ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 30 de marzo de 2013

 

Amad a vuestros enemigos y haced el bien a los que os odian, pues nuestro Señor Jesucristo (cuyas huellas debemos seguir) llamó amigo al que lo entregaba y se ofreció espontáneamente a los que lo crucificaron.

San Francisco de Asís (Asís, Italia 1182-1226)

 


Francisco papa

''Este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros heridos por una vida que no respeta su dignidad''
Videomensaje del papa por la ostensión extraordinaria de la Sábana Santa de Turín

Encuentro y amistad entre un papa y un rabino
A propósito del libro ''El jesuita. Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio SJ''

Cordial entrevista entre el metropolita Hilarión y el papa Francisco
Esperanza de nuevos progresos en las relaciones

Mirada al mundo

Venezuela: Del culto a la personalidad al culto religioso
El cardenal Urosa ataja algunas manifestaciones religiosas en torno al presidente Chávez, afirmando que Jesucristo es Dios y ningún líder lo puede igualar

Liturgia

Monseñor Moronta: reconocemos en el Crucificado al Redentor del mundo
El obispo venezolano afirmó que Jesucristo no fue un líder aparentemente fracasado

Espiritualidad

Semana Santa en Ávila: Religiosidad, historia y tradición
La Jerusalén castellana

Mensaje a nuestros lectores

Feliz Pascua a los lectores
Familia ZENIT


Francisco papa


''Este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros heridos por una vida que no respeta su dignidad''
Videomensaje del papa por la ostensión extraordinaria de la Sábana Santa de Turín

Por Francisco papa

CIUDAD DEL VATICANO, 30 de marzo de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos el texto del mensaje enviado por el santo padre Francisco con motivo de la ostensión extraordinaria de la Sábana Santa de Turín.

*****

Queridos hermanos y hermanas:

También yo me pongo con vosotros ante la Sábana Santa, y doy gracias al Señor que nos da, con los instrumentos de hoy, esta posibilidad.

Pero aunque se haga de esta forma, no se trata simplemente de observar, sino de venerar; es una mirada de oración. Y diría aún más: es un dejarse mirar. Este rostro tiene los ojos cerrados, es el rostro de un difunto y, sin embargo, misteriosamente nos mira y, en el silencio, nos habla. ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo es posible que el pueblo fiel, como vosotros, quiera detenerse ante este icono de un hombre flagelado y crucificado? Porque el hombre de la Sábana Santa nos invita a contemplar a Jesús de Nazaret. Esta imagen –-grabada en el lienzo– habla a nuestro corazón y nos lleva a subir al monte del Calvario, a mirar el madero de la cruz, a sumergirnos en el silencio elocuente del amor.

Así pues, dejémonos alcanzar por esta mirada, que no va en busca de nuestros ojos, sino de nuestro corazón. Escuchemos lo que nos quiere decir, en el silencio, sobrepasando la muerte misma. A través de la Sábana Santa nos llega la Palabra única y última de Dios: el Amor hecho hombre, encarnado en nuestra historia; el Amor misericordioso de Dios, que ha tomado sobre sí todo el mal del mundo para liberarnos de su dominio. Este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros de hombres y mujeres heridos por una vida que no respeta su dignidad, por guerras y violencias que afligen a los más vulnerables... Sin embargo, el rostro de la Sábana Santa transmite una gran paz; este cuerpo torturado expresa una majestad soberana. Es como si dejara trasparentar una energía condensada pero potente; es como si nos dijera: ten confianza, no pierdas la esperanza; la fuerza del amor de Dios, la fuerza del Resucitado, todo lo vence.

Por eso, contemplando al hombre de la Sábana Santa, hago mía la oración que san Francisco de Asís pronunció ante el Crucifijo:

Sumo, glorioso Dios,/ ilumina las tinieblas de mi corazón/ y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta,/ sentido y conocimiento, Señor,/ para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento. Amén.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Encuentro y amistad entre un papa y un rabino
A propósito del libro ''El jesuita. Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio SJ''

Por Redacción

ROMA, 30 de marzo de 2013 (Zenit.org) - El diario vaticano L'Osservatore Romano, del 18-19 de marzo, publica un artículo del rabino de Buenos Aires, Abraham Skorka, que corresponde al prólogo del libro de Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti, titulado en español El jesuita. Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio, SJ , (Buenos Aires, Vergara, 2010). Reproducimos a continuación el citado texto.  

