Roma
25 de marzo del 2013
25 de marzo, Jornada por la Vida

La defensa de la vida, una de las cuestiones por las que más ha luchado el Papa Francisco

En su larga trayectoria como sacerdote, como obispo, arzobispo y cardenal, el Papa Francisco ha sido un claro defensor de la vida dersde el momento de la concepción hasta la muerte natural. En numerosas homilías y cartas ha destacado la igual dignidad de todos los hombres. Y se ha esforzado por defender a las madres de la cultura de la muerte que las arrastra al aborto.


 

Aunque parezca una obviedad recordarlo, el Papa Francisco es un firme defensor de la vida y, sobre todo, un fiel devoto de la realidad familiar. En su experiencia como arzobispo se puede confirmar que sus palabras avalan esta defensa de la vida frente a la "cultura de la muerte" presente y manifiesta en las sociedades democráticas.

Aborto y eutanasia, dos realidades decadentes

En agosto de 2009, el entonces cardenal Bergoglio se reunió con algunos políticos de Hispanoamérica y realizó una defensa de la vida frente a la legislación del aborto: "ese genocidio cotidiano, silencioso y protegido", y acusó a los gobiernos que los que defendieran ese modelo antivida eran contrarios "al mensaje evangélico y defensores de la cultura de la muerte". Según el cardenal, "la comunidad eclesial trata de defender esta cultura de la vida, pero sus bases más sólidas se arraigan en la familia, fundamento de la vida humana. Hoy son muchas las insidias que atacan la solidez de la institución familiar". Sobre todo destacó con crudeza las dos realidades que más sufre la familia. Ya en el año 2007 afirmó que: "en la Argentina se vive una cultura del descarte por la que se aplica la pena de muerte mediante el aborto y la eutanasia de ancianos mediante el abandono".

Para Bergoglio la cultura de la vida se defiende desde la concepción hasta el último aliento: "Cuidar la vida de los niños y de los ancianos, las dos puntas de la vida. Un pueblo que no cuida a sus niños y a sus ancianos comenzó a ser un pueblo en decadencia", afirmaba en octubre de 2011. Bergoglio recalcó mucho la dejadez que existe con respecto a los ancianos: "en ellos está el futuro de un pueblo, son el tesoro sapiencial de una sociedad".

Homosexualidad

Con respecto a la homosexualidad, el hasta ahora arzobispo de Buenos Aires se enfrentó duramente al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con la que se distanció definitivamente, si es que ya venía con roces. Escribió unas cartas a las monjas carmelitas solicitando ayuda espiritual contra el proyecto ley del año 2010 que legalizó el matrimonio homosexual. Sus palabras eran clarividentes destacando la problemática en tres órdenes, social, natural y sobrenatural: "Aquí está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papa, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones". No dudó el arzobispo bonaerense de tomar una verdadera dimensión llamándola por nombre y apellido: "No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una 'movida' del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios".

Francisco no descarta, dentro de la cultura de la muerte, la responsabilidad del capitalismo salvaje que deja una inequidad terrible en el mundo contemporáneo. Desde este punto vista sus mensajes han atacado a la economía basada: "la especulación y en la tentación de buscar únicamente un beneficio inmediato". Desde ahí se deja claro que la cultura de la muerte abarca también las terribles realidades sociales. Por eso el cardenal Bergoglio enumeró en su momento, una lista de los elementos sustanciales de esta cultura: "Aparecida pone ante nuestros ojos la realidad de una cultura de muerte, algunos de cuyos signos más evidentes son: aumento de la pobreza y de la extrema pobreza, concentración de la riqueza, falta de equidad, ley de mercado, neoliberalismo, paraísos de las finanzas, crisis de la democracia, corrupción, migración, discriminación social, terrorismo, contaminación ambiental, crisis de la familia, aborto, eutanasia, subjetivismo, consumismo, imposición de la cultura moderna y desprecio de las culturas ancestrales, individualismo, crisis de valores, relativismo moral, distanciamiento entre la fe y la vida", advertía en 2008.

Como síntesis de esta cultura el Papa Francisco entiende que hay todo un pensamiento ideológico: "como una 'nueva ilustración' que se expresa en un progresismo ahistórico, sin raíces y en un terrorismo demográfico", decía en octubre de 2007.

"La vida es linda, pero molesta"

Bergoglio remarcaba la belleza de la vida, pues no sólo hacía hincapié en criticar los errores, sino en proponer las bondades que nos reserva la vida. En una sencilla pero lúcida homilía dirigida a "los mensajeros de la vida" el 31 de agosto de 2009 en el Santuario de San Ramón Nonato decía: "En esta misa se reúnen los Mensajeros de la Vida, ustedes, que desde el santuario salen a llevar el mensaje de la vida. Que Dios quiere la vida. La hizo Él. La hizo linda." Para Bergoglio la vida nos guarda especiales momentos que debemos cuidar con mucho celo: "Son cosas muy sencillas, son cosas prácticas. Decir que la vida vale la pena es decir que desde el primer momento en que un chico o una chica es concebido tiene vida y está el soplo de Dios ahí". Estos elementos sencillos que hay que respetar y cuidar como los más básicos para que una sociedad pueda desarrollarse, deben mantenerse en el tiempo: "Cuando nace hay que acompañar el crecimiento de ese chico para que crezca sano, que tenga buena educación, que no le falte comida, que tenga principios, valores morales y después acompañarlo durante toda su existencia. Y cuando se enferme, acompañarlo en su dolor y enfermedad. Que haya hospitales limpios, lindos donde no falte nada. Donde se lo atienda bien. Eso es vida. Eso es mensaje de vida. Cuando esté viejito, cuidarlo con mucho amor pues los abuelos son la sabiduría de la vida."

Aunque Bergoglio advertía que la vida también molesta. Es decir, la vida se puede valorar positivamente en su conjunto, pero a veces molesta porque exige el sacrificio: "Cuando uno ve esas mujeres y hombres que tienen sus padres moribundos y se pasan sentados las noches tomándoles la mano para que sientan el cariño, y al día siguiente van a trabajar y así de nuevo... molesta pero eso es vida".

Con visión profunda reconocía también la dimensión sobrenatural que respalda este orden natural de la vida: "Dice la Biblia que cuando nos hizo a nosotros, nos hizo a imagen y semejanza de Él. Somos de la familia de Él, tenemos el rostro de Él, somos como Él. Y esa vida que nos dio, que nos sopló, es la que nosotros anunciamos" De esta manera Bergoglio proponía seguir a Jesús como un modelo que nos debe enamorar de esta cultura: "Él nos tiene que contagiar este calor, este entusiasmo por anunciar la Verdad. Piensen ustedes que van a ser mensajeros de la vida. Cuánta felicidad están sembrando en aquellos corazones que aceptan el mensaje".