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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 27 de abril de 2013

Testigos de la Fe

El Credo en el Perú: Testimonio de Santo Toribio
Hoy es la solemnidad del gran obispo evangelizador

Francisco papa

El papa Francisco es una respuesta de Dios a la "nueva evangelización"
En un ensayo sobre nueva evangelización, Salvatore Martínez habla de la elección del pontífice argentino como "el soplo potente del Espíritu que quiere romper todas nuestras resistencias humanas"

El papa a monseñor Fisichella: "Diles que les quiero mucho"
Mensaje del papa a monseñor Rino Fisichella antes de partir a Rímini al encuentro con los carismáticos

Mirada al mundo

España: El congreso avilista abordó la nueva evangelización
Continúa la celebración del Congreso Internacional de San Juan de Ávila

Educación

Los desafíos en Chile a los profesores de Religión
La Red de Centros Teológicos se reunió en la Universidad Católica

Libros

''La madre. La tuya y la mía''
Un libro que pone en valor a quien nos trajo al mundo, en su Día

Cine

Crítica de cine: "Los Miserables"
La libertad deber ser completa

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Rafael Arnáiz Barón
«La cruz: único tesoro»

Nueva Evangelización

Revivir la esperanza cristiana en tiempos de persecución
Testimonio de fe desde Aleppo

Espiritualidad

Es necesario experimentar y conocer al Espíritu Santo
Enseñanza de Raniero Cantalamessa en el encuentro de Renovación Carismática Católica en Rímini


Testigos de la Fe


El Credo en el Perú: Testimonio de Santo Toribio
Hoy es la solemnidad del gran obispo evangelizador

Por Jose Antonio Benito Rodriguez

LIMA, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - Al conmemorarse hoy a Santo Toribio Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima y patrono del episcopado latinoamericano, les ofrecemos un entrañable testimonios acerca del Credo en el Perú como motivación y estímulo en este Año de la Fe.

Solía decir Don Miguel de Unamuno -quien llegó a calificarse como "hereje de todas las herejías"- que sólo conocía un modo de ser católico: pensar, sentir y vivir como la Iglesia Católica. ¿Dónde se encuentra tal fórmula? En el Credo, el auténtico ADN de la Iglesia.

Santa Teresa de Jesús, consciente de los tiempos recios que le tocó vivir, testigo de cómo muchos habían apostatado de la fe de la Iglesia, pronunció al final de su vida, contenta y feliz: ¡Al fin muero hija de la Iglesia! También el santo padre de América, Toribio de Mogrovejo, aquel Jueves Santo, 23 de marzo de 1606, sabedor de que estaba a punto de emprender el viaje a la eternidad, acompañado de su capellán, Juan de Robles, y del párroco de Zaña, Juan de Herrera, recita con fervor el Credo y pide al prior agustino Fray Jerónimo Ramírez que taña el arpa, y muere cantando: ¡Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa del Señor!

Lo que vivió en el momento definitivo y supremo de la muerte fue habitual brújula de su conducta. Les comparto tan sólo uno pero representativo gesto:  la contundente formulación del Símbolo de la Fe por su parte y los padres del Tercer Concilio Limense de 1582-1583.

.....

Era el día de la fiesta de la Asunción, 15 de agosto de 1582,  cuando se proclamó la profesión de fe –EL CREDO-, a viva voz por fieles y pastores reunidos en la Catedral de Lima. A continuación, siguiendo el ejemplo y la autoridad de los antiguos padres, el sínodo consideró necesario anteponer la profesión de fe católica, fundamento óptimo de lo que ha de ser hecho correctamente. Consecuentemente se hizo, en estos términos, la profesión de fe a viva voz de acuerdo con la costumbre de la Iglesia romana:

Creo en un Dios, padre omnipotente, hacedor del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible, y en el señor Jesucristo, hijo unigénito de Dios, nacido de Dios padre antes de todos los tiempos, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, generado, no hecho, consustancial con el padre, por quien fueron hechas todas las cosas, que descendió de los cielos y se encarnó del espíritu santo y de la virgen María, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, y se hizo hombre y, crucificado también por nosotros bajo Poncio Pilatos, sufrió y fue sepultado y según las escrituras resucitó al tercer día y ascendió al cielo; está sentado a la diestra del padre y vendrá otra vez gloriosamente a juzgar a los vivos y a los muertos y su reino no tendrá fin, y creo en el Espíritu Santo, señor nuestro y dador de vida que procede del padre y del hijo y que habló por intermedio de los profetas y en una santa Iglesia católica y apostólica. Reconozco un bautismo, creo en el perdón de los pecados y espero la resurrección de los muertos y la vida en el tiempo futuro. Amén.

A continuación, el metropolitano de Lima, Toribio de Mogrovejo, para manifestar su fidelidad al Papa le formula 14 cuestiones a las que los padres conciliares manifiestan su aprobación y acatamiento. Para atestiguar aún de manera más amplia y manifiesta su sincerísima fe así como su fidelísima obediencia hacia la sede apostólica y los decretos del sagrado sínodo tridentino, los padres dieron las siguientes respuestas particularizadas al ilustrísimo metropolitano que se adelantó y formuló las preguntas como sigue:

1.      ¿Creéis firmemente y reconocéis todos y cada uno de los dogmas transmitidos en la profesión de fe editada por el concilio niceno y usada por la sagrada y romana Iglesia, madre y maestra en los asuntos sagrados? Después de recitar el arzobispo íntegramente la profesión de fe, todos juntos respondieron, así creemos y reconocemos.

2.      ¿Reconocéis también que los siete sacramentos verdaderos y propios de la nueva ley, instituidos por Cristo, el supremo, a saber el bautismo, la confirmación, la eucaristía, la penitencia, la extremaunción, el orden sagrado, el matrimonio, bien que no todos para todos, son necesarios para la salvación e indestructibilidad del género humano y que otorgan la gracia, así como que es una gran injusticia y pecado que se repitan el bautismo, la confirmación y el orden sagrado? Todos respondieron, así creemos y reconocemos.

