ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 03 de abril de 2013

La frase del día

¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?

Lucas 24,32

 


Francisco papa

No a una fe superficial de "agua de rosas"
Segunda catequesis de Francisco

El papa venido del "fin del mundo" (II)
Un hijo de América Latina

El efecto Francisco
Confidencias de un seminarista del arzobispo Bergoglio

Nuevas variaciones en el escudo papal
La estrella pasa a tener ocho puntas y la flor de nardo se parece un poco más

Benedicto XVI

Nunca me he sentido solo
Publicado en español el libro con los últimos discursos de Benedicto XVI

Mirada al mundo

El arzobispo de Seúl pide rezar por los hermanos de Corea del Norte
En un momento de fuerte tensión política y militar

Argentina: El Seminario de La Plata afectado por el temporal
Mensaje de condolencia del arzobispo Aguer

Bioética

Francia: Se mantiene la prohibición de investigar con el embrión humano
Victoria de las organizaciones provida

Juventud

Entregan en El Vaticano más propuestas para la JMJ Río 2013
Visita del papa a una favela. Programa definitivo a finales de abril. Se esperan dos millones de personas

Libros

Publicación de la primera Guía General de la Ciudad del Vaticano
Un manual útil tanto para turistas y peregrinos como historiadores y curiosos

"Tú eres mi prójimo"
Un libro con prólogo del papa Francisco recupera testimonios pastorales de sacerdotes argentinos

Las catequesis de Benedicto XVI en el Año de la Fe
Edición artística de la Libreria Editorial Vaticana de las últimas catequesis del papa emérito

En el corazón de los sínodos continentales
Los trabajos de los consejos especiales del Sínodo de los Obispos en un libro de monseñor Eterović

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Luigi Scrosoppi
«Respuesta evangélica a las deficiencias sociales»

Documentación

Mujeres y jóvenes: testigos de la Resurrección
El papa reanuda las catequesis por el Año de la fe


Francisco papa


No a una fe superficial de "agua de rosas"
Segunda catequesis de Francisco

Por Jose Antonio Varela Vidal

CIUDAD DEL VATICANO, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - En un nuevo encuentro con los fieles venidos de todo el mundo hasta la Plaza de San Pedro, el papa Francisco presidió a la segunda Audiencia General de su pontificado, durante la cual ha reanudado las catequesis por el Año de la fe, iniciadas con este propósito por el papa emérito Benedicto XVI.

En esta oportunidad, y dentro del marco de las fiestas pascuales, inició con un “Buenos días” la debida catequesis, centrada en el artículo de fe del Credo que reconoce la resurrección de Cristo.

Identificado como “el centro del mensaje cristiano”, hizo ver que el anuncio del Resucitado “ha resonado desde el principio y ha sido transmitido a fin de que llegue hasta nosotros”.

Prueba de esto, fueron las palabras citadas de la primera carta de san Pablo a los cristianos, que en el capítulo 15, versículos tres al cinco, dice: "Les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce".

Según el papa, esta breve confesión de fe es la que proclama el misterio pascual mismo, unida a las primeras apariciones del Resucitado a Pedro y a los Doce, porque “la muerte y la resurrección de Jesús son el corazón de nuestra esperanza. Sin esta fe, nuestra esperanza será débil, incluso no habrá ninguna esperanza”.

Una fe aceptada

Se lamentaba el papa durante su catequesis, por el modo en que “se ha tratado de ocultar la fe en la resurrección de Jesús, e incluso entre los propios creyentes se han deslizado dudas”. Tampoco le gusta una "fe de agua de rosas", como se dice, que es el resultado de una superficialidad e indiferencia, que considera otras cosas más importantes que la fe; o también debido a “una visión puramente horizontal de la vida”.

Insistió sin embargo en que “la Resurrección (es) la que nos abre una mayor esperanza, porque abre nuestra vida y la vida del mundo al futuro eterno de Dios, a la felicidad plena, a la certeza de que el mal, el pecado, la muerte pueden ser vencidos”

Creer en la promesa cumplida de Dios, esto es la resurrección de Cristo, “nos lleva a vivir con más confianza las realidades cotidianas, afrontarlas con valentía y con compromiso (porque) la resurrección de Cristo ilumina con una luz nueva estas realidades cotidianas”, fueron sus palabras de aliento, para exhortar a los presentes diciéndoles: “¡La resurrección de Cristo es nuestra fuerza!”

Una fe proclamada

Volviendo a la principal base de la resurrección, como es la escritura, el santo padre recordó que hay dos tipos de evidencias en el Nuevo Testamento: algunas son en forma de profesión de fe, es decir, fórmulas sintéticas que indican el centro de la fe (como la de Pablo en sus cartas ndr); mientras que otras tienen la forma de un relato de la Resurrección y de los eventos relacionados a la misma.

En la catequesis de hoy, Francisco quiso centrarse en la segunda, es decir, en los testimonios en forma de relato que se leen en los evangelios. Un primer punto que resaltó fue el hecho de que los primeros testigos de este evento mesiánico fueron mujeres y que estas, “impulsadas por el amor”, acogen este anuncio con fe y de inmediato lo transmiten. No lo retienen para sí mismas –dijo--, sino que por “la alegría de saber que Jesús está vivo, no se pueden contener”.

Invitó por ello a los cristianos a replicar aquello en sus vidas, “¡Sintamos la alegría de ser cristianos! ¡Creemos en un Resucitado que ha vencido el mal y la muerte!”, fueron las expresiones alentadoras que resonaron en la plaza y también en el corazón de muchos allí presentes.

En la línea de la nueva evangelización, el papa invitó también a "salir", a fin de “llevar esta alegría y esta luz en todos los lugares de nuestra vida”.

El testimonio de las mujeres

Otro elemento que observó el santo padre fue que en las profesiones de fe del Nuevo Testamento, no se recuerda como es debido a las mujeres como testigos de la Resurrección, sino principalmente a los hombres y en este caso a los Apóstoles. Y lo explicó por el hecho de que, según la ley judía de la época, las mujeres y los niños no podían dar un testimonio fiable, creíble.

En los evangelios --que superan hoy a la ley judía de entonces--, sí se rescata el rol primordial de las mujeres. En este hecho, el papa ve un elemento a favor de la historicidad de la resurrección: “si se tratara de un hecho inventado, en el contexto de aquel tiempo, no hubiera estado ligado al testimonio de las mujeres”.

Sobre esta evidencia, el Catequista universal explicó que “Dios no escoge según los criterios humanos”, porque así como los primeros testigos del nacimiento de Jesús fueron los pastores --gente sencilla y humilde--, los primeros testigos de la resurrección son las mujeres.

A partir de este punto, le recordó a las madres y a todas las mujeres que aquella es su misión, es decir, “dar testimonio a sus hijos, a sus nietos, que Jesús está vivo, que es la vida, que resucitó”...

Fue una ocasión para que revalorara el rol de las mujeres en la Iglesia y en el camino de la fe, porque ellas “han tenido y tienen también hoy un rol especial en la apertura de las puertas al Señor, en el seguirlo y en el comunicar su Rostro, porque la mirada de la fe tiene siempre la necesidad de la mirada simple y profunda del amor”.

Gestos y palabras

Después de las apariciones a las mujeres, le siguen otras –añadió--, “Jesús se hace presente de un modo nuevo; al principio no lo reconocen, y solo a través de sus palabras y sus gestos es que sus ojos se abren”.

Invitó a vivir ese “encuentro con Cristo resucitado (que) transforma, da nuevo vigor a la fe”, viviendo con atención aquellos “indicios” con los que el Señor resucitado se da a conocer: “la Sagrada Escritura, la Eucaristía y los demás sacramentos, la caridad, los gestos de amor que llevan un rayo del Resucitado”.

Antes de finalizar, destacó la presencia de muchos jóvenes en la plaza, a quienes les dijo: “Lleven esta certeza: el Señor está vivo y camina con nosotros en la vida (..) Lleven adelante esta esperanza: esta ancla que está en los cielos; mantengan fuerte la cuerda, manténganse anclados y lleven la esperanza”.

Los invitó así a convertirse en “testigos de Jesús”, de tal manera que el mundo “un poco envejecido por las guerras, por el mal, por el pecado”, tendrá esperanza.

Saludo en español

Junto a los saludos en las distintas lenguas, el papa dirigió unas palabras de afecto a los fieles y peregrinos que hablan español:

“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, México y los demás países latinoamericanos. Invito a todos a acoger la alegría que nos trae el Resucitado, para que el encuentro con Jesús abra nuestro corazón a la fe y a la esperanza, haciéndonos valientes testigos de su amor”.

Para leer la Catequesis completa del papa aquí

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El papa venido del "fin del mundo" (II)
Un hijo de América Latina

Por Jose Antonio Varela Vidal

ROMA, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - Según cuenta el mismo Francisco en su biografía, su madre le hizo gustar la ópera a través de las transmisiones radiales que ella misma le explicaba. Fue el medio de comunicación que lo acercó al arte, a la música y al futbol. No sería extraño entonces que, también reunidos en familia, haya escuchado los Radiomensajes de Navidad que emitía el papa Pío XII.

