12.05.13

Madre Lupita, la santa mexicana de los tres Papas

A las 11:26 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América

Del Vatican Insider

Fue la última beata de Juan Pablo II, la última santa de Benedicto XVI y la primera de Francisco. Un modelo cristiano que atraviesa tres pontificados: se llama María Guadalupe García Zavala y es mexicana. Este domingo alcanzó el honor de los altares de la mano de Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice latinoamericano de la historia. Todo un signo de los tiempos que corren en la Santa Sede.

Pocos minutos antes de sorprender al mundo con el anuncio de su renuncia, Joseph Ratzinger indicó a este 12 de mayo como la fecha de canonización de la madre Lupita. Corría el 11 de febrero. En ese momento ya sabía que no iba a ser su responsabilidad encabezar la ceremonia de canonización de la segunda santa de México. Aún así aquel día su firma quedó estampada en el decreto gracias al cual la monja nacida en Zapopan es ahora santa de la Iglesia universal.

Pero su camino a los altares comenzó hace casi tres décadas. En 1984 se abrió su proceso de beatificación en la Arquidiócesis de Guadalajara. Apenas 20 años después, 24 de abril de 2004, Karol Wojtyla la reconoció como beata. Fue uno de sus legados, menos de doce meses antes de fallecer.

Gracias a él y también a su sucesor los católicos mexicanos pudieron vivir una fiesta este domingo en Roma. Un grupo de 400 llegaron hasta El Vaticano para asistir a la ceremonia de canonización. Entre ellos Wintilla Godoy Salas, una mujer de 82 años que se curó inexplicablemente de un derrame cerebral en 2008. Un milagro concedido por intercesión de la madre Lupita, según certificaron los teólogos de la Santa Sede.

“La canonización es el reconocimiento oficial de parte de la Iglesia a un modelo y un camino seguro para ir al cielo. Por eso es justo decir que si uno quiere ir al cielo debe ser como la madre Lupita. Es importante para México y para el mundo que se reconozca a las mujeres, para que no haya discriminación tampoco en este campo. Es un ejemplo para las religiosas, sobre todo en cuanto a la actitud a tener con la humanidad doliente y con los más pobres”, dijo al Vatican Insider el postulador de su causa, Óscar Sánchez Barba.

Con García Zavala suman ya 31 los santos mexicanos, pero sólo dos son mujeres. Para el cardenal y arzobispo emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, esto se explica fácilmente: durante la persecución religiosa en su país (1926-1929) la mayoría de los mártires fueron hombres, en su gran parte seminaristas y sacerdotes. Esto no quita que también existan grandes católicas, santas anónimas.

“Las mujeres suelen ser más religiosas y más honestas que los hombres. Lupita fue una mujer muy santa, la conocí personalmente porque me dio de comer cuando estaba en el seminario, llena de caridad, muy valiente, incluso durante la persecución religiosa cuando escondió durante un año y medio al arzobispo Francisco Orozco y Jiménez, que el gobierno buscaba para apresar”, aseguró el purpurado.

La superiora de la congregación, la madre Blasa Aguilera, destacó que la santa vivió una espiritualidad marcada por el sacrificio y la entrega, además de inculcar en todas sus hijas espirituales la constancia hasta la muerte, la vivencia del amor a la cruz y a la eucaristía, pero con una entrega alegre.

Destacó su vivencia de las virtudes en forma sencilla, ya que ella no fue una persona con dones extraordinarios, no se flagelaba o cosas por el estilo, sino que la suya fue una vivencia cristiana simple pero con una fe grande. Por eso resulta sugestivo que haya tocado a Francisco elevarla a los altares, un Papa austero y jesuita, como jesuitas fueron los sacerdotes que guiaron los primeros pasos de su familia religiosa. “Su enseñanza es la de vivir nuestra fe en una forma sencilla y alegre, para seguir el camino que Jesús nos marca como ella lo hizo”, estableció.