3.      ¿Aprobáis, además, y recibís los ritos y costumbres de la Iglesia católica y romana en la práctica y administración de estos sacramentos? Respondieron,  aprobamos y recibimos.

4.      ¿Sostenéis, además, y aceptáis todas y cada una de las cosas que ha definido y declarado el sacro concilio tridentino acerca del pecado original y de su justificación? Respondieron, sostenemos y aceptamos.

5.      ¿Sostenéis también que en la liturgia de la misa se ofrece a Dios un sacrificio propio, verdadero y propiciatorio por los vivos y difuntos y que en el fructífero sacramento de la eucaristía, bajo la apariencia de las formas sensibles, está contenida verdadera y realmente la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo salvador, una con la divinidad? ¿Y también que toda la sustancia del pan se convierte en el cuerpo y la sustancia del vino en la sangre? Respondieron, así creemos y confesamos.

6.      ¿Confesáis asimismo que en cualquier forma y en cada una de sus partes se recibe total e íntegramente a Cristo y el verdadero sacramento? Respondieron, así creemos y confesamos.

7.      ¿Sostenéis, además, firmemente que hay un purgatorio donde las almas purgan temporalmente sus castigos, son limpiadas de sus pecados y ayudadas con los ruegos y sufragios de los fieles? Respondieron, sostenemos con firmeza.

8.      ¿Reconocéis, además, que hay que honrar e invocar a los santos que junto a Cristo reinan en el cielo y que ellos ruegan a Dios por nosotros y que hay que tener en gran honra y veneración sus cuerpos y reliquias? Respondieron, así creemos y confesamos.

9.      ¿Afirmáis, además, con decisión que hay que tener en alta estima las imágenes de Cristo el supremo y de su madre la virgen María y de todos los otros santos y rendir a cada una de éstas legítimo honor y culto? Respondieron, afirmamos decididamente.

10.  ¿Sostenéis, además, que la potestad de las indulgencias fue transmitida por nuestro señor Jesucristo a la Iglesia y que su uso efectivo es utilísimo y salvífico para el pueblo cristiano? Respondieron, sostenemos.

11.  ¿Aceptáis y abrazáis los ritos y tradiciones apostólicas y eclesiásticas y las restantes observaciones y constituciones de la santa Iglesia romana? Respondieron, aceptamos y abrazamos.

12.  ¿Aceptáis también las sagradas escrituras con la interpretación en que coincidieron de manera unánime los padres y con el sentido que siempre sostuvo y sostiene la santa madre Iglesia, a la que compete dar un juicio acerca del verdadero sentido e interpretación de las sagradas escrituras? Respondieron, aceptamos.

13.  ¿Reconocéis, además, que la santa Iglesia católica y apostólica es la madre y maestra de todas las Iglesias y juráis verdadero sometimiento y obediencia al romano pontífice y sucesor vicario de Cristo? Respondieron, reconocemos y prometemos.

14.  ¿Aceptáis también todo lo definido por los sacros cánones y los concilios generales legalmente realizados y, especialmente, todo lo decidido, definido y declarado por el concilio tridentino que se celebró últimamente? ¿Condenáis, además, y anatematizáis todo lo que le sea contrario y a los herejes condenados por la Iglesia, particularmente todo lo condenado y anatematizado en el mismo concilio tridentino? Respondieron, aceptamos, anatematizamos y detestamos lo contrario, así como a todos los herejes.

* José Antonio Benito es historiador y director del Instituto de Estudios Toribianos de Lima

Para conocer más: ietoribianos.blogspot.com/

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Francisco papa


El papa Francisco es una respuesta de Dios a la "nueva evangelización"
En un ensayo sobre nueva evangelización, Salvatore Martínez habla de la elección del pontífice argentino como "el soplo potente del Espíritu que quiere romper todas nuestras resistencias humanas"

Por Antonio Gaspari

RIMINI, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - El gesto de renuncia de Benedicto XVI ha procurado proféticamente una gran efusión del Espíritu Santo al mundo entero". Esto ha escrito Salvatore Martínez, presidente de la Renovación Carismática Católica, en el ensayo apenas publicado ¡Abre el corazón a Jesús y anuncia el evangelio! - una nueva evangelización carismática (edizioni Rns). (Spalanca il cuore di Gesù e annuncia il Vangelo! – una nuova evangelizzazione carismatica, edizioni Rns).

Según el presidente del RnS, "el no bajar de la cruz del papa Ratzinger ha generado como un nuevo Pentecostés en el corazón de los hombres sobre todo de los no creyentes y de los incrédulos".

Ha escrito Martínez que papa Francisco es un "carismático" en el sentido que comunica al mundo un "exégesis viviente de la belleza de ser cristiano".

Un papa que viene de un continente que ya Juan Pablo II indicaba como el  "de la esperanza". "Jóvenes tierras cristianas evangelizadas por el fervor de los europeos" de la que podría emerger la "nueva evangelización del mundo".

Para Martínez, la sencillez evangélica, la atención hacia los pobres, la fraternidad universal, un lenguaje sensible, directo al corazón y al espíritu del hombre hacen de la "misericordia de Dios la primera cifra del nuevo pontificado".

Para alimentar el fuego de la fe papa Francisco ha "bajado del trono" y ha pedido al pueblo de Dios "caminar juntos".

Al observar la humildad del papa Francisco, el presidente del RCC ha pensado en las palabras de San Agustín, "para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano".

Martínez ha subrayado que la invitación de papa Francisco a "no ceder al pesimismo y al desaliento" porque "tenemos la firme certeza que el Espíritu Santo da a la Iglesia, con su soplo poderosos, la valentía de perseverar y también de buscar nuevos métodos de evangelización" muestra que la "Iglesia está 'bajo el viento impetuoso de Pentecostés" en el que el Espíritu quiere romper todas los resistencias y los miedos.