En estas famosas intervenciones, el pontífice fue desarrollando una doctrina por la paz y el desarrollo, donde el papel de la Iglesia iba surgiendo como un faro ante las situaciones de posguerra que le tocaba vivir al mundo.

Es probable que este magisterio --que algunos consideran el germen del Concilio Vaticano II--, fuera también asimilado por el pequeño Jorge Bergoglio, en especial aquel Radiomensaje de 1945 en que el sumo pontífice decía: “Como Cristo asumió una verdadera naturaleza humana, la Iglesia asume la plenitud de todo lo que es auténticamente humano y, elevándolo, hace de ello un manantial de fuerza sobrenatural, sea cual sea la forma en que lo encuentre”.

Mirando a su alrededor, donde las consecuencias de la guerra y del subdesarrollo en su país y en el continente destrozaban el alma, en el corazón de Jorge empezaría a surgir la pregunta: ¿Por qué Señor?

Es obvio que no estamos ante un niño cualquiera, por lo que no sería extraño que más de una vez cuestionara sobre su rol en la sociedad, el aporte que podría hacer a futuro y por qué no, a qué nivel de compromiso llegaría su vida…

Primeras ilusiones

La América Latina --incluida la Iglesia--, que vio crecer al actual papa se encontraba en una fase de identificación propia, menos dependiente, sobretodo después que Europa y Estados Unidos se desplazaban y dejaban de ser el centro geopolítico del mundo. Surgen así los términos del bloque de los “No alineados” y el triste epíteto del “Tercermundismo”.

Por ello no es difícil de explicar que la formación de muchos institutos religiosos y seminarios de la época, así como en la reflexión de obispos y presbíteros empezara a cambiar. Se entendía la urgencia de una mayor coherencia a través de un evangelio inculturado, y la liberación de aquellas realidades --que al ser tan dependientes--, no podrían resurgir jamás, ni mucho menos responder a los signos de los tiempos.

Algunos ven aquí la coyuntura más evidente para el nacimiento de la Teología de la Liberación, la cual necesitó muchos años --y el trabajo de dos papas--, para ser ubicada en su escalafón justo, librándola de lecturas políticas o enemistades con la autoridad jerárquica. 

Unido a esto, la Cepal –-organismo de las Naciones Unidas preocupada por el desarrollo del continente latinoamericano--, empezó a difundir a fines de los 60 la llamada “teoría de la dependencia”, que advertía que el desarrollo del “norte” producía a la vez el subdesarrollo del “sur”.

No es raro entonces que en el novicio jesuita y posterior presbítero joven, se fueran marcando las legítimas ideas de una Iglesia servidora, coherente, pobre y comprometida con el desarrollo de sus ciudadanos, especialmente con las víctimas de sistemas totalitarios y de otros, indiferentes con los sufrimientos de los más débiles.

Medellín: Ver, Juzgar y actuar

El neo-presbítero ordenado en 1969, recibiría junto a un misal y una patena, también el documento con las Conclusiones de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano – Celam, que se había reunido un año antes en la ciudad colombiana de Medellín.

La expectativa por conocer este documento era doble, sobre todo porque tanto el evento como la pubicación final habia contado con la activa participación del gran cardenal argentino Eduardo Pironio, en ese entonces secretario general del Celam, y hoy camino a los altares.

Formado en Doctrina Social de la Iglesia, el padre Bergoglio era testigo del poco prestigio con que contaba esta entre políticos, ideólogos e incluso en el mismo clero. Esto debido a que ante los graves problemas del continente, que enterraban sus profundas raíces en situaciones de injusticia e inequidad, el pensamiento social de la Iglesia solo presentaba fundamentos y principios que se topaban con murallas infranqueables de indiferencia, oídos sordos y amenazas veladas.

Con el documento entre sus manos, descubriría en sus horas libres de profesor y cura de parroquia, que los problemas y esperanzas de los hombres encuentran respuesta si son tratados como lo que realmente son: realidades humanas que, iluminadas por su Creador, pueden ser transformadas desde sus raíces y a la vez contribuir con otras realidades circundantes.

Para esto, el modelo 'Ver-Juzgar y Actuar' que proponía en sus líneas el documento de Medellín, daba una esperanza para buscar, a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio, las grandes respuestas a situaciones que se resignaban a convivir con los obstáculos.

Es de imaginar aquellas largas horas de lectura y reflexión, ya sea a nivel personal o de grupo, que vivió con intensidad el padre Jorge, donde se encontraba con fascinantes temas como la 'promoción humana', el 'desarrollo integral de la persona' o la denominada 'pastoral de conjunto'. ¡Cómo no entusiasmarse y ponerse el delantal del servicio!, diría desde entonces...

En el caso de la evangelización, se proponía ya un acompañamiento maduro en comunidad --como en los primeros tiempos--, para que el creyente creciera en la fe como un verdadero converso. Algunos empezaron a llamarlas “Comunidades eclesiales de base” que hasta el día de hoy son eficaces, lleven ese nombre o no, sobre todo si actúan en comunión con la parroquia y la diócesis.

Eran conceptos impregnados todos por la realidad iluminante del Concilio Vaticano II que presentó a la Iglesia –-jerarquía y fieles--, como un verdadero “Pueblo de Dios”. 

Bergoglio no le prestaría menos atención a las conclusiones de los obispos latinoamericanos -–apoyados por Pablo VI--, que recomendaban una atención especial a realidades como la familia, la justicia, la paz y la juventud. O los urgentes temas de la catequesis, la liturgia, la formación del clero y los innovadores medios de comunicación.

Temas fundamentales

Todos los aspectos que iba descubriendo en el nuevo documento, hacían del hoy papa Francisco un hombre de gran sensibilidad con el dolor y el sufrimiento de su pueblo. Con las armas del evangelio y el magisterio, se sentía capaz de iluminar las realidades que le tocaba enfrentar cada día como presbítero, sea en las comunidades marginales que visitaba como en el foro interno de sus fieles y alumnos.

Consciente de la fuerza con que Dios alentaba estos esfuerzos, siempre se mostraba dispuesto a dar más de sí, a desprenderse de las taras temporales y a vivir en su propio cuerpo aquellas mortificaciones que eran el pan de cada día de sus feligreses –-con el perdón de los que no tenían ni ese pan.

Medellín fue para el padre Bergoglio, la gran oportunidad de vivir e invitar a vivir una plena comunión con el Padre, con fe profunda y arraigada. Y así, finalmente, acceder en esta tierra al Reino de Dios o Civilización del Amor, donde se puedan vivir los valores de la solidaridad, la fraternidad, la justicia, la paz y el amor.

Se dio cuenta sin duda, que el documento de Medellín no era el “manifiesto político” que algunos quisieron atribuirle para desprestigiarlo. Esto provino de algunos sectores alarmados quizás por lo explícito de una "opción preferencial por los pobres" --que después en Puebla se aclararía que no era ni exclusiva ni excluyente--, sino que respondía a un conjunto de enseñanzas de los obispos latinoamericanos que en comunión con el santo padre, impulsaban una “presencia profética” en la Iglesia.

Le bastaba leer la Introducción al documento: “De este modo ella (la Iglesia) no se ha “descuidado” sino que se ha “vuelto” hacia el hombre, consciente que para conocer a Dios, es necesario conocer al hombre”.

Es cierto que el papa Francisco viene haciendo cosas que “desorientan” a algunos... Pero, dada su formación venida desde los años 50 y 60 en la Iglesia latinoamericana, lo que vemos es que quiere hacer volver también a la Iglesia sobre sus pasos, sobre aquellos pasos que alguna vez le dieron mejores resultados y credibilidad.

Continuará…

Para leer el primer artículo aquí

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El efecto Francisco
Confidencias de un seminarista del arzobispo Bergoglio

Por Luis Montesano

BUENOS AIRES, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - Cuando san Ignacio de Loyola descubrió a Jesucristo, y se dejó encontrar por Él, quiso dejarlo todo para ir a Tierra Santa y vivir allí como vivió Jesús, pisando los mismos lugares, y buscando a las personas con las que Nuestro Señor se pudo haber encontrado. Así dejó su vida de noble y una carrera militar prometedora, y se fue a estudiar teología a París para luego emprender su viaje a los Santos Lugares.

Sin embargo, nunca pudo concretar ese cometido, porque el Señor le tenía preparados otros caminos. En efecto, el Señor quiso que, con unos compañeros que conoció estudiando en París, san Ignacio fundase la Compañía de Jesús. Esta obra de Dios concretada por medio de hombres sería uno de los instrumentos utilizados por la Providencia para llevar su Evangelio hasta los confines del orbe. Así, de la mano de tantos misioneros que entregaron su vida a Jesucristo, la Iglesia se ensanchó considerablemente desde Europa hasta Asia, y desde Europa hasta América.

