ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 21 de abril de 2013

La frase del día

Pues tu amor me redime y me destierra/ y sé que mientras Tú no seas mío/ hasta la paz va a parecerme guerra.

José Luis Martín Descalzo, sacerdote, periodista, escritor y poeta (Madridejos, 1930 - Madrid, 1991)

 


Doc. Francisco

"Presbíteros: sean pastores y no funcionarios"
Exhortación del papa en la ordenación de diez diáconos

"Joven: pregúntale a Jesús lo que quiere de ti"
Invitación de Francisco durante el Regina Cæli

Francisco papa

La voz nos habla de amor o de desprecio, de afecto o de frialdad
Francisco lo advirtió hoy

Venezuela y China en el corazón de Francisco
Cercanía del papa con ambos países

El papa saludó al presidente Napolitano
Por su reelección de ayer en el Parlamento italiano

El gesto de dos amigos
Periodista recuerda amistad del papa con un rabino argentino

Mirada al mundo

Paraguay: Obispos llaman a la pacificación
Hoy se realizan los comicios presidenciales

Argentina: Monseñor Mario Poli asume como arzobispo de Buenos Aires
Sucede al cardenal Bergoglio

Ecuador: Atención de la Iglesia por la Amazonía
Todo listo para importante evento en Pastaza

Salir hacia los que anhelan la fe
Pleno del apostolado seglar de la Archidiócesis de Madrid

¡Todos al circo!
La Santa Sede saludó a los artistas por su Día

Juventud

Pascua joven en Cuba
Unos 250 muchachos compartieron la alegría del resucitado con los ancianos

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Conrado (Juan Evangelista) Birndorfer de Parzham
«El santo portero de Altötting. Ejemplo de caridad y piedad en la vida ordinaria»

Foro

Obispos por la vida del pueblo

Los ochenta años de monseñor Rafael Llano Cifuentes
Sentidas palabras del obispo emérito de Nova Friburgo en Brasil

La vocación: Cuando Dios llama
Hoy es la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones


Doc. Francisco


"Presbíteros: sean pastores y no funcionarios"
Exhortación del papa en la ordenación de diez diáconos

Por Francisco papa

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Hoy, Domingo del Buen Pastor, en que la Iglesia celebra la 50 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el santo padre Francisco confirió el Orden Sagrado a diez diáconos pertenecientes a la Diócesis de Roma, de donde él también es el obispo.

Durante la homilía de la misa, celebrada en la Basílica de San Pedro, el papa se dirigió a los nuevos presbíteros con palabras de aliento y esperanza, a la vez que los exhortó a vivir su nuevo ministerio como verdaderos pastores al servicio del Pueblo de Dios.

A continuación el texto íntegro de la homilía pronunciada por Francisco.

****** 

Queridísimos hermanos y hermanas:

Estos hermanos e hijos nuestros han sido llamados al orden del presbiterado. Reflexionemos atentamente a cuál ministerio serán elevados en la Iglesia. Como bien saben, el Señor Jesús es el único Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento, pero en Él también todo el pueblo santo de Dios ha sido constituido pueblo sacerdotal.

Sin embargo, entre todos sus discípulos, el Señor Jesús quiere elegir algunos en particular para que, ejerciendo públicamente en la Iglesia en su nombre, el oficio sacerdotal en favor de todos los hombres, continúen su personal misión de maestro, sacerdote y pastor.

Así como en efecto, para ello Él había sido enviado por el Padre, del mismo modo Él envió a su vez al mundo, primero a los apóstoles y luego a los obispos y sus sucesores, a los cuales, finalmente, se les dio como colaboradores a los presbíteros, que --unidos a ellos en el ministerio sacerdotal--, están llamados al servicio del pueblo de Dios. 

Después de una madura reflexión y oración, ahora estamos por elevar al orden de los presbíteros a estos hermanos nuestros, para que al servicio de Cristo, Maestro, Sacerdote y Pastor, cooperen en la edificación del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia como pueblo de Dios y Templo Santo del Espíritu Santo. 

En efecto, ellos serán configurados en Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es decir que serán consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento y con este título, que los une en el sacerdocio a su obispo, serán predicadores del evangelio, pastores del Pueblo de Dios y presidirán las acciones de culto, especialmente en la celebración del sacrificio del Señor. 

En cuanto a ustedes, hermanos e hijos amadísimos, que están por ser promovidos al orden del presbiterado, consideren que ejerciendo el ministerio de la Sagrada Doctrina serán partícipes de la misión de Cristo, único Maestro. Dispensen a todos aquella Palabra de Dios que ustedes mismos han recibido con alegría. Recuerden a sus madres, a sus abuelitas, a sus catequistas, que les dieron la Palabra de Dios, la fe... ¡el don de la fe! Que les transmitieron este don de la fe.

Lean y mediten asiduamente la Palabra del Señor, para creer aquello que han leído, para enseñar lo que aprendieron en la fe, y para vivir lo que han enseñado. Recuerden también que la Palabra de Dios no es propiedad de ustedes: es Palabra de Dios. Y la Iglesia es la que custodia la Palabra de Dios. 

Por lo tanto, que su doctrina sea alimento para el Pueblo de Dios; alegría y sostén para los fieles de Cristo, el perfume de sus vidas, por que con su palabra y ejemplo edifican la casa de Dios, que es la Iglesia.

Ustedes continuarán la obra santificadora de Cristo. Mediante su ministerio, el sacrificio espiritual de los fieles se hace perfecto, porque se une al sacrificio de Cristo, que por medio de sus manos, en nombre de toda la Iglesia, es ofrecido de modo incruento sobre el altar en la celebración de los santos misterios.

Reconozcan pues lo que hacen, imiten lo que celebren, para que participando en el misterio de la muerte y resurrección del Señor, lleven la muerte de Cristo en su cuerpo y caminen con Él en la novedad de la vida.

Con el Bautismo agregarán nuevos fieles al Pueblo de Dios. Con el Sacramento de la Penitencia redimirán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y hoy les pido en nombre de Cristo y de la Iglesia: por favor, no se cansen de ser misericordiosos.

Con el óleo santo darán alivio a los enfermos y a los ancianos: no se avergüencen de tener ternura con los ancianos. Celebrando los ritos sagrados, y elevando oraciones de alabanza y súplica durante las distintas horas del día, ustedes se harán voz del Pueblo de Dios y de la humanidad entera. 

Conscientes de haber sido elegidos entre los hombres y constituidos en su favor para cuidar las cosas de Dios, ejerzan con alegría y caridad sincera la obra sacerdotal de Cristo, con el único anhelo de gustar a Dios y a no a ustedes mismos. Sean pastores, no funcionarios. Sean mediadores, no intermediarios. 

En fin, participando en la misión de Cristo, Cabeza y Pastor, en comunión filial con su obispo, comprométanse en unir a sus fieles en una única familia, para conducirlos a Dios Padre por medio de Cristo en el Espíritu Santo. 

Tengan siempre ante sus ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para servir y para tratar de salvar lo que estaba perdido. 

Traducción de ZENIT con los servicios de Radio Vaticano

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"Joven: pregúntale a Jesús lo que quiere de ti"
Invitación de Francisco durante el Regina Cæli

Por Francisco papa

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Al finalizar la Santa Misa celebrada hoy en la Basílica Vaticana, con motivo del Domingo del Buen Pastor y de la ordenación de diez presbíteros para la Diócesis de Roma, el santo padre Francisco se asomó a la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano para recitar el Regina Cæli con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro. 

Ofrecemos las palabras del santo padre antes de la oración mariana.

*****

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Cuarto Domingo de Pascua se caracteriza por el evangelio del Buen Pastor --en el capítulo décimo de san Juan--, que se lee todos los años.

El pasaje de hoy narra estas palabras de Jesús: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno". (10, 27-30). En estos cuatro versículos está todo el mensaje de Jesús, y es el núcleo central de su Evangelio: nos llama a participar de su relación con el Padre, y esta es la vida eterna.

Jesús quiere establecer una relación con sus amigos que sea el reflejo de la que Él mismo tiene con el Padre: una relación de recíproca pertenencia y de confianza mutua, en íntima comunión. Para expresar esta profunda armonía, esta relación de amistad, Jesús utiliza la imagen del pastor con sus ovejas: él las llama, y estas reconocen su voz, responden a su llamada y le siguen. ¡Es hermosa esta parábola!

El misterio de la voz es fascinante: pensemos que desde el vientre de nuestra madre aprendemos a reconocer su voz, y la del papá; por el tono de una voz percibimos el amor o el desprecio, el afecto o la fraldad. ¡La voz de Jesús es única! Si aprendemos a distinguir, Él nos guía en el camino de la vida, una vía que va más allá del abismo de la muerte.

Pero Jesús, en un momento dado, dice, refiriéndose a sus ovejas: "El Padre, que me las ha dado..." (Jn. 10, 29). Esto es muy importante, es un profundo misterio, que no es fácil de entender: si me siento atraído por Jesús, si su voz enciende mi corazón, es gracias a Dios Padre, que ha puesto en mí el deseo de amor, de verdad, de vida, y de belleza... ¡y Jesús es todo esto en plenitud!