En el ensayo de Martínez retoma las palabras de Benedicto XVI y precisa que "la verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe", por esto, como había ya advertido el cardenal Leon Suenens, "no basta cambiar las estructuras, no basta cambiar el cuerpo de la Iglesia; debemos primero renovar el al alma y el alma de la Iglesia es el Espíritu Santo".

Frente al riesgo del pérdida de sustancia de la fe, Benedicto XVI ha escrito "no serán las tácticas que nos salvarán, sino un fe pensada y vivida de una forma nueva".

En este contexto el año de la fe es precisamente una invitación universal a la conversión del corazón de la Iglesia. ¿Pero qué fe? Se pregunta Martínez, y responde "la fe en Dios amor" porque "toda la misión evangelizadora de Cristo se ha cumplido en el amor y por amor".

Continúa Benedicto XVI "a la raíz de toda evangelización no hay un proyecto humano de expansión, sino un deseo de compartir el don inestimable que Dios ha querido darnos, participando de su misma vida".

"El hombre - ha añadido Martínez - es amado por Dios, todo hombre es amado por Dios y busca al Amado, Jesús. Este es el sencillo y tocante anuncio que la Iglesia le debe al hombre"

"La nueva evangelización - ha concluido el presidente del RCC - es sierva del amor, es discípula y sierva de este amor" por esto el compromiso principal de la nueva evangelización es "ayudar a todos los creyentes a redescubrir en Jesús el rostro auténtico de Dios".

Traducido del italiano por Rocío Lancho García

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El papa a monseñor Fisichella: "Diles que les quiero mucho"
Mensaje del papa a monseñor Rino Fisichella antes de partir a Rímini al encuentro con los carismáticos

Por Rocío Lancho García

RIMINI, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - Monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo por la promoción de la nueva evangelización, celebró ayer por la tarde la eucaristía que concluyó la segunda jornada en la Feria de Rímini de la 36ª Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica. Después de la señal de la cruz, monseñor Fisichilla dio un mensaje inesperado y que provocó la alegría de las 15.000 personas presentes, dirigió a todos un saludo afectuoso del papa Francisco. "Antes de iniciar esta celebración, os traigo un saludo. Esta mañana, antes de salir, he estado con el papa Francisco. Le he dicho: "Santo padre, dentro de poco me tengo que marchar. Voy a Rímini, donde hay miles y miles de fieles de la Renovación Carismática: hombres, mujeres, jóvenes". El papa con una gran sonrisa me ha dicho: ¡Diles que les quiero mucho! Como si no fuera suficiente, al despedirse ha añadido: "Mire, dígales que les quiero mucho porque yo en Argentina era el responsable. Por eso, a ellos les quiero mucho".

Durante la homilía, monseñor Fisichella se dirigió con palabras afectuosas dando las gracias por la gran obra de nueva evangelización "que ya desde hace tiempo vosotros realizáis pero que se abre delante al compromiso de todos a través del Plan nacional para la nueva evangelización que se os ha entregado y que a partir de este momento se convierte en la brújula con la que trabajar y actuar en el corazón de la Iglesia".

Monseñor Fisichella en una breve y muy concreta predicación habló principalmente de la labor de la nueva evangelización y de Jesús como maestro que nos acompaña y no nos abandona en un mundo en el que muchas veces, el cristiano debe caminar contracorriente.

Continuó recordando que Jesús es el camino, la verdad y la vida, es la "revelación" que indica el recorrido que Dios desde siempre ha diseñado para nosotros. "La pregunta de Tomás es la nuestra: Señor, tu eres el camino, pero ¿cómo podemos conocerlo? El secreto de nuestra existencia, la plena realización de la felicidad, se tiene en la medida en la que conocemos el plan de Dios sobre nosotros y lo ponemos en práctica. Pero no siempre lo que el corazón comprende encuentra una plena y concreta realización". Sobre esta "realización" matizó que está solo en Cristo que nunca nos deja solos: "El camino nos permite conocer quien somos, donde esta yendo, indicarnos la meta. La nueva evangelización nos llama a hacer nuestra la certeza de la fe, a fundar la vida en Jesús". El testimonio no puede, por tanto, prescindir del anuncio de la esperanza, de la resurrección que se contrapone a la tendencia de la cultura de la muerte, en el que la falta de Dios quita la perspectiva y orientación al futuro. "Debemos hacernos peregrinos: la meta es Él, Jesús. Y en esta meta debemos encontrarnos a nosotros mismos".

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Mirada al mundo


España: El congreso avilista abordó la nueva evangelización
Continúa la celebración del Congreso Internacional de San Juan de Ávila

Por Redacción

CóRDOBA, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - Sigue celebrándose en Córdoba el Congreso Internacional de San Juan de Ávila que vive hoy su tercera jornada. Ayer tuvo lugar la segunda jornada del evento que se ceebra del 25 al 28 de abril, en la diócesis de Córdoba. Las ponencias de la segunda jornada se centraron en la misión, la vocación sacerdotal y la doctrina avilista.

Ayer se celebró una jornada intensa de trabajo profundizando en la figura del nuevo Doctor de la Iglesia Universal desde diversas perspectivas: contextual, sacerdotal y bibliográfica.

José Martínez Millán de la Universidad Autónoma de Madrid inició la sesión académica con una ponencia sobre: “Las dos ediciones del Audi filia: el contexto político y religioso”. El conferenciante trazó un recorrido por su biografía donde la Universidad de Salamanca, el contacto con la nobleza castellana como el de Sancha Carrillo, a quien dedica el Audi Filia, y otros factores como la creación de instituciones de carácter social, la Inquisición y el Renacimiento italiano manifiesto en la cultura, son los que conforman el contexto donde se gesta la obra del nuevo Doctor de la Iglesia. Asimismo, destacó que más allá de la teoría, “Juan de Ávila se coloca a la vanguardia de la reforma eclesiástica”, pues él y sus contemporáneos fueron considerados como “pioneros de la espiritualidad reformista”.