En el extremo sur de América, es decir, en los confines de la evangelización llevada a cabo a partir de 1492, crecería, se formaría y maduraría en la fe, de la mano de los jesuitas, uno de los sucesores de Pedro: el papa Francisco.

Fue ordenado sacerdote a los 33 años, y obispo auxiliar de Buenos Aires a los 56 años. En 1998 asumió como arzobispo de Buenos Aires, y fue creado cardenal por Juan Pablo II en 2001. 

Tuve la suerte de encontrarme con el entonces arzobispo de Buenos Aires en algunas oportunidades. En 2000 participé de un Encuentro de Catequistas Archidiocesano en Buenos Aires, que fue presidido por Jorge Bergoglio. Luego de las charlas, la oración y la Misa, se acercó para saludar a cada uno de los catequistas, e intercambiar algunas palabras amenas. Se mostró como una persona sencilla, directa, con quien resulta fácil conversar.

Luego lo pude ver en la Universidad Católica Argentina, donde yo estudiaba abogacía (derecho). Bergoglio era el gran canciller de la Universidad, y asistía a algunos actos académicos. Tuvimos allí la oportunidad de conversar luego del acto de entrega de diplomas, y nos recordó que tendríamos el deber de ser servidores, de poner sobre el asador todo lo que habíamos recibido en favor de la sociedad. Pienso que esta es también una característica del papa Francisco: no se guarda nada, no le preocupa quedar bien o mal, con tal de poner todos los talentos en favor de los más necesitados.

También quiero compartir una anécdota, en la que se ve una de las características como sacerdote: la de ser un hombre cristocéntrico. En una oportunidad, me encontraba colaborando con la “Noche de la Caridad” de una parroquia de Buenos Aires, la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. La “Noche de la Caridad” es una actividad que se realiza en Buenos Aires, en la cual cada parroquia sale una vez por semana a repartir alimentos a las personas que viven en la calle, y principalmente a llevar a Cristo. Bergoglio siempre tuvo claro cuál debía ser el orden de actividades: primero la Adoración Eucarística, luego salir al encuentro de Cristo que está en el pobre que vive en la calle, darle algo de comer, para entablar un diálogo que nos permita llevar a Cristo a esa persona. En una oportunidad quisimos ampliar el radio parroquial de la “Noche de la Caridad”, llegar a más personas. El cardenal Bergoglio, por medio del párroco nos dijo: “no se apresuren. Esto no es un fast food, sino que el orden es primero Cristo, luego Cristo y por fin Cristo”. (Es decir, Cristo en la Adoración Eucarística, Cristo en el pobre, y llevar al pobre a Cristo). Creo que el papa Francisco se ocupará especialmente de los más pobres, de llevarlos a Cristo. De alguna manera para el cardenal Bergoglio la periferia de la Archidiócesis de Buenos Aires era el centro; y pienso que ahora para el papa Francisco, el centro de la Iglesia estará en la periferia, en los extremos, allí donde pocos llegan.

Por último, quiero compartir con ustedes algunas impresiones que tuve cuando pude conversar personalmente con el cardenal Bergoglio, con motivo de mi ingreso en el seminario. En primer lugar, la entrevista fue concertada por medio de su secretaria, quien me dijo: “dejáme tu celular [móvil], para coordinar el día y la hora, pero puede ser que te llame directamente el cardenal sin avisarme”. Efectivamente, al día siguiente sonó mi teléfono y era el cardenal Bergoglio. Su secretaria, aparentemente, se enteró luego de que él hablara conmigo. Esto da una característica de su personalidad: muchas cosas las gobierna directamente, sin intermediarios, y esto le da seguramente mucha libertad de acción. También esto le convierte, en muchos casos, en una persona impredecible.

Iba muy nervioso a la entrevista, ya que era la primera vez que hablaría con un cardenal. Al llegar me encontré con un sacerdote, vestido con camisa sacerdotal negra, pantalón negro, y unos zapatos gastados. Llevaba su cruz pectoral, seguramente la misma que usa ahora el papa Francisco. Luego de hacerme una broma, generó que la conversación fuese distendida, amable, como la que puede tener un padre con su hijo. Me escuchó un buen rato con atención y cada tanto iba haciendo comentarios. Me impresionó especialmente la devoción que mostró por María, por san José y la Eucaristía. También, me impactó especialmente su predilección por el confesionario, me dijo que un sacerdote no puede olvidar el confesionario, que no puede haber en la agenda de un sacerdote nada más urgente e importante que atender el confesionario, porque allí Dios reparte gratuitamente su Misericordia. Me dijo que encomendaría mi vocación a la Santísima Virgen y regalándome una estampita de san José –que desde aquel día rezo todos los días- me pidió que encomendara al patriarca san José mi vocación y su ministerio. Hoy rezo a san José por el papa Francisco.

El pasado 13 de marzo, el día en que Bergoglio fue elegido papa, me encontraba providencialmente en Buenos Aires (el seminario donde estudio se encuentra a 50 kilómetros de Buenos Aires) recorriendo librerías para llevar material a la librería del Seminario, donde trabajaré Dios mediante este año. Cuando escuchamos que había fumata blanca nos dirigimos a la Universidad Católica Argentina, donde pudimos ver el anuncio que hizo el cardenal Tauran. Inmediatamente, sin poder creer lo que estábamos escuchando y viendo, nos abrazamos y oímos con atención las palabras del flamante papa. Nos enteramos de que había una Misa a las 19 horas en la catedral de Buenos Aires, así que nos dirigimos allí. La iglesia estaba repleta, y la gente (jóvenes, familias con niños, ancianos) cubría la mitad de la Plaza de Mayo. La primera Misa en acción de gracias fue muy emotiva, allí comenzamos a tomar conciencia de que la elección de Bergoglio como papa era motivo de alegría para la Iglesia universal, pero especialmente era una bendición especial para la Iglesia en Argentina. Desde el 13 de marzo mucha gente volvió a Misa (luego de años sin asistir), los confesionarios están repletos y las actividades de la Iglesia son noticia en todos los medios en Argentina. Pienso que esto es una oportunidad para que tantas personas puedan volver a la Iglesia, y reconciliarse con Dios.

En el seminario también produjo una gran alegría la elección de Bergoglio. Alegría que debe ir guiada de una gran responsabilidad, como nos dijo un obispo a los seminaristas. La elección del papa Francisco nos pone bajo la lupa de muchos movimientos e iglesias locales repartidas por todo el mundo. Hoy la Iglesia mira a Roma, como siempre, pero también observa a la Argentina. Pienso que esto es algo que nos tiene que hacer trabajar más y mejor, rezar más y ponernos como Iglesia bajo el manto de María, que desde Luján mira y bendice a la Iglesia en Argentina.

*Luis Montesano nació en Buenos Aires en 1983. Es abogado y doctor en Derecho. En 2011, ingresó en el Seminario San José de La Plata (Buenos Aires). Está en 4º año del Seminario. Fue catequista, miembro del grupo de la Pastoral Universitaria, de diversos grupos de jóvenes, y dio clases de derecho y ética en la Universidad Católica Argentina y en la Universidad Austral en Buenos Aires.

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Nuevas variaciones en el escudo papal
La estrella pasa a tener ocho puntas y la flor de nardo se parece un poco más

Por Nieves San Martín

MADRID, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - El sitio web del Vaticano ha publicado la nueva versión del escudo papal. Ahora la original estrella de cinco puntas, que simbolizaba a la Virgen María, pasa a tener ocho puntas, como las bienaventuranzas.

Algunos lectores de ZENIT habían comentado que la estrella de cinco puntas se asemejaba a la estrella de David, símbolo que distingue a los practicantes de la religión judía.

La estrella ahora cambia de significado y pasa a simbolizar el mensaje central de la buena noticia de Jesús, las bienaventuranzas.

Por otra parte, en el escudo original del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, figuraba un racimo de uvas que, sin embargo, en la presentación oficial del nuevo escudo del papa Francisco se decía que era una vara de nardo, aludiendo a la fecha en la que asumió el ministerio petrino, 19 de marzo, así como para reflejar la gran devoción del pontífice a san José, que es representado en la iconografía tradicional con una vara de nardo en la mano, hasta el punto de que a la vara de esta flor se la denomina también "vara de San José". Esta flor ha significado siempre en la iconografía cristiana la virginidad y la pureza, y se encuentra también representada en la mano de santas que se distinguieron por la defensa de esta virtud.

Sin embargo, el racimo de uva seguía siendo tal, aunque se afirmara que representaba a la flor del nardo, pues la diferencia es notable con la vara que presenta en su extremo las flores de nardo, muy aromáticas, en espiga.

