Entrevista a Pedro J. Rodríguez, editor de informativos de Telemadrid y III Premio “Lolo”
(Álvaro de la Torre – UCIP-E)
-¿Qué sensación tienes al recibir el premio Lolo de UCIP-E?
-Me llena de orgullo recibir un premio con el nombre de un beato
que, además según Juan Pablo II, es un ejemplo para los periodistas,
y más cuando se recibe por una labor, en este caso con motivo de la
Jornada Mundial de la Juventud, en la que mi único objetivo era que
a la gente le llegase la información tal cual se producía, con los
protagonistas, que eran el Papa, los jóvenes y el mensaje de Dios.
Que se me conceda este premio evidentemente no es por unos méritos
que yo pueda tener sino por el éxito de que el mensaje de la JMJ de
Madrid llegó a la gente, por eso para mí es un orgullo recibirlo.
-¿Cómo influye la fe en tu ejercicio cotidiano de la profesión
periodística?
-Primero, en una concepción vocacional del periodismo, de servicio y
respeto a la verdad, de buscar en la verdad el rostro de Cristo,
incluso en las noticias negativas o en las que no tienen nada que
ver con la religión, si hay verdad, ahí está Dios. También en un
ejercicio de responsabilidad y de profesionalidad, transmitiendo
cualquier noticia desde un punto de vista humano y con respeto a la
verdad, ahí siempre va a estar el Señor. Uno tiene la sensación de
que está ahí para servir, y que su misión es llevar a la gente una
información que si no, de otra manera no la podría recibir, o la
recibiría por otro medio que no tiene esos parámetros que yo
considero que tiene que tener un periodista.
-¿Crees que falta visibilidad de los periodistas católicos en
España, gente comprometida con su fe en el ejercicio del periodismo?
-El periodista católico es un espécimen raro, no porque no los haya,
sino porque se encuentra habitualmente muy solo, nadando
contracorriente, a veces recibe mofas, pero no nos importa, porque
al final el periodista católico lo que tiene que ser es, además de
un buen cristiano, un excelente periodista, no puede ser una cosa
sin la otra. Yo creo que el que está escondido, el que lleva lo de
ser católico en su vida privada pero no lo manifiesta, y se esconde
de ello en la redacción, o en sus informaciones, no está ejerciendo
como periodista católico. Creo que no tiene que esconderse, debe
intentar ser el mejor periodista de todos los que tenga alrededor, y
así será como mejor puede demostrar que es un periodista católico.
-¿Qué hitos destacarías a lo largo de tu carrera profesional?
-La JMJ fue una experiencia insuperable y fabulosa, porque en la
misma cobertura uno se estaba dando cuenta de que lo que transmitía
le tocaba el corazón a la gente. Eso se siente no porque te llegue
la reacción de la gente, sino porque los que tienes alrededor, el
equipo, desde el control, ya te da una sensación de lo que se está
llevando a los espectadores. Lo que se transmitió en la JMJ fue
espectacular. Suele decirse que la radio es el medio más “caliente”,
pero yo con la JMJ he descubierto en la televisión un medio muy
“caliente”, que consiguió encender los corazones. Y en ese sentido,
creo que profesionalmente ha sido uno de los grandes hitos. Luego,
tengo muchas experiencias a nivel profesional, de coberturas o
informativos, pero con la sensación de haber servido de verdad a la
gente, la JMJ sin duda.
-¿Qué esperas del futuro de la profesión periodística, en general
y para ti?
-Soy un poco pesimista sobre el periodismo en España. Creo que está
poco profesionalizado, y creo que hay muchas lacras dentro de la
profesión, por eso no soy muy optimista, la verdad. Sobre mí, yo
estaré ejerciendo el periodismo siempre que pueda, con mis valores,
con mi forma de hacerlo, y si eso me impide algún día poder ejercer
mi profesión, o mi carrera se ve truncada, me dedicaré a otra cosa,
porque mi prioridad es mi vocación: mi familia. Me dedicaré a otra
cosa, con pena, porque no haré lo que tanto me gusta, pero teniendo
claras mis prioridades en la vida.
-¿Qué esperas de esta nueva etapa que abre el Papa Francisco en
la comunicación de la Iglesia?
-Yo creo que ha renovado completamente una visión que se tenía del
Papa, había muchos tópicos que este Papa ha roto. Habla muy claro,
hace metáforas que todos entienden, y ha sorprendido sobre todo a
los que esperan cada declaración del Papa para criticarle, para
“atizarle”, para hacer una información negativa. Como les ha roto
los parámetros, por sus declaraciones y su forma de comunicar, no
van a poder “darle” como sí han hecho con otras personas. La JMJ de
Río nos va a descubrir un Papa muy cercano a los jóvenes con una
forma de comunicar nueva, y yo creo que va a conseguir que todos los
medios se hagan eco de sus declaraciones y llegue mejor el mensaje.
Esos medios que habitualmente desinforman con los acontecimientos
del Papa y la Iglesia, no van a poder ocultar muchas de las cosas
que dice tan claramente.
-Tienes razón en que hay medios que desinforman sobre la Iglesia,
pero ¿puede estar fallando también algo en la comunicación de la
propia Iglesia, también a nivel de España, además de que muchos
medios buscan la parte negativa para darle valor a eso?
-Yo creo que la parte de la comunicación, tanto en la Iglesia como
en otros ámbitos, tiene que profesionalizarse. En la Iglesia se está
haciendo, los obispos no tienen por qué ser expertos en
comunicación, hay un gabinete de prensa para eso. Yo creo que está
mejorando la Iglesia en eso, aunque queda un camino por recorrer. El
problema es que muchas veces hay un interés de los medios en hacer
daño. Os cuento una anécdota: en la vigilia de la JMJ, que se quedó
allí a dormir un millón de personas, había un redactor de un medio
hostil con la Iglesia, no diré cuál es, que tenía el encargo de ir
buscando preservativos, para hacer una noticia. Buscaba hacer daño,
pero no encontró ninguno. Y aunque lo hubiera encontrado, la noticia
no era esa. Otro ejemplo: en la visita de Benedicto XVI a Santiago y
Barcelona, la foto con la que varios medios ilustraron la portada
eran parejas de gays y lesbianas besándose al paso del papamóvil.
Era una imagen buscada. ¿Es esa la imagen más relevante del viaje
del Papa? Evidentemente no. Además estaba preparada. Hay una
intención de hacer daño, preparando las noticias con este interés, y
cuando esto es así, la Iglesia poco puede hacer. Pero la gente se da
cuenta de cuándo la intentan manipular tan claramente. El Papa
Francisco, como decía antes, con su forma de comunicar, seguro que
va a contribuir a que el mensaje llegue mejor a la gente.