Saturnino López Santadrián de la Facultad de Teología de Burgos se centró en: “El beneficio de Cristo en San Juan de Ávila”. Influenciado por el realismo lógico, san Juan de Ávila habla de que “el hombre tiene la vida, el ser, el sentir y el saber para qué lo tiene por lo que su débito se corresponde con Dios”. Además el teólogo habló de la repercusión del Tratado del Amor, pues “es lo único con lo que podemos corresponder”, relacionado con la dimensión esponsal que tendrá toda la corriente espiritual que influye en el pensamiento del Maestro Ávila, junto al misterio de la Redención y la gracia de la Santificación, de la que distingue entre “el ser y el bien ser” de san Juan de Ávila. Y afirma: “San Juan de Ávila alentaba a sus penitentes con la redención del sumo beneficio”. Y finalizó aclarando la certeza de la justificación de la salvación contraria al pensamiento de Lutero.

Juan Esquerda Bifet de la Universidad Urbaniana de Roma explicó cómo “Ser sacerdotes desde los amores de Cristo a través de la herencia sacerdotal de San Juan de Ávila”. “El sacerdote está llamado a dar el amor de Dios” y “todos somos responsables de los dones recibidos”, una invitación que también ha hecho actualmente el papa Francisco. Relacionó el Tratado del Amor de Dios con la doctrina del Maestro Ávila, una relación que transmite “la sensación de entrar en los sentimientos sacerdotales de Cristo”. Trató la cuestión de que “la Iglesia es esposa de Cristo” y que “cada cristiano es la exégesis viva del Evangelio”, coincidentes ambas concepciones con la renovación posconciliar de Trento. Y abordó la naturaleza misionera de la Iglesia, indicando que: “el amor apasionado por Cristo lleva al anuncio apasionado de Cristo”.

El catedrático Santiago García Jalón de la Universidad Pontificia de Salamanca respondió a la pregunta: “¿Qué Biblia usó San Juan de Ávila?”, a lo que añadió otra cuestión: “¿Si Juan de Ávila leía los textos en latín o las traducciones en lenguas romances?”. Puede ser que “Juan de Ávila leyera una traducción del primer cuarto del siglo XV, influenciado por la Escuela Franciscana”, afirma García Jalón, pero que “a la hora de adoptar criterios hermenéuticos Juan de Ávila reproduce las palabras de San Buenaventura”. El ponente sostiene la lectura de Juan de Ávila de textos latinos, lo que nos lleva al debate sobre la utilización de las lenguas vernáculas. Al mismo tiempo, el conferenciante destacó que el siglo XVI es el siglo de la filología hebrea debido al creciente interés por conocer esta lengua.

La tarde se inició con la intervención del obispo venezolano de San Cristóbal Mario del Valle Moronta, canciller de la Universidad Católica del Táchira quien presentó a san Juan de Ávila como precursor de la nueva evangelización. Con una ponencia titulada: “San Juan de Ávila, profeta de la evangelización”, monseñor Moronta abordó el amor a Cristo y a la Iglesia y ha destacado que para poder ser fieles en la misión hay varias exigencias: “ver la vida cristiana como un camino de conversión, el anuncio de la palabra frente a la ignorancia religiosa y la opción preferencial por los pobres”. Finalmente, habló de la vida de santidad de san Juan de Ávila “cuya doctrina no sólo avivaba la formación sino la atención pastoral a los niños y aldeanos”. Y añadió: “Desde mi región destaca el influjo que tuvo san Juan de Ávila en los misioneros de América como en su patrono: Santo Toribio de Mogrovejo. Además, indicó que en san Juan de Ávila podemos reconocer “un maestro de la nueva evangelización”. En este sentido, dijo: “Hoy vemos en san Juan de Ávila lo que fue ayer, el Apóstol de Andalucía pues “supo oler a las ovejas”. Hoy “Andalucía es más grande, tenemos que ser apóstoles y tener la osadía de san Juan de Ávila” y así exhortó: “Fruto de este congreso debe ser el deseo de imitarlo”, pues “los tiempos de la nueva evangelización son los tiempos de la renovación del Concilio Vaticano II”.

Francisco Javier Díaz Lorite, del Estudio Teológico de Jaén, expuso la vinculación del nuevo doctor de la Iglesia con la diócesis vecina y destacó su propio descubrimiento de este “gigante de la santidad”. Mediante una ponencia titulada: “Hacedlo todo por amor de Dios”, continuando con la argumentación de la mañana, sobre su escrito Tratado del Amor, afirmó que “el amor de Dios es el hilo conductor de la doctrina de san Juan de Ávila, concretamente, el amor trinitario. Desde la perspectiva cristológica explicó el pensamiento teológico de san Juan de Ávila quien se sintió perdonado, amado y consolado durante los años en que estuvo en la cárcel. También destacó su pedagogía centrada en la vida cotidiana, comentando: “que unas veces queremos a Dios pidiéndole algo a cambio y otras veces sin esperar nada”. Finalmente desarrolló la razón teológica por la que san Juan de Ávila entiende el amor al prójimo: “porque amo a Dios amo al prójimo”.

Gloria Irene Álvaro Sanz, catedrática de Lengua y Literatura en Valladolid, expuso: “Luz de la Palabra, San Juan de Ávila Doctor de la Iglesia Universal”. Abordó las obras literarias de los intelectuales de la España contemporánea al Maestro. Un Siglo de Oro de las letras que no lo fue en el ámbito económico, social ni religioso. Explicó que el propio san Juan de Ávila afirmaba que “en tales tiempos estamos que ninguna cosa debemos de tener por segura salvo que Dios no abandona”. Y mencionando las más de cien cartas a modo de ideario espiritual destinadas a mujeres, san Juan de Ávila se constituye en un “excelente comunicador” donde según describe la experta, se dirige a sus destinatarias con consejos consoladores y argumentativos apoyados en las Sagradas Escrituras.