Esto nos ayuda a comprender el misterio de la vocación, sobre todo de la llamada a una consagración especial. A veces Jesús nos llama, nos invita a seguirlo, pero a lo mejor resulta que no nos damos cuenta de que es Él, así como le sucedió al joven Samuel.

Hay muchos jóvenes hoy aquí en la plaza. Son ustedes muchos, ¿verdad? Se ve, ¡eso sí! Son tantos los jóvenes hoy en la plaza... Déjenme preguntarles esto: ¿Han escuchado a veces la voz del Señor, que a través de un deseo, una inquietud, los invitaba a seguirlos más de cerca? ¿Lo han escuchado? ¡No escucho…! ¡Bien!

¿Han tenido algún deseo de ser apóstoles de Jesús? La juventud hay que “meterla en juego” en pos de nobles ideales. ¿Piensan en esto? ¿Están de acuerdo? Pregúntale a Jesús lo que quiere de ti ¡y sé valiente! ¡Pregúntale!

Detrás y delante de toda vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, siempre está la fuerte e intensa oración de alguien: de una abuela, un abuelo, de una madre, un padre, de una comunidad...

Por eso Jesús dijo: "Rueguen, pues, al Dueño de la mies -es decir, Dios Padre--, que envíe obreros a su mies" (Mt. 9,38). Las vocaciones nacen en la oración y de la oración; y solo en la oración pueden perseverar y dar fruto.

Me gustaría insistir hoy, que es el "Día Mundial de Oración por las Vocaciones". A que oremos especialmente por los nuevos sacerdotes de la diócesis de Roma, que he tenido la alegría de ordenar esta mañana. Eran diez jóvenes que dijeron sí a Jesús y han sido ordenados sacerdotes esta mañana.

E invoquemos la intercesión de María, que es la Mujer del "sí". Ella ha aprendido a reconocer la voz de Jesús, desde que lo llevaba en el vientre. Que María, nuestra Madre, ¡nos ayude a conocer cada vez mejor la voz de Jesús y a seguirla, para caminar  en el camino de la vida!

Muchas gracias por el saludo... Pero también saluden a Jesús.

Griten: ¡Jesús, Jesús…!, ¡Fuerte!

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

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Francisco papa


La voz nos habla de amor o de desprecio, de afecto o de frialdad
Francisco lo advirtió hoy

Por Jose Antonio Varela Vidal

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Ante una plaza de san Pedro abarrotada de fieles y peregrinos, con muchísimos jóvenes, el papa Francisco centró su reflexión del Regina Cæli en el tema de la vocación. La fecha fue propicia ante la celebración del "Domingo del Buen Pastor", y por el hecho de que más temprano había ordenado a diez presbíteros para la Diócesis de Roma.

Volviendo a sus tiempos de párroco y de catequista, el santo padre entabló un animado diálogo con los jóvenes, a quienes les pedía que respondieran al unísono a sus preguntas sobre el auténtico compromiso.

Responder al llamado

Si bien la plaza estaba enfervorizada desde el esperado "¡Buenos días!" con que el papa saluda a sus hijos en cada encuentro, esta emoción se elevó más cuando preguntó a los jóvenes: "¿Han escuchado a veces la voz del Señor, que a través de un deseo, una inquietud, los invitaba a seguirlos más de cerca?"

A un tímido "¡Siií!", el papa replicó otra vez: "¿Lo han escuchado? ¡No escucho…!" A lo que sus jóvenes le respondieron afirmativamente, con gran expectativa por saber hacia dónde los llevaba...

"¡Bien!", les sonrió, para luego ser más directo: "¿Han tenido algún deseo de ser apóstoles de Jesús?" Las respuestas fueron más tímidas, mientras muchos gritos se ahogaban en las gargantas a la espera de más motivos para salir de sí mismos.

Y la respuesta de Francisco no se hizo esperar: "La juventud hay que 'meterla en juego', en pos de nobles ideales".

Luego sí llegaría el momento de ser honestos... "¿Piensan en esto?" --les preguntó--, "¿Están de acuerdo?", con los que arrancó las respuestas efusivas que quería escuchar.

Pero como pastor bueno que es también él, los llevó a verdes pastos y les dejó un consejo: "Pregúntale a Jesús lo que quiere de ti ¡y sé valiente!" 

La voz del pastor

Ya antes se había referido de modo muy claro sobre las palabras de Jesús en el evangelio de Juan: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno". (10, 27-30).

Según explicó, en estos cuatro versículos "está todo el mensaje de Jesús, y es el núcleo central de su Evangelio: nos llama a participar de su relación con el Padre, y esta es la vida eterna".

Porque según hizo ver a los que lo escuchaban, "Jesús quiere establecer una relación con sus amigos que sea el reflejo de la que Él mismo tiene con el Padre: una relación de recíproca pertenencia y de confianza mutua, en íntima comunión".

De este modo, Jesús sabe expresar esta profunda armonía, esta relación de amistad, con la imagen del pastor con sus ovejas: "él las llama, y estas reconocen su voz, responden a su llamada y le siguen. ¡Es hermosa esta parábola!", dijo.

Invitó luego a reconocer que "el misterio de la voz es fascinante". Porque así como desde el vientre de una madre se reconoce su voz (y la del papá), así también "por el tono de una voz percibimos el amor o el desprecio, el afecto o la frialdad".

Por lo tanto, como la voz de Jesús es única, si aprendemos a distinguir(la), "Él nos guía en el camino de la vida, una vía que va más allá del abismo de la muerte".

El llamado del Padre 

Hizo luego una referencia a lo que Jesús, en un momento dado, dice, refiriéndose a sus ovejas: "El Padre, que me las ha dado..." (Jn. 10, 29).

Para el papa, "esto es muy importante, es un profundo misterio, que no es fácil de entender: si me siento atraído por Jesús, si su voz enciende mi corazón, es gracias a Dios Padre, que ha puesto en mí el deseo de amor, de verdad, de vida, y de belleza..."

Explicó así que esto "ayuda a comprender el misterio de la vocación, sobre todo de la llamada a una consagración especial". Porque, según dijo, "a veces Jesús nos llama, nos invita a seguirlo, pero a lo mejor resulta que no nos damos cuenta de que es Él". 

Recordó también que detrás --y delante de toda vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, "siempre está la fuerte e intensa oración de alguien: de una abuela, un abuelo, de una madre, un padre, de una comunidad (porque) las vocaciones nacen en la oración y de la oración; y solo en la oración pueden perseverar y dar fruto".

Pidió finalmente, en el "Día Mundial de Oración por las Vocaciones", a que lo acompañen con oraciones por los nuevos presbíteros que había ordenado más temprano para la diócesis de Roma.

"Eran diez jóvenes que dijeron sí a Jesús", fue la frase de esperanza con que animó más a sus jóvenes, quienes le respondieron coreando su nombre.

Agradecido por este gesto, el Catequista universal los exhortó más a bien a saludar al Buen Pastor, gritando también él con la plaza: "¡Jesús, Jesús!

El texto completo del papa puede leerse aquí

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Venezuela y China en el corazón de Francisco
Cercanía del papa con ambos países

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Con motivo de los violentos enfrentamientos poselectorales que aún se viven en Venezuela, el santo padre hizo un llamado a la reconciliación y a la paz. Comprometió también a los creyentes a orar y trabajar por el momento actual.

Estas fueron las palabras textuales del papa al finalizar hoy el Regina Cæli:

"Sigo de cerca los acontecimientos que vienen ocurriendo en Venezuela. Los acompaño con profunda preocupación, con una oración intensa y con la esperanza de que se busquen y se encuentren los caminos justos y pacíficos para superar el momento de grave dificultad que el país está atravesando.

Hago un llamado al querido pueblo venezolano, especialmente a los responsables políticos e institucionales, a rechazar firmemente cualquier tipo de violencia, y a establecer un diálogo basado en la verdad, en el reconocimiento mutuo, en la búsqueda del bien común y en el amor por la Nación. Pido a los creyentes que recen y que trabajen por la reconciliación y la paz.

Unámonos en una oración llena de esperanza por Venezuela, poniéndola en manos de Nuestra Señora de Coromoto".

Dolor por China 

Asimismo, y ante el terremoto de 7 grados que ha devastado esta mañana la provincia china de Sichuan, con epicentro en Yan'an, localidad al pie del Tibet, el santo padre reservó unas palabras muy sentidas al terminar la oración mariana:

"Elevo un pensamiento también por aquellos que fueron afectados por el terremoto de la zona suroeste de la China Continental. Oremos por las víctimas y por los que sufren a causa del violento sismo".

Según las últimas informaciones, el terremoto ha ocasionado 160 fallecidos, cerca de 6.000 heridos y decenas de miles de casas destruidas.

