ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 07 de abril de 2013

La frase del día

¡Si derribas el muro/ qué gozo en todas partes!/ ¡Qué lazo de palabras/ se sentirá en la tierra!/ Y todo será nuevo,/ como recién nacido.../ Si derribas el muro/ de todas las mentiras,/ ¡qué júbilo de amor/ abierto sobre el mundo!/ ¡Qué horizonte sin nubes/ en la curva del cielo!

Ernestina de Champourcin, poeta (Vitoria, 1905 - Madrid, 1999)

 


Francisco papa

Jesús no abandona al terco Tomás en su incredulidad
Homilía del papa Francisco en la misa de asunción de la cátedra de Roma

Francisco tomó posesión de la catedral de Roma
Emocionante ceremonia en la basílica de San Juan de Letrán

El papa Francisco, un apóstol de la misericordia

Jesús como con Tomás, tiene paciencia con nosotros
Homilía del papa Francisco en la misa de posesión de la catedral de Roma

¡Tengamos más coraje de dar testimonio en Cristo Resucitado!
Invitación del papa Francisco durante el Regina Coeli ante una plaza de San Pedro repleta

Mirada al mundo

Córdoba celebra ya al nuevo beato Cristóbal de Santa Catalina
Cinco mil personas asistieron a la ceremonia de beatificación en la catedral

El pueblo masai denuncia la expulsión de sus tierras para que los turistas puedan ir de safari
El gobierno anuncia que desplazará a miles de familias para dejar terreno a la caza de leones y leopardos

Bioética

Piden la derogación de la actual ley de aborto en España
Manifestaciones en varias ciudades con el apoyo de 496 organizaciones en favor de la vida

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Juan Bautista de la Salle
«Patrono de los educadores cristianos»

Entrevistas

Este es el domingo de la Divina Misericordia
Entrevista a H.Dumont, exponente de los Servidores de la Misericordia


Francisco papa


Jesús no abandona al terco Tomás en su incredulidad
Homilía del papa Francisco en la misa de asunción de la cátedra de Roma

Por Redacción

ROMA, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos las palabras del papa en la homilía de la misa en San Juan de Letrán, en la que tuvo lugar la ceremonia de toma de posesión de la cátedra del obispo de Roma.

*****

Queridos hermanos y hermanas:

Con gran alegría celebro por primera vez la Eucaristía en esta Basílica Lateranense, catedral del Obispo de Roma. Saludo con sumo afecto al cardenal vicario, a los obispos auxiliares, al presbiterio diocesano, a los diáconos, a las religiosas y religiosos y a todos los fieles laicos.

Caminemos juntos a la luz del Señor resucitado. Celebramos hoy el segundo domingo de pascua, también llamado «de la Divina Misericordia». Qué hermosa es esta realidad de fe para nuestra vida: la misericordia de Dios. Un amor tan grande, tan profundo el que Dios nos tiene, un amor que no decae, que siempre aferra nuestra mano y nos sostiene, nos levanta, nos guía.

En el Evangelio de hoy, el apóstol Tomás experimenta precisamente esta misericordia de Dios, que tiene un rostro concreto, el de Jesús, el de Jesús resucitado. Tomás no se fía de lo que dicen los otros apóstoles: «Hemos visto el Señor»; no le basta la promesa de Jesús, que había anunciado: el tercer día resucitaré.

Quiere ver, quiere meter su mano en la señal de los clavos y del costado. ¿Cuál es la reacción de Jesús? La paciencia: Jesús no abandona al terco Tomás en su incredulidad; le da una semana de tiempo, no le cierra la puerta, espera. Y Tomás reconoce su propia pobreza, la poca fe: «Señor mío y Dios mío»: con esta invocación simple, pero llena de fe, responde a la paciencia de Jesús. Se deja envolver por la misericordia divina, la ve ante sí, en las heridas de las manos y de los pies, en el costado abierto, y recobra la confianza: es un hombre nuevo, ya no es incrédulo sino creyente.

Y recordemos también a Pedro: que tres veces reniega de Jesús precisamente cuando debía estar más cerca de él; y cuando toca el fondo encuentra la mirada de Jesús que, con paciencia, sin palabras, le dice: «Pedro, no tengas miedo de tu debilidad, confía en mí»; y Pedro comprende, siente la mirada de amor de Jesús y llora. Qué hermosa es esta mirada de Jesús, cuánta ternura.

Hermanos y hermanas, no perdamos nunca la confianza en la paciente misericordia de Dios. Pensemos en los dos discípulos de Emaús: el rostro triste, un caminar errante, sin esperanza. Pero Jesús no les abandona: recorre a su lado el camino, y no sólo. Con paciencia explica las Escrituras que se referían a Él y se detiene a compartir con ellos la comida.

Éste es el estilo de Dios: no es impaciente como nosotros, que frecuentemente queremos todo y enseguida, también con las personas. Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar. Recordémoslo en nuestra vida de cristianos: Dios nos espera siempre, aun cuando nos hayamos alejado. Él no está nunca lejos, y si volvemos a Él, está preparado para abrazarnos.

A mí me produce siempre una gran impresión releer la parábola del Padre misericordioso, me impresiona porque me infunde siempre una gran esperanza. Pensad en aquel hijo menor que estaba en la casa del Padre, era amado; y aun así quiere su parte de la herencia. Se va, lo gasta todo, llega al nivel más bajo, muy lejos del Padre; y cuando ha tocado fondo, siente la nostalgia del calor de la casa paterna y vuelve.

¿Y el Padre? ¿Había olvidado al Hijo? No, nunca. Está allí, lo ve desde lejos, lo estaba esperando cada día, cada momento: ha estado siempre en su corazón como hijo, incluso cuando lo había abandonado, incluso cuando había dilapidado todo el patrimonio, es decir su libertad; el Padre con paciencia y amor, con esperanza y misericordia no había dejado ni un momento de pensar en él, y en cuanto lo ve, todavía lejano, corre a su encuentro y lo abraza con ternura, la ternura de Dios, sin una palabra de reproche: Ha vuelto. Esa es la alegría del padre, en el abrazo del hijo está toda la alegría.

Dios siempre nos espera, no se cansa. Jesús nos muestra esta paciencia misericordiosa de Dios para que recobremos la confianza, la esperanza, siempre. Romano Guardini decía que Dios responde a nuestra debilidad con su paciencia y éste es el motivo de nuestra confianza, de nuestra esperanza.

Es como un diálogo entre nuestra debilidad y la paciencia de Dios. Si existe este diálogo hay esperanza.

Quisiera subrayar otro elemento: la paciencia de Dios debe encontrar en nosotros la valentía de volver a Él, sea cual sea el error, sea cual sea el pecado que haya en nuestra vida. Jesús invita a Tomás a meter su mano en las llagas de sus manos y de sus pies y en la herida de su costado.

También nosotros podemos entrar en las llagas de Jesús, podemos tocarlo realmente; y esto ocurre cada vez que recibimos los sacramentos. San Bernardo, en una bella homilía, dice: «A través de estas hendiduras, puedo libar miel silvestre y aceite de rocas de pedernal, es decir, puedo gustar y ver qué bueno es el Señor».

Es precisamente en las heridas de Jesús que nosotros estamos seguros, ahí se manifiesta el amor inmenso de su corazón. Tomás lo había entendido. San Bernardo se pregunta: ¿En qué puedo poner mi confianza? ¿En mis méritos? Pero «mi único mérito es la misericordia de Dios. No seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en misericordia. Y, porque la misericordia del Señor es mucha, muchos son también mis méritos». Esto es importante: el coraje de confiarme a la misericordia de Jesús, de confiar en su paciencia, de refugiarme siempre en las heridas de su amor.