Manuel Ruíz Jurado, jesuita de Sevilla, habló sobre: “El discernimiento vocacional según San Juan de Ávila”, trazando su influencia en el pensamiento reformista del estado eclesiástico. Al examinar las causas y remedios de las herejías, san Juan de Ávila hacía referencia al discernimiento necesario para que los clérigos cumplan “las buenas leyes”, indicó el profesor. E incidió en la necesidad de “abrirse a la confianza en Dios por razones de fe”, a la hora de cuidar la elección de los ministros de Cristo. De igual modo hizo referencia a la vocación sacerdotal en la actualidad donde existen jóvenes con “verdadero celo apostólico”.

Cerró la jornada Francisco Juan Martínez Rojas, Profesor del Estudio Teológico y Deán de la Catedral de Jaén, quien ha expuesto: “La Universidad de Baeza y San Juan de Ávila”.

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Educación


Los desafíos en Chile a los profesores de Religión
La Red de Centros Teológicos se reunió en la Universidad Católica

Por Redacción

SANTIAGO DE CHILE, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - En los encuentros de teología de la Universidad Pontificia de Chile se trataron los desafíos existentes para la Pedagogía en Religión, en el contexto sociocultural actual de Chile, y la vinculación con el Capítulo Chileno de Universidades Católicas.

El encuentro fue inaugurado por el vice gran canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile, presbítero Cristián Roncagliolo y el decano de la Facultad de Teología de la misma Casa de Estudios, señor Fredy Parra. Los temas expuestos en este encuentro se centraron en los desafíos existentes para la Pedagogía en Religión en el contexto sociocultural actual de Chile y la vinculación con Capítulo Chileno de Universidades Católicas. Este último, fue expuesto por el rector Ignacio Sánchez.

La Facultad de Teología UC fue sede el viernes 19 de abril del IV Encuentro de la Red de Centros Teológicos del país. “El motivo que hoy convoca a todos los centros que imparten formación teológica en Chile, tiene una especial acentuación en los profesores de religión”, destacó en su bienvenida el vice gran canciller Cristián Roncagliolo. Exhortó a los centros de formación teológica a “formar profesores de calidad y en fidelidad a la iglesia. De calidad porque deben ser profesionales de excelencia con todas las herramientas pedagógicas y teológicas que los validen entre sus pares y entre sus alumnos. Al mismo tiempo hemos de formar docentes que adhieran afectiva y efectivamente al Magisterio”.

Resaltó que “un maestro en la fe ha de tenerla. Esto implica una tarea no menor para nosotros. En primer lugar, cuidar nuestra fe; en segundo lugar descubrir que nuestros centros de formación teológica han de orientar a docentes y estudiantes hacia un encuentro vivo con Cristo, a vivir el acontecimiento de la fe para que cambien sus vidas y tenga un nuevo horizonte a toda su existencia”.

Luego de la bienvenida dada por el decano de la Facultad de Teología UC Fredy Parra, y la presentación de cada uno de los asistentes, Galvarino Jofré, director del área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, expuso el qué y el para qué de la Pedagogía en Religión, en el contexto sociocultural actual de Chile: “los programas de formación deberían considerar: el análisis crítico de las teorías educativas actuales a la luz de la propuesta educativa de la iglesia” que involucren no solo la inclusión de la formación filosófica, sino que además se haga consciente de que “la incidencia en su enseñanza está íntimamente vinculada a su testimonio de vida, a la experiencia personal de su encuentro con Jesucristo, a una intensa vida espiritual que lo configura como un maestro afectivo, comprensivo, recto, equilibrado, paciente y disponible”.

María Elena Tobar, coordinadora de Desarrollo Profesional Docente del área de Pedagogía de Religión presentó un análisis de los resultados correspondientes a la evaluación de la Pedagogía en Religión entregados por el Ministerio de Educación y destacó: “el propósito de estas evaluaciones contribuyen al desarrollo y fortalecimiento sostenido de la profesión docente (…) y aporta información valiosa a cada uno de los actores educativos, al sistema de formación inicial y continua de los docentes y el sistema  educativo general”. Asimismo, estas mediciones “permiten a los profesores hacer un proceso de autorreflexión respecto de su desempeño profesional, reconociendo sus fortalezas y debilidades con el fin de aumentar las fortalezas  y mantenerlas y de mejorar las debilidades. También les debe otorgar espacios para buscar instancias para su desarrollo profesional”.

Algunos de los desafíos que se plantearon propios del profesor de religión en Chile tienen que ver con su formación: es primordial incorporar en su formación la diversidad cultural con la cual se enfrentan en el aula; y con la experiencia y vida de la fe de estos maestros, es decir, no solo deben cumplir con las exigencias en contenidos y pedagogía, que aún “no alcanzan el nivel competente de acuerdo al Marco para la Buena Enseñanza ni en el ámbito pedagógico ni disciplinario”, sino que debe tener un verdadero encuentro con Jesucristo.

El rector Ignacio Sánchez, en su calidad de presidente del Capítulo Chileno de Universidades Católicas, comentó luego de su exposición, que lo que “se busca es el intercambio de profesores, trabajo de investigación conjunta, intercambio estudiantes, unión frente a temas de relevancia nacional, entre otros. Asimismo, es importante unirse por una mirada común. El llamado es a un trabajo conjunto”.

El grato ambiente de reflexión y debate fue propicio para definir algunas variables formales. En esta ocasión, el nombre de la agrupación se definió como: “Red de Centros Teológicos y de Ciencias Religiosas y Filosofía de las Universidades Católicas Chilenas” y se puntualizó que para integrar la Red, los centros deberán: realizar docencia, investigación o vinculación con el medio; ser unidades académicas de universidades autónomas o afiliadas a universidades que pertenezcan a las universidades chilenas católicas; estar constituidos como facultades, institutos o departamentos de teología; o facultades, institutos o departamentos de ciencias religiosas; o facultades, institutos o departamentos de ciencias religiosas y filosofía.