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El papa saludó al presidente Napolitano
Por su reelección de ayer en el Parlamento italiano

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Con motivo de le reelección qyer del presidente de la República de Italia, Giorgo Napolitano, por parte del Parlamento italiano, el papa Francisco le envío un telegrama de saludo y felicitación, mediate el cual le imparte la bendición apostólica, así como a la nación.

Ofrecemos el texto del telegrama.

******

A SU EXCELENCIA
HONORABLE GIORGIO NAPOLITANO
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ITALIANA
PALACIO DEL QUIRINALE
ROMA

AL MOMENTO EN EL QUE USTED, CON GRAN DISPONIBILIDAD Y ESPÍRITU DE SACRIFICIO, HA ACEPTADO NUEVAMENTE LA SUPREMA MAGISTRATURA DEL ESTADO ITALIANO COMO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, DESEO DIRIGIRLE LAS MÁS SINCERAS Y CORDIALES EXPRESIONES DE FELICITACIÓN, Y A LA VEZ QUE DESEO DE QUE PUEDA CONTINUAR SU ACCIÓN ILUMINADA Y SABIA SOSTENIDO POR LA RESPONSABLE COOPERACIÓN DE TODOS, INVOCO SOBRE SU PERSONA Y SOBRE SU ALTO SERVICIO AL PAÍS, LA CONSTANTE ASISTENCIA DIVINA Y DE CORAZÓN LE ENVÍO A USTED Y A LA QUERIDA NACIÓN ITALIANA LA BENDICIÓN APOSTÓLICA, COMO ALIENTO PARA CONSTRUIR UN FUTURO DE CONCORDIA, SOLIDARIDAD Y DE ESPERANZA.

FRANCISCUS PP

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El gesto de dos amigos
Periodista recuerda amistad del papa con un rabino argentino

Por Redacción

ROMA, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - ZENIT le pidió al renombrado periodista argentino Jorge Rouillon, quien ha trabajado por décadas en el diario La Nación, que nos enviara algún recuerdo del entonces cardenal Jorge Bergoglio.

La agradable sorpresa fue cuando nos mandó del "baúl de los recuerdos", un artículo sobre la estrecha amistad y respeto que existía entre el hoy papa Francisco y el rabino argentino Abraham Skorka. 

Es por ello que las comunicaciones de felicitación y aprecio que intercambió el santo padre con la comunidad judía apenas fue elegido, confirma una faceta más de la correcta interpretación que tuvo siempre el papa sobre el diálogo interreligioso, ya sugerido con insistencia desde el Concilio Vaticano II.

Y este pedido se lo hicimos no solo porque Jorge conoce muy bien al papa Bergoglio, y ha sido fuente de innumerables coberturas informativas a su cargo, sino porque ambos se encontraban de vez en cuando de camino a sus respectivas oficinas. Un hecho que pudimos constatar en persona años atrás, cuando se detuvo a saludarnos e intercambiar dos palabras, como si todo lo demás pudiera esperar...

A continuación el artículo histórico del colega Rouillon, publicado en el diario La Nación de Buenos Aires el 20 de septiembre de 2004. Los textos en cursiva son nuestros (javv).

*****

El gesto de dos amigos

Jorge Bergoglio y Abraham Skorka son amigos. Los dos son hombres que rezan y alaban a Dios. Uno es arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina; el otro, rabino de la comunidad Benei Tikvá y rector del Seminario Rabínico Latinoamericano. Pero no hablan sólo de teología o del sentido de la vida; conversan bastante de fútbol. Jorge es de San Lorenzo; Abraham, de River.

Con motivo del año nuevo judío 5765, el cardenal asistió al servicio de Selijot (pedido de perdón) en la comunidad Benei Tikvá, Vidal 2049, en el barrio de Belgrano. Es una ceremonia milenaria de preparación para recibir el Año Nuevo (Rosh Hashaná) y cuyo contenido es recrear el vínculo con el prójimo, con uno mismo y con Dios.

Se da en Ellul, el último mes del calendario hebreo, considerado por la tradición el tiempo propicio para retornar al Creador. "La Torá (la Ley) hemos tergiversado -se reza-; sus mandamientos no hemos observado... Erramos por los pueblos, cual oveja descarriada." Y se acude a la benevolencia de "Adonai, Dios misericordioso y clemente, tardo en la ira, magnánimo en la misericordia y la verdad".

Ante un templo lleno, Skorka dijo: "Tenemos la presencia de un hombre de fe del cristianismo". Y precisó: "De nuestra amistad, muestras de cariño personales, podríamos darles muchos ejemplos. No somos sólo dos individuos que se encontraron buscando a Dios. Estamos los dos juntos parados delante de ustedes, delante de Dios, tratando de empezar a hacer aquello que nos enseñaron nuestros sabios".

Antes, mientras los asistentes rezaban, en hebreo y en castellano, y un coro cantaba, Bergoglio había permanecido en la primera fila, cerca del director del Registro de Cultos, José Camilo Cardoso; de Norberto Padilla, ex secretario de Culto, y su esposa, Gloria Williams, teóloga, y del arquitecto Boris Kalnicki, de la Confraternidad Judeo-Cristiana.

Luego, Skorka lo invitó a pasar al estrado a dar un mensaje. Mirando al público, Bergoglio expresó: "Como dijo mi hermano Abraham, estamos en la presencia de Dios... Estamos delante de Él y con deseos de escuchar, de dejar que sus preguntas nos muevan por dentro, nos hagan transparentes".

Citó con soltura libros del Antiguo Testamento: los Salmos, el Génesis, el Deuteronomio...

Mencionó la pregunta a Adán: "¿Dónde estás?", que, dijo, "nos hace caer en la cuenta de nuestros límites, nuestras falencias, nuestras desnudeces. Nos quedan sólo dos caminos -precisó-: o camuflarlas o reconocerlas". Invitó a no perder la memoria del mandato divino: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor". Y advirtió que la fascinación de los ídolos "nos lleva a debilitar la memoria".

"La idolatría se nos filtra de mil maneras; los ídolos nos son ofrecidos a cada paso", agregó, pero puntualizó: "El ídolo más peligroso somos nosotros mismos cuando queremos ocupar el lugar de Dios; ese egoísmo sutil que nos convierte en única referencia de toda nuestra existencia". Instó a recordar "sintiéndonos recordados" porque "El nos espera".

Skorka se sintió movido a destacar ante los suyos lo que sobre la memoria de Dios dijo Bergoglio, "alguien que conoce bien las Escrituras; alguien que vibra con lo que para nosotros es el Tanaj y para la religión cristiana el Antiguo Testamento".

Fundada por judíos alemanes, la comunidad Benei Tikvá celebró sus 65 años y todos allí consideraron que la visita de Bergoglio "fue algo histórico". 

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Mirada al mundo


Paraguay: Obispos llaman a la pacificación
Hoy se realizan los comicios presidenciales

Por Redacción

ASUNCIóN, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Ante la proximidad de un evento de gran importancia para la vida de la República, como son las elecciones generales de hoy domingo 21 de abril, la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Paraguaya informó que los obispos se dirigieron a las autoridades a través de un Comunicado fechado el 18 de abril. En este, exhortan a los líderes de los partidos políticos y a la ciudadanía a una "pacificación de los espíritus", deponiendo toda actitud de fanatismo, de confrontación y de violencia.

Ante hechos de violencia física durante la campaña electoral, los obispos llaman a la cordura, a la prudencia y al respeto mutuo entre los diversos actores, instituciones y personas involucradas en el proceso electoral, antes, durante y después.

Recuerdan también que "el fin de la política es la búsqueda y el logro del bien común de la sociedad; y el acceso al poder a través de elecciones limpias y justas, con la participación amplia, democrática y consciente de la ciudadanía, es un medio para su realización".

Hacen una invocación para que las elecciones generales sean un ejemplo de civismo, de tolerancia y de respeto entre paraguayos, para afianzar la democracia y trabajar todos juntos por una sociedad con mayor equidad y que posibilite el acceso a una vida digna a todos los que habitan el suelo patrio.

Finalmente, los pastores de la Iglesia católica invitan a los fieles a que, estos días previos a las elecciones generales, "dediquen un espacio importante a la oración, a la lectura de la Palabra de Dios y a la Eucaristía, pidiendo para cada uno y cada familia, para cada comunidad, la paz del corazón".

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Argentina: Monseñor Mario Poli asume como arzobispo de Buenos Aires
Sucede al cardenal Bergoglio

Por Redacción

BUENOS AIRES, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - En un acto multitudinario realizado en la Plaza de Mayo, frente a la catedral metropolitana, monseñor Mario Aurelio Poli asumió este sábado 20 como arzobispo de Buenos Aires y sucesor del cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco, en una misa concelebrada por más de 60 obispos y unos doscientos sacerdotes en el altar levantado en las escalinatas del templo mayor de Buenos Aires. 

Tal como informa la agencia católica argentina AICA, la celebración comenzó en el interior de la iglesia catedral, donde el prelado fue recibido por los obispos, sacerdotes, diáconos y seminaristas. El administrador arquidiocesano, monseñor Joaquín Sucunza, le presentó el crucifijo, para que el primer acto en el Templo sea una expresión de fe en Jesús, que el nuevo arzobispo materializó besando la cruz.