San Bernardo llega a afirmar: «Y, aunque tengo conciencia de mis muchos pecados, si abundó el pecado, más desbordante fue la gracia». Tal vez alguno pudiese pensar: mi pecado es tan grande, mi lejanía de Dios es como la del hijo menor de la parábola, mi incredulidad es como la de Tomás; no tengo las agallas para volver, para pensar que Dios pueda acogerme y que me esté esperando precisamente a mí. Pero Dios te espera precisamente a ti, te pide sólo el coraje de regresar a Él.

Cuántas veces en mi ministerio pastoral me han repetido: «Padre, tengo muchos pecados»; y la invitación que he hecho siempre es: «No temas, ve con Él, te está esperando, Él hará todo». Cuántas propuestas mundanas sentimos a nuestro alrededor. Dejémonos sin embargo aferrar por la propuesta de Dios, la suya es una caricia de amor. Para Dios no somos números, somos importantes, más aún, somos lo más importante que tiene; aun siendo pecadores, somos lo que más le importa.

Adán después del pecado sintió vergüenza, se ve desnudo, siente el peso de lo que ha hecho; y sin embargo Dios no lo abandona: si en ese momento, con el pecado, inicia nuestro exilio de Dios, hay ya una promesa de vuelta, la posibilidad de volver a Él. Dios pregunta enseguida: «Adán, ¿dónde estás?», lo busca. Jesús quedó desnudo por nosotros, cargó con la vergüenza de Adán, con la desnudez de su pecado para lavar nuestro pecado: sus llagas nos han curado.

Acordáos de lo de san Pablo: ¿De qué me puedo enorgullecer sino de mis debilidades, de mi pobreza? Precisamente sintiendo mi pecado, mirando mi pecado, yo puedo ver y encontrar la misericordia de Dios, su amor, e ir hacia Él para recibir su perdón.

En mi vida personal, he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su paciencia; he visto también en muchas personas el coraje de entrar en las llagas de Jesús, diciéndole: Señor estoy aquí, acepta mi pobreza, esconde en tus llagas mi pecado, lávalo con tu sangre. Y he visto siempre que Dios lo ha hecho, ha acogido, consolado, lavado, amado.

Queridos hermanos y hermanas, dejémonos cubrir por la misericordia de Dios; confiemos en su paciencia que siempre nos concede tiempo; tengamos el valor de volver a su casa, de habitar en las heridas de su amor dejando que Él nos ame, de encontrar su misericordia en los sacramentos. Sentiremos su ternura,tan bella, sentiremos su abrazo y seremos también nosotros más capaces de misericordia, de paciencia, de perdón y de amor.

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Francisco tomó posesión de la catedral de Roma
Emocionante ceremonia en la basílica de San Juan de Letrán

Por H. Sergio Mora

ROMA, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - San Juan de Letrán es la primera y más antigua de las cuatro basílicas pontificias, junto con San Pedro, Santa María la Mayor y San Pablo extra muros. Todas ellas extraterritoriales, o sea bajo la jurisdicción del Vaticano.

Es la catedral de la diócesis de Roma, la sede del obispo de la ciudad, la primera que contuvo la inscripción 'Vicario de Cristo'. En ella está la cátedra papal, de la que Francisco hoy ha tomado posesión en cuanto obispo de Roma, a menos de un mes de haber sido elegido papa.

De la primitiva iglesia queda muy poco. El primer edificio nace en seguida después del edicto de Milán, cuando el emperador Constantino otorga la libertad religiosa en el Imperio Romano. Le sigue una reconstrucción en el siglo X, la sucesiva debida al incendio de 1360 y las diversas transformaciones durante los siglos.

Poco antes del inicio de la ceremonia el papa participó junto al alcalde de Roma, Gianni Alemanno, a la titulación de la 'Plaza Juan Pablo II' el área contigua a la basílica que contiene uno de los varios obeliscos egipcios de la capital italiana.

En el atrio de la basílica de 'San Giovanni in Laterano', como indica la ceremonia en la que un obispo toma posesión de una basílica, Francisco besó la cruz, hizo un señal de la cruz en su frente y sobre la del cardenal Agostino Vallini, su vicario para Roma. 

Cuando Francisco entró en la catedral de Roma con el bastón pastoral y la mitra, el coro entonó con vigor 'Aclamen todos ustedes al Señor en la Tierra', dando así inicio a la ceremonia de toma de posesión y a la sucesiva liturgia.

Tras incensar el altar, el papa se acercó al ápside de la catedral, en la que se encuentra el antiguo trono de mármol blanco con adornos cosmatianos, en el que tomó asiento.

El cardenal Vallini, le dijo: “La santa Iglesia hoy exulta de alegría en el Señor al acoger a su obispo, el sucesor del apóstol Pedro que toma posesión de su cátedra. Este es el lugar elegido y bendecido en el cual -con fidelidad durante el correr de lo siglos- la roca sobre la cual está fundada la Iglesia confirma en la verdad de la fe a todos los hermanos”.

El papa saludó a diversas autoridades eclesiásticas pasando por religiosos y concluyéndolos conuna familia italiana.

A continuación, con el Kyrie, inició la misa, con las lecturas y le siguió la homilía. 

En la misma Francisco recordó la misericordia y paciencia de Dios. Y como "Jesús no abandonó al terco Tomás en su incredulidad", quien quiere ver y meter su mano en la señal de los clavos y del costado. ¿Cuál es la reacción de Jesús? se preguntó el papa, y respondió: ¡La paciencia!

Y a Pedro, que tres veces renegó a Jesús, con paciencia, sin palabras, le dice: Pedro, no tengas miedo de tu debilidad, confía en mí. Recordó también la parábola del Padre misericordioso, que abraza al hijo pródigo con ternura, la ternura de Dios, sin una palabra de reproche. Y a Adán que después del pecado sintió vergüenza, y como Jesús quedó desnudo por nosotros, y cargó con la vergüenza de Adán.

Por ello concluyó el papa, “la paciencia de Dios debe encontrar en nosotros la valentía de volver a Él, sea cual sea el error, sea cual sea el pecado que haya en la vida”. Y como Tomás “también nosotros podemos entrar en las llagas de Jesús, podemos tocarlo realmente; y esto ocurre cada vez que recibimos los sacramentos”. E invitó a entrar en las llagas de Jesús, diciéndole: “Señor estoy aquí, acepta mi pobreza, esconde en tus llagas mi pecado, lávalo con tu sangre”.

(Ver texto de la homilía completo).

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El papa Francisco, un apóstol de la misericordia

Por Iván de Vargas

MADRID, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - El lema del papa Francisco, Miserando atque eligendo, es un homenaje a la misericordia divina. Ciertamente, esta expresión reviste un significado particular en la vida y en el itinerario espiritual del santo padre. 

En 1953, a la edad de 17 años, el joven Jorge Mario Bergoglio experimenta, de un modo del todo particular, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después de una confesión, siente su corazón tocado y advierte la llegada de la misericordia de Dios, que, con mirada de tierno amor, le llama a la vida religiosa a ejemplo de san Ignacio de Loyola.

Una vez elegido obispo, el religioso jesuita, en recuerdo de tal acontecimiento, que marca los inicios de su total consagración a Dios en Su Iglesia, decide elegir, como lema y programa de vida, el citado enunciado de San Beda "lo miró con misericordia y lo eligió", que también ha querido reproducir en su escudo pontificio.

Para el nuevo papa, la misericordia de Dios es el mensaje "más fuerte" y una idea central de su pensamiento.