El libro del rabino prologado por el cardenal Bergoglio, que se cita en este artículo, se titula ¿Hacia un mañana sin fe?, (Buenos Aires, Longseller, 2006).

"Que yo sepa, debe ser la primera vez en dos mil años de historia que un rabino escribe el prólogo de un texto que recoge los pensamientos de un sacerdote católico. Hecho que asume mucha importancia ya que este sacerdote es el arzobispo de Buenos Aires, primado de Argentina y cardenal creado por Juan Pablo II": esta frase, con la cual se abren estas reflexiones, la escribí en 2006, pero cambiando el orden de los nombres y de los títulos respectivos, para la presentación de uno de mis libros, con un prefacio del cardenal Bergoglio.

No se trata de un intercambio de cortesías, sino del testimonio sincero y exacto de un diálogo profundo entre dos amigos, en la vida de los cuales la búsqueda de Dios y de la dimensión de espiritualidad, que reside en el fondo de todo ser humano, ha sido y es siempre, una preocupación constante.

El diálogo entre las religiones, que asumió una importancia particular a partir del concilio Vaticano II, comienza habitualmente con una fase de encuentros y de simpatía, para pasar a continuación a la del diálogo que sabe abordar los temas más espinosos. Con Bergoglio, no hubo fases. La aproximación comenzó con un intercambio de réplicas "ácidas" sobre los equipos de fútbol de los que éramos unos seguidores, para pasar inmediatamente después a la franqueza del diálogo que conoce la sinceridad y el respeto. Cada uno expresó al otro su visión particular sobre los múltiple temas que dan forma a la vida. No hubo cálculos ni eufemismos, sino conceptos claros y directos. Cada uno abrió su corazón al otro, como en la verdadera amistad tal como la define el Midrash (cf. Sifre Devarim, Piska 305).

Podemos estar en desacuerdo, pero cada uno se esfuerza siempre por comprender el sentimiento profundo y el pensamiento del otro. Y con todo lo que emerge de nuestros valores comunes, los que emanan de textos proféticos, hubo un compromiso que supo plasmarse en múltiples acciones. Más allá de las interpretaciones y de las críticas que otros pudieron hacer, caminamos juntos con nuestra verdad, con la convicción común de que los círculos viciosos que degradan la condición humana pueden ser rotos. Persuadidos de que el sentido de la historia puede y debe ser cambiado, que la visión bíblica de un mundo rescatado, descrito por los profetas, no es una simple utopía sino una realidad que se puede alcanzar. Que hacen falta solamente personas comprometidas para realizarla.

Este libro es un testimonio de la vida de Bergoglio --y prefiero titularlo El pastor más bien que El jesuita- que el ha confiado a todos aquellos con quienes compartió la parábola de su existencia, y en particular a su rebaño. El lector encontrará allí a menudo las expresiones: "pequé, me equivoqué, he aquí cuales fueron mis errores, el tiempo, la vida me enseñaron". Hasta sobre los temas espinosos que concernían a la realidad argentina, el comportamiento dela Iglesia y sus artimañas en los años sombríos, el lector descubrirá un relato expuesto con humildad y con un esfuerzo constante por comprender y por escuchar a su prójimo, sobre todo al que sufre.

Algunos no estarán de acuerdo con su evaluación, pero más allá de toda crítica plausible, todos estarán de acuerdo con el espíritu de humildad y de comprensión con el que afronta cada tema.

La preocupación de Bergoglio, que atraviesa todo su libro como un leitmotiv, puede ser definida en dos palabras: encuentro y unidad. Comprendiendo este último término como un estado de armonía entre los hombres, en el cual cada uno, inspirado por un sentimiento de amor, contribuye al crecimiento material y espiritual del otro a partir de su propia identidad.