Seguidamente, se le entregó la llave de la catedral, y acompañado por los obispos auxiliares y el rector de la catedral, llegó hasta el presbiterio, en donde lo esperaban los miembros del episcopado argentino. De inmediato, tras una visita al Santísimo, el nuncio apostólico Mons. Emil Paul Tscherrig, hizo una breve plegaria por el nuevo arzobispo, quien luego saludó a la Santísima Virgen en su advocación de Nuestra Señora del Buen Aire con el canto de la Salve Regina. Luego besó la reliquia de San Martín de Tours, patrono de la Arquidiócesis y de la ciudad de Buenos Aires. 

Revestido ya con los ornamentos sagrados, se dirigió en procesión hasta el frente de la catedral donde comenzó la celebración eucarística. 

La misa fue iniciada por el nuncio apostólico, quien comenzó con unas palabras de bienvenida y saludó al primado como representante del Papa, quien, aseguró "nos acompaña desde Roma". Luego entregó al canciller del arzobispado, monseñor Fernando Rissotto, para su lectura, el documento por el que autoriza la toma de posesión de monseñor Poli.(Texto completo de las palabras del Nuncio Apostólico

El momento culminante fue cuando monseñor Poli se sentó -en medio del repique de campanas, en la “cátedra arzobispal”, que por única vez se trasladó desde el interior del templo mayor hasta el altar levantado frente a la Plaza de Mayo. 

En tanto, el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza, transmitió el saludo de cercanía de obispos, sacerdotes, laicos y “con especial énfasis” de los enfermos, los que sufren y los que están detenidos en las cárceles, quienes ofrecieron sus oraciones y sufrimientos por el ministerio del nuevo arzobispo. (Palabras de Mons. Sucunza

Luego expresaron su comunión filial al nuevo arzobispo los sacerdotes Emilio Riamonde y Mariano Rodríguez, los religiosos Emilio Andrada y Eduardo Rozas, las monjas Leonor y Cecilia, la consagrada Karina Ledesma, los laicos Javier Castello, Ramona Mantilla y César Mele, los jóvenes Tomás Persino y Rocío Santa Cruz, y los niños Tomás Koch y Julieta Calebibich. 

El vicepresidente de la Nación, Amado Boudou asistió en representación de la presidenta Cristina Fernández, quien está en Venezuela, y estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el ministro del Interior, Florencio Randazzo, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el director general de culto católico, Luis Saguier Fonrouge y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, entre otros. 

También asistieron el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, la vicejefa de gobierno María Eugenia Vidal, el secretario general Marcos Peña, y otros funcionarios y diputados de la Ciudad.

La homilía completa del arzobispo Poli puede leerse aquí

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Ecuador: Atención de la Iglesia por la Amazonía
Todo listo para importante evento en Pastaza

Por Redacción

QUITO, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Del 22 al 24 de abril, en la ciudad amazónica de Puyo, en la provincia de Pastaza, se llevará a cabo el Encuentro Pan-Amazónico "La Iglesia en la defensa de la vida: Realidad y vulneración de identidades y derechos en la amazonía". Según informa la Organización Católica y Latinoamericana y Caribeña de Comunicación - Oclacc, el evento viene siendo organizado por la RED Amazónica de la Zona Oriente de Pastoral Social Cáritas Ecuador y el apoyo de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

Según declaraciones recogidas por el organismo de comunicación, el responsable de la RED Amazónica Zona Oriente, Mauricio López, explica que la Pastoral Social Cáritas Ecuador, a través de su RED Amazónica de la Zona Oriente que incluye a los vicariatos apostólicos de Sucumbíos, Aguarico, Puyo, Napo, Méndez y Zamora, y con el apoyo de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, ha trabajado durante cerca de dos años en procesos de diagnóstico territorial, articulación, y proyección de un proyecto común que ha iniciado con una formación especializada.

El Encuentro Pan-Amazónico cuenta con el apoyo del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM, presidido por monseñor Pedro Barreto, SJ, quien será una de los expositores centrales en esta jornada. Además se tendrá el apoyo permanente del Equipo Itinerante Amazónico, con los misioneros de la Consolota en la Pan-Amazonía, y diversas organizaciones como las Cáritas Española y Alemana, la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), Oclacc, entre otras.

Este encuentro, que será transmitido a través del sistema satelital de ALER, se podrá seguir también a través del canal de video streaming de Cáritas Ecuador: caritasecuador.caster.fm

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Salir hacia los que anhelan la fe
Pleno del apostolado seglar de la Archidiócesis de Madrid

Por José Alberto Rugeles Martínez

MADRID, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Presididos por el obispo auxiliar de Madrid, monseñor César A. Franco Martínez y bajo la dirección del Delegado Diocesano de Apostolado Seglar de la archidiócesis madrilense, D. Rafael Serrano Castro, representantes de movimientos y asociaciones de apostolado seglar se reunieron en el salón de sesiones del Seminario Conciliar de Madrid en el II Pleno de este año 2013.

Monseñor Franco hizo una interesante exposición sobre el Año de la Fe y el impulso a la Misión. Señaló el prelado que el papa Benedicto XVI lo convocó a los 50 años del Concilio Vaticano II y los 20 del Catecismo de la Iglesia Católica con la finalidad de dar una nueva invitación a la conversión del mundo.

"Hoy no debemos dar por supesta la Fe, no se puede olvidar los presupuestos de la Fe" y menos aún, "viviendo en una sociedad pagana en la que no podemos dar por supuesto nada". Es necesario, recordó el obispo, "pensar en aquellos que tienen un deseo, una búsqueda antropológica de esa Fe que no tienen, pero que en el fondo anhelan y desearían tener; que se encuentran en lo que los clásicos llamarían de los preámbulos de la Fe".

Por su parte, don César recordó la dimensión cristológica y la dimensión trinitaria de la Fe cristiana y cómo esta virtud "ilumina la inteligencia, purifica los afectos y transforma la sensibilidad". Se refirió además al acto personal y comunitario de la Fe y "cómo el creo se complementa con el creemos de la comunión apostólica". Señaló al final de su interesante exposición que "la Fe se manifiesta en los que creen y si no se testimonia es inoperante".

Presencia de las fuerzas vivas

Estuvieron presentes los representantes de la Acción Católica General de Adultos, Cursillos de Cristiandad, Movimiento Apostólico de Shoenstatt, Cruzadas de Santa María, Heraldos del Evangelio, Comunidad de San Egidio, Asociación Católica de Propagandistas, Institución Teresiana, y de Vida Ascendente.

Asimismo, los delegados de la Renovación Carismática, Evangelium Vitae, Obra de San Juan de Avila, Venerable Orden Tercera de la Merced, Alianza de amor con el Sagrado Corazón de Jesús, Grupos de Oración y Amistad, Movimiento de la Palabra de Dios, Movimiento Teresiano de la Amistad, Talleres de Oración y Vida, Misión Marial, Asociación pública de fieles Domus Mariae.

También participaron miembros de la Real Esclavitud de la Virgen de la Almudena, Grupos Católicos Loyola, Confederación Española de Antiguos Alumnos, Fraternidad Cristiana de personas con descapacidad, Apostolado Mundial de Fátima, Asociación de la Medalla Milagrosa, Real Congregación de los arquitectos de Ntra. Sra. de Belén en su huida a Egipto, Asociación de San Vicente de Paul, Obra de San Juan de Avila, Adoración Perpetua, Asociación de Caridad San Vicente de Paúl, ANFE, Legión de Cristo sacerdote, así como Fe Católica.

Los delegados de apostolado seglar de las Vicarías II, VI y VII pudieron hacer uso de la palabra, solicitando aclaraciones a lo expuesto por el obispo Franco Martínez, así como para hacer un balance de la XIII Jornada Diocesana de Apostolado Seglar, que la Delegación ha organizado.

Líneas de trabajo a futuro

D. Rafael Serrano y los integrantes del Equipo de la Delegación, doña Soledad Cosmen y don Teófilo Vergara explicaron a los participantes del Pleno las próximas actividades organizadas por el Apostolado Seglar de Madrid, es decir el Encuentro de Conciliarios, el Encuentro con directivos de movimientos con motivo del Día del Apostolado Seglar y de la Acción Católica, así como el próximo Centro de Interés que tendrá como invitado al Vicario Episcopal y Delegado de Cáritas, padre Pablo González.

Posteriormente hubo la presentación de los carismas de la Real Esclavitud de la Virgen de la Almudena y de la Real Congregación de los Arquitectos de Ntra. Sra. de Belén en su huida a Egipto. También los representantes de los movimientos y asociaciones dieron sus aportaciones e inquietudes para incluirlas en la Planificación del curso que viene.

Como es costumbre antes de iniciarse el Pleno los participantes del mismo participaron de la Adoración al Santísimo Sacramento en la Capilla del Seminario Conciliar de Madrid.

