19.04.13

Küng, Fellay: los extremos se tocan

A las 8:07 AM, por Jorge
Categorías : Sin categorías

En la Iglesia y en sus aledaños (porque habría que analizar exactamente donde se sitúan el uno y el otro), hay personajes curiosos, llamativos, de esos que parten raya y a los que no es fácil tomar en serio. Dos han reaparecido ayer mismo en los medios de comunicación. Los dos con la misma pregunta: oigan, que como ha cambiado el papa, que digo yo que qué hay de lo mío.

Los dos personajes a los que aludo hoy andan fuera de tiesto, aunque bien es verdad que por bordes contrapuestos.

Por un lado, Küng. Hacía tiempo que no sabíamos de él. Pero vaya, ha cambiado el papa y tiene la osadía de anunciar que su “rehabilitación” como teólogo y en el ministerio sacerdotal por el papa Francisco sería nada menos que “una señal para muchos”. Tócate los pies, tía Pascuala.

Benedicto XVI tuvo con Küng todos los miramientos posibles. Hasta invitarle a un encuentro personal. Pero el amigo decidió tirar por la calle de en medio, sostenella y no enmendalla. No es fácil entenderte con alguien que ha decidido de antemano hacer y enseñar lo que le viene en gana haciéndolo pasar por teología católica. Al papa no le quedó más remedio que retirarle el permiso para ejercer el sacerdocio y enseñar teología católica.

Pues ahora nos viene Küng, a sus 85 años de edad, diciendo que su rehabilitación sería un signo para muchos. A mí me parece directamente que chochea. ¿Tan importante se cree, que pretende convertir su caso –que no es nada, uno más entre tantos- en señal de lo que debe ser un papado? A mí que la edad le juega malas pasadas. ¿O es que se piensa que en un caso tan sonado el papa Francisco no va a tener otra ocurrencia que llevar la contraria a Benedicto XVI y más aún cuando aún vive? O es la edad, o anda fumando cosas raras.

¿Y qué me dicen de Fellay? Otro que andaba “missing” hacía tiempo, y que en prueba de catolicidad y buenos deseos se descuelga diciendo que estamos exactamente igual que en 1970. Pues me da que no, que ellos están bastante peor. Porque por parte de la iglesia católica se ha movido ficha y se han hecho signos para propiciar y facilitar su vuelta a la iglesia que libremente abandonaron cuando ordenaron obispos de forma ilícita. Hasta se les ofreció una prelatura, amén de facilitarles, y facilitar a toda la iglesia, la liturgia según el vetus ordo.

Fellay se queja de que se les pide NADA MENOS que «la aceptación del total del Concilio Vaticano II y de la misa de Pablo VI». Hombre claro, los concilios ecuménicos se admiten todos y lo mismo decir de la misa según el novus ordo. Pues nada, que estamos igual, y que no ceden. Pues ellos se lo pierden.

Por un lado y por el otro al final siempre aparece el yo dictando sentencia. Y cuando uno decide no obedecer más que lo que le viene en gana mal andamos. Así que me temo Küng y Fellay que aquí no hay más cera que la que arde, que ustedes han decidido enrocarse en sus posiciones, sostenella, no enmendalla, mantenerse en sus trece y antes muerta que sencilla. Pues con su pan se lo coman.

¿Están dispuestos a obedecer a la Iglesia? ¿No? Pues no hay más que hablar. Fue un placer y que les vaya bonito.