Al ser creado cardenal por el papa Juan Pablo II, monseñor Bergoglio dice: "Sólo alguien que ha encontrado la misericordia, que ha sido acariciado por la misericordia, está feliz y cómodo con el Señor". 

Además, el entonces purpurado argentino acude anualmente al santuario de Villa Urquiza, en Buenos Aires, para celebrar la fiesta patronal en honor de Jesús Misericordioso. Asimismo, no falta a su cita con la Caravana Nacional de la Divina Misericordia.

Siendo arzobispo de Buenos Aires, tiene también una importante intervención en el Primer Congreso Apostólico Mundial de la Divina Misericordia, celebrado en el año 2008 en Roma. 
Quienes le conocen bien aseguran que el padre Bergoglio siempre recomienda a sus sacerdotes misericordia, valentía apostólica y puertas abiertas a todos.

Tras su elección como sucesor de Pedro, todavía resuenan con fuerza las palabras del papa Francisco en la pequeña iglesia parroquial de Santa Ana: "La misericordia cambia el mundo, hace al mundo menos frío y más justo. El rostro de Dios es el rostro de la misericordia, que siempre tiene paciencia. [...] Dios nunca se cansa de perdonarnos. El problema es que nosotros nos cansamos de pedirle perdón. ¡No nos cansemos nunca! Él es el padre amoroso que siempre perdona, que tiene misericordia con todos nosotros".

En el reciente pregón pascual, la invitación del santo padre es clara: "Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta misericordia".

Por tanto, no es de extrañar que el pontífice haya elegido, para tomar posesión de la Cátedra como Obispo de Roma, el segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia.

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Jesús como con Tomás, tiene paciencia con nosotros
Homilía del papa Francisco en la misa de posesión de la catedral de Roma

Por Redacción

ROMA, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - Queridos hermanos y hermanas:

Con gran alegría celebro por primera vez la Eucaristía en esta Basílica Lateranense, catedral del Obispo de Roma. Saludo con sumo afecto al cardenal vicario, a los obispos auxiliares, al presbiterio diocesano, a los diáconos, a las religiosas y religiosos y a todos los fieles laicos. (Aquí nombró también a la familia que le saludó).

Caminemos juntos a la luz del Señor resucitado. Celebramos hoy el segundo domingo de pascua, también llamado «de la Divina Misericordia». Qué hermosa es esta realidad de fe para nuestra vida: la misericordia de Dios. Un amor tan grande, tan profundo el que Dios nos tiene, un amor que no decae, que siempre aferra nuestra mano y nos sostiene, nos levanta, nos guía.

En el Evangelio de hoy, el apóstol Tomás experimenta precisamente esta misericordia de Dios, que tiene un rostro concreto, el de Jesús, el de Jesús resucitado. Tomás no se fía de lo que dicen los otros apóstoles: «Hemos visto el Señor»; no le basta la promesa de Jesús, que había anunciado: el tercer día resucitaré.

Quiere ver, quiere meter su mano en la señal de los clavos y del costado. ¿Cuál es la reacción de Jesús? La paciencia: Jesús no abandona al terco Tomás en su incredulidad; le da una semana de tiempo, no le cierra la puerta, espera. Y Tomás reconoce su propia pobreza, la poca fe: «Señor mío y Dios mío»: con esta invocación simple, pero llena de fe, responde a la paciencia de Jesús. Se deja envolver por la misericordia divina, la ve ante sí, en las heridas de las manos y de los pies, en el costado abierto, y recobra la confianza: es un hombre nuevo, ya no es incrédulo sino creyente.

Y recordemos también a Pedro: que tres veces reniega de Jesús precisamente cuando debía estar más cerca de él; y cuando toca el fondo encuentra la mirada de Jesús que, con paciencia, sin palabras, le dice: «Pedro, no tengas miedo de tu debilidad, confía en mí»; y Pedro comprende, siente la mirada de amor de Jesús y llora. Qué hermosa es esta mirada de Jesús, cuánta ternura.

Hermanos y hermanas, no perdamos nunca la confianza en la paciente misericordia de Dios. Pensemos en los dos discípulos de Emaús: el rostro triste, un caminar errante, sin esperanza. Pero Jesús no les abandona: recorre a su lado el camino, y no sólo. Con paciencia explica las Escrituras que se referían a Él y se detiene a compartir con ellos la comida.

Éste es el estilo de Dios: no es impaciente como nosotros, que frecuentemente queremos todo y enseguida, también con las personas. Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar. Recordémoslo en nuestra vida de cristianos: Dios nos espera siempre, aun cuando nos hayamos alejado. Él no está nunca lejos, y si volvemos a Él, está preparado para abrazarnos.

A mí me produce siempre una gran impresión releer la parábola del Padre misericordioso, me impresiona porque me infunde siempre una gran esperanza. Pensad en aquel hijo menor que estaba en la casa del Padre, era amado; y aun así quiere su parte de la herencia. Se va, lo gasta todo, llega al nivel más bajo, muy lejos del Padre; y cuando ha tocado fondo, siente la nostalgia del calor de la casa paterna y vuelve.

¿Y el Padre? ¿Había olvidado al Hijo? No, nunca. Está allí, lo ve desde lejos, lo estaba esperando cada día, cada momento: ha estado siempre en su corazón como hijo, incluso cuando lo había abandonado, incluso cuando había dilapidado todo el patrimonio, es decir su libertad; el Padre con paciencia y amor, con esperanza y misericordia no había dejado ni un momento de pensar en él, y en cuanto lo ve, todavía lejano, corre a su encuentro y lo abraza con ternura, la ternura de Dios, sin una palabra de reproche: Ha vuelto.Esa es la alegría del padre, en el abrazo del hijo está toda la alegría.

Dios siempre nos espera, no se cansa. Jesús nos muestra esta paciencia misericordiosa de Dios para que recobremos la confianza, la esperanza, siempre. Romano Guardini decía que Dios responde a nuestra debilidad con su paciencia y éste es el motivo de nuestra confianza, de nuestra esperanza. Es como un diálogo entre nuestra debilidad y la paciencia de Dios. Si está este diálogo hay esperanza.

Quisiera subrayar otro elemento: la paciencia de Dios debe encontrar en nosotros la valentía de volver a Él, sea cual sea el error, sea cual sea el pecado que haya en nuestra vida. Jesús invita a Tomás a meter su mano en las llagas de sus manos y de sus pies y en la herida de su costado.

También nosotros podemos entrar en las llagas de Jesús, podemos tocarlo realmente; y esto ocurre cada vez que recibimos los sacramentos. San Bernardo, en una bella homilía, dice: «A través de estas hendiduras, puedo libar miel silvestre y aceite de rocas de pedernal, es decir, puedo gustar y ver qué bueno es el Señor».

Es precisamente en las heridas de Jesús que nosotros estamos seguros, ahí se manifiesta el amor inmenso de su corazón. Tomás lo había entendido. San Bernardo se pregunta: ¿En qué puedo poner mi confianza? ¿En mis méritos? Pero «mi único mérito es la misericordia de Dios. No seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en misericordia. Y, porque la misericordia del Señor es mucha, muchos son también mis méritos». Esto es importante: el coraje de confiarme a la misericordia de Jesús, de confiar en su paciencia, de refugiarme siempre en las heridas de su amor.

San Bernardo llega a afirmar: «Y, aunque tengo conciencia de mis muchos pecados, si abundó el pecado, más desbordante fue la gracia». Tal vez alguno pudiese pensar: mi pecado es tan grande, mi lejanía de Dios es como la del hijo menor de la parábola, mi incredulidad es como la de Tomás; no tengo las agallas para volver, para pensar que Dios pueda acogerme y que me esté esperando precisamente a mí. Pero Dios te espera precisamente a ti, te pide sólo el coraje de regresar a Él.