* José Alberto Rugeles es el encargado de las relaciones institucionales de los Heraldos del Evangelio en España.

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¡Todos al circo!
La Santa Sede saludó a los artistas por su Día

Por Redacción

ROMA, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Con motivo de la IV Jornada Mundial del Circo celebrada este sábado 20 de abril, el cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, dirigió un saludo al doctor Urs Pilz, presidente de la Federación Mundial del Circo con sede en Mónaco, ente promotor de la celebracion anual.

La fecha tiene como objetivo concientizar sobre la realidad de este arte milenario, buscando preservarlo y promoverlo como Patrimonio Cultural de la Humanidad. 

En su mensaje, el cardenal Vegliò recuerda que el circo es una realidad con un "alto valor sociocultural y antropológico", el cual es visto con esperanza por la Iglesia, debido a que se esfuerza en construir día a día, "la fraternidad universal y la comunión entre las personas y los pueblos".

A continuación, el texto íntegro del mensaje enviado al doctor Pilz.

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Con gran alegría le expreso mis cordiales mejores deseos para usted y para toda la comunidad circense, en ocasión de la IV Jornada Mundial del Circo, patrocinada por la Federación Mundial del Circo, bajo el alto patrocinio de la princesa Estefanía de Mónaco.

El Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, se une a esta loable iniciativa, que tiene como objetivo dar a conocer el alto valor socio-cultural y antropológico del circo. Felicito a todos los que contribuyen a hacer de este día un acontecimiento de gran importancia, proyectando a hombres y mujeres de todos los continentes más allá de las fronteras y las barreras culturales y sociales.

Este evento, de hecho, es una excelente herramienta para instar a todos a apreciar y profundizar el mensaje de solidaridad y hermandad, del que el circo es guardián y testigo.

Me complace la idea de que durante este día especial, en un ambiente de comunión y de diálogo, de apertura y aceptación, muchas personas de todas las edades podrán disfrutar de lo que constituye la esencia de la vida circense, su vocación e identidad.

El sábado 20 de abril, los circos de todo el mundo abrirán sus puertas a los visitantes para testimoniar  los valores que siempre han caracterizado a la tradición circense, como “el amor por la familia, el cuidado de los más pequeños, la atención a las personas con discapacidad, la atención los enfermos, los ancianos y la mejora de su riqueza de experiencia [...] el diálogo entre las generaciones, el significado de la amistad, el gusto del trabajo en equipo”.

Así se expresaba el santo padre Benedicto XVI en su discurso a la gente del espectáculo itinerante, acogiéndolos en la Audiencia del 1 de diciembre de 2012.

En esa ocasión, el papa también ha querido destacar que, a través de los espectáculos, juegos y coreografías, al ritmo de la música y la danza, con el encanto de las actuaciones de excepcional valor artístico y deportivo, el circo crea oportunidades únicas para la comunicación y la socialización entre los grandes y pequeños, despertando sentimientos de amistad, y oportunidades para la recreación serena, que el hombre contemporáneo tanto necesita.

Con este mensaje deseo expresar la gratitud de la Iglesia a las asociaciones y a los artistas de circo de todo el mundo. En particular, nuestro pensamiento se dirige a los circos que, con valentía y generosidad, viajan a los países afectados por la guerra, la violencia y los desastres naturales, para ofrecer a tantas personas que sufren --especialmente a los niños y ancianos--, momentos de paz, serenidad y alegría.

En un mundo con frecuencia marcado por tensiones y desigualdades, de una mentalidad a menudo egoísta e individualista, "tenemos que ver la luz de la esperanza y darnos a nosotros mismos esperanza", según la exhortación dirigida a todos por el papa Francisco en la homilía de inicio de su ministerio petrino (19 marzo 2013).

También debemos tener la valentía de expresar la bondad y ternura –nos ha dicho el Pontífice--, cuidando de ofrecer amistad en el respeto y en el bien. La Iglesia, por tanto, mira con confianza al mundo del circo, que se caracteriza por las mismas disposiciones humanas, y comprometido con la construcción de la fraternidad universal y la comunión entre las personas y entre las naciones.

Le deseo mucho éxito en la iniciativa, invocando la bendición divina.

Cardenal Antonio Maria Vegliò
Presidente

P. Gabriele Bentoglio, CS
Subsecretario

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Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

Para conocer más de la Federación Mundial del Circo: www.circusfederation.org/

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Juventud


Pascua joven en Cuba
Unos 250 muchachos compartieron la alegría del resucitado con los ancianos

Por Anton S. Dineshkumar

LA HABANA, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - La Pascua Joven 2013 de la Archidiócesis de La Habana, Cuba, organizada por la Pastoral Juvenil de La Habana, tuvo lugar el día 20 de abril, en el parque de Santovenia (Asilo de los Ancianos), Cerro, La Habana. Unos 250 jóvenes disfrutaron de esta jornada pascual.

La Pascua Joven, evento de celebración de la Pascua de Nuestro Señor, este año se centró en el Año de la Fe y el discipulado teniendo como modelo a san Pedro.

El evento empezó con la Santa Misa presidida por el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega. En la celebración eucarística el cardenal dio la prioridad al amor del discípulo actual, con el modelo de san Pedro.

La parte de reflexión y el acto de penitencia que siguieron a la misa, fueron dirigidos por el coordinador de la Pastoral Juvenil de La Habana, padre Israel.

Después de almuerzo, los jóvenes siguieron sus actividades en la tarde, con dinámicas, juegos, cantos, y bailes.

Algunos jóvenes visitaron a los ancianos y compartieron, con sus cantos, su alegría con ellos.

Unos 250 Jovenes de diferentes partes de la Archidiocesis de la Habana participaron en este evento con sus animadores.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Conrado (Juan Evangelista) Birndorfer de Parzham
«El santo portero de Altötting. Ejemplo de caridad y piedad en la vida ordinaria»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - El testimonio de vida de este humilde capuchino nuevamente pone de relieve que la santidad se alcanza en cualquier misión por sencilla que sea. El dintel del convento y la campanilla que avisaba de la presencia de alguien era el escenario cotidiano de Conrado. Ante todo recién llegado al claustro de la ciudad bávara de Altötting con su cálida sonrisa y sencillez dibujaba seductoras expectativas aventurando las bendiciones que podían derramarse sobre ellos en el religioso recinto. Para un santo las contrariedades son vehículos de insólita potencia que les conducen a la unión con la Santísima Trinidad. Él sobrenaturalizó lo ordinario en circunstancias hostiles. Y conquistó la santidad. No hicieron falta levitaciones, milagros, ni hechos extraordinarios, sino el escrupuloso cumplimiento diario de su labor realizada por amor a Cristo. En la portería que tuvo a su cargo durante más de cuatro décadas no olvidó que franqueaba el acceso a su Divino Hermano, especialmente cuando los pobres llegaban a él y les atendía con ejemplar caridad. Con virtudes como la amabilidad, caridad y paciencia, fruto de su recogimiento, forjaba su eterna corona en el cielo, aunque ni sus propios hermanos de comunidad podían sospecharlo.

Nació en Venushof, Parzham, Alemania el 22 de diciembre de 1818 en el seno de una acomodada familia de labradores que tuvieron diez hijos, de los cuales fue el penúltimo. Estos generosos progenitores, con sus prácticas piadosas diarias realizadas en familia, le enseñaron a amar a Cristo, a María y a conocer la Biblia. No era extraño que con ese caldo de cultivo siendo niño le agradase tanto orar y sentirse feliz al hablar de Dios. Su madre advertía en el pequeño una chispa especial cuando narraban las historias sagradas, y le preguntaba: «Juan, ¿quieres amar a Dios?». La respuesta no se hacía esperar: «Mamá, enséñeme usted cómo debo amarle con todas mis fuerzas». Creció aborreciendo las blasfemias y el pecado. Poco a poco se vislumbraba su amor por la oración. A esta edad fue manifiesta su inclinación por el espíritu franciscano. A los 14 años perdió a sus padres y se convirtió en punto de referencia para sus hermanos. Todos siguieron ejercitando las prácticas que ellos les enseñaron. Juan, en particular, aprovechaba la noche para rezar y realizar penitencias que muchas veces solían durar hasta el alba.

