24.05.13

Dedicado a los exorcistas en la Iglesia Católica

A las 8:20 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Cuando fui admitido a las Sagradas Órdenes menores, como entonces se llamaban, recibí el ministerio de Exorcista, entre los demás servicios encomendados por el obispo diocesano. Por aquellos años saltó a la actualidad la película El Exorcista, que estuvo largo tiempo en las carteleras españolas.

No me perdí la proyección. Luego la he vuelto a contemplar más serenamente. Recuerdo mi asistencia en un forum sobre la película en un colegio religioso con profesores y alumnos.

Han pasado los años. Fui ordenado sacerdote, y ni antes, ni después me he encontrado en mi vida pastoral ningún caso de posesión diabólica.

Por varias diócesis, ahora, florecen los sacerdotes exorcistas como hongos. ¿A qué vienen las nuevas situaciones en estas fechas?

1.- El domingo pasado el Papa oró ante un peregrino mejicano, en la plaza de San Pedro, el documental televisivo afirmó que el Santo Padre había realizado un exorcismo allí mismo. El revuelo informativo estuvo servido.

2.- Más tarde, la sala de prensa vaticana informó que fue el exorcista oficial de la Santa Sede, quien sí administró, más tarde, el rito del exorcismo a la persona existente en la plaza.

3.- La existencia del demonio y su actuación es un dato revelado del que nadie, en su sano juicio, puede dudar o negar.

4.- La crisis económica, moral y social de nuestros días está creando una atmósfera propicia para el nacimiento y robustecimiento de casos de posesión diabólica.

6.- La llegada masiva de inmigrantes de países de cualquier parte del mundo ha traído consigo muchas situaciones nuevas que rayan entre el esoterismo, la brujería, la magia y un sinfín de situaciones desconocidas en la aparente tranquilidad social española.

7.- El crecimiento de las sectas destructoras de la libertad individual ha ido en aumento tomando carta de naturaleza, de modo la actuación de la policía, de la medicina y de la propia Iglesia Católica han sido absolutamente necesarias.

8.- El analfabetismo creciente y funcional en la sociedad española supone un retroceso cultural muy apto en cuyo seno nazcan todos los modos de domesticación de la libertad personal, familiar y social.

9.- El cierre de los manicomios tradicionales, desde aquella nefasta reforma del año 1985, emprendida por un médico con raíces andaluzas, puso en mitad de la calle a una serie de enfermos mentales que tampoco fue una solución para ellos ni para la familia, ni para el propio ambiente vecinal.

10.- La actual forma de prevenir y curar, que presta el servicio de salud mental, tampoco, está sirviendo de lenitivo eficaz contra situaciones personales y familiares, que están recogidas en los propios medios de comunicación social.

11.- El nacimiento y la extensión de la Red de Internet está sirviendo de paraguas a grupos de adeptos a las más variadas formas de pensar y actuar dando como producto una larga lista de pirados que navegan por el ciberespacio, cuando deberían estar en tratamiento psiquiátrico.

12.- Sean bienvenidos los actuales y futuros sacerdotes exorcistas, porque siempre harán más bienes espirituales que estropicios como en algunos casos hacen ciertos santones que circulan por la Red montando unos saraos fuera de toda realidad humana y mental.

13.- Los canales televisivos monográficos con echadores de cartas, bolas de cristal y demás parafernalia están aumentando los problemas personales y familiares de modo alarmante tanto económica como psíquicamente.

Conclusión

Todos, sacerdotes y laicos, debemos tender la mano pastoral a quienes necesiten nuestra ayuda espiritual. Los confesores estando siempre dispuestos a impartir el perdón del Señor al penitente que acude a confesar sus pecados. Los hermanos dispuestos a colaborar en Cáritas o en los diversos servicios caritativos para evitar males mayores que puedan sufrir los que llegan demandando ayudas materiales o espirituales.

Los exorcistas siempre están ahí para cumplir su servicio y ministerio. Su preparación, su encargo pastoral, y su oración al Señor les llevarán a actuar cuando lo demanden las personas necesitadas de tal misión espiritual.

Tomás de la Torre Lendínez