Cuántas veces en mi ministerio pastoral me han repetido: «Padre, tengo muchos pecados»; y la invitación que he hecho siempre es: «No temas, ve con Él, te está esperando, Él hará todo». Cuántas propuestas mundanas sentimos a nuestro alrededor. Dejémonos sin embargo aferrar por la propuesta de Dios, la suya es una caricia de amor. Para Dios no somos números, somos importantes, más aún, somos lo más importante que tiene; aun siendo pecadores, somos lo que más le importa.

Adán después del pecado sintió vergüenza, se ve desnudo, siente el peso de lo que ha hecho; y sin embargo Dios no lo abandona: si en ese momento, con el pecado, inicia nuestro exilio de Dios, hay ya una promesa de vuelta, la posibilidad de volver a Él. Dios pregunta enseguida: «Adán, ¿dónde estás?», lo busca. Jesús quedó desnudo por nosotros, cargó con la vergüenza de Adán, con la desnudez de su pecado para lavar nuestro pecado: sus llagas nos han curado.

Acordaos de lo de san Pablo: ¿De qué me puedo enorgullecer sino de mis debilidades, de mi pobreza? Precisamente sintiendo mi pecado, mirando mi pecado, yo puedo ver y encontrar la misericordia de Dios, su amor, e ir hacia Él para recibir su perdón.

En mi vida personal, he visto muchas veces el rostro misericordioso de Dios, su paciencia; he visto también en muchas personas el coraje de entrar en las llagas de Jesús, diciéndole: Señor estoy aquí, acepta mi pobreza, esconde en tus llagas mi pecado, lávalo con tu sangre. Y he visto siempre que Dios lo ha hecho, ha acogido, consolado, lavado, amado.

Queridos hermanos y hermanas, dejémonos cubrir por la misericordia de Dios; confiemos en su paciencia que siempre nos concede tiempo; tengamos el valor de volver a su casa, de habitar en las heridas de su amor dejando que Él nos ame, de encontrar su misericordia en los sacramentos. Sentiremos su ternura, tan bella, sentiremos su abrazo y seremos también nosotros más capaces de misericordia, de paciencia, de perdón y de amor.

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¡Tengamos más coraje de dar testimonio en Cristo Resucitado!
Invitación del papa Francisco durante el Regina Coeli ante una plaza de San Pedro repleta

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - El papa Francisco después de rezar el Regina Caeli desde la ventana de su estudio, se dirigió a los varios miles de personas presentes en la plaza de San Pedro que estaba repleta a pesar de no ser una particular festividad. A continuación las palabras del papa.

¡Queridos hermanos y hermanas!

¡Buen día! En este domingo en el que concluye la octava de pascua, les renuevo mis mejores deseos de pascua con las mismas palabras de Jesús Resucitado: ¡Paz a ustedes!. No es un saludo y tampoco un simple deseo: es un don, más aún, un don precioso que Cristo le ofrece a sus discípulos después de haber pasado a través de la muerte y del infierno.

Nos da la paz, como había prometido: “Les dejo la paz, les doy mi paz. No como la da el mundo, yo la doy a ustedes”. Esta paz es el fruto de la victoria del amor de Dios sobre el mal, es el fruto del perdón. Y es exactamente así: la verdadera paz, aquella profunda, viene de la experiencia que uno tiene de la misericordia de Dios.

Hoy es el domingo de la Divina Misericordia -por voluntad del beato Juan Pablo II- que cerró los ojos en este mundo justamente en la vigilia de dicha fecha.

El Evangelio de Juan nos refiere que Jesús se apareció dos veces a los apóstoles reunidos en el Cenáculo: la primera, la noche misma de la Resurrección, cuando no estaba Tomás, quien dijo: si no veo y no toco, no creo.

La segunda vez, ocho días después, estaba también Tomás. Y Jesús se dirigió justamente a él, lo invitó a mirar las heridas y a tocarlas. Y Tomás exclamó: ¡Señor mio y Dios mio!.

Jesús entonces dijo: Porque me has visto tú has creído; ¡bienaventurados quienes no me han visto y han creído!

¿Y quiénes eran estos que habían creído sin ver? Otros discípulos, otros hombres y mujeres de Jerusalén, que mismo no habiendo encontrado a Jesús resucitado, creyeron en el testimonio de los apóstoles y de las mujeres.

Esta es una palabra muy importante sobre la fe, podemos llamarla la bienaventuranza de la fe. Beatos aquellos que no vieron y creyeron, esta es la bienaventuranza de la fe.

En cada tiempo y lugar son bienaventurados quienes, a través de la palabra de Dios, proclamada en la Iglesia y testimoniada por los cristianos, creen que Jesucristo es el amor de Dios encarnado, la misericordia encarnada. ¡Y esto vale para cada uno de nosotros!

A los apóstoles Jesús les donó, junto con su paz, el Espíritu Santo, para que pudieran difundir en el mundo el perdón de los pecados, aquel perdón que solamente Dios puede dar, y que ha costado la Sangre del Hijo.

La Iglesia es mandada por Cristo resucitado a transmitir a los hombres la remisión de los pecados, para así hacer crecer el reino del amor, sembrar la paz en los corazones, para que se afirme también en la relaciones, en la sociedad y en las instituciones.

Y el Espíritu de Cristo Resucitado expulsa el miedo del corazón de los apóstoles, los empuja a salir del Cenáculo para llevar el Evangelio. ¡Tengamos también nosotros más coraje de dar testimonio de la fe en Cristo Resucitado! ¡No debemos tener miedo de ser cristianos y de vivir como cristianos!

!Nosotros debemos tener este coraje de ir y anunciar a Cristo resucitado, porque Él es nuestra paz. Él ha traído la paz con su amor, con su perdón, con su sangre y con su misericordia!

Queridos amigos. Hoy por la tarde celebraré la eucaristía en la basílica de San Juan de Letrán, que es la catedral del obispo de Roma. Recemos junto a la Virgen María para que nos ayude, obispo y pueblo, a caminar en la fe y en la caridad.

Confiando siempre en la misericordia del Señor, porque Él siempre nos espera, nos ama, nos ha perdonado con su sangre y nos perdona cada vez que vamos a Él a pedir perdón. Tengamos confianza en su misericordia.

Después de haber rezado el Regina Coeli

Dirijo un cordial saludo a los peregrinos que han participado a la misa presidida por el cardenal vicario de Roma en la iglesia de Santo Spirito in Sassia, centro de devoción a la Divina Misericordia. ¡Queridos hermanos y hermanas, sean mensajeros de la misericordia de Dios!

Tengo la también alegría de saludar a los numerosos miembros de movimientos y asociaciones presentes en este momento de oración, en particular a la comunidad neocatecumenal de Roma, que inicia hoy una misión especial en las plazas de la ciudad. E invito a todos a llevar la Buena Noticia, en cada ambiente de vida, con dulzura y respeto.

¡Vayan a las plazas y anuncien a Jesucristo nuestro salvador!

Saludo a todos los jóvenes y muchachos presentes, en particular a los alumnos del College Sain Jean de Passy de París y a los de la Escuela Giuseppe Mazzini de Marsala, como al grupo de administrantes de Taranto.

Saludo al Coro de la Basílica di Collemaggio, del Aquila; a los fieles de Campoverde de Aprilia, Verolanuova y Valentano, y a la comunidad de Scout Foulard Bianchi.

¡El Señor les bendiga y buen almuerzo!