En 1837 inició su formación con los benedictinos de Metten, Deggendorf. Pero se ve que lo suyo no era el estudio. En una visita que efectuó al santuario de Altötting tuvo la impresión de que María le invitaba a quedarse allí. Sin embargo, en 1841 se vinculó a la Orden Tercera de Penitencia (Orden franciscana seglar). Dios le puso otras cotas que no supo interpretar y las expuso a un confesor después de haber orado ante la Virgen de Altötting. El sacerdote le dijo: «Dios te quiere capuchino». Repartió sus cuantiosos bienes entre los pobres y la parroquia para ingresar en el convento de Laufen en 1851. Tenía 33 años. Allí tomo el nombre de Conrado. Su noviciado estuvo plagado de pruebas y públicas humillaciones que, pese a ser de indudable dureza, aún le parecían nimias para lo que juzgaba merecía: «¿Qué pensabas? –se decía–, ¿creías que ibas a recibir caricias como los niños?». En esos días escribió esta nota: «Adquiriré la costumbre de estar siempre en la presencia de Dios. Observaré riguroso silencio en cuanto me sea posible. Así me preservaré de muchos defectos, para entretenerme mejor en coloquios con mi Dios». Tras la profesión fue destinado a la portería del convento de Santa Ana de Altötting, noticia que le llenó de alegría. Era un lugar donde la afluencia de peregrinos exigía la atención de una persona exquisita como él. En aquel pequeño reducto se santificó durante cuarenta y tres años, viviendo el recogimiento en medio de la algarabía creada por el constante ajetreo de los peregrinos. «Estoy siempre feliz y contento en Dios. Acojo con gratitud todo lo que viene del amado Padre celestial, bien sean penas o alegrías. Él conoce muy bien lo que es mejor para nosotros […]. Me esfuerzo en amarlo mucho. ìAh!, este es muy frecuentemente mi único desasosiego, que yo lo ame tan poco. Sí, quisiera ser precisamente un serafín de amor, quisiera invitar a todas las criaturas a que me ayuden a amar a mi Dios».

Un día advirtió una celdilla casi oculta debajo de la escalera. Tenía una pequeña ventana que daba a la Iglesia. Y su corazón palpitó de gozo: ¡desde allí podía ver el Sagrario! Era un lugar oscuro y reducido. A fuerza de insistencia consiguió que le dejaran habitarla y en esa morada siguió cultivando su amor a Cristo crucificado y a María. Ayudaba a la sacristía y en las primeras misas en el santuario. Sus superiores le autorizaron a comulgar diariamente, algo excepcional en esa época. Nadie le oyó quejarse ni lamentarse. Trataba con auténtica caridad a todos, especialmente a las personas que intentaban incomodarle y socavar su admirable y heroica paciencia. Nunca perdió la mansedumbre. «La Cruz es mi libro, una mirada a ella me enseña cómo debo actuar en cada circunstancia». Fue un gran apóstol en la portería, el hombre del silencio evangélico: «Esforcémonos mucho en llevar una vida verdaderamente íntima y escondida en Dios, porque es algo muy hermoso detenerse con el buen Dios: si nosotros estamos verdaderamente recogidos, nada nos será obstáculo, incluso en medio de las ocupaciones que nuestra vocación conlleva; y amaremos mucho el silencio porque un alma que habla mucho no llegará jamás a una vida verdaderamente interior». Logró convertir a personas de baja calaña, hombres y mujeres, que después se entregaron a Dios en la vida religiosa. En sus apuntes espirituales se lee: «Mi vida consiste en amar y padecer […]. El amor no conoce límites». Sintiéndose morir, tocó la puerta del padre guardián, diciéndole: «Padre, ya no puedo más». Tres días más tarde, el 21 de abril de 1894, falleció. Pío XI lo beatificó el 15 de junio de 1930, y lo canonizó el 20 de mayo de 1934.

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Foro


Obispos por la vida del pueblo

Por Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos el artículo de nuestro colaborador habitual el obispo de San Cristóbal de Las Casas, México, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel.

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SITUACIONES

Los obispos del país nos reunimos en asamblea plenaria, para programar el camino a seguir en este trienio. Escuchamos a expertos que nos ayudaron a tomar más conciencia de algunos problemas, como: La secularización de los cristianos, el racionalismo moderno, el necesario protagonismo de los laicos, la pobreza en el país, el lugar de la mujer, prepararse en ciencia y tecnología, las redes sociales, los cambios culturales de la globalización, los retos de la democracia, los jóvenes sin trabajo ni educación, pérdida de credibilidad, los alejados, los que han perdido el sentido de la vida, el retorno a lo religioso, debilidad del orden institucional, incapacidad de los gobernantes para atender los reclamos y necesidades del pueblo, falta de ética social, limitaciones del sistema de justicia, etc.

Ante estas realidades, nos propusimos este objetivo: “Fortalecer nuestra identidad como Iglesia, a la luz de la Palabra de Dios, de los Santos Padres y del Magisterio, para dinamizar la Misión Continental Permanente en el espíritu de la nueva evangelización, partiendo de la conversión personal y pastoral, y como discípulos misioneros, contribuir a la transformación de la realidad de México promoviendo la cultura cristiana”.

Decidimos dedicar nuestras próximas asambleas a la nueva evangelización en el contexto de un mundo secularizado y dominado por un relativismo ético; evangelización de la cultura,para potenciar el diálogo fe-razón; los medios de comunicación socialcomo instrumentos evangelizadores en el diálogo con la cultura emergente; los jóvenes, destinatarios prioritarios de la nueva evangelizaciónen el contexto de la sociedad postmoderna.

ILUMINACION

¿Por qué los obispos, a partir de nuestra identidad y misión, queremos contribuir a transformar la realidad del país? ¿No nos estamos metiendo en asuntos que son competencia sólo del Estado y de la sociedad civil? De ninguna manera: es nuestro deber seguir el camino de Jesús, quien siempre se compadeció de quienes sufren y nos encomendó trabajar por la vida digna de nuestro pueblo. Si no lo hiciéramos, nos pareceríamos a los clérigos del Antiguo Testamento, dedicados sólo a los ritos cultuales, y no seríamos buenos samaritanos.

En Aparecida, dijimos: “Los Obispos, como sucesores de los Apóstoles, junto con el Sumo Pontífice y bajo su autoridad, con fe y esperanza, hemos aceptado la vocación de servir al Pueblo de Dios, conforme al corazón de Cristo Buen Pastor. Como Pastores, servidores del Evangelio, somos conscientes de ser llamados a vivir el amor a Jesucristo y a la Iglesia en la intimidad de la oración, y de la donación de nosotros mismos a los hermanos y hermanas, a quienes presidimos en la caridad” (186). “Estamos llamados a ser maestros de la fe y, por tanto, a anunciar la Buena Nueva, que es fuente de esperanza para todos. Los Obispos hemos de ser testigos cercanos y gozosos de Jesucristo, Buen Pastor” (187). “Nos esforzamos por presentar al mundo un rostro de la Iglesia en la cual todos se sientan acogidos como en su propia casa. Para todo el Pueblo de Dios, buscamos ser padres, amigos y hermanos, siempre abiertos al diálogo” (188). “No podemos olvidar que el obispo es testigo de esperanza y padre de los fieles, especialmente de los pobres” (189).

El Papa Francisco nos ha pedido: “Esto os pido: sed pastores con olor a oveja, pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres” (28-III-2013).

COMPROMISOS

Así como un Papa no puede, él solo, reformar la Iglesia y cambiar el mundo, así los obispos no podemos ni debemos abrogarnos el derecho y el deber de luchar por una vida más digna y plena para nuestro pueblo, en especial para jóvenes, mujeres, pobres, migrantes, presos, indígenas, familias y para la sociedad en general.

Eso sí: sacerdotes, religiosas y obispos debemos involucrar más en el trabajo pastoral a las mujeres, a los laicos y a los jóvenes. Nosotros solos no somos la Iglesia; la presidimos en la caridad y tenemos responsabilidades propias para asegurar la fidelidad al Evangelio, pero la Iglesia depende de todos los creyentes.

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Los ochenta años de monseñor Rafael Llano Cifuentes
Sentidas palabras del obispo emérito de Nova Friburgo en Brasil

Por Mons. Rafael Llano Cifuentes

RíO DE JANEIRO, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - El pasado 23 de febrero, monseñor Rafael Llano Cifuentes, obispo emérito de la Diócesis de Nova Friburgo en Brasil, celebró sus ochenta años de vida.

Ofrecemos a continuación el texto de las palabras de agradecimiento que expresó en la misa celebrada en aquella oportunidad, enviadas con mucha gentileza a la redacción de Zenit.

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Un agradecimiento

La principal sensación que prevalece en mi octogésimo cumpleaños es un profundo agradecimiento a Dios.
La vocación con la que el Señor me ha beneficiado supera con mucho mis deseos y mis posibilidades. La entrega total me asustó. Yo quería ser un profesional competente, casarme y tener familia.

El Señor tenía otros planes, más elevados…

Sin embargo, desde el momento en que decidí seguirle sin reservas y sin condiciones, vino una luz y una fuerza tan grande y profunda que comprendí que no eran mías. Tengo que agradecer al Señor con toda mi alma que nunca haya tenido una duda sobre mi vocación. Gratias tibi, Deus, Gratias tibi! ¡Gracias, Señor!

Esta acción de gracias que hago ahora llega a muchos otros, empezando por mis padres- Antonio y Estela-: ellos me supieron dar una educación cristiana sólida y profunda. Considero a mi madre una mujer santa. Ella, con coraje cristiano, fortaleza y espíritu de sacrificio engendró y educó nueve hijos.

Mis hermanos, en su mayoría siguieron la misma vocación del Opus Dei, como miembros laicos. En ellos encontré un ejemplo sólido de las virtudes humanas y cristianas. Hacia ellos también se vuelve mi gratitud.

