9.03.13

Vergonzosa la forma de actuar del teólogo José Antonio Pagola

A las 5:25 PM, por José Miguel Arráiz
Categorías : General, Progresismo

 

Aunque sé que mis compañeros Luis Fernando y Bruno Moreno ya abordaron este tema en sus respectivos blogs, he querido también yo expresar mi disgusto por lo que en mi opinión es la actitud tremendamente deshonesta del teólogo José Antonio Pagola al afirmar “La Congregación reconoce que mi libro no contiene ninguna proposición contraria a la fe”

Como se ve bien explicado en la noticia publicada en Infocatólica, el resultado de la revisión por parte de la Congregación para la doctrina de la fe fue que «las modificaciones aportadas por el Autor representan un mejoramiento del texto, que, sin embargo, no son suficientes para resolver los problemas de fondo presentes en el mismo. Tales problemas fueron a su tiempo señalados por la Nota de clarificación que sobre la primera edición publicó la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal Española. Por tanto, no parece oportuno que se conceda el imprimatur a la nueva versión del libro Jesús. Aproximación histórica» (Carta del Prefecto de la Congregación, de 14 de mayo de 2010, al Presidente de la Conferencia Episcopal).

Pero lo más vergonzoso del asunto es que el teólogo ha tomado de manera sesgada lo dicho por la CDF. No ha dicho a secas que el libro no tiene contenido contrario a la fe, ha dicho que «aun no conteniendo proposiciones directamente contrarias a la fe, es peligroso a causa de sus omisiones y de su ambigüedad. Su enfoque metodológico ha de considerarse erróneo, por cuanto, separando al llamado «Jesús histórico», del «Cristo de la fe», en su reconstrucción histórica elimina preconcebidamente todo cuanto excede de una presentación de Jesús como «profeta del Reino».

En pocas palabras, Pagola solo ha mencionado aquello de que no contiene proposiciones “directamente” contrarias a la fe y ha omitido todo lo demás para presentarlo como una aprobación. Por cierto, no hace falta ser muy inteligente para entender ha querido decir la CDF con el “directamente” dejando implícito que su contenido aunque no directamente, si es contrario a la fe, y es que de no ser así, ¿por qué añade que es peligroso, ambiguo y con una metodología errónea"?

No es la primera vez que veo estas actitudes deshonestas de quienes pretenden obtener un aval por parte de la Iglesia que no tienen, descontextualizando, adulterando y sesgando lo dicho por la Iglesia. Es lo mismo que hacen los lefebvrianos y filolefebvrianos cuando difunden que la Iglesia no ve problemas en asistir a las misas ilícitas de la Fraternidad San Pio X , o los seguidores de Vassula Ryden cuando venden la desaprobación de la Congregación de la CDF como una aprobación.

El problema de teólogos como José Antonio Pagola, Andrés Torres Queiruga, etc.

El problema de todos estos teólogos progresistas se podría resumir en tres palabras: “no tienen fe“. Así de simple: imbuidos de arrianismo no pueden creer que realmente Cristo hizo milagros, ni mucho menos que ha resucitado. Para creer esto se necesita fe y ellos la han perdido y quieren hacer que todos los demás adopten una fe católica adulterada como la que ellos tienen.

Es evidente que este error no es nuevo. Ya la Congregación para la Doctrina de la fe hace más de 40 años había denunciado entre los errores más comunes de interpretación del Concilio Vaticano II los siguientes:

“Ante todo está la misma Revelación sagrada: hay algunos que recurren a la Escritura dejando de lado voluntariamente la Tradición, y además reducen el ámbito y la fuerza de la inspiración y la inerrancia, y no piensan de manera correcta acerca del valor histórico de los textos.”

“La misma adorable Persona de nuestro Señor Jesucristo se ve afectada, pues al abordar la cristología se emplean tales conceptos de naturaleza y de persona, que difícilmente pueden ser compatibles con las definiciones dogmáticas. Además serpentea un humanismo cristológico para el que Cristo se reduce a la condición de un simple hombre, que adquirió poco a poco conciencia de su filiación divina. Su concepción virginal, los milagros y la misma Resurrección se conceden verbalmente, pero en realidad quedan reducidos al mero orden natural.”

Pero 40 años no bastaron y el error todavía persiste en el pensamiento de estos teólogos progresistas y se sigue difundiendo. No pueden alegar tampoco que este error procede del Concilio Vaticano II que en su Constitución Dogmática de la Divina Revelación, Dei Verbum afirmó de manera bien explícita:

La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo. Los Apóstoles, ciertamente, después de la ascensión del Señor, predicaron a sus oyentes lo que El había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, amaestrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad. Los autores sagrados escribieron los cuatro Evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se trasmitían de palabra o por escrito, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la condición de las Iglesias, reteniendo por fin la forma de proclamación de manera que siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús. Escribieron, pues, sacándolo ya de su memoria o recuerdos, ya del testimonio de quienes “desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra” para que conozcamos “la verdad” de las palabras que nos enseñan (cf. Lc., 1,2-4).”

Muy mal que estos autores rechacen la enseñanza de la Iglesia por falta de fe, pero peor todavía, que intenten engañar a su audiencia haciéndoles creer que la Iglesia aprueba sus escritos, cuando ellos mismos saben que no es cierto.