10.03.13

Sandoval Íñiguez: del Papa emérito ninguna indicación

A las 1:29 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Sucesión Papal

Del Vatican Insider

Nunca pensó vivir en primera persona dos Cónclaves. Como cardenal participó en la elección de Benedicto XVI. Ahora, ya retirado, debió cambiar sus planes. La renuncia papal lo trajo de nuevo a Roma. Por pocos días será de nuevo elector, cumplirá 80 años el 28 de marzo. En entrevista con el Vatican Insider el arzobispo emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, aseguró que Joseph Ratzinger no influirá en la elección de su sucesor.

¿Ya se repuso de la sorpresa por la renuncia de Benedicto XVI?

Tardé una semana en reponerme. Yo estuve con el Papa cuatro días antes de su renuncia con el Pontificio Consejo para la Cultura: nos dio audiencia, nos dirigió un mensaje y estuvo muy bien como siempre. En Angola supe de la renuncia, pero no me hacía a la idea de que este Papa, con una mente tan lúcida, dejase de servir a la Iglesia. Es admirable su desprendimiento y su humildad. Me sorprende que el Papa emérito se quede a vivir en El Vaticano. Yo hubiese pensado que quizás se iría a su tierra, la región de Baviera en Alemania, a un bonito lugar donde estar tranquilo, con su gente.

Con su gesto, ¿se bajó de la cruz?

Es un hombre de fe y espiritual, él sabe que con su sacrificio, con su renuncia, con su oración y con la enfermedad que le venga, si no es que ya la tiene, con eso puede ayudar mucho a la Iglesia. El sacrificio y la oración son fundamentales para el bien de la Iglesia.

¿Renunció por los problemas de la Curia Romana?

Conociendo bien al Papa, habiendo tenido un trato fluido con él desde que era cardenal y sabiendo que es un hombre amante de la verdad, yo le creo. Lo más sencillo es pensar: “si es un hombre honesto, no nos va a echar mentiras también en eso”. Él dice que las fuerzas le comienzan a faltar, que ya no está para llevar el peso de la Iglesia y hay que creerle.

Él justificó su renuncia en una falta de fuerzas, físicas y espirituales. ¿Una indicación sobre cómo deberá ser su sucesor?

Aunque no lo hubiese dicho, eso es de sentido común. Si un Papa renuncia a sus casi 86 años no vamos a elegir a uno de mucha edad, sino terminamos en lo mismo. Vamos a elegir a uno que esté en buena edad y en buena salud, al menos eso creo yo. Pero no se debe tomar como una indicación a los cardenales: “no elijan a un viejo”. Cuando dijo eso en él estaba sólo el deseo de explicar por qué renunció.

“Papa negro”, “Papa latinoamericano”. Por estas horas se multiplican las especulaciones, ¿consideran ustedes la procedencia geográfica del futuro pontífice?

La procedencia geográfica no debe influirnos, la Iglesia es católica, no estamos aquí por representación como los diputados que provienen de un distrito electoral. Nosotros debemos preguntarnos: ¿en este momento cuál es la persona apta para llevar el timón de la barca de Pedro? Entonces se elije, sin importar de dónde venga.

Usted entrará al próximo Cónclave al filo de sus 80 años. ¿Se lo esperaba?

Nunca me hubiese imaginado poder estar de nuevo en la Capilla Sixtina. Pensaba que en mi vida sólo iba a haber un Cónclave y estaba contento con ello. Es una experiencia incomparable de Iglesia, de serenidad y de confianza en Dios. Apenas la libré, porque el 28 de marzo cumplo los 80.

¿No generará confusión la convivencia de dos Papas en El Vaticano?

Así se da también con los obispos, ya existe una cierta experiencia en las diócesis. Desde hace ya mucho tiempo que los pastores renunciamos a los 75 años y el Papa nos acepta el retiro, nombrando al sucesor. Así existen los eméritos, a quienes se le guarda cariño y se reza a Dios por ellos. Y luego están los que mandan. En este caso así procederemos: la admiración, el afecto, la gratitud hacia Benedicto va a permanecer. A quien venga lo recibiremos como la autoridad actual.

¿No habrá entonces “conflicto de intereses”?

El Papa es un hombre muy recto, muy santo, de una mente muy clara y sabe cuál será lugar, por lo tanto no va a interferir. El nuevo pontífice tendrá toda la libertad y una ventaja, podrá ir con Benedicto y preguntarle: “¿aquí cómo están las cosas?”. Pedir un consejo es factible.

¿Cuáles son los principales desafíos para el próximo Papa?

Puedo decir que la secularización es un problema grave, es muy grande porque es de fe y de él se derivan muchos otros flagelos. Una situación en la cual el mundo se desarrolla al margen de Dios. Luego existen otros problemas grandes, pero no de la amplitud y la hondura de este. Sin fe no hay cristianismo ni nada. Otro es la crisis que vive la institución de la familia, que ahora está siendo atacada y la Iglesia debe trabajar mucho para mantenerla como Dios la pensó. Además debe seguir adelante con el diálogo interreligioso, la relación con los hermanos separados. Y fortalecer la relación del Papa con la juventud, que comenzó con Juan Pablo II. Al nuevo pontífice le tocará, inmediatamente, la nueva Jornada Mundial de la Juventud de Brasil. Un gran desafío.