Asimismo, se estableció que la periodicidad del encuentro de esta red de centros teológicos será anual, optimizando otros encuentros que se realizan durante el año, como el de la Sociedad Chilena de Teología. La próxima fecha se fijó para abril de 2014, en la Universidad Finis Terrae, Santiago.

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Libros


''La madre. La tuya y la mía''
Un libro que pone en valor a quien nos trajo al mundo, en su Día

Por Redacción

BARCELONA, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - Para regalar y para reflexionar sobre el papel de la mujer que aceptó decir sí a nuestra vida. Un libro para el Día de la Madre, de Josep Maria Alimbau y publicado por la editorial Claret.

Se lee en la sinopsis del libro:

¡Gracias, madre, por haberme dado tanto!

¡Gracias, madre! Tú pusiste en marcha y diste cuerda y movimiento al motor-reloj de mi corazón, de mi vida, de mis esperanzas.

¡Gracias, madre! Tú entrelazaste mis venas entre vigilias y sueños; y que me ofreciste tu sangre, tu genética, tu vida, tu fe.

¡Gracias, madre! Tú me diste un cerebro, asiento de las funciones esenciales motoras y espirituales.

¡Gracias, madre! Tú me diste dos ojos por luceros, para descubrir la belleza del mundo y poder contemplar tu sonrisa, para que así yo aprendiera a sonreírte, y descubriera tu incomparable hermosura.

Me diste dos oídos para poder percibir las sinfonías externas y escuchar tu bendita voz de madre; y dos mejillas que tejiste de piel sensible y suave, para recibir tus caricias, tus arrullos, tus besos de madre.

¡Gracias, madre, por haberme dado dos manos y dos brazos para poder refugiarme, agarrarme a tu cuello seguro y esbelto, y por formar mis dos pies para poder seguir tus pasos!

¡Gracias, madre por tu gran generosidad, por la inmensidad de tu amor y por tu incomparable ternura!

¡Sí, gracias, madre, por haberme dado tanto!

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Cine


Crítica de cine: "Los Miserables"
La libertad deber ser completa

Por Jose Antonio Varela Vidal

ROMA, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - Hay obras literarias que permanecen en el tiempo, las cuales adaptadas para el cine o el teatro, se convierten en clásicos que reviven en nuestros días. 

Este es el caso de la novela "Los Miserables" del francés Víctor Hugo (1802-1885), que hoy como en su época, sigue suscitando reacciones al modo en que fueron presentados los personajes de una Francia del siglo XVIII postrevolucionaria, que llevó libertad a sus ciudadanos, pero no a todos el bienestar.

El filme "Los Miserables" (Reino Unido, 2012), es una adaptación al cine del exitoso musical homónimo escrito en 1980 por los franceses Claude-Michel Schönberg (música) y Alain Boublil (texto). Una obra que ha recibido los aplausos del público en diversos escenarios de los 38 países donde se ha presentado, habiéndose traducido a 21 lenguas.

La producción para la pantalla grande, dirigida por Tom Hooper (Londres, 1972), recoge los dos actos principales del musical, que se inicia con la liberación del famoso bandido Jean Valjean, interpretado por Hugh Jackman (Sydney, 1968).

Luego, en una semi-libertad vigilada de modo obsesivo por el policía Javert (Russell Crowe - Wellington, Nueva Zelanda, 1964 ), estará a punto de volver a la cárcel por reincidencia, si no fuera por la mano benigna de un clérico que lo salva del confinamiento y lo reintegra a la sociedad.

La historia sigue su desarrollo como bien lo narró Víctor Hugo en su novela. No solo impresionan los reales escenarios donde sobrevivían los miserables de la época, tal como la pobre madre Fantine, a cargo de Anne Hathaway (Nueva York, 1982). Sino que también es agradable seguir el relato a través de las magníficas voces de los personajes, que entre altos y bajos, llevan al espectador a contemplar momentos de valentía y de odio, de misericordia con justicia, o de ideales y sueños...

Es una obra donde al arte escénico y paisajista, se le une la belleza del vestuario, el realismo del maquillaje y el aplomo de sus actores. Argumentos de peso que le han merecido varios premios y reconocimientos.

Nos quedamos con dos escenas. Una de ellas es durante el armado de las barricadas en plena calle, donde el valor de jóvenes como Marius (Eddie Redmayne - Londres, 1982), disconformes por las promesas de libertad incumplidas, los hace ver esperanzas donde no las hay.

Y la segunda cuando Valjean, traspasando muchos obstáculos --incluida la inmundicia--, sigue cargando sobre sus hombros al idealista Marius en pos de salvarle la vida.