Siguiendo el texto bíblico, Bergoglio pone en la base de sus reflexiones la palabra "amor" que nos reenvía, entre otros versículos bíblicos, a éstos: "Amarás al Señor, tu Dios" (Dt 6, 5), "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Lv 19, 18), "Amarás al extranjero como a ti mismo" (Lv 19, 34). Son considerados por el rabino Akiba (cf. Bereshit Rabbah, Parashah 24) como la síntesis de todas las enseñanzas de la Torah, y citadas en este sentido por Jesús, según los evangelios (cf. Mt 22, 34-40; Lc 10, 25-28). Es la palabra que expresa el sentimiento más elevado del hombre que es, para Bergoglio, fuente de inspiración para realizar sus acciones y confirmar su mensaje.
El lector encontrará en este texto la visión del cardenal sobre los problemas con los que debe enfrentarse la Iglesia católica hoy en día, teniendo en cuenta sus deficiencias sin reservas y con un lenguaje crítico y claro. Del mismo modo, encontramos las intervenciones del cardenal para rehabilitar los valores de nuestro entorno, palabras que le llevaron a enfrentarse a situaciones complejas con algunas autoridades gubernamentales, que no supieron enlazar con los mensajes de críticas sociopolíticas de las cuales los profetas tenían la costumbre de hacerse los portadores en su época. El maestro en la fe, según la visión bíblica del mundo debe expresar su crítica ante todos los miembros de la sociedad en la cual el predica, en la tribuna del espíritu que está lejos de todo interés partidista. Los fracasos sociales que ha podido percibir a través de su encuentro con Dios, no pueden permanecer en el silencio de nuestro ser como está escrito por el profeta: "El Señor ha hablado, ¿quién no profetizará?"(Amos 3, 8).

Cuando yo era niño, mi padre, un inmigrante nacido en Polonia, tenía la costumbre de llevarme, con mi hermano, a visitar los lugares de la historia de nuestro país. Saliendo del Cabildo , nos hacía observar la representación que se encuentra en la fachada de la catedral. Representa el encuentro de José con sus hermanos, nos dijo. Yo había oído hablar de los episodios de antisemitismo que mis antepasados ​​habían sufrido en Polonia y, por esta razón, esta escultura que se destacaba sobre una iglesia me llenaba de esperanza. Llegará un día, pensé, donde cada uno reconocerá el vínculo de fraternidad que le unirá a su prójimo. 

Veo en este libro, y en los numerosos episodios que relata, un homenaje a esta esperanza que compartimos como hermanos desde hace muchos años, que ha enriquecido nuestra espiritualidad, y que sin duda nos ha acercado a aquel que sopló el aliento de vida de cada ser humano.
 

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Cordial entrevista entre el metropolita Hilarión y el papa Francisco
Esperanza de nuevos progresos en las relaciones

Por Redacción

ROMA, 30 de marzo de 2013 (Zenit.org) -
El metropolita Hilarión expresó su esperanza de que "los progresos realizados en las relaciones entre la Iglesia ortodoxa rusa yla Iglesia católica romana bajo el papa Benedicto XVI se confirmaran durante el nuevo pontificado". 

La web del Departamento de los Asuntos Eclesiásticos Exteriores del Patriarcado de Moscú da cuenta del encuentro de su presidente, el metropolita Hilarión de Volokolamsk, con el papa Francisco, el miércoles 20 de marzo en El Vaticano. 

El metropolita transmitió al papa Francisco "los saludos del patriarca Kyrill de Moscú y de toda Rusia, que también le agradece igualmente por sus oraciones" y "subrayó que el Primado dela Iglesiarusa había seguido aténtamente la elección y la entronización del Romano Pontíce".

El presidente del DREE ha ofrecido al papa Francisco el libro del patriarca Kirill, Libertad y responsabilidad, en español.

El papa envió sus "mejores deseos para el primado dela Iglesia OrtodoxaRusa".

”Durante la entrevista, el metropolita Hilarión habló de la vida y del ministerio dela Iglesiaen Rusia, expresando su esperanza de que el progreso constatado en las relaciones entrela Iglesiaortodoxa rusa yla Iglesiacatólica bajo el papa Benedicto XVI sea confirmado bajo el nuevo pontificado".

Hizo hincapié en que "el Patriarcado de Moscú da una gran importancia al desarrollo de las relaciones conla Iglesiacatólica, especialmente en el campo del trabajo social, de la ayuda a los pobres y a los necesitados, y la defensa de los cristianos perseguidos".

El metropolitano Hilarión también "informó al pontífice de los problemas que aún existen en las relaciones entre las dos Iglesias, expresando la esperanza de que se puedan encontrar soluciones bajo el nuevo pontificado".

Al final del encuentro, el presidente del DREE ofreció al papa Francisco un icono dela Madrede Dios llamada "Mirad mi humildad", regalo del patriarca Kyrill.

"Los primeros pasos de vuestra santidad después de vuestra elección llevaban la marca la humildad", dijo el metropolita Hilarión, entregando el icono al nuevo pontífice.

El papa respondió: "Yo no soy humilde, y le pido que ore para que el Señor me conceda la humildad".

Este mismo icono mariano fue a su vez obsequiado por Francisco a Benedicto XVI, en su primera visita al papa emérito en Castel Gandolfo, reiterando las palabras que había dicho al metropolita dela Iglesiaortodoxa rusa.

