16.04.13

 

Hace ahora un año que la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió coger por los cuernos el toro de las religiosas disidentes de EE.UU. El dicasterio publicó una “Evaluación Doctrinal” dirigida a la Conferencia de Superioras Mayores de Religiosas Estadounidenses, en la cual se denunciaba su “situación doctrinal y pastoral grave” y se anunciaba la intervención del organismo. Juanjo Romero explicó la mar de bien en su blog las medidas adoptadas.

La reacción del mundo progre-eclesial no se hizo esperar y se acusó a Roma de practicar la intolerancia, de la vuelta de la Inquisición, etc. De hecho, la LCWR (Leadership Conference of Women Religious) decidió rebelarse contra la autoridad de la Iglesia pretendiendo poner condiciones para acatar el dictamen de la Santa Sede y colaborar con la renovación ordenada.

Dentro de los Estados Unidos, fue el National Catholic Reporter (NCR), principal medio de comunicación progre-eclesial, el encargado de dar una cobertura mediática de primer orden a favor de las tesis de las religiosas heterodoxas. Desde ese medio se mantuvo la esperanza de que la decisión de Roma pudiera revocarse. De hecho, al renunciar Benedicto XVI, creyeron ver las puertas abiertas y aseguraron que dicha renuncia “ponía en cuestión el mandato sobre la LCWR”. Pues bien, lasciate ogni speranza.

Ayer mismo hemos sabido que en la reunión que mantuvo Mons. Müller, Prefecto de la CDF, con el papa Francisco, el Santo Padre decidió ratificar tanto el dictamen como la intervención de la LCWR. Y aquí toca hacer una breve digresión sobre la honestidad periodística. Mientras el principal medio eclesio-progre español manipula la realidad sobre las monjas de EEUU, dando a entender poco menos que el Papa las ha sacado en hombros por la plaza de San Pedro, el NCR reconoce los hechos y da un titular verdadero y no manipulado.

Dentro de la información ofrecida por NCR se apunta a una posible diferencia de criterio entre los dicasterios de Doctrina de la Fe y Vida Consagrada. El primero estaría más por la labor de aplicar las medidas necesarias para corregir el desmadre de las religiosas y el segundo abogaría por el diálogo, el buen rollo, etc. El anterior secretario de Vida Consagrada, Mons. Tobin, era muy favorable a aplicar el buenismo, pero fue removido del cargo y enviado a EE.UU en un tiempo récord. No sabemos por dónde querrá ir Mons. Carballo, nuevo secretario de ese dicasterio, pero en todo caso corresponde al cardenal prefecto marcar las líneas a seguir. Y mientras deciden qué hacen o dejan de hacer, el Papa acaba de apoyar las tesis de Doctrina de la Fe. No parece lógico que Vida Consagrada vaya a convertirse en un dicasterio donde se haga oposición a la CDF y al mismísimo Santo Padre.

Supongo que en breve se producirá una nueva reacción de la LCWR. Dudo que quieran colaborar con Mons. Sartain, el arzobispo responsable de llevar a cabo la reforma que la Iglesia desea para ellas. En alguna ocasión se sugirió que podrían constituir una nueva asociación de caráceter civil para librarse de tener que rendir cuentas a la Santa Sede, pero eso podría conllevar que se pusiera en marcha un proceso de secularización masiva. Al fin y al cabo, para la Iglesia es preferible quedarse sin un buen número de monjas, antes mantener en su seno a quienes se pitorrean constantemente de sus enseñanzas. Si no quieren estar bajo la autoridad del Magisterio, que se larguen. Como bien ha dicho el papa Francisco, la Iglesia no es una mera ONG caritativa. La labor social que realizan esas religiosas no puede servir de tapadera y justificación de su rebelión abierta.

Luis Fernando Pérez Bustamante

PD: Si uno ve los comentarios a la noticia de NCR, se aprecia que el progre-eclesial medio estadounidense está desolado ante el hecho de que este Papa apoye la intervención de las religiosas. Fin a la luna de miel falsa e interesada de ese sector de la Iglesia con el papa Francisco.