Para conocer más: www.lesmiserablesfilm.com/

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Rafael Arnáiz Barón
«La cruz: único tesoro»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - Nació en Burgos, España el 9 de abril de 1911. Su inclinación a vivir por y para Dios fue manifiesta en la infancia. «¡Solo Dios llena el alma..., y la llena toda!», decía. En esa época dorada contrajo unas fiebres colibacilares. Cuando sanó, su padre, que había visto en la curación una intervención de María, lo consagró en Zaragoza a la Virgen del Pilar en el estío de 1922. Rafael no olvidó este hecho. «Honrando a la Virgen, amaremos más a Jesús; poniéndonos bajo su manto, comprenderemos mejor la misericordia divina». La enfermedad nunca le abandonaría. Era elegante, sensible. También caprichoso y tendente a la vanidad. Poseía una brillante inteligencia, con predominio de la intuición, que le permitió sobresalir en los estudios aunque no los cuidara debidamente. Se estableció con la familia en Oviedo, y al término de su formación básica se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Hizo grandes amistades porque era una persona entrañable y cercana en la que se percibía la huella de Dios. Estaba vinculado al Apostolado de la Oración, a la Adoración Nocturna y a la Congregación de María Inmaculada. A los 19 años visitó el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas y le atrajo poderosamente. El 16 de enero de 1934 ingresó en él, dejando atrás las previsiones eventuales de un futuro espléndido, y las posibilidades que le ofrecía cotidianamente el bienestar de su hogar paterno. Su ilusión por entregarse a Dios a través de una vida penitente y contemplativa era más fuerte que todo. «La verdadera felicidad se encuentra en Dios y solamente en Dios». No contaba con la presencia repentina de la diabetes, temible entonces por sus funestas consecuencias, que le obligó a abandonar la Trapa en tres ocasiones. Comprendió el sentido purificador del dolor: «Cuando me veo otra vez en el mundo, enfermo, separado del monasterio, y en la situación en que me encuentro… veo que me era necesario, que la lección que estoy aprendiendo es muy útil, pues mi corazón está muy apegado a las criaturas, y Dios quiere que lo desate para entregárselo a Él solo». Su experiencia personal le permitía alumbrar la vida de otras personas y conducirlas a Dios. A su tía María, duquesa de Maqueda, le aconsejaba en 1935: «Déjate hacer; sufre, pero sufre amándole, amándole mucho a través de la oscuridad, a pesar de la tempestad que parece el Señor te ha puesto, a pesar de no verle, ama el madero desnudo de la cruz […]. Llora, llora todo lo que puedas y sufre, pero a los pies de la cruz, y sufre amando a Dios ¡qué felicidad!… Cómo te quiere Dios, ya lo verás algún día muy cercano».

Su rica vida interior le había permitido conocer la estrecha simbiosis espiritual que existe entre el dolor y el gozo, experiencia que halla quien busca a Dios con purísimo corazón: «Muchas veces he pensado que el mayor consuelo es no tener ninguno; lo he pensado y lo he experimentado […]. Alguna vez he sentido en mi corazón pequeños latidos de amor a Dios… Ansias de Él y desprecio del mundo y de mí mismo. Alguna vez he sentido el consuelo enorme e inmenso de verme solo y abandonado en los brazos de Dios. Soledad con Dios. Nadie que no lo haya experimentado, lo puede saber, y yo no lo sé explicar. Pero solo sé decir que es un consuelo que solo se experimenta en el sufrir…, y en el sufrir solo… y con Dios, está la verdadera alegría». Sus sentimientos recuerdan a las vivencias místicas de Juan de la Cruz y de Teresa de Jesús: «Es un nada desear más que sufrir. Es un ansia muy grande de vivir y morir ignorado de los hombres y del mundo entero… Es un deseo grande de todo lo que es voluntad de Dios… Es no querer nada fuera de Él… Es querer y no querer. No sé, no me sé explicar… solo Dios me entiende…». En este camino de perfección iba dejando atrás lastres que en otro tiempo le habían pesado: «Todo va cambiando en mi alma. Lo que antes me hacía sufrir…, ahora me es indiferente; en cambio, voy encontrando los repliegues en mi corazón que estaban escondidos, y que ahora salen a la luz […]. Lo que antes me humillaba, ahora casi me causa risa. Ya no me importa mi situación de Oblato […]. Veo que el último lugar es el mejor de todos; me alegro de no ser nada ni nadie, estoy encantado con mi enfermedad que me da motivos para padecer físicamente y moralmente...». El eje de su vida era Cristo: «Mi centro es Jesús, es su cruz». La conciencia de su indignidad le hacía decir: «He sido un gran pecador… Perdóname, Señor, lo que digo... Yo, Señor, nada quiero, nada me importa… solo Tú… No me hagas caso, Señor… soy un niño caprichoso. Pero Tú tienes la culpa, mi Dios…¡si no me quisieras tanto!».

Resistiéndose a abandonar su vida religiosa, regresó al monasterio una cuarta vez. Tomó la decisión, aún cuando para una situación como la suya, con una naturaleza débil que tenía que luchar contra la enfermedad, era realmente penosa y suponía un acto heroico. «Si lo que deseas es… mis sufrimientos, tómalos todos, Señor». Ofreció a Dios en holocausto su personal calvario, dejando brotar el potente caudal de su amor. De él quedan magistrales trazos en sus escritos, prolongación post mortem de su fecunda actividad apostólica. En ellos se detecta la finura y profundidad de esta alma delicada. «Solamente en el silencio se puede vivir, pero no en el silencio de palabras y de obras..., no; es otra cosa muy difícil de explicar... Es el silencio del que quiere mucho, mucho, y no sabe qué decir, ni qué pensar, ni qué desear, ni qué hacer... Solo Dios allá adentro, muy calladito, esperando, esperando, no sé..., es muy bueno el Señor». Era un esteta que soñó volcar en la pintura la belleza del amor divino que selló su espíritu. Murió a consecuencia de un coma diabético el 26 de abril de 1938. Tenía 27 años. Sus restos yacen en el cementerio del monasterio. El 19 de agosto de 1989 Juan Pablo II, en la Jornada mundial de la juventud, lo propuso como modelo para los jóvenes. El 27 de septiembre de 1992 lo beatificó. Y Benedicto XVI lo canonizó el 11 de octubre de 2009.

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Nueva Evangelización


Revivir la esperanza cristiana en tiempos de persecución
Testimonio de fe desde Aleppo

Por Rocío Lancho García

RIMINI, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - La mañana de la tercera jornada de la 36ª Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica ha estado dedicada a la Difusión de la Espiritualidad Carismática para una Nueva Evangelización acompañada de una oración que se ha dedicado a la invocación al Espíritu sobre las Iglesias perseguidas y sus perseguidores. Sor Paola, una religiosa invitada a este encuentro, ha compartido con los asistentes su emotivo testimonio personal traído directamente desde Siria. En primera persona ha explicado cómo se están viviendo, concretamente en Aleppo, en estos momentos tan difíciles de violencia y cómo la fe y la esperanza en Dios está siendo un apoyo importante en estos meses de sufrimiento y angustia. Ha mencionado además, que el movimiento de la RCC está presente en Aleppo desde hace algunos años y cuenta con unas 100 personas.