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Mirada al mundo


Córdoba celebra ya al nuevo beato Cristóbal de Santa Catalina
Cinco mil personas asistieron a la ceremonia de beatificación en la catedral

Por Redacción

CóRDOBA, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - Más de cinco mil personas abarrotaron las naves de la catedral de Córdoba, España. Por primera vez en la historia, la ciudad andaluza acoge una ceremonia de beatificación, la del padre Cristóbal de Santa Catalina.

A las 11 de la mañana dio comienzo el solemne pontifical de beatificación del padre Cristóbal de Santa Catalina, un emeritense llegado a Córdoba en busca de una vida entregada a la oración, y que acabó siendo un hombre de santidad para todos, al servicio siempre de los desvalidos y los más necesitados.

En agradecimiento a su labor, la diócesis de Córdoba ha acogido esta celebración que ha reunido a más de cinco mil personas, y que, en representación del papa Francisco, ha estado presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

En el presbiterio catedralicio, la imagen de Jesús Nazareno junto a las reliquias del nuevo beato presidieron la ceremonia, en la que concelebraron una decena de obispos y más de un centenar de sacerdotes.

La Santa Misa comenzó con la intervención del cardenal Amato y acto seguido, tuvo lugar el rito de la beatificación, en el que el obispo de Córdoba acompañado por el padre Evaristo Martínez de Alegría, postulador romano del milagro, y la hermana Leonor Copado, madre general de las Hospitalarias de Jesús Nazareno, pidió al santo padre la inscripción en el número de los beatos al siervo de Dios padre Cristóbal de Santa Catalina. Por su parte, el cardenal leyó la carta apostólica en la que el papa declara al padre Cristóbal beato. Momento en el que los fieles se han fundido en un fuerte aplauso. Después, tuvo lugar la bendición de las reliquias del nuevo beato.

En la homilía, en cardenal Amato ha comenzado recordando que “hoy la Congregación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno y los fieles de Córdoba están de fiesta por la beatificación de un hombre cuya santidad ha sido vivida en esta ciudad”.

Tras recorrer datos biográficos y los aspectos más destacados de su vida, el cardenal destacó los “rayos” de su corona de santidad, definiendo al nuevo beato como un hombre “de grande fe” y de profunda caridad porque “la vida del padre Cristóbal está concentrada en aliviar la pobreza e implorar a la divina Providencia”. Por eso, reiteró que “la primera gran lección de nuestro beato es su profundo espíritu de fe”. En este sentido, recordó también que “es verdaderamente un santo para nuestro tiempo”. Y concluyó pidiendo su intercesión en las Hermanas Franciscanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, presentes en Córdoba y en muchas ciudades, para que les guíe, les fortifique y haga florecer la Congregación con santas y numerosas vocaciones”.

Por su parte, el obispo de Córdoba agradeció al Papa Francisco el haber proclamado beato al padre Cristóbal, así como al pueblo de Córdoba por el apoyo recibido y el cariño que profesan a este “hombre de santidad”.

Procesión “Nazarena”

Después de la celebración, pasadas las dos de la tarde, comenzó la procesión de “Jesús Nazareno” precedida por las reliquias del padre Cristóbal hacia su sede. Mientras tanto, en el Patio de los Naranjos, en medio de una densa nube de incienso, cientos de fieles aguardaban esta salida procesional en la que no sólo participaron las autoridades civiles, sino que hubo una numerosa participación de las cofradías del Nazareno procedentes de diversos puntos de la diócesis.

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El pueblo masai denuncia la expulsión de sus tierras para que los turistas puedan ir de safari
El gobierno anuncia que desplazará a miles de familias para dejar terreno a la caza de leones y leopardos

Por Nieves San Martín

MADRID, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - Los masai, etnia que vive entre Kenia y Tanzania, acaba de denunciar un plan del gobierno tanzano para promocionar la caza de leones y leopardos en sus tierras, para lo cual tiene previsto expulsa a miles de familias.

“Somos ancianos Masai de Tanzania, una de las tribus más antiguas de África. El gobierno acaba de anunciar sus planes para expulsar a miles de familias de nuestras tierras para que turistas adinerados puedan venir a cazar leones y leopardos. Se supone que las evacuaciones deben comenzar inmediatamente”, inicia su mensaje la tribu Masai.

Se estima la población masai en unos 883.000 individuos, que viven en Kenia meridional y en Tanzania septentrional.

El año pasado, cuando la noticia sobre este plan se filtró por primera vez, casi un millón de miembros de la asociación Avaaz se unieron para ayudar. “Su apoyo y la tormenta que generó, forzó al gobierno a negar primero dichos planes, y a retrasarlos después durante meses. Pero el presidente ha esperado a que la atención internacional se diluya, y ha revivido su plan para arrebatarnos nuestra tierra. Necesitamos tu ayuda nuevamente y de manera urgente”, sigue el mensaje masai.

“Al presidente Kikwete puede no importarle Avaaz, pero está claro que él responde a la presión pública y a los medios internacionales. Puede ser cuestión de horas. Por favor, apóyennos para que podamos proteger nuestras tierras, a nuestra gente y a nuestros majestuosos animales, y díganselo a todo el mundo, antes de que sea demasiado tarde. Esta es nuestra última esperanza”.

“Nuestra gente ha vivido de la tierra durante siglos en Tanzania y Kenia. Nuestras comunidades respetan a nuestros compañeros animales y protegemos y preservamos el delicado ecosistema. Pero durante años el gobierno ha buscado lucrarse, dándole a ricos príncipes y reyes de Medio Oriente acceso a nuestras tierras para matar. En 2009, cuando intentaron desalojarnos de nuestra tierra para permitir sus frenéticas cacerías, resistimos, y cientos de nosotros fuimos arrestados y golpeados. El año pasado, príncipes millonarios dispararon desde helicópteros a los pájaros que estaban en los árboles. Estas matanzas van en contra de toda nuestra cultura”, subrayan los masai.

Ahora –informa el mensaje- el gobierno “ha anunciado que evacuará una amplia franja de nuestra tierra para dar paso a lo que será, según afirman, un corredor de vida salvaje”.

Pero muchos sospechan que es solo una treta “para permitir que una empresa de caza extranjera y sus clientes, adinerados turistas, tengan fácil acceso para disparar a majestuosos animales. El gobierno asegura que este nuevo acuerdo implica algún tipo de ajuste, pero lo cierto es que su impacto en nuestro estilo de vida será desastroso. Somos miles los que podríamos ver nuestras vidas totalmente desarraigadas, perdiendo nuestras casas, las tierras en las que pastan nuestros animales, o incluso ambas·.

El presidente Kikwete es consciente, según el mensaje, de que este acuerdo “podría ser muy controvertido para los turistas que visitan Tanzania (una fuente de ingresos fundamental para el país) y por ello no quiere enfrentarse a un gran escándalo de relaciones públicas”.

“Sabemos que si logramos generar aún más indignación global que la que conseguimos el año pasado, y hacer que la prensa escriba sobre ello, podemos persuadirle para que se lo piense bien antes de actuar. Apóyanos ahora para exigirle a Kikwete que detenga este expolio”, reitera el mensaje.

“Este asalto a nuestra tierra podría ser el final de los Masai en esta parte de Tanzania, y muchos miembros de nuestra comunidad han dicho que preferirían morir antes que verse forzados a abandonar sus hogares. En nombre de nuestra gente y de los animales que pastan en estas tierras, por favor únete a nosotros para hacerle cambiar de opinión al presidente”. “Con esperanza y determinación”, firman “los ancianos Masai del Distrito de Ngorongoro”.