Ahora, en la nueva versión del escudo papal, conservando las líneas del original racimo de uva en color amarillo dorado, se observan unos trazos internos que dibujan flores presuntamente de nardo, aunque estas son blancas con ligeros toques rosados, y desde luego para nada amarillas como siguen apareciendo en el escudo retocado, y ni siquiera en capullo son amarillas sino de un verde más blanquecino que el tallo, y su distribución en el tallo es justamente más espigada y no en racimo.

Por último el lema del papa Francisco --Miserando atque eligendo (Mirándolo con misericordia lo eligió)--, idéntico al del cardenal arzobispo Bergoglio, ha sido inscrito en una cartela blanca con vueltas rojas, debajo del escudo. El símbolo de la Compañía de Jesús permanece sin variaciones.

Según explica el sitio vaticano, "en los rasgos, esenciales, el papa Francisco ha decidido conservar su escudo anterior, elegido desde su consagración episcopal y caracterizado por una sencillez lineal".

Sobre el escudo, azul, se hallan los símbolos de la dignidad pontificia, iguales a los que deseó el predecesor, Benedicto XVI (mitra entre llaves de oro y plata, entrelazadas por un cordón rojo).

"La estrella --afirma todavía el sitio vaticano--, según la antigua tradición heráldica, simboliza a la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia; la flor de nardo indica a san José, patrono de la Iglesia universal". No se ha incorporado todavía la importante variación de la estrella y su nuevo simbolismo.

El lema alude al pasaje evangélico de la vocación de Mateo, comentado por san Beda el Venerable: «Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme)».

Esta homilía de san Beda sobre la misericordia divina reviste un significado particular en el itinerario espiritual del papa. En la fiesta de san Mateo de 1953, el joven Jorge Bergoglio experimentó, a la edad de 17 años, de un modo muy especial, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después de confesarse, sintió la misericordia de Dios que le llamaba a la vida religiosa a ejemplo de san Ignacio de Loyola.

Una vez elegido obispo, en recuerdo de tal acontecimiento decidió elegir como lema y programa de vida la expresión de san Beda Miserando atque eligendo, que también ha querido reproducir en su escudo pontificio.

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Benedicto XVI


Nunca me he sentido solo
Publicado en español el libro con los últimos discursos de Benedicto XVI

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - "Nunca me he sentido solo", la frase pronunciada por el pontífice emérito durante su última audiencia en la plaza de San Pedro el 27 de febrero, da título a este libro. El volumen presenta una recopilación antológica de las últimas enseñanzas de Benedicto XVI, importantes y luminosas, acerca del Magisterio de la Iglesia viva, de su futuro en Cristo y de la confianza en Dios.

El volumen recoge las catequesis, los ángelus y los diversos discursos pronunciados por el papa emérito desde el anuncio de su renuncia a la Cátedra de Pedro, el 11 de febrero, hasta el inicio de la sede vacante, el 28 de febrero de 2013. Al tiempo, este libro es un pequeño homenaje de la Libreria Editorial Vaticana (LEV), signo de la fidelidad de la LEV al santo padre, y de Romana Editorial, que contribuye a la difusión del Mensaje del papa en lengua española.

Una muestra de reconocimiento y de gratitud a la figura de Benedicto XVI, en un momento crucial en la vida de la Iglesia.

Joseph Ratzinger nace en 1927, en una localidad de la Alemania meridional. Recibe la ordenación sacerdotal en 1951 y en los años sucesivos se dedica a la docencia en las más prestigiosas universidades alemanas, participando como experto en el Vaticano II y escribiendo reconocidas obras de teología. En 1981, siendo obispo de Baviera, Juan Pablo II le designa Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, convirtiéndose en uno de los principales colaboradores del papa.

El 19 de abril de 2005, Joseph Ratzinger es elegido papa tras un breve cónclave y escoge el nombre de Benedicto XVI. El 11 de febrero de 2013 anunció su renuncia al ministerio petrino, a partir de las 20.00 horas del 28 de febrero de 2013.

Para saber más: http://www.romana-editorial.com/

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Mirada al mundo


El arzobispo de Seúl pide rezar por los hermanos de Corea del Norte
En un momento de fuerte tensión política y militar

Por Redacción

ROMA, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - Monseñor Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl, en Corea del Sur, pidió en su mensaje pascual: “abundantes gracias y bendiciones para nuestros hermanos, separados de nosotros, en Corea del Norte, con la esperanza de que la paz pueda triunfar siempre en la península coreana”.

El mensaje, difundido por la agencia vaticana Fides, se produce en un momento de alta tensión política y militar entre las dos Coreas.

Recordando que “el amor y la paz del Señor resucitado han inundado el mundo de la alegría pascual”, el arzobispo invita a todos a “rezar por aquellos que sufren física y espiritualmente” y, sobre todo, “por los hermanos de Corea del Norte”. 

“Con la resurrección de Jesucristo, Dios nos muestra que la muerte no es el final sino un nuevo comienzo: se pasa de la oscuridad a la luz, de la muerte a una nueva vida”. 

Esa “nueva vida” que el arzobispo desea a todo el pueblo de Corea del Norte y del Sur, invocando: “Vivimos en una época en que la paz es más necesaria que nunca, y nosotros los cristianos debemos convertirnos en el instrumento que trae la paz de Jesús al mundo. 

“Nuestro país está lejos de la paz debido a la inestable situación política y al conflicto con Corea del Norte. ¿Qué debemos hacer para ser un instrumento de paz? Debemos creer en la Resurrección de Cristo y vivir la Resurrección. Permanecer en Cristo con una fe profunda ante el mal o el dolor significa abrazar la agonía del prójimo y ayudar a los demás a llevar su cruz”. 

El arzobispo remarca la actualidad de la Resurrección que “no es sólo un acontecimiento que ocurrió en el pasado”: “El Señor resucitado está con nosotros en este momento. Si creemos en su presencia, todo se puede cambiar, nada es imposible para Dios”. “El amor y la paz de Dios sea con todos ustedes y con toda la Corea”, concluye el mensaje.

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Argentina: El Seminario de La Plata afectado por el temporal
Mensaje de condolencia del arzobispo Aguer

Por Redacción

ROMA, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, quien se encuentra en Roma para asistir a la asamblea anual de la Pontificia Comisión para América Latina y que hoy fue recibido por el papa Francisco, envió sus condolencias a los deudos de las víctimas mortales del temporal que se abatió sobre la archidiócesis, y les aseguró sus oraciones. 

En comunicación telefónica con su obispo auxiliar de La Plata, monseñor Alberto Bochatey OSA, monseñor Aguer quiso “interiorizarse detalladamente sobre lo sucedido, las víctimas y daños sufridos por las numerosas familias afectadas”. 

“El arzobispo, preocupado y dolido por el sufrimiento de sus archidiocesanos, quedó atento a la evolución de los acontecimientos y en oración junto a la tumba de San Pedro”, informó la curia platense en un comunicado.

Monseñor Aguer dio instrucciones a sus dos obispos auxiliares, monseñor Nicolás Baisi y monseñor Alberto Bochatey, para que “estén en alerta y puedan responder urgentemente a las necesidades que se planteen a causa del temporal, coordinando las acciones tanto con Cáritas como con todas las parroquias de la arquidiócesis y demás instituciones de la Iglesia”. 

El Seminario afectado

El temporal que se abatió sobre La Plata y alrededores la noche del 2 de abril, además de las víctimas mortales, dejó el saldo de numerosas evacuados. En algunos sitios se registró hasta un metro y medio de agua. Cuando se cerraba esta edición había ya 25 muertos y tres mil personas evacuadas. El agua llegó en algunos lugares a los dos metros.

La zona del Seminario Mayor San José, frente al parque Castelli, también sufrió inundación y la furia del agua. Todos los seminaristas, bajo la dirección del canónigo Gabriel Delgado, brindaron refugio, alimentos y abrigo a decenas de personas afectadas, tanto vecinos y pasajeros circunstanciales del transporte público, que incluso pasaron la noche en el Seminario. 

El Seminario y la parroquia contigua Nuestra Señora de la Piedad también sufrieron inundación y daño, con hasta un metro de agua en su interior.

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Bioética


Francia: Se mantiene la prohibición de investigar con el embrión humano
Victoria de las organizaciones provida

Por Redacción

ROMA, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - La organización francesa Alliance VITA se ha congratulado por el mantenimiento por parte de la Asamblea Nacional francesa del principio de prohibición de la investigación con embriones humanos. La Asamblea examinó, el pasado 28 de marzo, la proposición de ley con vistas, sin real debate previo, a autorizar la investigación que destruye el embrión humano.

Para Alliance VITA, este texto habría subvertido las condiciones de la investigación con embriones y células madre embrionarias, suprimiendo la prohibición de principio para sustituirla por un marco más amplio y ambiguo. Esta discusión tuvo lugar sin que los franceses hubieran sido previamente consultados por los estados generales, como lo prevé la ley de bioética de 7 de julio de 2011.

