Él nos sorprende siempre

Vigilia Pascual presidida por el Papa Francisco

 

El Papa Francisco presidió esta noche en la basílica vaticana de San Pedro su primera Vigilia Pascual, en cuya homilía dijo que la resurrección de Cristo es la victoria sobre el mal y lo que oprime en la vida y invitó a los que son «indiferentes» ante Dios, «que arriesguen, ya que no quedarán decepcionados». El Papa afirmó también que no hay situaciones que Dios no pueda cambiar y que no hay pecado que no pueda perdonar si nos abrimos a él y que por ello no debemos perder la confianza.

31/03/13 7:32 AM


(Ecclesia/InfoCatólica) En la noche en la que la Iglesia celebra la «madre de todas las vigilias», el pontífice, de 76 años, dijo que con la resurrección de Cristo nada es igual en la vida de los hombres y en la historia de la humanidad, que la resurrección es la victoria sobre el pecado, sobre el mal, sobre la muerte, sobre todo lo que oprime la vida, y le da un rostro menos humano.

«Acepta que Jesús Resucitado entre en tu vida, acógelo como amigo, con confianza: ¡Él es la vida! Si hasta ahora has estado lejos de él, da un pequeño paso, te acogerá con los brazos abiertos. Si eres indiferente, acepta arriesgar: no quedarás decepcionado», afirmó el papa.

El Obispo de Roma añadió: «Si te parece difícil seguirlo, no tengas miedo, confía en él, ten la seguridad de que él está cerca de ti, está contigo, y te dará la paz que buscas y la fuerza para vivir como él quiere».

Las sorpresas

Comentando el evangelio de Lucas cuando las mujeres van al sepulcro y está vacío y se quedan perplejas, Francisco dijo que eso pasa también a nosotros cuando ocurre algo verdaderamente nuevo respecto a lo de todos los días, «nos quedamos parados, no lo entendemos, no sabemos cómo afrontarlo».

«A menudo, la novedad nos da miedo, también la novedad que Dios nos trae. Somos como los apóstoles del Evangelio: muchas veces preferimos mantener nuestras seguridades. Tenemos miedo de las sorpresas de Dios. Él nos sorprende siempre», dijo el papa.

Francisco exhortó a los fieles no cerrarse a la «novedad que Dios quiere traer a nuestras vidas».

«¿Estamos acaso con frecuencia cansados, decepcionados, tristes; sentimos el peso de nuestros pecados, pensamos no lo podemos conseguir? No nos encerremos en nosotros mismos, no perdamos la confianza, nunca nos resignemos: no hay situaciones que Dios no pueda cambiar, no hay pecado que no pueda perdonar si nos abrimos a él», afirmó.

El Pontífice invitó a los fieles a que «hagan memoria» de lo que Dios hace por ello, del camino recorrido, ya que ello abre el corazón de par en par para el futuro.

«Pidamos al Señor que nos haga partícipes de su resurrección, nos abra a su novedad que transforma, a las sorpresas, tan bellas, que seamos capaces de sentirlo vivo y actuando en medio de nosotros», agregó.