Durante el periodo colonial que va entre el finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, la tierra Masai se dividió entre dos países, Kenia y Tanganika, (más tarde denominada Tanzania). Desde la independencia en los años 60 del siglo XX, cada vez mas parte de sus tierras era arrebatada para granjas privadas y ranchos, para proyectos del gobierno y parques nacionales. De hecho, seis parques nacionales actuales de Kenia y Tanzania cubren hoy más de 13.000 kilómetros cuadrados de lo que una vez fue la Tierra Masai.

Algunos gobiernos han intentado desarrollar y modernizar a los masai, alegando que conservan demasiado ganado para la tierra que usan, y por ello han tratado de implantar entre ellos programas para vender más ganado y asíello se redujera el tamaño de sus rebaños. Sin embargo más de un estudio ha demostrado que los Masai son muy eficientes y certeros en la determinación del tamaño ideal de sus rebaños, mucho mas si cabe que los granjeros occidentales, y rara vez tienen más ganado del que necesitan o la tierra puede mantener.

Estos esfuerzos de desarrollo del pueblo masai atacan a sus sistemas de acceso compartido a la tierra por la imposición de colectivos (ranchos grupales en Kenia o asociaciones ganaderas en Tanzania) o por la subdivisión de zonas comunales en terrenos privados. Mientras que este tipo de decisiones ha hecho que venga gente de fuera y algunos emprendedores Masai hayan adquirido tierra para ellos mismos, o la hayan vendido… en general lo que estas acciones han conseguido es traer pobreza a la mayoría de los masai, quienes con frecuencia se quedan con poca tierra y de la peor calidad.

Los Masai, luchan aún por proteger las tierras restantes y se han organizado para este propósito. Están luchando por conseguir el control legal sobre sus lugares sagrados en Endoinyo Ormoruwak y en Entim y Naimina Enkiyio, de forma que se protejan de la explotación comercial.

Los residentes del área de conservación de Ngorongoro están tratando de asegurar su derecho a la tierra que han habitado durante siglos para garantizar que consiguen una parte razonable del dinero que se genera en este tan popular destino turístico.

Aunque la mayoría del pueblo masai sigue practicando su religión tradicional, hoy muchos masais pertenecen a la Iglesia católica.

José Aguilar Torner, misionero, hablaba no hace mucho en la emisora de la Iglesia COPE. En Tanzania, muy cerca del Ngorongoro, en la región de Arusha vive desde hace 37 años este cordobés de la Congregación del Espíritu Santo, que realiza múltiples actividades en la zona con los más necesitados.

Afirmó que estaba lejos de la actualidad mediática, allí casi no llegan noticias, las radio locales no hablan mucho de este tema. "Deseo que el que salga sea de lo mejor, un buen pastor, cercano, que le interesen los problemas los países en desarrollo, y los que no tienen paz, para que podamos erradicar el subdesarrollo de alguna manera".

Explica que vive todos los días "situaciones bastante dramáticas, gente muy abandonada, muy necesitada". la pregunta reiterada del periodista de si siente que Dios parece dormido, ha negado dos veces. y la segunda, afirma: ¡Qué va! ¡Está presentísimo! No te puedes imaginar cómo se hace presente la Providencia divina. Si no, ¿quien podría aguantar una situación como esta? La población con la que vivo buscando el sustento diario. Dios te hace encontrar soluciones y personas que te ayudan. Él no limita su misericordia, la verdad".

Para saber más: http://www.avaaz.org/es/stand_with_the_maasai_loc/?bcikOdb&v=23745

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Bioética


Piden la derogación de la actual ley de aborto en España
Manifestaciones en varias ciudades con el apoyo de 496 organizaciones en favor de la vida

Por Redacción

MADRID, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - La Puerta del Sol de Madrid se llenó para pedir este sábado en Madrid la derogación de la vigente ley del aborto "sin más dilaciones", para "recuperar la cultura de la vida", tal y como prometió el Gobierno de Mariano Rajoy.

Un total de 496 asociaciones provida participaron en una manifestación que comenzó a las 17.00 horas en la Puerta del Sol de Madrid. Durante cerca de hora y media, los manifestantes corearon consignas en defensa de los indefensos y reclamaron al Ejecutivo el cumplimiento de sus olvidadas promesas electorales.

El evento contó con la participación del actor y productor Miguel Ángel Tobías y de la presentadora de 13TV Elena Miñambres para presentar y animar la masiva concentración por la vida. Además, participó en la manifestación el grupo musical Beat Beat Yeah.

Ofrecieron sus testimonios varias personas, entre ellas Reme, una mujer que milagrosamente no fue abortada --estando su madre ya tumbada en la camilla--; Arturo, un adolescente de 16 años que nació gracias al coraje de sus padres, frente a las fuertes presiones de los médicos para que fuera abortado porque las pruebas indicaban síndrome de Down --sólo al nacer comprobaron que no tenía ningún síndrome--, y también algunas personas con enfermedades degenerativas, como Antonio; y Ana, con una hija discapacitada, que interpeló al titular de Justicia: "¿Para cuándo la derogación de la ley del aborto señor ministro?"; y Esther, que apunto estuvo de abortar a su tercera hija, Carlota, y ahora con lágrimas en los ojos reconoce que no podría vivir sin ella. Sus vidas demuestran ser valientes ejemplos y un canto a la vida por su lucha y sus ganas de vivir.

Los manifestantes portaban pancartas, en las que se podía leer: "Deja que la vida florezca"o "Por el respeto al vínculo maternal, paternal y familiar". Al finalizar, se leyó el manifiesto del Día Internacional por la Vida en el que se expresa la urgente necesidad de que Europa recupere la defensa de la vida de los más indefensos e inocentes que son masacrados a razón de más de cien mil al año en nuestro país: los niños en el seno materno

Los testimonios emocionaron a los participantes que coreaban "Sí a la Vida" y pidieron al presidente de Cataluña que deje de destinar dinero a centros donde se practican abortos.

También en Barcelona

Por otra parte, también el sábado en la avenida Gaudí, frente a la Sagrada Familia, en Barcelona hubo una concentración bajo el lema "Sí a la Vida", para celebrar la fiesta de la vida y reivindicar la defensa de la misma desde el momento de la concepción hasta su fin natural. El acto coincidió con las concentraciones que bajo el mismo lema han tenido lugar en otras ciudades de España, convocadas desde la Plataforma "Sí a la Vida", con el apoyo de 496 entidades, para celebrar el Día Internacional de la Vida, y con el objetivo de defender y reivindicar la vida como principal derecho humano.

Al acto de Barcelona asistieron centenares de personas con numerosas pancartas, carteles y globos. Hubo intervenciones de representantes de varias asociaciones como AFA Dona, Pro Vida de Gerona, CienciaVita y Derecho a Vivir, Comunidad Rusa Peniel, Grupo de ateos a favor de la vida, IPF, etc.