El doctor Xavier Mirabel, presidente de Alliance VITA, se congratula por el compromiso de los diputados. La organización había alertado sobre un texto que "habría provocado una regresión ética y científica absurda. Pues no hay ninguna razón científica para tratar al embrión humano como a una cobaya de laboratorio. El premio nobel de medicina acaba de ser concedido al japonés Shinya Yamanaka y al británico John Gurdon por sus descubrimientos sobre la reprogramación nuclear, que es una técnica ética. Autorizando explícitamente la investigación con embriones encaminada a su destrucción, la propuesta de ley subvierte un principio bioético mayor que confiere al embrión humano una protección simbólica. Recuerdo que la investigación con embriones no ha dado ningún resultado probado al día de hoy, y que los otros países se vuelven hacia las células madre reprogramadas (iPS). A título de ejemplo, la sociedad estadounidense Geron, que había anunciado un ensayo clínico a base de células madre embrionarias en 2009, ha puesto fin a sus investigaciones en 2011, a falta de resultados probados; en sentido inverso, Japón acaba de anunciar una investigación clínica a base de células iPS relativa a una enfermedad ocular, lo que sería una première mundial muy prometedora».

Alliance VITA pide al Parlamento y al gobierno francés que privilegien las investigaciones éticas y recuerda que pide una moratoria para la congelación de embriones humanos. En su ausencia, es necesario aplicar estrictamente la ley bioética, limitando las derogaciones demasiado ampliamente concedidas al principio de prohibición que sigue en vigor. VITA recuerda que Francia sigue en plena contradicción con las directivas europeas que prohiben toda patente relacionada con el embrión humano y la convención de Oviedo que, en su artículo 18, exige una "protección adecuada" de la que se deben beneficiar los embriones in vitro.

Alliance VITA, con otras asociaciones contraparte, se empeña en exigir el cese de la financiación por parte de la Unión europea a la investigación con embriones que implique su destrucción, como pidió la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento europeo, en el marco del examen del programa-marco para la investigación y la innovación «Horizon 2020». Invita a todos los ciudadanos europeos preocupados por una investigación ética a que firmen la iniciativa ciudadana europea: (www.unodenosotros.eu) que pide que acabe la financiación de estas investigaciones con fondos europeos.

Escandalosamente pasada en el Senado en diciembre la propuesta de ley para levantar la prohibición no ha pasado, contra toda espectativa, en la Asamblea Nacional.

Fue sin contar con la reacción de decenas de miles de ciudadanos, liderados por la campaña Vous trouvez ça normal? de la Fundación Jérôme Lejeune, determinados a no dejar que la técnica domine sobre lo humano, definición misma de la bioética. Los 52.000 firmantes de la petición, y las cien mil cartas de protesta enviadas a los diputados han apoyado, animado y movilizado a algunos de entre ellos para quienes los Estados Generales de la revisión de la ley de bioética de 2011 eran un recuerdo todavía fresco y cuyos resultados no debían ser deshechos en silencio. Ninguna actualidad científica nueva podía justificar esta subversión 18 meses después de estos amplios debates. Por el contrario, hay alternativas a la investigación con embriones humanos que han sido coronadas por el éxito mientras tanto, iPS a la cabeza, deshaciendo los argumentos falaces de un retardo de la investigación francesa, cerrada en una vana perspective de uso comercial del embrión humano.

La Fundación Fondation Jérôme Lejeune se alegra de esta victoria. Llama a seguir movilizados en Francia: en teoría, el texto puede todavía ser propuesto de nuevo por otro grupo parlementario o por el gobierno. La Fundación lanza une movilización junto a Alliance VITA y las AFC en el marco de la inciativa ciudadana europea "Uno de nosotros" que mira a poner fin a la financiación de la Unión Europa de la investigación con embriones humanos.

Traducido y adaptado de la edición francesa de ZENIT por Nieves San Martín

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Juventud


Entregan en El Vaticano más propuestas para la JMJ Río 2013
Visita del papa a una favela. Programa definitivo a finales de abril. Se esperan dos millones de personas

Por H. Sergio Mora

ROMA, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - El arzobispo de Río de Janeiro Orani Tempesta, presidente del Comité Organizador de la Jornada Mundial de la Juventud 2013, indicó que una nueva agenda para el evento que se realizará entre el 23 y 28 de julio, fue presentada en Roma para que decida el papa Francisco.

El arzobispo Tempesta estuvo en Roma en la primera misa del pontificado del santo padre, y el martes 26 de marzo anunció a la prensa local que el pontífice viajará a Río de Janeiro para la JMJ. El prelado brasileño llevó al Pontificio Consejo para los Laicos una serie de propuestas de actividades que el papa Francisco podría realizar, incluso al margen del programa fijo de la Jornada.

El arzobispo de Río indicó que los actos centrales: acogida, via crucis, vigilia y misa de conclusión, contarán con la presencia del papa, así como el almuerzo de Francisco con doce jóvenes de todos los continentes.

Entre las propuestas está la visita a una favela, a la imagen de Cristo Redentor en el Corcovado y también una visita al santuario de la Penha, así como un encuentro con los obispos y otro con jóvenes que tienen vocación religiosa.

Por su parte Marcio Queiroz, director del Sector de Comunicación de la Jornada, indicó que ahora es necesario esperar la respuesta del santo padre y de sus asesores y que hacia el 28 de abril se piensa divulgar el programa oficial.

“Fue sugerido --precisó Queiroz- que visite alguna favela de Río, ninguna en especial. Si acepta, vamos a evaluar todos los aspectos necesarios, como seguridad, accesibilidad y otros detalles importantes”.

Las medidas de seguridad para la JMJ son importantes, con más de doce mil policías en las calles. Será operada por el estado de Río de Janeiro que usará la policía civil y militar, a través de la Secretaría de Grandes Eventos, del Ministerio de Justicia, que articula la policía 'Rodoviaria' (transportes), y la Fuerza Nacional de Seguridad, así como el Ministerio de Defensa con las Fuerzas Armadas. La seguridad del papa será tratada a 'nivel uno' el máximo de protección, como se realiza con jefes de estado cuya presencia se considera bajo peligro de atentados.

También el asesor de la Comisión de Juventud de la Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB), padre Carlos Savio Ribeiro, fue recibido en audiencia la semana pasada por el papa Francisco. Y le entregó un kit de la JMJ con la camiseta, y la revista del grupo Jóvenes Conectados, relacionado con la CNBB, que informa del trabajo de la Iglesia junto a los jóvenes. Indicó que el papa le dijo: “Qué bonito, quiero participar en todo, y con mucha intensidad".

Para la jornada ya se han inscrito casi un millón de fieles y se espera que lleguen otros tantos.

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Libros


Publicación de la primera Guía General de la Ciudad del Vaticano
Un manual útil tanto para turistas y peregrinos como historiadores y curiosos

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - ¿Cómo orientarse en la Ciudad del Vaticano? ¿Dónde se solicitan los permisos para consultar los documentos del Archivo Secreto?¿Y los volúmenes de la Biblioteca Apostólica? ¿Cuántos visitantes saben que con la misma entrada se pueden visitar los jardines, los Museos y la Capilla Sixtina?

Llega a las librerías la primera Guía General de la Ciudad del Vaticano que responde a estas y muchas otras cuestiones, permitiendo orientar al visitante no sólo en las visitas a los Museos sino en toda la Ciudad del Vaticano.

La Guía ha sido realizada gracias a la estrecha colaboración de tres editoriales, dos vaticanas y una italiana: Libreria Editorial Vaticana, Edizioni Musei Vaticani y Editorial Jaca Book de Milán; colaboración a la que se suma Romana Editorial, para la edición española.

Todas las secciones que componen la Guía han sido redactadas bajo la supervisión y según las directrices de las instituciones vaticanas (Fábrica de San Pedro, Biblioteca Apostólica, Archivo Secreto, Museos Vaticanos), de los responsables de los museos y monumentos vaticanos, con el asesoramiento de expertos internacionales de reconocido prestigio en historia del arte y docencia universitaria, coordinados por Antonio Paolucci, director de los Museos Vaticanos y por Roberto Cassanelli y Cristina Pantanella.

Hasta hoy sólo existían guías parciales en particular centradas en los Museos Vaticanos.

La presente Guía General de la Ciudad del Vaticano, oficial, completa y exhaustiva en la medida de lo posible, es la primera y hasta el momento la única realizada desde la formación del Estado contemporáneo en 1929. Destino de millones de turistas y peregrinos que acuden cada año para rezar ante la tumba de San Pedro y para admirar la mayor colección artística de la humanidad, nacida de la mano de los grandes maestros del Renacimiento y del Barroco.

La Guía acompaña al lector en el descubrimiento de todos los aspectos y lugares de la Ciudad del Vaticano, de los más célebres y concurridos a los menos famosos y casi desconocidos, cuya visita requiere un procedimiento especial. A este respecto, la sección final da respuesta a las particularidades de orden práctico e incluso satisface la curiosidad del visitante.

