12.03.13

Lenta muerte de las clases de Religión

A las 8:00 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

La gran cortina a partir de hoy es la elección del nuevo Papa. Las apuestas son tan peregrinas como utópicas. Con razón es el primer Cónclave con las redes sociales en ebullición, donde soltar nombres sale gratis, y quien diga la sandez más grande obtiene el mejor galardón de ser más comentado, seguido y rettwitteado. Esta es la grandeza y la miseria de la comunicación instantánea de la Red.

Ayer se hizo público en España el resultado de otra elección: la de los alumnos que durante este curso están matriculados en Religión y Moral Católica en los centros públicos y privados.

El resultado es realmente negativo: cada año baja más el número de padres y alumnos que voluntariamente piden Religión Católica al hacer la matricula. Este curso ha bajado el 5 por ciento en toda España en la enseñanza pública.

No ocurre así en los centros privados o canónicos. La Conferencia Episcopal apunta que en ellos ha aumentado este curso en 2 puntos porcentuales (del 97,2 al 99,2%) y en 1,7 (del 69,6 al 71,3%) el número de matriculados en religión. Es lógico en centros confesionales.

¿Por qué baja el número de alumnos en Religión en los centros públicos?

Existen motivos de índole general: el materialismo reinante y atosigante, donde los valores espirituales son anulados; el laicismo impuesto en la sociedad donde se trata de reducir las convicciones religiosas al ámbito puramente individual; la crisis económica, social y moral que obliga a las familias a pensar primero en trabajar y comer y después en educar religiosamente a sus hijo; la desaparición lenta de las familias católicas por un modelo de familia partida, a causa de divorcios express; la generalización de las parejas en cohabitación sin papeles ni civiles ni religiosos.

Existen motivos de índole sectorial: el profesorado que imparte Religión en los centros públicos en España se han convertido en “puros funcionarios” del sistema, donde se ha perdido el concepto de profesor amigo y pastor, por el repelente “profesor de clase de primera” que asusta a los alumnos y los dispara hacia la inexistente, por ahora, alternativa, que es una hora de estudio asistido perdido.

Mientras el profesor no “venda” su producto a los alumnos, se gane la confianza, y la matriculación en Religión, las horas de esta asignatura caerán en picado camino de la desaparición, como está ocurriendo en zonas concretas de España, como Cataluña y País Vasco.

Existen otras tierras de España donde se mantiene un nivel alto de matriculación en Religión. Invito a leer una entrevista que se ha realizado al delegado diocesano de enseñanza de la diócesis de Albacete, donde, aún no ha llegado la secularización en exceso, y los resultados por hoy son muy positivos.

¿Cómo invitar a los padres que elijan Religión?

Cuando vean a un profesor amigo y pastor, los padres pedirán la asignatura. Si encuentra a un tipo amargado y repelente, las clases de Religión tienen los años contados.

El paro que se va a producir entre los profesores de Religión va a ser numérico y abultado. Ellos tienen la solución que esto no suceda. Por el camino que llevan acabarán faltándoles, como ahora mismo ocurre, horas y cobrarán un puñado de moscas. Ellos verán, es su futuro, son sus habichuelas como decimos en Andalucía.

En esta situación, ni los sindicatos servirán de nada. La Religión no la echaran a la calle la legislación laicista, sino la estulticia de los mismos profesores. Toda una pena.

Los datos ofrecidos por la Conferencia Episcopal están aquí.

La entrevista al delegado de Albacete se encuentra aquí.

Tomás de la Torre Lendínez