Hubo actuaciones diversas dirigidas a niños, jóvenes y mayores; un acto en el que cabe destacar los tres testimonios impresionantes. El de una pareja de esposos, Carmen y Feliciano, que ante la noticia de su primer hijo, les comunican que nacería un vegetal, con deformaciones, etc. hoy ese niño se llama Abel, tiene 4 años y es el más listo de su clase; Sus padres dejaron un mensaje contundente a la sociedad, animaron a despertar las conciencias y que el crimen del aborto es un mal que entristece, y empobrece toda una sociedad que cada vez es más infeliz. Otro testimonio el de Rosa, una mujer que abortó varias veces, y el último hijo que quiso abortar, al final nació gracias al apoyo de un médico que la ayudó para que siguiera adelante, y hoy ese hijo le ha dado 4 preciosos nietos, vela por ella, y la quiere con locura. Y el último testimonio, Katherine, una joven que se sintió presionada para abortar hace 7 meses, por no tener una situación económica estable, haciéndola sentir una irresponsable por estar embarazada, llegó a sentirse tan mal Katherine que tuvo la idea del aborto, pero reaccionó y se dio cuenta de que haría todo lo posible con su pareja para que naciera su bebé. Katherine está hoy feliz, y animó a las jóvenes a que antes de tomar la errónea decisión del aborto, que por favor lo piensen muchas veces y dejen sentir su corazón, no lo que les dice la gente, la sociedad.
Durante la concentración se ha leyó un comunicado, solicitando a la Generalidad de Cataluña que deje de destinar dinero público a las clínicas abortistas. Así mismo, pidió que se permita a las asociaciones en defensa de la vida y la maternidad que puedan ofrecer alternativas al aborto y explicar las posibles secuelas del mismo.

También se recogieron firmas a favor de la Iniciativa Ciudadana Europea One of Us (Uno de Nosotros), cuyo objetivo es obtener el compromiso de la Unión Europea de no consentir ni financiar acciones que presupongan o favorezcan la destrucción de embriones humanos, que precisa al menos un millón de firmas de ciudadanos de la Unión.

El acto finalizó con la lectura del manifiesto de la Plataforma Sí a la Vida. El texto expresa su apoyo a la iniciativa Uno de nosotros, “que pretende avanzar en la construcción de una Unión Europea respetuosa con la vida del ser humano en sus primeras fases de desarrollo”. Así mismo, solicita “la derogación en España de la legislación vigente en materia de aborto para promulgar una ley que defienda siempre y en toda circunstancia, toda vida humana”, y exige “al gobierno español que cumpla su compromiso electoral en materia de aborto sin más dilaciones”. Además solicita “políticas activas y eficaces de protección a la familia, sostén de la sociedad en esta época de crisis, fuente de solidaridad y garante de la vida y el cuidado a los más necesitados”.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Juan Bautista de la Salle
«Patrono de los educadores cristianos»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - Nació en Reims, Francia el 30 de abril de 1651. Era el primogénito de una numerosa prole nacida en el seno de una familia adinerada. Su padre era magistrado de la audiencia. De modo que pudo haber tenido lo que quisiera, pero escogió a Cristo por encima de todo. A los 11 años recibió la tonsura, y a los 16 fue nombrado canónigo del cabildo de la catedral. Un primo suyo, canciller de la universidad, renunció a la canonjía en su favor. Estudió en el colegio Bons-Enfants, y cuando estaba en edad de elegir, en lugar de optar por la carrera de derecho, como su padre hubiese deseado, determinó ser sacerdote. Su progenitor no puso inconveniente. Graduado como Maestro en Artes, ingresó en el seminario de San Sulpicio de París. Su virtud no pasaba desapercibida. El superior de la congregación expresó su parecer en estos términos: «De La Salle fue un constante observador de la regla. Su conversación fue siempre agradable e irreprochable. Parece que nunca ha ofendido a nadie, ni ha incurrido en censura por parte de nadie».

En ese periodo sus padres fallecieron, y él quedó a cargo de la administración de las propiedades. Eso le obligó a dejar el seminario. A veces las sombras se cernían sobre él. Dudaba de sí mismo, sopesando sus capacidades que minusvaloraba en extremo. La oración y el acompañamiento de buenos directores le ayudó a ser ponderado en los juicios. Fue especialmente significativo el consejo de Nicolás Roland, canónigo y teólogo de Reims. En 1678 recibió el sacramento del orden. Dos años más tarde obtuvo el grado de doctor en teología y poco después se implicó en la fundación de una escuela. Casi a continuación, de forma imprevista tomó bajo su responsabilidad el avituallamiento de una comunidad religiosa femenina. Estando en la treintena sopesaba las vías que le convenía seguir para dar el mejor cauce a su vida. La docencia, la tarea parroquial, o la asistencia caritativo social a las escuelas y maestros, eran opciones que barajaba. Fue ésta última la que orientó su acontecer. Había reparado en el colectivo de muchachos que vivían en zonas marginales, sin acceso a una educación que parecía sonreír únicamente a los que más recursos tenían. Algunos andaban por el mundo abandonados a su suerte; otros, habían caído en lo más bajo y requerían atención especial; precisaban una persona que se ocupase de restituirles su dignidad; ello les permitiría hacerse acreedores de la confianza y del respeto de sus congéneres.

Una de las decisiones que tomó Juan Bautista fue dejar a su familia para convivir con un grupo de docentes. Entonces percibió las necesidades que tenían, comenzando por la formación. Durante unos meses del año 1680 proporcionó una sólida preparación integral de orientación cristiana a los que acogió en su casa. En 1683 consiguió que se aceptara su renuncia a la canonjía, que había intentado antes sin éxito, y repartió su fortuna entre los pobres. Al año siguiente comenzaba a germinar su fundación, el Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de la Salle). Hermanos por el espíritu fraterno que les vinculaba entre sí y todos con Cristo. El eje vertebral era la familiarización con la presencia de Dios en sus vidas. A través de ella se ponía de manifiesto la tutela del Creador hacia cada uno de sus hijos. Con esta práctica, seguida no solo por los alumnos sino también por el profesorado, les inducía a ver el mundo y actuar en el día a día. Roland había vaticinado: «Tu celo la hará prosperar». «Completarás el trabajo que he iniciado. En todo esto, el padre Barré será tu modelo y guía». Juan Bautista siempre manifestó que la idea de la obra no fue suya. Reconoció también: «Si alguna vez hubiera pensado que lo que hice por pura caridad con los maestros pobres iba a terminar haciendo que viviera con ellos, hubiera renunciado al instante». Pero le había guiado su plena confianza en la providencia: «Debo hacer el trabajo de Dios y si lo peor debe pasar roguemos al Señor por fuerza». Así superó abandonos, destituciones y muchas pruebas. Uno de sus grandes pesares fue la prematura muerte de Henri L'Heureux en 1690, cuando estaba presto a ordenarse. Tras ella entendió que la fundación no debía estar integrada por sacerdotes.

Al abrir las escuelas la idea de Juan Bautista fue instaurar la gratuidad para todos con independencia de la economía familiar de cada uno; era algo que chocaba con otros intereses. Pero los Hermanos de la Salle siguieron adelante. En esa época lo habitual era la enseñanza individualizada. Por eso, sorprendía que los alumnos pudieran recibir la enseñanza todos juntos y a la vez, lo cual suscitó muchas oposiciones. Hasta en estamentos eclesiales miraron con recelo el nacimiento de este proyecto que estaba en manos de laicos consagrados dedicados a enseñar «juntos y por asociación». Estaba fuera de los cánones conocidos. Por otro lado, las autoridades educativas no salían de su asombro. Organizó centros de formación de maestros, escuelas especiales para jóvenes que habían delinquido y a quienes había que reinsertar, escuelas técnicas, otras secundarias para lenguas modernas, ciencias y letras… Todo ello con excelente calidad. Era un campo abonado para alentar a una vocación religiosa porque los padres y maestros estaban implicados en la educación. Escribió silabarios, catecismos para uso escolar, salterios y obras pedagógicas y espirituales. La «Guía de las Escuelas Cristianas» se considera el mejor texto pedagógico del siglo XVII. Y «Meditaciones» es valiosísimo para educadores cristianos. Falleció en Saint-Yon, cerca de Rouen, el 7 de abril de 1719. Al fin de sus días había confesado: «Si Dios me hubiera revelado lo bueno que podría ser logrado por este instituto, y de la misma manera me hubiera hecho saber las pruebas y los sufrimientos que lo acompañarían, mi valor habría fallado, y yo nunca lo habría emprendido». León XIII lo beatificó el 19 de febrero de 1888. Él mismo lo canonizó el 24 de mayo de 1900.