Cada ámbito territorial, complejo monumental y museo va acompañado de una introducción sumaria de su historia que precede el itinerario detallado de la visita. El estilo sencillo y eficaz con que está escrita hace que la Guía sea útil a todos: turistas, peregrinos y estudiosos del sector.

Se trata pues de una publicación de gran importancia histórico-cultural sobre el Estado Vaticano que, en apenas 44 hectáreas, reúne la mayor concentración artística del mundo. 

Para saber más: http://www.romana-editorial.com/

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"Tú eres mi prójimo"
Un libro con prólogo del papa Francisco recupera testimonios pastorales de sacerdotes argentinos

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - La Editorial Claretiana ha publicado un libro titulado Tú eres mi prójimo, escrito por el presbítero Fernando Lobo y cuyo prólogo es una reflexión del papa Francisco, escrita a finales de 2012, cuando aún era arzobispo de Buenos Aires. El libro contiene una serie de testimonios narrados en forma de diálogo con sacerdotes dedicados a distintas misiones pastorales en Argentina.

La obra recupera la tarea del presbítero Lucio Gera, dedicado al estudio de la Teología; el presbítero José María “Pepe” di Paola y su trabajo en la Villa 21-24 del barrio porteño de Barracas y la experiencia en la Pastoral de la Salud del padre Pepe Vallarino, abocado al consuelo espiritual de los pacientes de los hospitales Muñiz y Tornú, entre otros.

También aparecen las voces del presbítero Sigfrido Maximiliano Moroder (más conocido como “el padre Chifri”) y su actividad misionera en Salta, para la cual se valía de un parapente, con el que recorría las distancias; Ignacio Copello y su tarea en Mozambique, monseñor Óscar Vicente Ojea y su testimonio como sacerdote y obispo, Gustavo Esteche y su experiencia en la cárcel, Rodolfo Apud y su trabajo pastoral en el interior de Tucumán, Eduardo Lorente y su actividad misionera en el sur del país, y Aníbal Filippini y su testimonio vocacional y sacerdotal.

Este libro que tiene un gran valor testimonial y vocacional cuenta además con una carta de Benedicto XVI sobre las vocaciones.

Sostiene el cardenal Bergoglio en el prólogo: “El testimonio de tantos hombres y mujeres que siguen de cerca a Jesucristo edifica la Iglesia, la hace crecer, precisamente porque la Iglesia crece por atracción y no por proselitismo. Estos hombres y mujeres son las piedras vivas que más resaltan en el conjunto, son ejemplos que marcan senderos hacia la plenitud”. “Considero que la presentación de estos diálogos nos acercará a la vida del sacerdote, apóstol y seguidor de Jesús, enviado por el Señor a enseñar, santificar y conducir a su pueblo fiel. Y no dudo de que su ejemplo también será fecundo para tantos jóvenes que se dejan mirar por el Señor", concluye el actual papa Francisco.

La reseña de la editorial afirma que, “en esta publicación, el presbítero Fernando Lobo ha querido ofrecernos figuras presbiterales que se esfuerzan, con su cotidiano seguir a Jesús, en proclamar el Evangelio y trabajar en la edificación de la Iglesia. Se trata de un conjunto de entrevistas que el autor hace a sacerdotes de diversos lugares del país. Cada uno de ellos se muestra como es en su vida cotidiana y en el ejercicio de su ministerio”.

Fernando Lobo estudió filosofía en la Universidad Gregoriana de Roma y teología en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA). Antes de ingresar en el seminario, vivió como misionero en la Villa 21 de Barracas en la parroquia Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, durante tres años, con el padre Pepe di Paola. Se formó en el seminario Metropolitano de Buenos Aires. Como seminarista estuvo en la parroquia de Nuestra Señora de Caacupé, de la Villa 21 de Barracas, y en la parroquia San Ramón Nonato de Floresta. Fue docente de Formación Religiosa y Doctrina Social en los Institutos San Ramón Nonato y Cristo Maestro de Capital Federal. Antes de ser ordenado diácono vivió un año de experiencia en el Hogar del Arca para personas con discapacidad intelectual (Boulogne-San Isidro). Actualmente ejerce su ministerio diaconal, esperando la ordenación presbiteral, en la Parroquia San José Obrero de Mariano Acosta, Merlo-Moreno.

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Las catequesis de Benedicto XVI en el Año de la Fe
Edición artística de la Libreria Editorial Vaticana de las últimas catequesis del papa emérito

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - Esculturas, los mosaicos de Estambul, Ravenna y Monreal, un icono ruso, retablos, fotografías de autor, vidrieras, cuadros y frescos de distintas épocas: son numerosas las expresiones artísticas seleccionadas para acompañar el último volumen de las catequesis de Benedicto XVI, "En el año de la fe", que la LEV publica ahora en edición artística. La obra -- que tiene en la portada los Artículos del Credo con frescos de Vecchietta en el Baptisterio de Siena y en las páginas de apertura el Triunfo de la fe realizado por Tiepolo en Venecia, en la iglesia de la Piedad--, recoge 19 catequesis del pontífice en las audiencias generales del miércoles, entre el 10 de octubre de 2012, vigilia de apertura del Año de la Fe y el 27 de febrero de 2013, penúltimo día de su pontificado.

Una espléndida foto del aula del Concilio Vaticano II, de 1963, abre la primera catequesis de este ciclo, en la que Benedicto XVI recuerda el mayor suceso de la Iglesia del siglo XX. En apoyo a la catequesis en la que el papa emérito reflexiona sobre la razón de la fe en Dios y sobre cómo hablar de Él a nuestros contemporáneos, muchas veces distraídos "por tantos destellos de la sociedad", se presentan ilustraciones como San Agustín en el estudio de Vittore Carpaccio y la Visión de Santo Tomás de Aquino, de Sasseta. Son imágenes que contribuyen a reforzar y casi a ilustrar gráficamente los temas de las catequesis de Benedicto XVI, dedicados a este Año especial organizado "para que la Iglesia renueve la alegría de caminar sobre el camino que  nos ha indicado, y testimonio de forma concreta la fuerza trasformada por la fe".

En las diferentes catequesis, el pontífice responde a interrogantes fundamentales como: "¿qué es la fe? ¿Tiene todavía sentido la fe en un mundo en el que la ciencia y la técnica han abierto horizontes hasta hace poco tiempo impensables? ¿Qué significa creer hoy?", reflexionando después sobre temas como la profesión comunitaria de la única fe de la Iglesia, sobre "deseo de Dios", que el ser humano lleva en el profundo de sí mismo y aún hoy se ve en muchos aspectos al corazón. Se proponen en este volumen pinturas y frescos de distintas épocas: la Fe pintada por Giotto, en la Capilla de los Scrovegni de Padua, el Cristo en el Limbo del beato Angelico, el Homenaje en la puerta de los infiernos, de la Tumba de los Auguri de Tarquinia, El triunfo de la Divina Providencia, de Pedro de Cortona. Y también obras de Rafael, Giotto o Luca Signorelli.

Benedicto XVI ilustra "algunos caminos para llegar al conocimiento de Dios", pero afronta también el tema de su Revelación, "como comunicaciones que El hace de Sí mismo y de su diseño de bondad y de amor", y se detiene sobre la fe de María "a partir del gran misterio de la anunciación". Precisamente una Anunciación, la de Taddeo Gaddi, abre la catequesis sobre la Virgen, icono de la fe obediente, mientras que La adoración de los pastores de Guido Reni ilumina la de la encarnación de Dios. En el periodo natalicio Benedicto XVI habla de la concepción de Jesús por obra del Espíritu Santo y de la encarnación, ofreciendo en las catequesis sucesivas un reflexión profunda sobre los diferentes versículos del Credo, Símbolo de la fe cristiana, solemne profesión de fe que acompaña la vida de los creyentes: para ilustrarlo se recurre a la Santísima Trinidad de Alessio Baldovinetti, el Padre Eterno de Giovanni Bellini y a distintas pinturas de la creación, sea la de Adán, que la de las plantas y los astros.

En la catequesis dedicada al deseo de Dios, aparecen obras modernas: El Arcoiris, de Georges Surat, Los novios, de Marc Chagall, y también Mañana en Cape Cod, de Edward Hopper.

El Miércoles de Ceniza el papa ofrece una meditación sobre las tentaciones de Jesús, invitando a la conversión por el Reino de los cielos. Varias Tentaciones de Cristo en distintas versiones acompañan esta catequesis.

