista por otro dictatorial islámico, habremos logrado empeorar las cosas para toda la ciudadanía siria, especialmente para los no musulmanes.

A estas alturas de la historia, todos deberíamos ser conscientes de que las intervenciones de la “comunidad internacional” -¿acaso existe?- atienden más a los intereses geoestratégicos -y por tanto, egoístas- de las naciones que las llevan a cabo que a los principios de la guerra justa marcados por la Iglesia. En todo caso, si de vez en cuando se producen casos como el de Mali, bienvenidos sean.

Luis Fernando Pérez Bustamante