5.04.13

Escrache. No me parece mal

A las 10:00 AM, por Jorge
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Las palabras se ponen de moda y de repente tenemos que a pilar vocabulario. Desde hace unos días venimos escuchando la palabra “escrache” que, de origen argentino, designa las acciones no violentas de acoso a políticos ante leyes que se sienten injustas.

Desde hace días lo tenemos en España protagonizado por los afectados por las hipotecas que acuden a los domicilios particulares de nuestros políticos exigiendo una solución para un grave problema que afecta a tantísimas familias.

Sé que es un incordio y que posiblemente hay límites que se están sobrepasando. Sin embargo, he de decir que no solo lo comprendo, sino que hasta me parece bien. Me explico y que nadie se asuste.

Cada vez que hojeo un diario, lo primero que salta a mi vista son varias páginas que dan cuenta de innumerables casos de corrupción protagonizados por todo bicho viviente, de forma especial, políticos. Partiendo de la presunción de inocencia que Dios me libre de otra cosa, el mal olor de extiende por toda la geografía patria. La familia real, políticos de todos los signos, ERES andaluces, Gurtel, Palmarena, Noós, comisiones de las ITV, paraísos fiscales, Bárcenas, plan E, aeropuertos fantasmas, jubilaciones súper millonarias, bancos rescatados con presidentes con retiro de lujo, dineros en colchones.

Mientras, los españolitos se van viendo cada vez con menor poder adquisitivo, el paro sube, las prestaciones sociales bajan y la casta política y de elite dirigente de este país aparentemente tan feliz. Da igual algunos banqueros, políticos, sindicalistas… Todo el mundo a meter mano a la caja común y vamos a apretarnos el cinturón que no llega para todo.

La solución que nos dan es votar cada cuatro años y si acaso meternos en iniciativas populares, prácticamente imposibles, o en denunciar ante la justicia, que para un particular es prácticamente imposible. Vamos, que queda el aguantarse, porque nos parece que cambian los gobiernos pero no pasa nada, entre ellos se guardan y se indultan y todos tan felices. Hoy por ti, mañana por mí.

Los españoles somos gente que estamos acostumbrados a aguantar lo que nos echen. Lo saben, por eso aquí no sólo no cambia nada, sino que estamos yendo a peor. Cojan cualquier periódico, miren cualquier telediario: la mitad, corrupciones. Pero ni entra nadie en la cárcel (alguno para disimular) ni devuelven el dinero. Mientras, ni urgencias, copago de medicamentos, menos becas, recortes sociales y la impresión de que cada vez peor.

Ya va siendo hora de que se den cuenta de que la gente esta en el límite y que se echa a la calle. Y si no se ve arreglo no es extraño que lo hagan saltándose lo que sea menester. Es algo muy peligroso, pero me temo que acabará siendo inevitable.

¿Y los católicos, tenemos algo que hacer? Un servidor pediría a los obispos gestos mucho más contundentes: desde más documentos a recordar la doctrina por ejemplo sobre acercarse a los sacramentos. Es insufrible ver en misa y en puestos de honor en actos religiosos a políticos no digo imputados, sino procesados e inhabilitados por corrupción.

Una situación económica calamitosa, la corrupción que alcanza a todos los niveles sociales, la vida que no es respetada, la familia por los suelos, la educación en estado catatónico, la iglesia atacada sin nadie que la defienda. A lo mejor tenemos que ser los católicos los que nos dediquemos al escrache. Y no digo yo que no haya que hacerlo.