Mi experiencia al lado de San Josemaría Escrivá ha representado, sin embargo, el factor más importante de mi vocación. Los tres años que trabajé con él estrechamente han guiado el ritmo de mis pasos al lado de nuestro Señor. De San Josemaría recibí la invitación al sacerdocio y he encontrado el modelo de mi conducta.

Muchos hermanos en el episcopado ya me advirtieron acerca de la responsabilidad que tengo de haber convivido y haber sido el secretario del Fundador del Opus Dei, un santo canonizado, que es ahora – de forma más visible- ejemplo para millones de personas y miles de sacerdotes de los cinco continentes. Esta obligación representa un estímulo para mí que me impulsa y me anima en mi lucha por la santidad.

Espero que, al lado de la Trinidad del Cielo y de la tierra, a quien tanto amaba, San Josemaría acoja benignamente este agradecimiento que hago ahora, por tantos beneficios recibidos a través de él y que difícilmente podré devolver a la altura que se merece.

Además de estos reconocimientos habría que añadir muchos otros. Pongo de relieve el cariño fraterno de tantos y tantos miembros de la Prelatura del Opus Dei, con los que he convivido y que encuentra en el Obispo Prelado del Opus Dei, D. Javier Echevarría, la más alta significación y de otros hermanos que vi crecer a mi lado en este querido Brasil, que se ha convertido en mi Patria. Además de todos mis hermanos en el episcopado, aquí presentes, así como a los sacerdotes con los que he trabajado durante catorce años como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de San Sebastián de Río de Janeiro, gracias especialmente a los queridos sacerdotes y diáconos de la diócesis de Nueva Friburgo que tanto me han ayudado y que sin ellos hubiera sido imposible realizar todo lo que he hecho. Gracias por vuestra a mistad y vuestro cariño.

No puedo dejar de recordar a las personas que trabajaron todo el día a mi lado, los asesores, los empleados y motoristas y singularmente, en mi oficina, a Elizabeth y Jonás. Gracias de modo especial a las Hermanas contemplativas, a la fidelidad de sus oraciones. Y a las Hermanas de la Toca de Asís, al afecto con el que acompañaron mi trabajo en la adoración diaria al Santísimo Sacramento.

La gratitud sin medida a las Hermanas del Buen Consejo que cuidaron con sumo extremo la residencia episcopal y el seminario diocesano. Este seminario de Nova Friburgo, que no podría haber sido construido sin la ayuda especial de Dios y sin la colaboración de todas las parroquias, es la alegría del Obispo. Allí se formaron los 12 sacerdotes que tuve la alegría de ordenar y allí viven los seminaristas, a los que continuamente recuerdo en mi corazón y en mis oraciones.

En la presente circunstancia no puedo dejar de nombrar y recordar a la persona del Santo Padre Benedicto XVI. A él dirijo mi más profundo sentimiento de gratitud y también oraciones por su salud y descanso.

Tengo que añadir que la vocación de entrega a Dios - algo que me parecía en mi juventud un gran sacrificio - es lo que se convirtió en la llave maestra de mi vida, y eso le dio el más alto sentido a mi existencia.

Puedo decir con toda convicción que, después de 51 años en la "Tierra de Santa Cruz" Dios me ha dado mucho más de lo que deseaba: el ciento por uno en los amores, sentimientos y afectos, familia, hermanos y hermanas, en las alegrías pastorales, y frutos apostólicos y de modo especial en un gran cariño a este bendito país: Dios cambió mi nacionalidad no sólo en el pasaporte de papel, sino también, y sobre todo, las fibras de mi corazón: amo a Brasil más que al país donde nací ... . Y la Diócesis de Nueva Friburgo, con sus diecinueve municipios, llegó a ser como la amada Iglesia, la pasión de mi vida. Siempre voy a seguir viviendo por ella y también por ella quiero morir.

El Señor me dio como gracia inigualable una felicísima fidelidad.

La fidelidad que para alguno puede ser como una carga pesada es, de hecho, el secreto de nuestra felicidad. Lo recordaba el beato Juan Pablo II en el Encuentro inmemorable e irrepetible con las familias en Río de Janeiro en octubre de 1997 en el Aterro de Flamengo, cuando nos decía: "¡Dios os llama a la santidad! Él mismo nos escogió por Jesús Cristo antes de la creación del mundo - nos dice san Pablo - para que seamos santos en su presencia (Ef 1, 4). Él te ama con locura, Él quiere tu felicidad, pero quiere que sepas siempre combinar la fidelidad con la felicidad, porque no puede haber uno sin lo otro”. La fidelidad y la felicidad son dos palabras muy parecidas que se confunden tanto en la manera de ser vocalizadas como en la realidad de la vida.

Y este binomio inseparable - tengo que reconocer con inmensa gratitud a Dios - es lo que forma la trama y la urdimbre de mi vida (...).
La vocación sacerdotal se construye sobre los diferentes estratos arqueológicos, las dificultades superadas, las desilusiones naturales de la vida, las caídas y los comienzos y los recomienzos... Así se construye - día a día, ladrillo a ladrillo, con un sacrificio unido a otro, con una renuncia vivida al lado de otra - una fidelidad que no es carga sino camino seguro para la verdadera felicidad. (...)
Digo esto no como algo que yo me gloríe, sino como algo que me hace clamar: gracias, Señor, muchas gracias! Yo no sabía que me ibas a dar tanto, por lo poco que te he entregado(...) Lo proclamo también para que nuestros queridos seminaristas y los sacerdotes que están comenzando su camino, comprendan que vale la pena, que nada más en el mundo vale tanto la pena como esta entrega que nos convierte en alter Christus, otros Cristos.

Además de estos reconocimientos, se deberían ampliar, los acorto para no ser aburrido, debería referirme a los sentimientos que experimento al pasar la línea de sombra que representa los ochenta años.

La proximidad del término hace más perceptible, pasajera y efímera la vida. Los acontecimientos parecen perder peso e importancia.
En el curso de la vida, la existencia, en el otoño, cuando no se rechaza el núcleo interior de la personalidad, se va haciendo cada vez más fuerte la conciencia de lo eterno, o para decirlo más claramente, la necesidad de Dios. Las cosas y los acontecimientos de la vida inmediata pierden su carácter perentorio. Lo que parecía ser de la mayor importancia deja de ser así, y lo que se consideraba insignificante cobra seriedad y luminosidad. La distribución de los pesos y los valores que se asignaron a cada una de las cosas, pueden a veces modificarse.

Esta toma de conciencia no conduce a una visión relativista, sino a dar luz a la creencia de que para alcanzar la madurez y superar el escepticismo uno debe renovarse. El idioma portugués es el único que identifica la palabra JOVEN con la palabra NUEVO. Los más jóvenes son más nuevos. Es muy significativa esa forma lingüística, porque realmente renovarse es rejuvenecer.

Renovar la vida es no caer en la rutina, este tipo de decepción decrépita de los que piensan que poco de nuevo, de diferente, le queda por vivir, que la curva del tiempo va declinando y en vez de crecer está descendiendo… Síntomas estos de lo que se viene llamando la crisis de la mediana edad..., de los 40 o 50 años. Una crisis que no debería suceder a ninguno de nosotros si realmente, en cada paso de nuestro viaje, supiéramos renovarnos. Es en ese sentido que los franceses dicen "renovarse o morir".

La vejez no es la situación de las personas que pierden su juventud. Tenemos que superar este infantilismo peligroso que lleva a pensar que este momento de la vida, que se llama juventud, es el que tiene valor para los seres humanos. A veces la vejez se reduce a aspectos negativos: las limitaciones, pérdida de elasticidad, la reducción del ímpetu de ciertas facultades... El anciano, de acuerdo con este punto de vista es un joven disminuido.

Es importante considerar en esta fase de la vida el valor de la experiencia adquirida a lo largo del camino y la madurez que se confunde con la sabiduría.

De hecho, la ancianidad tiene cualidades que la juventud no tiene, sobre todo la cualidad suprema que llamamos sabiduría. La vivencia profunda de que todo pasa, nos lleva a la necesidad vital de lo que no pasa, a lo eterno.

La sabiduría propia del hombre maduro, es algo muy diferente del ingenio, de la astucia. Es más capaz de distinguir entre lo importante y lo trivial, entre lo genuino y auténtico, entre lo transitorio y lo eterno, entre la fugacidad de la vida y la felicidad inconmensurable de poseer a Dios.

En esto radica el primer nivel de sabiduría: una experiencia profunda de que todo pasa, nos lleva a la necesidad vital de lo que no pasa, lo eterno.

La sabiduría da luz a una estabilidad serena, nueva y excelente, capaz de inspirar confianza a las personas de todas las condiciones y clases. Junto a ella parece que se sienta el impulso de exclamar: ¡qué bien que le he conocido, qué buena oportunidad poder vivir a su lado!. Confieso que esto es lo que sentí cuando tantas veces conversé con el beato Juan Pablo II, con su sucesor, Benedicto XVI, y numerosas oportunidades, con mi querido padre espiritual San Josemaría.