Traducido de la edición francesa de ZENIT por Raquel Anillo

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Mirada al mundo


Venezuela: Del culto a la personalidad al culto religioso
El cardenal Urosa ataja algunas manifestaciones religiosas en torno al presidente Chávez, afirmando que Jesucristo es Dios y ningún líder lo puede igualar

Por Nieves San Martín

MADRID, 30 de marzo de 2013 (Zenit.org) - El cardenal arzobispo de Caracas, Venezuela, Jorge Urosa Savino fue claro durante la misa –el pasado Miércoles Santo- en honor al Nazareno de San Pablo, en la iglesia de Santa Teresa de Caracas. En siete oportunidades repitió que Dios se encarnó en hombre únicamente a través de Jesucristo y sólo él merece toda la gloria. Son palabras similares a las que ya había pronunciado durante la liturgia del Domingo de Ramos.

El Nazareno de San Pablo fue colocado en el centro del altar mayor. En esta oportunidad, la cofradía decidió que su imagen iría apoyada sobre una alfombra de orquídeas moradas, y que las andas metálicas se cubrieran con terciopelo púrpura. 

La Archidiócesisde Caracas, ante las distintas reacciones a las palabras pronunciadas por el cardenal Urosa, ha hecho públicos extractos de la homilía, “para iluminar a los fieles sobre la Divinidad de Cristo y aclarar la confusión creada con algunas afirmaciones recientes de tipo religioso sobre el fallecido presidente Hugo Chávez”, afirma ern su página web.

“La bellísima imagen del Nazareno de San Pablo –dijo el cardenal Urosa--, que representa a Jesucristo cargando con la cruz para redimirnos de nuestros pecados, despierta en nosotros una más intensa respuesta de fe: aquel que fue llevado a la muerte por proclamar su divinidad ( Jn 5,18; 10,33), aquel que sufrió el indecible suplicio de la cruz, luego de haber sido sometido a torturas y maltratos crueles e inhumanos, no es una persona cualquiera, no fue un simple líder o gran hombre de la humanidad, no fue un activista social. No, mis queridos hermanos. Jesús de Nazaret es mucho más. Es el mismo Dios hecho hombre, que fue enviado por nuestro amoroso Padre celestial para revelarnos así la inmensidad de su amor, y para enseñarnos el camino de una vida serena, apacible, recta, santa, pacífica y feliz, a fin de que, libres del pecado y de toda clase de maldad e ignorancia, alcancemos la felicidad y la salvación eterna”.

“San Pablo –añadió el arzobispo de Caracas--, en la carta a los filipenses lo proclama abiertamente: ¡Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre! (Flp. 2,11) Cuando san Pablo decía estas palabras: ‘Jesús es el Señor’, estaba diciendo que Jesús es Dios, pues ese es el significado de la palabra Kyrios, Señor, en el lenguaje religioso del Antiguo y del Nuevo Testamento. Ese es el núcleo, el centro de nuestra fe y de nuestra santa religión: que el enviado por Dios para guiarnos hacia la plenitud de la vida, comenzando aquí en la tierra, y para que la disfrutemos por toda la eternidad, es su Hijo Unigénito, la segunda persona dela Santísima Trinidad, el mismo Dios que se hizo hombre, y asumió nuestra naturaleza humana en todo, menos en el pecado”.

“Jesucristo no es cualquier persona –precisó el purpurado venezolano--: no es un profeta como los del Antiguo testamento; no es un gran santo como san José, san Pablo o san Antonio, san Ignacio de Loyola, o san Juan Bosco; no es un jefe o caudillo y benefactor de los pueblos. Es mucho más que eso. Es el mismo Dios que se encarnó y se hizo semejante a nosotros para elevarnos a la condición maravillosa de hijos de Dios”.

“Ese es el contenido de la fe cristiana en Jesucristo. Jesús es la misma Divinidad encarnada. Y por eso Jesucristo, aunque está inmerso en la historia, está en una esfera, en un nivel, en un plano superior y totalmente distinto al de los héroes o líderes de la historia. En un plano sobrenatural, trascendente, religioso. Por ello no podemos igualar a ningún héroe o líder humano o ningún gobernante con Jesucristo, ni tributarle culto religioso, como a Jesucristo. No podemos equiparar la esfera sobrenatural y religiosa a la natural, terrenal y sociopolítica. Y es muy importante que tengamos esto en cuenta y que así lo digamos, rechazando cualquier nivelación de Jesucristo con personalidades humanas. Jesús es único e irrepetible. Es Dios mismo, solo al cual podemos adorar”, concluyó el cardenal Urosa.

