SANTA SEDE

“Pidamos al Señor que nos ayude a crecer en esta fe, que nos hace fuertes, nos hace alegres”, dice el Papa Francisco


 

“Dios -dice el Papa Francisco- no es una presencia impalpable, una esencia en la niebla que se extiende alrededor sin saber realmente lo que es. Dios es “Persona” concreta, es un Padre, y por lo tanto la fe en Él nace de un encuentro vivo, de una experiencia tangible.

El Evangelio de Juan sobre el que reflexionó ayer Francisco en la habitual misa matinal en la Casa de Santa Marta fue una ocasión para hablar hoy, viernes 19 de abril, del examen de conciencia “¿Cuántas veces -se preguntó el Papa- la gente dice que cree en Dios?” “¿Pero en qué tipo de Dios creen?” El Santo Padre puso frente a la evanescencia de ciertas convicciones la realidad de la verdadera fe: “Frente a un ‘dios difuso”, un “dios-spray”, que está un poco en todas partes, pero que no se sabe lo qué es, nosotros creemos en Dios que es Padre, que es Hijo, que es Espíritu Santo. Creemos en las Personas, y cuando hablamos con Dios hablamos con Personas: o hablamos con el Padre, con el Hijo o hablamos con el Espíritu Santo. Y ésta es la fe”.

En el pasaje del Evangelio, Jesús dice que nadie puede venir a Él “si el Padre no lo atrae”. Estas palabras, afirma el Papa, muestran que “venir a Jesús, encontrar a Jesús, conocer a Jesús es un don” que Dios concede. Un regalo, dice, como el que protagoniza el funcionario de la economía de la reina de Etiopía que oyendo al Apóstol Felipe hablar de Jesús tiene la “sensación de que es una buena noticia”, “siente alegría”, hasta el punto de ser bautizado en el primer lugar donde encuentra el agua: “Quien tiene fe tiene la vida eterna, tiene la vida. Pero la fe es un don, es el Padre quien nos la da. Hay que seguir por este camino. Pero si vamos por este camino, siempre con nuestras cosas -porque todos somos pecadores y siempre tenemos algunas cosas que no van, pero el Señor nos perdona si le pedimos perdón, y siempre hacia adelante, sin desanimarnos– si vamos por ese camino nos va a pasar lo mismo que le sucedió al funcionario de la Economía”.

Sucederá, concluyó el Papa, lo mismo que sucedió al funcionario descrito en los Hechos de los Apostoles cuando encontró la fe y proseguía su camino lleno de alegría.

“Es el gozo de la fe, la alegría de haber encontrado a Jesús, la alegría que sólo Jesús nos da, la alegría que da la paz: no la que da el mundo, sino la de Jesús. Ésta es nuestra fe. Pidamos al Señor que nos ayude a crecer en esta fe, esta fe que nos hace fuertes, nos hace alegres, esta fe que siempre comienza con el encuentro con Jesús y prosigue siempre en la vida con pequeños encuentros diarios con Jesús”.