Para finalizar, el 27 de febrero, Benedicto XVI saluda a los fieles reunidos numerosos en la plaza de San Pedro para asistir a su última audiencia. Recuerda que estamos viviendo el Año de la Fe, "querido para reforzar precisamente nuestra fe en Dios en un contexto que parece ponerlo cada vez más en segundo plano", y exhorta a los presente: "Quisiera que cada uno se sintiese amado por ese Dios que ha dado a su hijo por nosotros y que nos ha mostrado su amor sin fin. Quisiera que cada uno sintiese la alegría de ser cristiano". Para después concluir: "Sí, estamos contentos por el don de la fe; es el bien más precioso, ¡que nadie nos puede quitar! Damos gracias al Señor por esto cada día, con la oración y con la vida cristiana coherente". Acompañan a esta última catequesis Pedro salvado de las aguas, mosaico de Monreal, la Pesca milagrosa, de Duccio di Buoninsegna y la Barca, de la basílica de San Pedro.

La última imagen del volumen es para el autor, papa Benedicto XVI, en un espléndido retrato en el que aparece sonriente mientras saluda a los fieles.

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En el corazón de los sínodos continentales
Los trabajos de los consejos especiales del Sínodo de los Obispos en un libro de monseñor Eterović

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - "La Iglesia, que existe para evangelizar, ha anunciado el Evangelio, la Buena Noticia, a los hombres y a los pueblos en todos los lugares alcanzables y en todos los tiempos". Lo recuerda monseñor Nikola Eterović, secretario general del Sínodo de los Obispos, en el prólogo del volumen escrito por él para la Libreria Editorial Vaticana y desde hace unos días en librería. (Sínodos Continentales. Los Consejos Especiales del Sínodos de los Obispos). El libro describe la actividad de los Consejos Especiales continentales del 2004 al 2012, es decir desde el inicio del mandato del monseñor Eterovic en la Secretaría general del Sínodo, restaurando un fresco de la vida de la Iglesia así como se expresa en los diferentes continente con sus diferentes característica, y evidenciando la comunión de los Pastores de las Iglesias locales con el obispo de Roma, Pastor de la Iglesia universal.

La urgencia del trabajo de evangelización se ha evidenciado en los documentos del Consejo ecuménico Vaticano II, en el magisterio de los papas que se suceden en la cátedra de Pedro, y un lugar especial en la promoción que compete al Sínodo de los obispo. Además de la misión ad gentes, es decir el anuncio dirigido a los que no conocen a Jesucristo y no han encontrado su mensaje, del pontificado de Juan Pablo II la Iglesia está comprometida también en la nueva evangelización, orientada a los que aún estando bautizados se han alejado de la Iglesia y no viven según la enseñanza del Señor.

Hoy son diez las Asambleas Especiales que se han celebrado, en gran parte referidas a los episcopados de los distintos continentes y por eso llamadas continentales, generalmente finalizadas con una exhortación apostólica post-sinodal. Esta publicación ayuda a comprender mejor el rol de los Consejos especiales continentales, nombrados para llevar adelante los trabajos de cada Asamblea especial. Su trabajo se lleva a cabo en tres fases: la preparación de la sesión sinodal, con la redacción de los lineamenta (documentos de reflexión) y del Instrumentum laboris (orden del día de la Asamblea); la recogida y puesta en común del material de los trabajos sinodales, en vista de la publicación de la exhortación firmada por el papa, la promoción de la aplicación de la exhortación en los distintos países y la recogida de informaciones sobre iniciativas pastorales, teológicas y eclesiales.

Este volumen, subdividido según los diferentes continentes, muestra los discursos pronunciados por monseñor Eterović durante las reuniones de los Consejos especiales de los cinco continentes y del Medio Oriente, acompañados por la introducción a los trabajos, los discursos de los sumos pontífices Juan Pablo II y Benedicto XVI,durante los encuentros con los Consejos, lo elencos de los componente de cada Consejo.

"Las Asambleas Especiales han puesto en marcha las comunidades eclesiales en los cinco continentes --anota el autor en la conclusión--. Han dado la ocasión de descubrir la riqueza de su historia cristiana, para dar más fuerza a sus raíces cristianas en vista un nuevo impulso en la evangelización".

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Luigi Scrosoppi
«Respuesta evangélica a las deficiencias sociales»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - Juan Pablo II puso a este santo como antorcha para los integrantes de la Iglesia: laicos, sacerdotes y religiosos. Dijo de él que era un «ejemplo luminoso y eficaz». Su mérito: haber ensamblado con armonía vida contemplativa y activa. Tuvo estos grandes amores: Cristo, la Iglesia, el papa, y los débiles.

Nació en Udine, Italia el 4 de agosto de 1804 en una familia que gozaba de buena posición económica. Sus padres Domenico Scrosoppi, que regentaba una joyería, y Antonia Lazzarini, inculcaron a sus tres hijos tal amor a Cristo y a su Iglesia que todos, Carlo, Giovanni Battista y Luigi, fueron sacerdotes. Al ser éste el benjamín, cuando ofició su primera misa en 1827 concelebraron con él sus hermanos mayores. Su lema fue «hacer todo para todos». Lejos de un activismo estéril, como el eje vertebral de su existencia era Cristo al que ardientemente deseaba asemejarse, y lo que hacía estaba revestido de fe y confianza en Él, cosechó abundantes frutos. «Quiero ser fiel a Cristo, estar dedicado plenamente a él en mi caminar hacia el cielo, y conseguir hacer de mi vida copia de la suya». Oraba sin descanso y se postraba ante el Santísimo; era su alimento junto a la Eucaristía. Fue un hombre devoto. El rezo del rosario, la celebración del via crucis y otras prácticas de piedad formaban parte de su quehacer.

Creció siendo testigo de diversas penalidades que recayeron sobre su país. El tifus, la viruela y una pertinaz sequía regaron las calles de huérfanos. Por tanto, el hambre y la miseria eran bien conocidas por él. A la vista de tantas calamidades su preferencia por los pobres, enfermos y abandonados se acrecentó. Y antes de ser ordenado sacerdote se implicó en acciones encaminadas a socorrerlos. Además, había colaborado con el Oratorio de san Felipe Neri, al que admiraba profundamente. Como otros santos veía a Cristo en los desfavorecidos y afectados por el drama humano: «Los pobres y los enfermos son nuestros patronos y hacen presente la persona misma de Jesús».Con visible espíritu evangélico luchó por ellos en esos tiempos de crisis, al frente del orfanato para niñas impulsado por su hermano Carlo del que era director auxiliar desde 1829. Su respuesta ante la penuria económica fue lanzarse a la calle; él mismo se había despojado antes de sus bienes para asistir a los que sufrían carencias. Lleno de fe reclamó asistencia y obtuvo los medios precisos para adquirir un edificio. Pero la repercusión de esta admirable labor entre los necesitados fue tan exitosa que enseguida requirieron mayor espacio para albergar a los que no tenían cobijo. Eso suponía que debían hacer acopio de nuevos recursos para costear la obra, de modo que, mientras coordinaba y trabajaba en la construcción de la casa, continuó pidiendo ayuda. En 1836 quedó culminado el edificio denominado Casa para los Desposeídos. Coincidió que ese mismo año la región sufrió la epidemia de cólera y el centro fue el único que pudo acoger a los damnificados.

Un grupo de maestras compartían con él la misma vocación de favorecer a los pobres y abandonados. Su caritativo testimonio movió los corazones de estas nueve profesionales de la enseñanza y fueron el pilar de la congregación de Hermanas de la Divina Providencia que fundó en 1837. Tenía como objetivo la atención espiritual y humana de niñas, a las que proporcionaron, junto a la formación cristiana, recursos prácticos para su devenir enseñándoles el oficio de costurera. Sobre todo, quería que las trataran con amor, ese que la vida les había hurtado. Puesta bajo el amparo de san Cayetano, la obra bebía de la espiritualidad del oratorio fundado por san Felipe Neri. Precisamente en 1846 Luigi pasó a formar parte del mismo, movido por una serie de circunstancias y de la historia misma, ya que su ideal de pobreza había sido el de san Francisco de Asís. En 1854 fundó la Casa de Rescate para jóvenes abandonadas y en 1856 fue nombrado preboste de la comunidad. Las autoridades cerraron el oratorio, pero él siguió siendo fiel a san Felipe. En 1857 impulsó la escuela y centro de alojamiento para sordomudas que se mantuvo activa quince años. También abrió una Casa de Providencia destinada a las jóvenes que habiendo terminado sus estudios estaban desempleadas. Esta intensa actividad la compaginaba trabajando en los hospitales donde atendía a los enfermos y a los pobres. No se olvidó de los seminaristas y sacerdotes que vivían en la pobreza, a quienes proporcionó ayuda espiritual y material. Todo lo hizo con ejemplar sencillez, humildad y caridad, sintiéndose en manos de la providencia, bajo cuyo amparo puso la fundación. Conocía el valor del esfuerzo, de la perseverancia en la lucha, especialmente en medio de los contratiempos. Nada ni nadie podía inducirles al desaliento si tenían presente, como él, que lo hacían por Jesús. Denostó la vanidad, la prepotencia, la hipocresía y lo superficial.

