Viktor Orban, Primer Ministro de Hungría en las VIII Jornadas de Católicos y Vida Pública en el País Vasco

 

Viktor Orbán es el coco de todos los políticos «cristianos» cobardes, porque los deja en evidencia, demostrando como los países mejoran cuando la legislación tiene en cuenta y hace explícitas las raices cristianas de las naciones sobre las que operan.

10/04/13 10:36 AM


De entre las Jornadas de Católicos y Vida Pública, complemento de los Congresos de Católicos y Vida Pública, que los diferentes Centros de la ACdP organizan por toda España, siempre brillan las que organiza el Centro de Bilbao.

El mérito de los organizadores, además de su capacidad técnica y esfuerzo logístico, es que han sabido convertirlas en un espacio de expresión de la Iglesia en Vascongadas,  poniéndolas al servicio de la comunidad católica, de la diócesis y su Obispo y de la sociedad vasca, y liberándolas del nacionalismo político y el "progresaurismo" religioso que oprime a una parte importante de los cristianos vascos.

De nuevo en estas Jornadas las diferentes realidades de la Iglesia encarnada en Vascongadas están representadas y tienen su espacio para compartir sus preocupaciones como la educación no sometida al Estado controlado por los partidos, la defensa de la Vida, la Nueva Evangelización, la presencia pública de la Fe en la sociedad, etc..

Pero destaca, gracias al esfuerzo realizado por la organización, la presencia de Viktor Orban*, primer ministro húngaro, que aunque protestante, es una referencia y modelo para los políticos que quieren que los valores y principios cristianos, y sus benéficas consecuencias, informen las leyes y mejoren las sociedades y las personas que las componen los puedan disfrutar.

Viktor Orbán es el coco de todos los políticos "cristianos" cobardes, porque los deja en evidencia, demostrando como los países mejoran cuando la legislación tiene en cuenta y hace explícitas las raices cristianas de las naciones sobre las que operan**.


Viktor Orbán también es el coco de todos los políticos globalistas que quieren esclavizar las naciones sometiéndolas a las organizaciones mundialistas, y muestra como incluso naciones relativamente pequeñas como Hungría, a pesar de tener también una clase política quintacolumnista dentro de su parlamento y administración, pueden ser autónomas y legislar y hacer políticas independientes al servicio de sus nacionales y no de los intereses de plutocracias internaionales, ideológicas y de las finanzas (Es ejemplar como no deja que Hungria se someta a la reingenieria social que pretende imponer la Unión Europea, chantajeándole con los fondos comunitarios)


La ACdP de Bilbao hace una gran servicio a los católicos españoles, en especial a los más oprimidos, como los vascos, trayendo el testimonio de que los cristianos puede tener presencia pública y que la actividad militante cristiana en la política beneficia al conjunto de la comunidad.

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Preambulo de la constitución húngara

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Dios salve a Hungría.

 
Nosotros, el pueblo de Hungría, conscientes de nuestra responsabilidad, decimos lo siguiente a todos los húngaros, en este principio de milenio:
 
- Estamos orgullosos de que nuestro rey Esteban, santo patrón de Hungría durante mil años, haya fundado sobre buenos cimientos nuestra patria, incorporándola a la Europa cristiana.
 
- Estamos orgullosos de nuestros antepasados, que perseveraron en ella y lucharon por la libertad y la independencia de nuestra patria.
 
- Estamos orgullosos de los grandes logros espirituales del pueblo húngaro.
 
- Estamos orgullosos de que nuestro pueblo haya defendido Europa durante mil años, y que sus valores comunes se hayan enriquecido con sus talentos y sus esfuerzos.
 
- Reconocemos el papel del cristianismo en la pervivencia de la nación.....
 
.... «proteger la institución del matrimonio como una comunidad de vida basada en la decisión voluntaria de un hombre y una mujer» ...
 
....«(la familia) la garantía de la supervivencia de la nación». ..

 ....«La vida del feto deberá ser protegida desde el momento de la concepción».

 

Manuel Morillo

Publicado originalmente en Anotaciones de Pensamiento y Crítica