Dejo aquí su última confidencia, cariñosa, optimista, llena de esa madurez suave que proporciona una experiencia de vida y un elevado amor de Dios, hecha por él en su Jubileo de Oro Sacerdotal: "Cincuenta años, me siento como un niño que balbucea: Estoy comenzando y recomenzando en mi lucha interior de cada jornada. Y así hasta el fin de los días que me queden: siempre recomenzando. El Señor así lo quiere, para que en ninguno de nosotros haya motivos de soberbia ni de necia vanidad.”

¡Cuántas luchas, cuántos intentos frustrados, cuántos renovados esfuerzos, integran la vida de los amigos de Dios! Una de las cosas que veremos en el cielo será precisamente que la vida de los santos no será representada por una línea recta siempre ascendente, uniformemente acelerada sino por una curva sinuosa, ascendente y descendente, hecha de ánimos y lentitudes, emergencias y retrasos, aumentos y disminuciones… y de recomienzos vigorosos.

Conocer la sabiduría de un anciano es una bendición de Dios. Ahí remansa una larga vida: amó y fué amado, sufrió pero no perdió la alegría de vivir. Y todo esto se quedó impreso en su rostro sereno, con su voz suave, y tal vez, en su silencio elocuente, y aún más en su vida de oración: Romano Guardini hace hincapié en este sentido que "el núcleo de la vida de un anciano no puede ser otro que el de la oración".

Cuando el curso de nuestra vida sigue la voluntad de Dios, todo lo que vive se eterniza, aunque lo que se haga parezca banal: el Señor nunca olvidará las renuncias que hemos hecho para ser fieles a nuestra vocación, nunca se olvida de los pequeños sacrificios , las alegrías experimentadas por su trabajo y el amor, nunca se borrará la ayuda que damos a los demás, aunque fuera tan pequeña como la del Evangelio que se reduce a dar por amor un vaso de agua ... (Cf. Mt 10:42). Son las palabras, los gestos y obras esculpidas en el libro de la vida con caracteres de oro que no se desvanecen con el tiempo.

La sabiduría de la vejez, que pido al Señor me dé, no se consigue con melancólicos recuerdos, pero sí impregnando este "síndrome" del verdadero atleta que se esfuerza más y más cuando está llegando a la meta. Hillary, en un discurso pronunciado en el Parlamento británico después de su primer intento fallido de alcanzar la cima del Everest, mirando la fotografía de la cumbre, lanzó un reto: "Voy a ganar. Tú creciste todo lo que podías crecer y yo todavía estoy creciendo.”

Todavía estoy creciendo. Esta sabiduría no se deja vencer por la tentación de los recuerdos, continúa centrada en el futuro que le espera.
Todavía queda mucho por hacer, todavía queda mucho por construir, mejorar, muchas virtudes por obtener, muchos proyectos por realizar, muchas personas a quien hacer felices, hay todavía muchas almas para salvar... Y todavía tenemos la eternidad de Dios que nos espera junto a los seres queridos! Reflexionando así sobre las cosas, cómo es posible envejecer!

¿Alguna vez pensamos en el sonido fonético y psicológico que tiene la palabra “todavía “? “AINDA” Sigue siendo una de las palabras más bellas de nuestro léxico portugués. “Todavía” es el adverbio de esperanza y juventud.

La vida de un hombre que vive en este clima nunca deja de crecer hasta el último instante. Cada hora, cada día, cada año, cada dolor, cada alegría tiene un sentido de esperanza: no pasa para gastarlo, sino para construirlo definitivamente. La gran fuerza del renovado sentido de la vida, de la esperanza cristiana siempre presente, da una juventud perenne, eterna juventud, que está en la conciencia profunda y gozosa de que la vida en la tierra es un preludio de la vida eterna. Para aquellos que se abalanzan hacia adelante y corren hacia su felicidad eterna, siempre hay en el horizonte un más y más. Y al final de sus días en la tierra, este hombre puede decir, como el viejo Simeón, teniendo finalmente en los brazos al Salvador que anhelaban toda su vida: "Ahora, Señor, ya puedes dejar partir en paz a tu siervo" (Lucas 2: 9)... Estas palabras abren serenamente las puertas de la felicidad eterna.

Si la esperanza es el módulo para medir la juventud, ser joven es tener mucho futuro, un hombre en el ocaso de su vida - tal vez ya cercanos los noventa años - se puede sentir como un niño que se enfrenta a un futuro sin fin, un futuro eterno ... Es bonito que la iglesia denomine el día de la muerte dies natalis, el "día de nacimiento" ...

Queridos hermanos y hermanas, al final de esta celebración de acción de gracias, les pido que haya un nuevo florecimiento de vocaciones sacerdotales y religiosas, una mayor participación de los laicos en la construcción de una sociedad más justa y más cristiana, y al mismo tiempo debo repetir incansablemente: vale la pena, vale la pena! Gracias, Señor, muchas gracias! Es también por esta razón que puedo clamar en altavoz: Nuestra Señora de Guadalupe, mi querida madre, muchas gracias, muchas gracias por todo!

Río de Janeiro, 22 de febrero de 2013.

Mons. Rafael Llano Cifuentes
Obispo Emérito de la Diócesis de Nova Friburgo

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La vocación: Cuando Dios llama
Hoy es la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Por P. Arnaldo Alvarado

CAñETE-LIMA, 21 de abril de 2013 (Zenit.org) - Lo común en la vida es que la gente elige aquello que le conviene. Busca por propia iniciativa. Pero el presbítero no ha buscado serlo, sino que ha sido buscado e invitado. La cuarta semana de pascua es denominado el “Domingo del Buen Pastor”. La Iglesia dedica este día especialmente para la Jornada de oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Además este día somos más conscientes de ayudar a la Iglesia en sus necesidades. Esta ayuda se concreta también sosteniendo la formación de los futuros presbíteros.

Como hijos de la Iglesia debemos tener el mismo sentir de nuestra madre la Iglesia. Dios necesita cooperadores. La Iglesia necesita ministros santos y totalmente entregados para seguir ofreciendo la vida divina a los hombres. Sin Dios no hay futuro, no hay humanidad.

Quienes pasan a la historia y siempre serán recordados son la gente buena y abnegada, que han hecho algo por los demás.  El presbítero siempre hace algo por los demás; sea quien sea: el pecador, el enfermo, el ignorante, el sufriente, el ateo, el sin sentido de vida, el feliz. Los presbíteros son hombres de Dios; marcan la historia con la vida de Dios. Pero también está propenso al pecado. El demonio está muy afanado en perder almas entregadas. Apoyemos al presbítero, si alguno ha sido frágil, seamos fraternos, caritativos y pidamos la misericordia de Dios para él. Dios lo juzgará. No nos toca condenarlo o condecorarlo.

Ser presbítero significa recibir una predilección de Dios y una tarea estupenda. Dios llama y elige gratuitamente para ser sus ministros. El que recibe la vocación está invitado a corresponder a ese don con toda su libertad. Generalmente nos dejamos llevar por lo que se ve, se toca, se mide, se calcula; es decir, lo inmediato. De ahí que fácilmente no valoremos las realidades espirituales. La gracia de Dios es invisible y real. Con Dios o sin Dios la vida es diferente.

Aceptar la voluntad de Dios es difícil cuando se trata de dejarlo todo. Pero quien recibe esta vocación de entrega total debe responder inmediatamente a Dios. Ha recibido un don inmerecido. Este regalo --de la vocación--, es grande, sorprendente, es amor de Dios. Para la respuesta exige una gran libertad. Los humanos somos capaces de entregarnos por causas justas y nobles. Cómo no vamos a entregar nuestra vida por la causa de Dios, el bien de los hermanos y la salvación de los hombres. Hay mucho que hacer, “los operarios son pocos” y la viña es extensa.

Rezar por las vocaciones en la Iglesia es responsabilidad de siempre. Pero estos días especialmente. ¿Cómo puedo rezar? Orar siempre está a nuestro alcance. Hay diversas formas de hacerlo: rezar el santo rosario, hacer pequeños sacrificios, perdonar a alguien, pedir una Misa y rezar por esta intención, hacer un rato de adoración ante el santísimo, contribuir económicamente con este fin, hacer una obra caritativa, aunque no la queramos.

Todos los bautizados y hombres de buena voluntad somos miembros de la Iglesia. Somos Iglesia.  Tenemos que pedir al Señor abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas.  Dios siempre escuchará nuestras oraciones. Cuando Dios llama, el sí generoso cambiará toda una vida. También ayudemos al presbítero con nuestros sacrificios y oraciones. Ellos rezan por nosotros. “Un hermano ayudado por su hermano es como una ciudad amurallada, quién la podrá destruir”.

* El padre Arnaldo Alvarado es formador del seminario menor "Nuestra Señora del Valle" de la Prelatura de Yauyos-Cañete, Perú.

El mensaje del papa por la L Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones aquí

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