Ha contado que desde el comienzo de la primavera árabe, el 15 de marzo de 2011, sintieron abrirse el ánimo con la esperanza y el deseo de que esta "Tierra Santa" no fuese tocada por la destrucción y la sangre inocente. Al comenzar la primavera árabe, la ciudad de Aleppo se mantenía tranquila y la vida continuaba con normalidad.

Durante los primeros meses, en las visitas que realizaban a las familias y los distintos encuentros que podían realizar, veían a las personas con un sentimiento de miedo y angustia al escuchar las noticias de lo que sucedía en Damasco, capital de Siria, y en otros pueblo y ciudades cercanas. Además reconoce que se vivía en el miedo por lo que podría suceder también en Damasco. Muchas familias comenzaron abandonando el país, se iban a Líbano o América esperando encontrar seguridad y trabajo, ha explicado.

A finales del 2012 llega la primavera árabe a Aleppo, ha recordado; por eso muchas familias comenzaron a trasladarse de unos barrios a otros para refugiarse de las zonas afectadas.

En las visitas a las familias realizadas en este periodo y en el encuentro personal con los que sufren han podido experimentar la serenidad, la gran confianza en el Señor y en su Providencia, la mayor unidad y comunión entre las familias que se apoyan entre ellas compartiendo el pan, el agua, la línea de teléfono, el gasóleo, es decir, todo lo que necesitan.

A nivel de Iglesia es maravilloso también lo que se está realizando: la presencia generosa y valiente de los padres franciscanos y de las religiosas en los pueblos donde permanecen, aún con peligro, para así apoyar a las familias cristinas y no cristianas. Por otro lado, ha afirmado la religiosa que se nota y se vive la unidad entre las Iglesias de diferentes ritos y confesiones. De tal forma que el 9 de febrero pasado se organizó una oración ecuménica.

Sabiendo que estamos viviendo en este Año de la Fe, a pesar de la que situación es difícil y peligrosa, el 1 de marzo se organizó también un encuentro para todos los grupos de jóvenes de Aleppo, de 18 a 30 años. Estuvieron presentes 1200 jóvenes que en el compartir la Palabra y la Adoración Eucarística, encontraron la fuerza para repetir desde lo profundo del corazón "Contigo no tengo miedo".

No menos importante que la ayuda espiritual, está el apoyo económico y material. La hermana ha recordado que con Benedicto XVI a través del Cor Unum se donó en abril de 2012, 100 mil dólares y en noviembre junto con los padres del Sínodo, 1 millón de dólares. Del mismo modo, la labor de Cáritas en Aleppo es de gran importancia ya que ayuda a 1300 familias de 4-5 miembros. También los padres jesuitas ofrecen al día 1600 comidas a familias necesitadas. Cada vicariato y cada parroquia en Aleppo cuida a sus familias y les ofrece con generosidad lo que necesitan de comida, vestido y les ayudan a buscar trabajo.

Para finalizar su testimonio ha insistido en que "nuestros hermanos de Siria, especialmente en Aleppo, continúan reviviendo la esperanza cristiana y testimoniando la fe en la fuerza de la Resurrección de Cristo, aunque si en lo profundo de corazón y alrededor se ve oscuridad y tinieblas". Y ha invitado a todos los presentes a unirse en la oración por Siria, por las víctimas y las familias.

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Espiritualidad


Es necesario experimentar y conocer al Espíritu Santo
Enseñanza de Raniero Cantalamessa en el encuentro de Renovación Carismática Católica en Rímini

Por Rocío Lancho García

RIMINI, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - Un pabellón repleto de carismáticos ha recibido esta mañana al Padre Raniero Cantalamesa, predicador de la Casa Pontificia para escuchar su enseñanza sobre "En el año de la fe gritamos: 'Creo en el Espíritu Santo que es Señor y da la vida", en el encuentro nacional que comenzó el jueves y finalizará mañana en Rímini. Como ha recordado Salvatore Martínez, presidente de la Renovación Carismática Católica en Italia,  la presencia del predicador de Casa Pontificia, ha sido constante desde el primer encuentro que tuvo lugar en 1978. 

Una análisis profundo de este fragmento del Credo Niceno Constantinopolitano, ha sido una enseñanza a través de la cual "pasar de la 'realidad' a la 'fórmula', es decir un modo de dar contenido a lo que profesamos como cristianos en el Credo, para dar una forma a nuestra experiencia del Espíritu Santo de forma que la fe carismática sea una expresión fuerte, vibrante, alegría de la fe dogmática de la Iglesia católica". Con esa sonrisa que le caracteriza ha dicho "si me seguís con atención podéis iros de aquí con un 'diploma en teología'".

En primer lugar ha hecho un repaso por la historia del nacimiento del artículo de fe sobre el Espíritu Santo, después ha resaltado las tres afirmaciones fundamentales. A continuación ha profundizado en el misterio de la Trinidad matizando que "si Dios es amor, entonces debe ser por fuerza Trinidad porque el amor no puede existir si no entre dos personas, el que ama y el que es amado, y el amor que les une" y ha añadido que en la Trinidad, el Espíritu Santo es el que crea la unidad entre el Padre y el Hijo, señalando que Pentecostés es un ejemplo de los dones y las gracias que surgen de esta unión trinitaria.

Ha dedicado también unas palabras para el papa Francisco recordando su humildad y ha dado las gracias a Benedicto XVI por el precioso trabajo desarrollado en el curso de su pontificado.

Al finalizar la enseñanza de Cantalamessa, Salvatore Martínez ha añadido que "no basta sólo la experiencia, es necesario también el conocimiento del Espíritu".

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