Mientras los creyentes se tropezaban y hasta llegaban a empujarse por ver el Nazareno, otros saludaban a la Virgen Dolorosa, informa el diario El Nacional de Caracas. 

El maestro de capilla José Betancourt participaba en su novena misa. Había llegado desde Mérida para acompañar musicalmente la liturgia e interpretaba el Popule meus, de José Ángel Lamas, sobre un órgano tubular de más de doscientos años de existencia. 

La imagen del Nazareno de San Pablo de Caracas goza de una veneración popular comparable a la del Cristo de Medinaceli en Madrid. El pueblo religioso acostumbra a visitarlo para pedirle favores o dar gracias por los concedidos en un continuo ir y venir de gentes que se acentúa en los días de Semana Santa.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Liturgia


Monseñor Moronta: reconocemos en el Crucificado al Redentor del mundo
El obispo venezolano afirmó que Jesucristo no fue un líder aparentemente fracasado

Por Redacción

SAN CRISTóBAL, 30 de marzo de 2013 (Zenit.org) - El Viernes Santo por la tarde, en la diócesis de San Cristóbal, Venezuela,  tuvo lugar la “conmemoración de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo”, ceremonia que presidio monseñor Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, invitando a los fieles a contemplar el árbol de la Cruz para reconocer al redentor del mundo.

“La Liturgia nos invita a mirar el árbol de la Cruz para ver al Salvador. Se nos propone mirar al que han traspasado para mostrarnos su corazón ofrendado al Padre Dios por nuestra redención”, expresó el pastor diocesano en la catedral de San Cristóbal.

“Lo que hoy conmemora la Iglesia no es el recuerdo de un gran líder aparentemente fracasado, sino la entrega de quien supo amar hasta el extremo a los seres humanos y así cumplir con la voluntad salvífica del Padre Dios. De allí que sea muy difícil para quien no tenga la fe reconocer en ese leño de la Cruz el efecto que desde allí brotó, la nueva creación, la salvación de la humanidad”.

De manera especial destacó el obispo que, en este año de la fe, “tenemos la gracia de afinar nuestra propia fe para reconocer en el Crucificado al Redentor del mundo. En Él reconocemos al Dios hecho hombre y que dio su vida por nosotros, al Rey victorioso en el trono insólito pero reconocido de la Cruz, al Testigo de la Verdad que nos termina de revelar con su entrega cuál es el designio amoroso del Padre y que está resumido en ese clamor final que brotó de sus labios moribundos: ‘Todo Esta Cumplido’”.

En la adoración de la Santa Cruz, el obispo exhortó a “contemplar al que traspasaron y descubrir en su costado el corazón que albergó las ilusiones y las esperanzas a la vez que sintió los golpes y ofensa de los pecados del mundo”.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Espiritualidad


Semana Santa en Ávila: Religiosidad, historia y tradición
La Jerusalén castellana

Por Javier Melgosa Arcos

ÁVILA, 30 de marzo de 2013 (Zenit.org) -

Viajar a España puede ser una buena ocasión para que cualquier persona pueda visitar la medieval ciudad amurallada de Ávila en el corazón del viejo reino de Castilla. Una ciudad que fue cuna de grandes personajes, como los santos Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.

Ávila de los Caballeros, Ávila del Rey es la capital de una de las nueve provincias que conforman la comunidad autónoma de Castilla y León. Situada junto al río Adaja, se encuentra a 113 Km. de Madrid, capital de España y perfectamente comunicada con la misma.

Un viejo dicho sostiene que Ávila es “Tierra de cantos y de santos”. De cantos por el rigor de la tierra abulense, sobria y granítica, austera e inquebrantable, acorde con la solemnidad de la mística y el recogimiento, y con la dureza del temple de la guerra. De santos, por la cantidad y la importancia de los mismos, como santa Teresa de Jesús, patrona de la ciudad, y san Juan de la Cruz.

La UNESCO declaró a la ciudad de Ávila “Patrimonio dela Humanidad”, en reconocimiento a la gran importancia de sus monumentos, tesoros de una ciudad que sintetiza magníficamente el espíritu castellano de antaño, en lo que lo militar y lo sagrado avanzan juntos, inseparablemente unidos. Sus murallas, sus iglesias, sus palacios... son el reflejo de un pasado enormemente rico, que ha dejado también sus frutos en hermosas tradiciones. Ejemplo de estas tradiciones es su Semana Santa y todos cuantos actos se celebran alrededor de la misma, estando considerada actualmente por el Gobierno de España, desde el año 2005, de “Interés Turístico Nacional”.