El anticlericalismo recalcitrante llevó consigo el cierre de casas y el cese de actividades de muchos grupos. Clausuraron su oratorio y con él desaparecieron los recursos parroquiales. Sin embargo, este hombre humilde, generoso, diligente, dócil y caritativo que vivía a expensas de la voluntad divina, siempre presto a cumplirla, consiguió mantener a resguardo el resto de sus fundaciones. En todas las penalidades que se le presentaron actuó con heroica paciencia. Profetizó: «Voy a abrir doce casas antes de morir» y así fue. A punto de entregar su alma a Dios, vaticinó: «Después de mi muerte, vuestra congregación sufrirá muchas tribulaciones, pero después renacerá a una vida nueva. ¡Caridad! ¡caridad! Este es el espíritu de vuestra familia religiosa: salvar las almas y salvarlas con la caridad». Falleció después de pronunciar esas palabras en Udine el 3 de abril de 1884. Conoció en vida el auge de sus fundaciones y la aprobación de su congregación efectuada por Pío IX en 1871. Juan Pablo II lo beatificó el 4 de octubre de 1981, y lo canonizó el 10 de junio de 2001.

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Documentación


Mujeres y jóvenes: testigos de la Resurrección
El papa reanuda las catequesis por el Año de la fe

Por Francisco papa

CIUDAD DEL VATICANO, 03 de abril de 2013 (Zenit.org) - En su segunda Audiencia general, desarrollada en una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles, el santo padre Francisco ha reanudado las catequesis por el Año de la Fe, iniciadas por su predecesor Benedicto XVI. La ocasión ha sido propicia para que explicara la fuerza del mensaje que contiene el artículo de fe sobre la resurrección de Cristo. Ofrecemos a nuestros lectores el texto íntegro del papa.

***** 

Queridos hermanos y hermanas:

¡Buenos días!

Hoy reanudamos las catequesis del Año de la Fe. En el Credo repetimos esta frase: "El tercer día resucitó según las Escrituras". Es propiamente el evento que estamos celebrando: la Resurrección de Jesús, el centro del mensaje cristiano, que ha resonado desde el principio y ha sido transmitido a fin de que llegue hasta nosotros. San Pablo escribe a los cristianos de Corinto: "Les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce" (1 Cor. 15,3-5).

Esta breve confesión de fe proclama el misterio pascual mismo, con las primeras apariciones del Resucitado a Pedro y a los Doce: La muerte y la resurrección de Jesús son el corazón de nuestra esperanza. Sin esta fe en la muerte y en la resurrección de Jesús, nuestra esperanza será débil, incluso no habrá ninguna esperanza, porque solo la muerte y resurrección de Jesús son el corazón de nuestra esperanza. El apóstol dice: "Si Cristo no resucitó, su fe es vana; permanecen aún en sus pecados" (v. 17).

Por desgracia, a menudo se ha tratado de ocultar la fe en la resurrección de Jesús, e incluso entre los propios creyentes se han deslizado dudas. Un poco esa fe de "agua de rosas", como se dice, que no es la fe fuerte. Y esto debido a la superficialidad, a veces a la indiferencia, ocupados por miles de cosas que se consideran más importantes que la fe, o por una visión puramente horizontal de la vida. Pero es la misma Resurrección la que nos abre a una mayor esperanza, porque abre nuestra vida y la vida del mundo al futuro eterno de Dios, a la felicidad plena, a la certeza de que el mal, el pecado, la muerte pueden ser vencidos. Y esto nos lleva a vivir con más confianza las realidades cotidianas, afrontarlas con valentía y con compromiso. La resurrección de Cristo ilumina con una luz nueva de estas realidades cotidianas. ¡La resurrección de Cristo es nuestra fuerza!

Pero, ¿cómo se ha transmitido la verdad de la fe en la resurrección de Cristo? Hay dos tipos de evidencias en el Nuevo Testamento: algunas tienen la forma de profesión de fe, es decir, fórmulas sintéticas que indican el centro de la fe; mientras que otras tienen la forma de un relato de la Resurrección y de los eventos relacionados a la misma.

La primera, la forma de la profesión de fe, por ejemplo, es aquella que acabamos de escuchar, o la de la Carta a los Romanos en la que san Pablo escribe: "Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo" (10,9). Desde el comienzo de la Iglesia es clara y firme la fe en el misterio de la muerte y resurrección de Jesús.

Hoy, sin embargo, quisiera centrarme en la segunda, en los testimonios en forma de un relato, que encontramos en los evangelios. En primer lugar observamos que los primeros testigos de este evento fueron mujeres. Al amanecer, van al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús, y encontraron al primer signo: el sepulcro vacío (cf. Mc. 16,1). Esto es seguido por un encuentro con un mensajero de Dios que anuncia: Jesús de Nazaret, el crucificado, no está aquí, ha resucitado (cf. vv 5-6.). Las mujeres se sienten impulsadas por el amor y saben cómo acoger este anuncio con fe: creen, y de inmediato lo transmiten; no lo retienen para sí mismas, sino que lo transmiten. La alegría de saber que Jesús está vivo, la esperanza que llena su corazón, no se pueden contener.

Esto también debería suceder en nuestras vidas. ¡Sintamos la alegría de ser cristianos! ¡Creemos en un Resucitado que ha vencido el mal y la muerte! ¡Tengamos el valor de "salir" para llevar esta alegría y esta luz a todos los lugares de nuestra vida! La resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza; ¡es el tesoro más preciado! ¿Cómo no compartir con otros este tesoro, esta certeza? No es solo para nosotros, es para transmitirlo, para dárselo a los demás, compartirlo con los demás. Es nuestro propio testimonio.

Otro elemento. En las profesiones de fe del Nuevo Testamento, como testigos de la Resurrección se recuerda solo a los hombres, a los Apóstoles, pero no a las mujeres. Esto se debe a que, de acuerdo con la ley judía de la época, las mujeres y los niños no podían dar un testimonio fiable, creíble. En los evangelios, sin embargo, las mujeres tienen un papel primordial, fundamental. Aquí podemos ver un elemento a favor de la historicidad de la resurrección: si se tratara de un hecho inventado, en el contexto de aquel tiempo, no hubiera estado ligado al testimonio de las mujeres. Los evangelistas sin embargo, narran simplemente lo que sucedió: las mujeres son las primeras testigos.

Esto nos dice que Dios no escoge según los criterios humanos: los primeros testigos del nacimiento de Jesús son los pastores, gente sencilla y humilde; los primeros testigos de la resurrección son las mujeres. Y esto es hermoso. ¡Y esto es un poco la misión de las madres, de las mujeres! Dar testimonio a sus hijos, a sus nietos, que Jesús está vivo, que es la vida, que resucitó.

¡Mamás y mujeres, adelante con este testimonio! Para Dios cuenta el corazón, el cuánto estamos abiertos a Él, si acaso somos como niños que se confían.

Pero esto también nos hace reflexionar sobre cómo las mujeres, en la Iglesia y en el camino de la fe, han tenido y tienen también hoy un rol especial en la apertura de las puertas al Señor, en el seguirlo y en el comunicar su Rostro, porque la mirada de la fe tiene siempre la necesidad de la mirada simple y profunda del amor. A los Apóstoles y a los discípulos les resulta más difícil creer. A las mujeres no. Pedro corre a la tumba, pero se detiene ante la tumba vacía; Tomás debe tocar con sus manos las heridas del cuerpo de Jesús. También en nuestro camino de fe es importante saber y sentir que Dios nos ama, no tener miedo de amarlo: la fe se confiesa con la boca y con el corazón, con la palabra y con el amor.

Después de las apariciones a las mujeres, les siguen otras: Jesús se hace presente de un modo nuevo: es el Crucificado, pero su cuerpo es glorioso; no ha vuelto a la vida terrenal, sino que lo hace en una condición nueva. Al principio no lo reconocen, y solo a través de sus palabras y sus gestos sus ojos se abren: el encuentro con Cristo resucitado transforma, da nuevo vigor a la fe, un fundamento inquebrantable. Incluso para nosotros, hay muchos indicios de que el Señor resucitado se da a conocer: la Sagrada Escritura, la Eucaristía y los demás sacramentos, la caridad, los gestos de amor que llevan un rayo del Resucitado.

Dejémonos iluminar por la Resurrección de Cristo, dejémonos transformar por su fuerza, para que también a través de nosotros en el mundo, los signos de la muerte den paso a los signos de la vida.

He visto que hay muchos jóvenes en la plaza. A ustedes les digo: lleven esta certeza: el Señor está vivo y camina con nosotros en la vida. ¡Esta es su misión! Lleven adelante esta esperanza: este ancla que está en los cielos; mantengan fuerte la cuerda, manténganse anclados y lleven la esperanza. Ustedes, testigos de Jesús, den testimonio de que Jesús está vivo y esto nos dará esperanza, dará esperanza a este mundo un poco envejecido por las guerras, por el mal, por el pecado. ¡Adelante, jóvenes!

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

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