12.04.13

Lo de Kiko de estos días

A las 10:29 AM, por Jorge
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Hay que reconocerlo y no pasa nada. Los medios de de información religiosa han publicado una especie de resumen del mensaje pascual de este año de Kiko Argüello que ha suscitado no pocos comentarios. El anuncio fue dado en la madrileña parroquia de Santa Catalina Labouré el pasado 21 de marzo y un resumen del mismo transcrito y hecho llegar a las comunidades. Según se dice en las mismas comunidades el texto no es exactamente así, pero nadie puede desmentir su contenido. Se puede encontrar este texto en varios lugares, por ejemplo aquí.

No seré yo quien ponga en duda el amor a Cristo y a la Iglesia de Kiko Argüello ni la gran labor evangelizadora del camino neocatecumenal. Tampoco tengo nada que objetar a su doctrina y liturgia, que para eso doctores tiene la Iglesia. Pero no queda más remedio que aceptar que este texto, no un texto cualquiera, sino el anuncio de la Pascua de este año, se podía haber cuidado bastante más. Tanto, que no se descarta una aclaración del propio Kiko en los próximos días.

Kiko Argüello no es un cualquiera. No es igual la homilía de Pascua de un cura de aldea, que la del obispo en su catedral o la del papa en San Pedro. Por eso los obispos y no digo nada el papa, suelen llevarlas escritas y más en estas ocasiones. Si el cura de aldea suelta una imprecisión, no tiene mayor importancia. Si lo hace el papa la cosa es diferente. Lo que diga un catequista de primera comunión de cualquier parroquia no va a tener jamás la repercusión que las palabras de un obispo en una catequesis de la JMJ o de Kiko anunciando la Pascua. Kiko tiene su estilo espontáneo y fácil. Pero es Kiko, y necesitará en algunos momentos ser un poco más prudente justo por ser quien es.

Otra falta de prudencia es tomar un anuncio de Pascua, dialogado, amable, distendido, entre hermanos, transcribirlo tal cual y hacerlo circular. Una cosa es lo que uno dice, que puede matizarlo con las inflexiones de voz y los gestos, y otra ponerlo por escrito sin más. Desde luego que si de repente mis feligreses se volvieran majaras y decidirán publicar las homilías de un servidor, jamás lo consentiría sin una revisión personal propia y el visto bueno de un teólogo de confianza. Lo escrito tiene una responsabilidad especial. Más aún, me atrevería a sugerir a Kiko y a cualquiera en sus circunstancias que, en casos especiales, como un anuncio de Pascua, una intervención ante el santo padre o una catequesis multitudinaria, que se planteara si no merecería la pena primero escribir la catequesis, revisarla con un buen teólogo, y luego darla aunque a la hora de leerla se permitiera alguna libertad. Pero la catequesis es lo que es.

En honor a la verdad hay que entender las poco afortunadas palabras de Kiko Argüello dentro de un contexto de profundo amor a Cristo y a la Iglesia que jamás osaré poner en duda, y por eso tienen una importancia relativa.

Pero un pelín más de prudencia creo que no vendría nada mal. Y como decía al principio, no pasa nada por reconocer que en esta ocasión no se han hecho las cosas bien.