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Entrevistas


Este es el domingo de la Divina Misericordia
Entrevista a H.Dumont, exponente de los Servidores de la Misericordia

Por Anita Bourdin

ROMA, 07 de abril de 2013 (Zenit.org) - Este domingo es el domingo de la Divina Misericordia por voluntad de Juan Pablo II. Para comprenderlo mejor Hélène Dumont, del movimiento de los Servidores de la Misericordia, autora de varios libros sobre el tema como «Escuchar a Cristo misericordioso», «Sobre los pasos de la Misericordia Divina con María», «La Misericordia Divina, una gracia para nuestro tiempo» y una pequeña guía espiritual: «La Divina Misericordia».

Proponemos aquí una entrevista a Dumont, realizada por la directora del servicio francés de Zenit, Anita Burdin, que nos ayuda a profundizar este don de Cristo para la iglesia y el mundo. 

El papa Francisco ha escogido el domingo de la Divina Misericordia para entrar en la catedral de Roma: ¿qué es el domingo de la misericordia?

-- Hélène Dumont: El domingo de la Divina Misericordia nace de una pedido de Cristo a una religiosa polaca del siglo XX, santa Faustina. Es una fiesta para manifestar en el mundo su inmensa compasión por los Hombres: «Deseo que la fiesta de la Misericordia sea un recurso y un refugio para todas las almas y sobre todo para los pobres pecadores. En este día, las puertas de mi misericordia están abiertas, yo les daré un océano de gracias a las almas que se aproximarán a la fuente de mi misericordia»le dijo Jesús a santa Faustina.

Esta fiesta se ubica el primer domingo después de Pascua y ha sido instituida oficialmente por el beato Juan PabloII durante la canonización de nuestra religiosa, el 30 de abril de 2000. Dos decretos que publicados indican las modalidades litúrgicas de este domingo. Así, el beato Juan Pablo II quiso reafirmar la magnitud del misterio pascual y hacer sobresalir esta fiesta de la mera devoción privada, para que más allá de la Iglesia universal el mundo entero pueda acoger esta gracia.

¿Cómo vivir este domingo ?

-- Hélène Dumont: Esta fiesta se prepara con una novena que comienza el viernes santo con una oración enseñada por Jesús a santa Faustina. Es una potente intercesión para el mundo. En efecto, se trata cada día de presentar al Señor un grupo de almas diferentes: rezamos así por las almas piadosas y fieles, por los sacerdotes y los religiosos, por los paganos y los que no conocen a Dios, por los niños, por las almas del purgatorio, etc.

Durante la novena, el Señor ha prometido de conceder numerosas gracias a las almas. Y así llegamos en la Fiesta de la Misericordia. Este día estamos particularmente invitados a entrar en la misericordia como indicó de Jesús y que fueron precisadas por Juan Pablo II. O sea, confesarse, comulgar, honrar el cuadro de Jesús misericordioso, implorar la misericordia divina rezando a las tres de la tarde, sobretodo el rosario de la misericordia.

En este día de fiesta, el Señor tiene el deseo de difundir un océano de gracias sobre las almas: «Deseo conceder una indulgencia plenaria a las almas que que se confesarán y comulgarán en esta fiesta de mi misericordia». Y el lema episcopal y pontificio del papa Francisco es «Miserando taque eligendo».

¿Cuáles son los signos de la misericordia en las primeras semanas de este pontificado?

-- Hélène Dumont: El papa Francisco, en continuidad con Juan Pablo II y Benedicto XVI ha categóricamente ubicado su pontificado en la misericordia. Su lema ha dado el tono. Su elección de sencillez, sus palabras a favor de los pobres y de los pecadores y sus discursos han confirmado su orientación hacia el anuncio de la misericordia divina.

Cito por ejemplo lo que ha dicho Francisco el 17 de marzo antes del primer ángelus: «La misericordia cambia el mundo. Un poco misericordia vuelve el mundo menos frío y más justo. Nos hace bien entender la misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia …

(…) No olvidemos esta palabra: Dios no se cansa nunca de perdonar, ¡nunca! (…) El problema es que nosotros nos cansamos, no queremos, nosotros nos cansamos de pedir perdón. Él no se cansa nunca de perdonar, pero nos, a veces, somos nosotros que nos cansamos de pedir perdón. Nosotros no nos cansemos nunca, ¡no nos cansemos nunca! Él es el Padre enamorado que siempre perdona, que tiene un corazón de misericordia para todos nosotros. Y nosotros también, aprendamos a ser misericordiosos con todos. Invoquemos la intercesión de la Virgen que ha tenido entre sus brazos la misericordia de Dios hecho hombre».

O también lo que ha dicho este domingo de Pascua: «Esta es la invitación que dirijo a todos: ¡Acojamos la gracia de la Resurrección del Cristo! Dejemos a la misericordia de Dios, dejemos a Jesús, dejemos a la potencia de su amor transformar también nuestra vida; y seamos instrumentos de esta misericordia, de ser canales a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, proteger la creación y hacer florecer la justicia y la paz».

Han fundado un movimiento espiritual para difundir en el mundo de hoy el mensaje de la misericordia: ¿de qué se trata? ¿Cuáles son los compromisos?

-- Hélène Dumont: los escritos de santa Faustina me han interpelado mucho: Cristo, en el siglo XX se apareció y manifestó su amor y su misericordia al mundo entero y su deseo infinito de atraer hacia Él todas las almas. En su misericordia infinita, quiere consolar, perdonar, reconfortar, traer la paz, la alegría, la felicidad y al mismo tiempo, Él nos invita a ejercer la misericordia por actos, palabras y la oración.

El movimiento de los Servidores de la misericordia se inspira de la espiritualidad de santa Faustina; tiene la vocación de promover la misericordia por todos los medios que Jesús le ha indicado a nuestra religiosa.

El primero de los compromisos de los Servidores de la misericordia es rezar la coronilla de la misericordia, la meditación de la Pasión a las tres de la tarde, sobre todo el viernes cuando nosotros pedimos por la conversión del mundo y presentamos todas las intenciones que nos fueron confiadas; lo que nos permite involucrar a personas enfermas, discapacitadas o ancianas. Además cada miembro es invitado a vivir el apostolado de la misericordia en su parroquia y en todos los lugares de su vida.

Para vivir mejor la comunión entre nosotros y apoyarnos en el rezo y el apostolado, un boletín es dirigido a cada uno junto con una meditación mensual; además nos encontramos en fines de semana regionales. Nuestro movimiento propone igualmente todos los años una peregrinación a Polonia sobre los pasos del beato Juan Pablo II y de santa Faustina, el mes de julio y abierto a todos.

¿La próxima cita mundial? ¿Y vuestro próximo proyecto?

-- Hélène Dumont: El próximo encuentro es el congreso mundial que tendrá lugar en Bogotá en agosto de 2014. Y mi proyecto se orienta siempre hacia el anuncio de la misericordia. Por eso me vuelvo disponible para misiones itinerantes que me llevan por Francia y el exterior, en parroquias, comunidades, congregaciones … para animar retiros, con las reliquias de santa Faustina. El fuego de la misericordia tiene que difundirse en todas partes y mi objetivo es de encender este fuego para que la misericordia sea acogida y vivida en todas las sensibilidades de iglesia.

Nuestra web es: www.serviteursdelamisericorde.org

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