13.05.13

Francisco, el presidente de Colombia y un divorcio incómodo

A las 9:56 AM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América, Papa Francisco

Del Vatican Insider

Cuando este lunes se reúnan en privado el Papa Francisco y el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, todas las miradas estarán puestas en la actualidad política, especialmente en las negociaciones con la guerrilla de las FARC y la posición de la Santa Sede sobre el proceso de paz. Pero los observadores del protocolo vaticano tienen puestas las miradas en un detalle para nada marginal: ¿Recibirá el pontífice en la misma audiencia a la segunda esposa del mandatario? ¿Pasará por alto un divorcio, que en estas ocasiones se torna incómodo?

Aunque se trata de una reunión oficial, como las que Jorge Mario Bergoglio ya tuvo con otros mandatarios latinoamericanos, el gobierno colombiano presentó la audiencia como un encuentro del pontífice con Santos “y su familia”. De hecho incluyó en la delegación oficial a la esposa, Clemencia Rodríguez Munera, y sus tres hijos (Martin, María Antonia y Esteban) además de otros funcionarios como la canciller, María Ángeles Holguín, y el presidente de la Cámara de Representantes, Augusto Posada.

Pero todavía no se sabe si efectivamente los familiares serán recibidos juntos. He ahí la diatriba. Porque históricamente el protocolo vaticano es muy estricto respecto de los gobernantes católicos casados en segundas nupcias: el Papa no los recibe con sus nuevas consortes, por delicadeza y respeto a los valores más sagrados defendidos por la Iglesia, en este caso el matrimonio indisoluble.

Hasta ahora la regla se respetó, sin importar el país del presidente. Por eso Nicolás Sarkozy prefirió dejar a Carla Bruni en Francia cuando visitó a Benedicto XVI y el mexicano Vicente Fox Quesada creó muchos disgustos en Roma cuando su mujer, Marta Sahagún, forzó un encuentro aparte con Juan Pablo II.

¿El Papa Francisco hará una excepción? Si la respuesta es positiva, ya están listos quienes buscarán por todos los medios leer ese gesto como “una apertura programática” del nuevo vicario de Cristo a los divorciados vueltos a casar, que podría manifestarse en otros ámbitos.

En todo caso la situación matrimonial del presidente colombiano ya suscitó dificultades diplomáticas en pasado. Santos nunca visitó al anterior Papa, aunque tuvo suficiente tiempo para hacerlo desde que inició su mandato en agosto de 2010. En dos ocasiones sus colaboradores gestionaron citas con Joseph Ratzinger y la misma cantidad de veces las cancelaron, en parte por la bendita norma protocolaria que impedía a la esposa del presidente tomarse la foto de familia con el líder católico.

Con su asistencia al Vaticano este fin de semana para la canonización de la madre Laura Montoya, la primera santa de su país, Juan Manuel Santos buscó colmar los evidentes vacíos que caracterizaron la relación de su gobierno con la Santa Sede. Desde el nunca concretado encuentro con Benedicto hasta su ausencia en la misa de inicio de pontificado del primer Papa latinoamericano, pasando por el anuncio de cambio de embajador sin contar con el beneplácito correspondiente o por la poco representativa delegación oficial que asistió a la ceremonia en la cual fue elevado al rango de cardenal el arzobispo de Bogotá, Rubén Salazar Gómez.

Por lo pronto el presidente ya saludó al Papa, fue el domingo en la Plaza de San Pedro tras la canonización de su compatriota. Santos estaba solo. Este lunes, antes de reunirse con Francisco, asistirá a una misa que oficiará el cardenal Salazar en la basílica vaticana. Pero no podrá comulgar, como lo marca la Iglesia.