Ávila, para sus habitantes y para todos los que nos visitan está considerada como la “Jerusalén Castellana”, por su similitud geográfica con la ciudad en la que Nuestro Señor Jesucristo vivió su Pasión, su Muerte y su Resurrección.

Después de los numerosos actos que se celebran durante la Cuaresma, con exposiciones, jornadas de música sacra, conferencias... la Semana Santa abulense cuenta con 14 cofradías, hermandades o patronatos que integrados en la Junta de Semana Santa, organizan 16 espectaculares procesiones, iniciándose las mismas el Viernes de Dolores y terminando el Domingo de Resurrección, cubriendo todos los días de la semana, incluso algunos de ellos con dos y tres procesiones.

Treinta y ocho imágenes y grupos escultóricos tallados por grandes imagineros, acompañados por centenarias cofradías penitenciales que conservan sus primitivas raíces en el más puro sentir castellano, representan, en las empedradas calles, la Pasión de Cristo, siguiendo con una tradición antiquísima que tiene su origen en el año 1540  cuando el Ilustre Patronato de la Santa Veracruz organizó la primera de las procesiones que dan inicio al amplio historial con que cuenta la Semana Santa abulense, en la que la austeridad, el recogimiento, el silencio y el bellísimo marco por el que discurren las procesiones hacen de la misma una Semana Santa digna de contemplar para los fieles que se agolpan, por miles, en las aceras, unos de la propia ciudad y otros llegados de cualquier lugar del mundo.

Describir las procesiones penitenciales abulenses es transmitir la emoción de momentos e instantes que quedan grabados en la retina de los espectadores que en esos días se acercan a la vieja ciudad que vio nacer a santa Teresa de Jesús. El lento caminar de pasos y cofrades, los anderos y costaleros que  portan los pasos a los sones de  impresionantes bandas de música, la sombra de Crucificados y Nazarenos reflejados en la muralla, las velas y faroles de los nazarenos, el canto del Miserere, el encuentro entre Jesús y su Madre a las puertas de la catedral en la noche de Lunes Santo, el Vía Matris con sus lecturas en diferentes plazas de la ciudad, el Vía Crucis alrededor de la muralla con más de diez mil fieles acompañando al Cristo de los Ajusticiados en la madrugada del Viernes Santo, hacen de la Semana Santa de Ávila, una Semana Santa especial, de la que se dice que hay que contemplar todas sus procesiones puesto que cada es distinta a la anterior y a la siguiente.

Son días en los que las tradiciones más enraizadas se unen en una profunda devoción. Y a esta visita debemos de añadir la rica gastronomía abulense tradicional durante todo el año, pero que en esos días nos deja el sabor especial de las flores, las torrijas y el hornazo, acompañados, como bebida, por la tradicional limonada.

Para saber más: http://www.juntasemanasanta-avila.com.

*Javier Melgosa Arcos es titular de Derecho Administrativo, Director del Máster en Turismo de Interior de la Universidad de Salamanca (Campus de Ávila).

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Mensaje a nuestros lectores


Feliz Pascua a los lectores
Familia ZENIT

Por Redacción

ROMA, 30 de marzo de 2013 (Zenit.org) - Decía que era Hijo de Dios pero los fariseos con comprendían y preguntaban a los discípulos: “Por qué vuestro maestro come en compañía de pecadores públicos?

Jesús les oyó y dijo: “No son los sanos los que necesitan al médico sino los enfermos. Id pues y aprended lo que significa: ‘Misericordia quiero y no sacrificio’. En efecto, no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores”.

Pocos entendieron el sentido de lo que quería decir. Muchos se escandalizaron.

Jesús no se contentó con explicar sino que aceptó la pasión, la flagelación, el miedo, el escarnio, los sufrimientos atroces.

Él, hijo unigénito del Señor, sufrió la Cruzy pidió al Señor que perdonara también a sus perseguidores.

Su inmenso amor a la humanidad ha transformado los sufrimientos, las enfermedades y la misma muerte en salvación y vida eterna.

Por ello festejamos y les auguramos a ustedes y a sus seres queridos una Buena Pascua.

En la esperanza de una vida siempre renovada en el bien, cuenten también con nuestras plegarias,

Familia ZENIT

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba